martes, 5 de octubre de 2010

Voz 12

La Paz (Bolivia), 23 de marzo de 2010                Año I                   No. 12
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Contrarrevolucionarios buscan restablecer democracia de los patrones en Cuba

De sábado a sábado (90)
Espinal: “Hay que recordar que la revolución no va a ser en favor de todos…”
Remberto Cárdenas Morales*

En Cuba socialista la vida de la gente vale más que en el capitalismo en crisis
Movimiento Boliviano de Solidaridad con Cuba
Remberto Cárdenas Morales (Presidente), Elvira Quispe Rodríguez (Vicepresidenta)
                           
Pronunciamiento de la UNEAC y de la AHS:a los intelectuales y artistas del mundo
Secretariado de la UNEAC

Declaración Casa Caribe de Solidaridad- Barranquilla-Colombia

Con Cuba, siempre…
Gustavo Espinoza M.(Rebelión)

Público y La Sexta: la guerra mediática contra Cuba y Venezuela necesita peones progresistas

Disidentes y traidores
Atilio A. Boron

“Fidel y la Religión” cumple 25 años
Frei Betto (Cubadebate)

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Contrarrevolucionarios buscan restablecer democracia de los patrones en Cuba

En la campaña en contra de la Revolución Cubana que se desarrolla las últimas semanas a escala global algunos, con nitidez, como el empresario Presidente de Chile proponen restablecer allí en Cuba la democracia, la de los patrones, la democracia burguesa, socia del imperio, la que fue derrotada hace más de 50 años, por acción de la guerrilla comandada por Fidel e impulsada por el pueblo que emprendió formas de lucha convergentes: guerrilla, huelga general política, insurrección popular, entre las principales.

Entonces, en Cuba, el pueblo en armas, tomó todo el poder y desde el día de la victoria de la revolución que destruyó al viejo Estado, es decir, la maquinaria burocrática y militar, se crearon las condiciones en las que se organizó otra economía, en la que la propiedad es colectiva; se estructuró otra sociedad en la que acabó la explotación y la opresión; allí se articuló otra cultura, de contenido popular y, en consecuencia, se formó otra democracia, una esencialmente participativa. El líder máximo de los cubanos dijo por ambos (Estado y democracia) que son del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Ésa es la democracia que quieren reemplazar los contrarrevolucionarios, especialmente residentes en Miami, para lo que tienen apoyo del imperio y de los Estados y gobiernos que hacen causa común con ellos. La muerte de Orlando Zapata Tamayo, delincuente común, reclutado el último tiempo de su existencia por algún grupo de conspiradores, es apenas un pretexto para emprender la campaña anticubana a la que nos referimos en esta nota. El objetivo máximo de los que inspiran, organizan, financian y ejecutan aquella campaña es acabar con la Revolución Cubana, por lo que la propuesta de la democratización de la isla o la “protesta” por aquella lamentable muerte apenas son señuelos.

Tal campaña es mucho más visible por lo que hacen los medios de difusión, los que se comportan como instrumento para la desinformación y la subinformación. Pero seríamos unos ingenuos incurables si esperamos que aquellos medios, en actual campaña anticubana, se comporten veraces, imparciales, decentes, equilibrados, autorregulados, objetivos y otros adjetivos con los que encubren su labor real, la que dirigen las empresas transnacionales de la noticia.

Los medios de difusión, sobre todo en campañas contra la Revolución Cubana y en contra de nuestros pueblos censuran, se autocensuran, dicen medias verdades, manipulan e incluso matan a la verdad o lo intentan. Eso vemos en la mayoría de aquéllos en Bolivia y ese es el comportamiento predominante en la mayoría de los medios de difusión en nuestra América y en el mundo. Es que los medios de difusión han sido organizados como “aparatos ideológicos” los que jamás servirán a una revolución como la cubana, porque eso sería como si decidieran su autodestrucción, esto es, suicidarse.

Esa mayoría de los dueños de medios de difusión reclaman una libertad de expresión sin límites, como no es ningún derecho porque la responsabilidad es la frontera natural de aquélla, según las normas bolivianas y convenios internacionales, como la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, firmada en San José de Costa Rica en 1969, la que es ley de Bolivia desde 19931.

Aquella mayoría de propietarios de medios de difusión desconoce la regulación a la libertad de pensamiento y de expresión para emprender campañas, como la actual que es contraria a la Revolución y al pueblo cubano.

Desde nuestros pueblos no les reconocemos derecho alguno a los empresarios de las transnacionales de la noticia ni a los contrarrevolucionarios localizados en Miami para conspirar (como lo hacen) en contra de la Revolución Cubana y su pueblo. La campaña de las últimas semanas, a partir de la muerte de Zapata Tamayo, tiene como uno de sus objetivos la derrota del socialismo cubano, a eso llaman democratización y/o respeto de los derechos humanos en la Isla indómita.

Atilio Boron, en una nota suya que publicamos en este número de Voz, recuerda que desde el 17 de marzo de 1960 los imperialistas yanquis aplican el “Programa de Acción Encubierta” contra de Cuba, el que fue parcialmente desclasificado en 1991, y propone la “creación de la oposición” y el desarrollo de una “poderosa ofensiva de propaganda” para hacerla crecer y convertirla en creíble. Ante el fracaso de ese programa, George W. Bush —seguimos la cita de Boron—, forma en el Departamento de Estado la comisión especial para promover el “cambio de régimen en Cuba”, es decir, para derrotar a la Revolución Cubana.

Como la mayoría de los medios de difusión en Bolivia —para escribir sobre lo que mejor conocemos—, tienen como una tarea enrolarse en campañas anticubanas para conseguir la caída del socialismo, es necesario contrarrestarlas con los medios humanos y materiales que estén a nuestro alcance. Y, en esa dirección, el objetivo no puede ser otro que conseguir la derrota de la “nueva” escalada propagandística contra Cuba; antes lo hemos conseguido, sobre todo por lo que hicieron los cubanos para fortalecer el socialismo (incluidas la información y la propaganda respecto de él) y, particularmente, porque nuestros pueblos descreen aquella labor de los medios destinada a dañar al pueblo cubano y su revolución.

Sin embargo, tenemos que evitar que aquella campaña desportille al menos el frente único de nuestros pueblos en defensa de Cuba. Sensiblemente en Uruguay, los gobernantes del Frente Amplio, han reiterado que el modelo político elegido por ellos no es el cubano, aunque su Presidente, aquí en Bolivia, aconsejó que los cubanos resuelvan sus problemas de manera soberana. En Chile, el empresario Presidente, con lo que confirma su filiación derechista, propuso la democratización de Cuba y el respeto de los derechos humanos en el país hermano. Allá él y su gobierno, pero lo que nos parece inaceptable es que el Partido Socialista, uno de los derrotados por la derecha chilena, comparta la propuesta de Piñera, según la información de los medios los que, es cierto, amplifican cualquier declaración aunque sólo sea a medias favorable a los planes conspirativos contra Cuba. Añadimos que ni en Uruguay ni en Chile pueden mostrar un régimen democrático como el cubano y la realización de los derechos humanos en la Isla alcanza niveles que en aquellos países suramericanos, en mucho, son todavía una aspiración.

Nosotros no debemos bajar la guardia y ante la campaña anticubana en marcha tenemos que redoblar la nuestra. Concretamente, sobre la Revolución Cubana, haya o no campaña en contra, sistemáticamente, debemos informar con veracidad, facilitar la comunicación del pueblo, opinar con responsabilidad e interpretar con ética. Todo, como no lo hace la mayoría de los medios de difusión
privados y los transnacionales.

Sin subestimar los riesgos, proclamamos que todos los opositores a la Revolución Cubana, organizados por los yanquis tendrán, con certeza, pies de barro, los que se derrumbarán en la primera marcha. Y la propaganda que hagan de aquélla, por feroz que sea, tendrá una mayor dosis de mentiras (como se constata a diario) y, por tanto, será más fácil derrotarla. Compartimos la afirmación de un estudioso francés que dice que la publicidad comercial y la propaganda política tienen una dosis de mentira. Sobre todo si es trazada por el imperio, agregamos.

Tenemos la certidumbre de que con Cuba y su revolución, y con nuestros pueblos, otra vez venceremos a la campaña anticubana en marcha. Esperamos, además, que ante aquellas dificultades nuestros pueblos se vuelvan sabios, como postuló un filósofo de la antigua Grecia.

1 Artículo 13/Libertad de Pensamiento y de Expresión/. 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.
2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar:
a) el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o
b) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas”. (Convención Americana sobre los Derechos Humanos, San José de Costa Rica, 1969 y Ley de Bolivia del 11 de febrero de 1993).

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