martes, 5 de octubre de 2010

Voz 7


La Paz (Bolivia), 16 de febrero de 2010                                Año I                          No. 7
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Las elecciones en Cuba con una masiva participación del pueblo

En Cuba de Castro no hay ni libertad para elegir candidatos ni democracia para votar porque allí se carece de candidatos opositores al régimen socialista y comunista sostienen, palabras más palabras menos, los voceros de los imperialistas y de la derecha.

No son las únicas afirmaciones, pero ésas están entre las más expresivas de los enemigos de la nueva sociedad, en la que de veras rige la democracia socialista, la que asegura la participación del pueblo en las decisiones políticas. Aquélla, asimismo, garantiza la votación voluntaria de los electores en las consultas que, como en la del próximo 25 de abril, se elegirá a una parte de los alcaldes y concejales. De acuerdo a normas, ningún ciudadano cubano está obligado a votar bajo amenaza de multas u otras sanciones, no obstante asiste a votar el 97 por ciento de los cubanos de 16 años adelante. En cambio, en la mayoría de los países de nuestra América, casi la mitad de los electores inasiste a las urnas, es decir, se abstiene. Ésta, además, tiende a crecer. En Estados Unidos la población que concurre a votar es prácticamente la mitad o menos si se cuenta a la mayoría de los inmigrantes, sin residencia legal, que no votan ni ejercen otros derechos de los que están despojados. La democracia electoral para el país del norte, aunque se habla tanto de la libertad que presuntamente allí se disfruta, se trata de un régimen democrático para y de las minorías. Por ello, se puede afirmar que aquélla es una democracia limitada, mejor dicho, mezquina.

La democracia socialista cubana, en cambio, afianza que sus ciudadanos, desde los 16 años, ejerzan su derecho político al voto. Y los candidatos son nominados desde las bases, sin la participación y menos imposición del Partido Comunista. Por ello, desde fuera de la Isla se miente cuando se dice que aquella organización política escoge a los candidatos; al contrario, datos verificables demuestran que los cubanos en sus organizaciones naturales, nominan a sus candidatos: hablamos de los Comités de Defensa de la Revolución, sindicatos, organizaciones
de la juventud, de los profesionales, de los trabajadores del campo, entre otras. De los propuestos por las organizaciones populares, los cubanos con su voto eligen a los diputados de la Asamblea Nacional y, en las elecciones que comentamos, nominarán a los alcaldes y concejales. El derecho humano de última generación (que está inscrito en las constituciones políticas), a ser elegido y a elegir, se materializa en Cuba cada vez que hay elecciones. Son los cubanos, empero, los que afirman que aquel sistema electoral es perfectible, esto es, que las insuficiencias que aparecen, en la práctica, las enmiendan sin demora.

La inexistencia de candidatos de la oposición se explica de manera sencilla para los que lean la realidad sin preconceptos ni estereotipos. Los cubanos argumentan que una de las características o tendencias vigorosas de la revolución cubana fue y sigue siendo la unidad en todas las organizaciones sociopolíticas, fue lo que sucedió en el destacamento guerrillero victorioso dirigido por Fidel. Esa tendencia a la unidad, alumbró un Partido Comunista único, en él concurrieron las corrientes que participaron de la guerra de guerrillas liberadora, las grandes y las más modestas, dentro de las que el Movimiento 26 de Julio, con certeza, fue la más destacada. La Revolución Cubana, bloqueada la mayor parte de su existencia, necesita una dirección política única como la que encarna el Partido Comunista.

Esa tendencia se mantiene y en Cuba no existe otro partido distinto al Partido Comunista. En países en los que se construía el socialismo que fue derrotado, como Bulgaria, funcionaban varios partidos políticos, entre éstos uno de y para los campesinos, aunque la fuerza política dirigente reconocida fue el Partido Comunista.

Una respuesta fácil sobre la inexistencia de candidatos de la oposición es que ésta no existe, aunque los imperialistas yanquis no cesan en estimular, financiar, organizar y dirigir a los llamados disidentes que hasta ahora (y se espera que nunca lo consigan), aquéllos no han podido constituir esa oposición interna con la que sueñan y por la que se desvelan. Sin embargo, los imperialistas y la derecha cuentan con una oposición externa que opera sobre todo desde Miami. Pero esa oposición desde fuera de la patria de Martí y Fidel, es decir, la acción  contrarrevolucionaria no tuvo éxito a pesar de las invasiones, del accionar de grupos contrarrevolucionarios “sembrados” en la selva y en llano cubanos por el imperialismo, no obstante la acción de los disidentes financiados y digitados desde la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana. No hay candidatos opositores al socialismo en Cuba, mas, la conspiración, que opera como feroz oposición, continúa desde fuera contra la Revolución Cubana. El bloqueo económico, financiero y comercial, una verdadera guerra económica contra el socialismo cubano se mantiene, esencialmente, sin variantes: esa es la mayor de las oposiciones, antes, durante y más allá de las elecciones cubanas, pero con un filo antidemocrático manifiesto.

Añadimos que, con entera libertad, el 97 por ciento de los electores cubanos asiste a votar (¿en qué otro país ocurre tal fenómeno?) en consultas, en rigor, democráticas porque de esa manera, la inmensa mayoría de aquel pueblo indómito, aprueba el socialismo (la salud y educación gratuitos, de primera calidad y para todos) más allá de las dificultades (que se las supera) y a pesar de la crisis mundial del capitalismo la que, sensiblemente, se refleja en la Isla liberada y socialista

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