lunes, 31 de enero de 2011

Voz 52

Voz
La Paz (Bolivia), 31 de enero de 2011          Año I          No. 52

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio


Índice
La mitad de la tierra en Cuba será entregada en usufructo para ser cultivada
lucha de nuestros pueblos
Reflexiones de Fidel Castro
Es hora ya de hacer algo
Fidel Castro Ruz
Reflexiones del compañero Fidel
El Estado de la Unión
Fidel Castro Ruz
Reflexiones del compañero Fidel
La grave crisis alimentaria
Fidel Castro Ruz
Nuestra América
Sobre el Comandante de Nuestra América: www.chebolivia.org
De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.
Responsables de esta edición de Voz 51: 
Yuri Aguilar Dávalos
y Remberto Cárdenas Morales


La mitad de la tierra en Cuba será entregada en usufructo para ser cultivada
En la Mayor de las Antillas, hasta hace poco, la mitad de la tierra permanecía inculta, en un país en el que sus habitantes se alimentan con la mayor parte de productos importados.
Allí, la propuesta de política económica en ejecución busca conseguir que esas extensiones de tierra sean cultivadas y/o que en ellas pasten animales. Los últimos días, el diario cubano Granma informó que el 40 por ciento de la tierra agropecuaria de aquel país será concedida en usufructo para que sea cultivada, como ejecución de líneas de política económica que se aplican desde hace unos tres años. Líneas que integrarán, sin duda, las actualizaciones económicas y sociales que se discuten en toda Cuba y que se espera sean también aprobadas en el VI Congreso del Partido Comunista.
Un estudioso suramericano, en una nota periodística, hizo notar que aquella inmensa extensión de tierra cubana sólo puede seguir inculta como una deficiencia. Sobre todo porque muchos de los alimentos de la dieta diaria de los cubanos son internados a la Isla desde distintos países y que lo urgente es que en aquella patria caribeña se produzcan lo principal de los alimentos que requieren sus habitantes.
Pero esas tierras serán entregadas para que sean usadas por usufructuarios. El usufructo, institución jurídica que viene del derecho romano, no concede derecho de propiedad sobre el suelo sino sólo el derecho de uso. Esto quiere decir que el Estado socialista cubano seguirá como dueño de las tierras que sean cedidas para ser utilizadas, cultivadas y/o destinadas a la ganadería sin que quienes trabajen en ellas se conviertan en propietarios como consecuencia de una tenencia como usufructuarios.
Tiene especial importancia que un medio de producción como la tierra, cedida en usufructo a los futuros y actuales agropecuarios cubanos por cuenta propia, preservará su carácter público en Cuba.
La mitad de la tierra potencialmente agropecuaria que permanecía inculta en Cuba y que será entregada en usufructo a nuevos agricultores y/o ganaderos,  son líneas de política económica y serán acción para incrementar la producción agropecuaria en la Isla, lo que tanta falta le hace. En tal caso importan los resultados, aunque a la vez aquella operación implica la enmienda de una omisión de primera importancia, una actualización, en la economía socialista cubana.
Los buenos resultados que se obtengan en las tierras que serán concedidas en usufructo, con el esfuerzo de los que trabajarán por cuenta propia en el nuevo tiempo cubano, se espera que sean un aporte para la alimentación de los habitantes de la Isla indómita en un período de escasez de alimentos en el mundo, de acuerdo a explicaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO).
Cuando empezó el proceso de cesión de tierras agropecuarias en usufructo (se habló también de comodato), los propagandistas de la contrarrevolución en Miami dijeron que en Cuba se privatizaba la tierra. Algo equivalente se anota ahora y se añade, lo que es falso, que la cesión de tierras agropecuarias en usufructo, junto a los lineamientos económicos y sociales que debaten los cubanos, servirían para restablecer allí el capitalismo.
Nosotros en éste, como en otros temas referidos a la Revolución Cubana, no tenemos que asumir una actitud defensiva. A la inversa: lo que debemos hacer es informar verazmente, facilitar la comunicación de la gente del pueblo, opinar con responsabilidad e interpretar con ética, en este caso, todo lo que tenga que ver con la entrega en usufructo de las tierras incultas cubanas para la producción agropecuaria.
Una pregunta de los activistas de la solidaridad con Cuba puede ser ¿por qué luego de más de 50 años de Revolución tanta tierra labrantía permanece allí sin producir. Una respuesta preliminar es que eso falta hacer en la tierra de Martí y Fidel, pero pensemos también que ese medio de producción es una reserva que, ahora, es una potencialidad que se utilizará en beneficio del socialismo porque no habrá restablecimiento de ningún tipo de propiedad agraria capitalista.
Sin embargo, no faltan los que, sueltos de cuerpo, pretenden mostrar la concesión de aquellas tierras cubanas en usufructo, como un ejemplo del fracaso del socialismo en aquel país hermano. Decir lo último es una simplificación que no resiste una argumentación seria; no obstante, es dañina porque cuando menos pretende conseguir la desesperanza de una parte de la población boliviana e internacional que ha crecido con el ejemplo de la Revolución Cubana.
Tierras agropecuarias concedidas en usufructo en Cuba en nada lesionan los intereses de aquel pueblo hermano. A la inversa: el propósito principal es producir más para alimentar al pueblo cubano, accionar que se efectuará con el trabajo de “cuentapropistas” que se espera aporten al socialismo cubano, antes que al restablecimiento del capitalismo.
Con aquellas medidas habrá más socialismo en Cuba, ante la crisis de regímenes caducos de países árabes y de la bancarrota de la socialdemocracia que gobierna en varios países europeos.
 
Reflexiones de Fidel Castro
Es hora ya de hacer algo
(tomado de Juventud Rebelde, jueves, 20 de enero de 2011)
(El líder de la Revolución Cubana cita declaraciones e informes publicados recientemente que advierten sobre la amenaza de verdaderas hambrunas en numerosos países. Denuncia que aunque durante años se habló sobre la crisis de los alimentos originada por hechos económicos y cambios climáticos, el mayor emisor de gases contaminantes del mundo, Estados Unidos, se negaba a tomar en cuenta la opinión mundial. «Si los millones de toneladas de soya y maíz que se invertirán en biocombustibles se destinan a la producción de alimentos, la elevación inusitada de los precios se pararía, y los científicos podrían proponer fórmulas que puedan detener e incluso, revertir la situación», enfatizó Fidel y alertó: «Se ha perdido demasiado tiempo. Es hora ya de hacer algo.»)
Contaré un poco de historia.
Cuando los españoles “nos descubrieron”, hace cinco siglos, la cifra estimada de la población de la Isla no sobrepasaba los 200 mil habitantes, los cuales vivían en equilibrio con la naturaleza. Sus fuentes principales de alimentos provenían de ríos, lagos y mares ricos en proteínas; practicaban adicionalmente una agricultura rudimentaria que les suministraba calorías, vitaminas, sales minerales y fibras.
En algunas regiones de Cuba aún se practica el hábito de producir el casabe, una especie de pan elaborado con yuca. Determinados frutos y pequeños animales silvestres complementaban su dieta. Fabricaban alguna bebida con productos fermentados y aportaron a la cultura mundial la nada saludable costumbre de fumar.
La población actual de Cuba es posiblemente 60 veces mayor a la existente entonces. Aunque los españoles se mezclaron con la población autóctona, prácticamente la exterminaron con el trabajo semiesclavo en el campo y la búsqueda de oro en las arenas de los ríos.
La población indígena fue sustituida por la importación de africanos capturados a la fuerza y esclavizados, una práctica cruel que se aplicó durante siglos.
De gran importancia para nuestra existencia fueron los hábitos alimenticios creados. Fuimos convertidos en consumidores de carne porcina, bovina, ovina, leche, queso y otros derivados; trigo, avena, cebada, arroz, garbanzo, alubias, chícharos y otras leguminosas provenientes de climas diferentes.
Originalmente disponíamos de maíz, y se introdujo la caña de azúcar entre las plantas más ricas en calorías.
El café fue transferido por los conquistadores, desde el África; el cacao lo trajeron posiblemente de México. Ambos, juntos al azúcar, tabaco y otros productos tropicales, se convirtieron en enormes fuentes de recursos para la metrópoli después de la rebelión de los esclavos en Haití, ocurrida a principios del siglo XIX.
El sistema de producción esclavista perduró, de hecho, hasta la transferencia de la soberanía de Cuba a Estados Unidos por el colonialismo español que, en cruenta y extraordinaria guerra, había sido derrotado por los cubanos.
Cuando la Revolución triunfó en 1959, nuestra isla era una verdadera colonia yanki. Estados Unidos había engañado y desarmado a nuestro Ejército Libertador. No se podía hablar de una agricultura desarrollada, sino de inmensas plantaciones explotadas a base de trabajo manual y animal que en general no usaban fertilizantes ni maquinarias. Los grandes centrales azucareros eran propiedades norteamericanas. Varios de ellos poseían más de cien mil hectáreas de tierra; otros alcanzaban decenas de miles. En conjunto eran más de 150 centrales azucareros, incluidos los de propiedad de cubanos, los cuales laboraban menos de cuatro meses al año.
Estados Unidos recibió los suministros azucareros de Cuba en las dos grandes guerras mundiales, y había concedido una cuota de venta en sus mercados a nuestro país, asociada a compromisos comerciales y a limitaciones de nuestra producción agrícola, a pesar de que el azúcar era en parte producida por ellos. Otras ramas decisivas de la economía, como los puertos y refinerías de petróleo, eran propiedades norteamericanas. Sus empresas poseían grandes bancos, centros industriales, minas, muelles, líneas marítimas y férreas, además de servicios públicos tan vitales como los eléctricos y telefónicos.
Para los que deseen entender no hace falta más. A pesar de que las necesidades de producción de arroz, maíz, grasa, granos, y otros alimentos era importante, Estados Unidos imponía determinados límites a todo lo que compitiera con su propia producción nacional, incluida el azúcar subsidiada de remolacha.
Desde luego, en cuanto a la producción de alimentos es un hecho real que dentro de los límites geográficos de un país pequeño, tropical, lluvioso y ciclónico, desprovisto de maquinaria, sistemas de presas, riego, y equipamiento adecuado, Cuba no podía disponer de recursos, ni estaba en condiciones de competir con las producciones mecanizadas de soya, girasol, maíz, leguminosas y arroz de Estados Unidos. Algunas de ellas como el trigo y la cebada no podían ser producidas en nuestro país.
Cierto es que la Revolución Cubana no disfrutó un minuto de paz. Apenas se decretó la Reforma Agraria, antes de cumplirse el quinto mes del triunfo revolucionario, los programas de sabotaje, incendios, obstrucciones y empleo de medios químicos dañinos se iniciaron contra el país. Estos llegaron a incluir plagas contra producciones vitales e incluso la salud humana.
Al subestimar a nuestro pueblo y su decisión de luchar por sus derechos y su independencia cometieron un error. Por supuesto que ninguno de nosotros poseía entonces la experiencia alcanzada durante muchos años; partíamos de ideas justas y una concepción revolucionaria. Quizás el principal error de idealismo cometido, fue pensar que en el mundo había una determinada cantidad de justicia y respeto al derecho de los pueblos cuando, ciertamente, no existía en absoluto. De eso, sin embargo, no dependería  la decisión de luchar.
La primera tarea que ocupó nuestro esfuerzo fue la preparación para la lucha que se avecinaba.
La experiencia adquirida en la batalla heroica contra la tiranía batistiana, es que el enemigo, cualquiera que fuese su fuerza, no podría vencer al pueblo cubano.
La preparación del país para la lucha se convirtió en el esfuerzo principal del pueblo, y nos llevó a episodios tan decisivos como la batalla contra la invasión mercenaria promovida por Estados Unidos en abril de 1961, desembarcada en Girón escoltada por la infantería de marina y la aviación yanki.
Incapaz de resignarse a la independencia y al ejercicio de los derechos soberanos de Cuba, el gobierno de ese país adoptó la decisión de invadir nuestro territorio. La URSS no tuvo absolutamente nada que ver con el triunfo de la Revolución Cubana. Esta no asumió el carácter socialista por el apoyo de la URSS, fue a la  inversa: el apoyo de la URSS se produjo por el carácter socialista de la Revolución Cubana. De tal modo es así que cuando la URSS desaparece, a pesar de eso, Cuba siguió siendo socialista.
Por alguna vía la URSS conoció que Kennedy trataría de usar con Cuba el mismo método que ella aplicó en Hungría. Eso indujo a los errores que Jruschov cometió con relación a la Crisis de Octubre, que me vi en la necesidad de criticar. Pero no solo se equivocó Jruschov, se equivocó también Kennedy. Cuba no tenía nada que ver con la historia de Hungría, ni la URSS tuvo nada que ver con la Revolución en Cuba. Esta fue fruto única y exclusivamente de la lucha de nuestro pueblo.
Jruschov tuvo solo el gesto solidario de enviar armas a Cuba, cuando estaba amenazada por la invasión mercenaria que organizó, entrenó, armó y transportó Estados Unidos. Sin las armas enviadas a Cuba, nuestro pueblo habría derrotado a las fuerzas mercenarias como derrotó al ejército de Batista y le ocupó todo el equipo militar que poseía: 100 mil armas. Si la invasión directa de Estados Unidos contra Cuba se hubiese producido, nuestro pueblo habría estado luchando hasta hoy contra sus soldados, que con seguridad habrían tenido que luchar también contra millones de latinoamericanos. Estados Unidos habría cometido el mayor error de toda su historia, y la URSS tal vez existiría todavía.
Horas antes de la invasión, después del ataque artero a nuestras bases aéreas por aviones de Estados Unidos que portaban insignias cubanas, fue declarado el carácter socialista de la Revolución. El pueblo cubano combatió por el socialismo en aquella batalla que pasó a la historia como la primera victoria contra el imperialismo en América.
Pasaron diez presidentes de Estados Unidos, está pasando el undécimo, y la Revolución Socialista se mantiene en pie. También pasaron todos los gobiernos que fueron cómplices de los crímenes de Estados Unidos contra Cuba, y nuestra Revolución se mantiene en pie. Desapareció la URSS, y la Revolución siguió adelante.
No se llevó a cabo con permiso de Estados Unidos, sino sometida a un bloqueo cruel y despiadado; con actos terroristas que privaron de la vida o hirieron a miles de personas, cuyos autores hoy gozan de total impunidad; luchadores antiterroristas cubanos son condenados a cadena perpetua; una llamada Ley de Ajuste Cubano concede ingreso, residencia y empleo en Estados Unidos. Cuba es el único país del mundo a cuyos ciudadanos se aplica ese privilegio, que se niega a los de Haití, después del terremoto que mató más de 300.000 personas, y al resto de los ciudadanos del hemisferio, a los que el imperio persigue y expulsa. Sin embargo, la Revolución Cubana sigue en pie.
Cuba es el único país del planeta que no puede ser visitado por los ciudadanos estadounidenses; pero Cuba existe y sigue en pie, a solo 90 millas de Estados Unidos, librando su heroica lucha.
Los revolucionarios cubanos hemos cometido errores, y los seguiremos cometiendo, pero jamás cometeremos el error de ser traidores.
Nunca hemos escogido la ilegalidad, la mentira, la demagogia, el engaño al pueblo, la simulación, la hipocresía, el oportunismo, el soborno, la ausencia total de ética, los abusos de poder, incluso el crimen y las torturas repugnantes, que con obvias, aunque sin duda meritorias excepciones, han caracterizado la conducta de los presidentes de Estados Unidos.
En este momento la humanidad está enfrentando problemas serios y sin precedentes. Lo peor es que en gran parte las soluciones dependerán de los países más ricos y desarrollados, quienes llegarán a una situación que realmente no están en condiciones de enfrentar sin que se les derrumbe el mundo que han estado tratando de moldear en favor de sus intereses egoístas, y que inevitablemente conduce al desastre.
No hablo ya de guerras, cuyos riesgos y consecuencias han transmitido personas sabias y brillantes, incluidas muchas norteamericanas.
Me refiero a la crisis de los alimentos originada por hechos económicos y cambios climáticos que aparentemente son ya irreversibles como consecuencia de la acción del hombre, pero que de todas formas la mente humana está en el deber de enfrentar apresuradamente.
Durante años, que en realidad fue tiempo perdido, se habló del asunto. Pero el mayor emisor de gases contaminantes del mundo, Estados Unidos, se negaba sistemáticamente a tomar en cuenta la opinión mundial. Dejando a un lado el protocolo y demás tonterías habituales en los hombres de Estado de las sociedades de consumo, que en su acceso al poder los suele atolondrar la influencia de los medios de información masiva, la realidad es que no prestaron atención al asunto. Un hombre alcoholizado, cuyos problemas eran conocidos, y no necesito nombrar, impuso su línea a la comunidad internacional.
Los problemas han tomado cuerpo ahora de súbito, a través de fenómenos que se están repitiendo en todos los continentes: calores, incendios de bosques, pérdidas de cosechas en Rusia, con numerosas víctimas; cambio climático en China, lluvias excesivas o sequías; pérdidas progresivas de las reservas de agua en el Himalaya, que amenazan India, China, Pakistán y otros países; lluvias excesivas en Australia, que inundaron casi un millón de kilómetros cuadrados; olas de frío insólitas y extemporáneas en Europa, con afectaciones considerables en la agricultura; sequías en Canadá; olas inusuales de frío en ese país y en Estados Unidos; lluvias sin precedentes en Colombia, que afectaron millones de hectáreas cultivables; precipitaciones nunca vistas en Venezuela; catástrofes por lluvias excesivas en las grandes ciudades de Brasil y sequías en el sur. Prácticamente no existe región en el mundo donde tales hechos no hayan tenido lugar.
Las producciones de trigo, soya, maíz, arroz, y otros numerosos cereales y leguminosas, que constituyen la base alimenticia del mundo —cuya población asciende hoy, según cálculos a casi 6.900 millones de habitantes, ya se acerca a la cifra inédita de 7 mil millones, y donde más de mil millones sufren hambre y desnutrición— están siendo afectados seriamente por los cambios climáticos, creando un gravísimo problema en el mundo. Cuando las reservas no se han recuperado totalmente, o solo en parte para algunos renglones, una grave amenaza ya está creando problemas y desestabilización en numerosos Estados.
Más de 80 países, todos ellos del Tercer Mundo, ya de por sí con dificultades reales, están amenazados con verdaderas hambrunas.
Me limitaré a citar estas declaraciones e informes, de forma muy sintetizada, que se vienen publicando en los últimos días:
“La ONU advierte del riesgo de una nueva crisis alimentaria.
“11 de enero de 2011 (AFP)”
“‘Estamos ante una situación muy tensa’…” Coincidió la FAO.
“Unos 80 países enfrentan un déficit de alimentos…”
“El índice global de precios de productos agropecuarios de base (cereales, carne, azúcar, oleaginosos, lácteos) se sitúa actualmente en su nivel máximo desde que la FAO empezó a elaborar ese índice hace 20 años.”
“NACIONES UNIDAS, enero (IPS),”
“La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con sede en Roma, alertó la semana pasada que los precios mundiales del arroz, el trigo, el azúcar, la cebada y la carne [...] registrarán significativos aumentos en 2011…”
“PARIS, 10 de enero (Reuters).- El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, llevará esta semana a Washington su campaña para enfrentar los altos precios globales de los alimentos…”
“Basilea (Suiza), 10 enero (EFE).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, portavoz de los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los 10 (G-10), alertó hoy de la fuerte subida del precio de los alimentos y de la amenaza inflacionista en las economías emergentes.”
“Banco Mundial teme una crisis en el precio de los alimentos, 15 de enero (BBC)
“El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, le dijo a la BBC que la crisis sería más profunda que la de 2008.”
“MEXICO DF, 7 de enero (Reuters)”
“El ritmo anual de inflación de los alimentos se triplicó en México en noviembre comparado con dos meses antes…”
“Washington, 18 enero (EFE)
“El cambio climático agravará la falta de alimentos, según un estudio”
“‘Desde hace más de 20 años los científicos han alertado sobre el impacto del cambio climático, pero nada cambia aparte del aumento de las emisiones que causan el calentamiento global’, dijo a Efe Liliana Hisas, directora ejecutiva de la filial estadounidense de esta organización.
“Osvaldo Canziani, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2007 y asesor científico del informe, indicó que ‘en todo el mundo se registrarán episodios meteorológicos y condiciones climáticas extremas, y los aumentos de la temperatura media superficial exacerbarán la intensidad de esos episodios’.”
“(Reuters) enero 18, Argelia compra trigo para evitar escasez y disturbios.
“La agencia estatal de granos de Argelia ha comprado alrededor de 1 millón de toneladas de trigo en las últimas dos semanas para evitar la escasez en caso de disturbios, dijo a Reuters una fuente del Ministerio de Agricultura.”
“(Reuters) enero 18, Trigo sube fuerte en Chicago tras compras de Argelia.”
“El Economista, 18 Enero, 2011
“Alerta mundial por precio de alimentos”
“Entre las principales causas están las inundaciones y sequías ocasionadas por el cambio climático, el uso de alimentos para producir biocombustibles y la especulación en el precio de los commodities.”
Los problemas son dramáticamente serios. No todo sin embargo, está perdido.
La producción actual calculada de trigo alcanzó la cifra de casi 650 millones de toneladas.
La de maíz, rebasa esa cantidad, y se acerca a los 770 millones de toneladas.
La soya podría acercarse a los 260 millones, de los cuales Estados Unidos calcula 92 millones y Brasil 77. Son los dos mayores productores.
Los datos en general de gramíneas y leguminosas disponibles en el 2011 son conocidos.
El primer asunto a resolver por la comunidad mundial sería escoger entre alimentos y biocombustibles. Brasil, un país en desarrollo, desde luego tendría que ser compensado.
Si los millones de toneladas de soya y maíz que se invertirán en biocombustibles se destinan a la producción de alimentos, la elevación inusitada de los precios se pararía, y los científicos del mundo podrían proponer fórmulas que de alguna forma puedan detener e incluso, revertir la situación.
Se ha perdido demasiado tiempo. Es hora ya de hacer algo.
Fidel Castro Ruz
Enero 19 de 2011

Reflexiones del compañero Fidel
El Estado de la Unión
(Tomado de CubaDebate)
Se esperaba con interés el discurso del Presidente sobre el tema, después de sus palabras el 12 de enero en la Universidad de Tucson, Arizona, sobre la matanza que había tenido lugar en aquella ciudad cuatro días antes. Seis personas murieron y 14 fueron heridas, entre ellas, la joven congresista demócrata Gabrielle Giffords, electa por tercera vez al Congreso de Estados Unidos, la cual se oponía a la Ley antiinmigrante de aquel Estado, que fue parte del territorio arrebatado a México en la injusta guerra de 1848.
El Tea Party, la derecha fascista del Partido Republicano, había obtenido un notable éxito entre los electores que se toman la molestia de ejercer el derecho a votar en las elecciones de ese país.
La población de Arizona, como la del resto de Estados Unidos, reaccionó con indignación. Su conducta fue sin duda correcta, y así lo expresé.
Nunca he dudado de los factores éticos que suelen ser características de los pueblos, con independencia de la política de los gobiernos.
Si aquel discurso de Obama fue omiso, en cuanto a la increíble muestra de primitivismo que refleja el uso generalizado y prácticamente irrestricto de mortíferas armas de fuego, el mensaje sobre el Estado de la Unión merece un análisis político y ético, ya que Estados Unidos es una superpotencia de la que, con independencia del Presidente y el Congreso, depende, entre otros importantes factores, el destino de la especie humana.
Ningún país aislado tiene ni puede tener respuesta a los problemas que hoy enfrenta el mundo.
Obama, en primer lugar, está envuelto en un proceso electoral. Tiene que hablar para los demócratas y los republicanos, los que votan y los que no votan, los multimillonarios y los pordioseros, los protestantes y los católicos, los cristianos y los musulmanes, los creyentes y los no creyentes, los negros y los blancos, los que apoyan y los que no apoyan las investigaciones con células madres, los homosexuales y los heterosexuales, cada ciudadano y su opuesto; para terminar clamando que todos son norteamericanos, como si el 95,5%, es decir, el resto de los 6.900 millones de habitantes del planeta, no existieran.
En las primeras páginas de su intervención de una hora, entró en materia afirmando:
"En este momento lo que está en juego no es quién ganará las próximas elecciones [...] Lo que está en juego es si se originan nuevos empleos e industrias [...] si podemos mantener el liderazgo que hizo de Estados Unidos no sólo un punto en el mapa, sino la luz en el mundo.
"Estamos listos para el progreso. [...] la bolsa se ha recuperado con fervor. Las ganancias de las corporaciones son más altas. La economía está volviendo a crecer."
Inmediatamente después de estas palabras nos trata de conmover con un pasaje que pareciera extraído de un conocido filme norteamericano, que la gente de mi generación recuerda: "Lo que el viento se llevó", relacionado con la terrible guerra civil entre el norte industrial y el sur esclavista y agrario en los años del hombre excepcional que fue Abraham Lincoln.
"Ese mundo ha cambiado. Y para muchos, el cambio ha sido doloroso —nos dijo Obama—. Lo he visto en las ventanas tapiadas de fábricas otrora prósperas y las vitrinas vacías de calles principales antes concurridas. Lo he oído en la frustración de estadounidenses que han visto la disminución de sus cheques de pago o la desaparición de sus empleos; hombres y mujeres orgullosos de su trabajo que piensan que les cambiaron las reglas a medio partido."
"Las siderúrgicas que alguna vez necesitaban 1,000 trabajadores ahora pueden hacer el mismo trabajo con 100."
"Mientras tanto, países como China e India se dieron cuenta de que con algunos cambios propios, podían competir en este nuevo mundo. [...] Hace poco, China se convirtió en la sede de la mayor planta privada de investigación solar del mundo y la más rápida computadora del mundo."
"... pero Estados Unidos aún tiene la mayor y más próspera economía del mundo."
"Sabemos lo que se requiere para competir por los empleos y las industrias de nuestros tiempos. Necesitamos innovar más, educar mejor y construir más que el resto del mundo. Debemos hacer de Estados Unidos el mejor lugar del mundo para hacer negocios. [...] Y esta noche me gustaría hablar sobre cómo llegar allí."
Obama no habla nunca de las grandes empresas monopólicas que hoy controlan y saquean los recursos del planeta. No menciona jamás el acuerdo de Bretton Woods, el sistema impuesto a un mundo arruinado por la guerra, en el que Estados Unidos asumió el control de las instituciones financieras y del Fondo Monetario Internacional, donde mantiene férreamente el poder de veto. Jamás dice una palabra de la colosal estafa de Nixon en 1971, cuando suspendió unilateralmente la conversión del dólar en oro, imprimió billetes norteamericanos sin límite alguno y adquirió incontables bienes y riquezas en el mundo, que pagó fundamentalmente con papeles, cuyo valor en 40 años se redujo al 2,5% del que entonces tenía.
Obama gusta de relatar, en cambio, historias líricas sobre pequeños empresarios que supuestamente deslumbran, embelesan y conmueven a los oyentes que no estén advertidos de la realidad. Su oratoria, su estilo y su tono parecen diseñados para escuchar, como niños disciplinados, sus conmovedores cuentos.
"Robert y Gary Allen son hermanos que tienen una pequeña compañía de techado en Michigan. Después del 11 de septiembre, ofrecieron a sus mejores obreros para ayudar a reparar el Pentágono. Pero la recesión los afectó mucho, y su fábrica estaba operando a la mitad de su capacidad. Hoy en día, con ayuda de un préstamo del gobierno, ese espacio se está usando para fabricar tejas fotovoltaicas que se están vendiendo en todo el país. En palabras de Robert, ‘Nos reinventamos’.
"Estamos lanzando un desafío. Estamos diciéndoles a los científicos e ingenieros de Estados Unidos que si constituyen equipos con los mejores cerebros en su campo, si se concentran en los problemas más difíciles de energía limpia, financiaremos los proyectos Apolo de nuestra era."
De inmediato nos deja sin respiración:
"En el California Institute of Technology, están desarrollando una manera de convertir energía solar y agua en combustible para nuestros vehículos."
¡Se salvó el planeta! O, al menos, no morirá por exceso de CO2 o por falta de energía. Me trae a la memoria una historia de hace más de 40 años, cuando un grupo emprendedor de jóvenes científicos me hablaron con gran entusiasmo de esa misma idea a partir de principios teóricos, y en mi ciega fe científica traté de buscarles todo lo que solicitaban, incluida la instalación aislada donde se pasaron años con tal ánimo que hasta les estalló un motor que por poco mata a un grupo de ellos, y a pesar de eso continuaron la tarea.
No niego nada, y menos a un súper instituto de California pero, por favor, señor Presidente, informe al mundo sobre esa posibilidad para que otros muchos científicos trabajen en esa misma dirección. No es cuestión de ganancias, la humanidad estará dispuesta a pagarle todo lo que sus científicos quieran, y estoy casi seguro de que hasta Michael Moore aplaudiría que le concedieran a usted 10 premios Nobel.
De inmediato, y tras otro alentador comentario sobre Oak Ridge National Laboratory, y supercomputadoras para que las instalaciones nucleares produzcan más energía, el Presidente nos asegura: "Con más investigación e incentivos, podemos acabar con nuestra dependencia del petróleo, con biocombustibles, y convertirnos en el primer país en tener un millón de vehículos eléctricos en marcha para el 2015. (Aplausos.)"
Imperturbable, el Presidente prosigue:
"Pónganse a pensar. En los próximos diez años casi la mitad de todos los nuevos empleos requerirán educación superior, no solo estudios secundarios. Sin embargo, hasta un cuarto de nuestros estudiantes ni siquiera están terminando la secundaria. La calidad de nuestra enseñanza de matemáticas y ciencias es inferior a la de muchos otros países. Estados Unidos ha pasado a ser el noveno en términos de la proporción de jóvenes con un grado universitario. Entonces la pregunta es si nosotros, como ciudadanos y como padres, estamos dispuestos a hacer lo necesario para darle a cada niño la oportunidad de tener éxito."
"... lograremos la meta que tracé hace dos años: que para fines de esta década, Estados Unidos tenga la más alta proporción de graduados universitarios en el mundo. (Aplausos.)"
"Otros vienen del extranjero a estudiar en nuestras instituciones superiores y universidades. Pero apenas obtienen su título, los enviamos de regreso a su país para que compitan contra nosotros. No tiene ningún sentido."
Por supuesto que este robo insólito y confeso de cerebros, que a nuestro amigo Obama ni siquiera le interesa disimular, debemos excusárselo en consideración a su pasión por la ciencia y la sana competencia.
"El tercer paso para ganarnos el futuro es reconstruir Estados Unidos. Para atraer nuevas empresas a nuestras costas, necesitamos las vías más rápidas para transportar gente, productos e información, desde trenes de alta velocidad hasta Internet de alta velocidad.
"Nuestra infraestructura solía ser la mejor, pero ya no somos los primeros. Las viviendas de Corea del Sur ahora tienen mejor acceso al Internet que las nuestras. Rusia y países en Europa invierten más en sus carreteras y ferrocarriles que nosotros. China construye trenes más rápidos y aeropuertos más nuevos."
"... en los dos últimos años hemos empezado a reconstruir para el siglo XXI un proyecto que ha generado miles de empleos bien remunerados en el muy afectado sector de la construcción. Y esta noche, les propongo redoblar esos esfuerzos."
"En los próximos 25 años, nuestra meta es darles al 80% de los estadounidenses, acceso a trenes de alta velocidad."
"En los próximos cinco años, haremos posible que las empresas hagan llegar la siguiente generación de tecnología inalámbrica de alta velocidad al 98% de los estadounidenses. [...] Significa que desde una comunidad rural en Iowa o Alabama, los trabajadores y pequeños empresarios podrán vender sus productos en todo el mundo."
"... harán que Estados Unidos sea un lugar mejor para hacer negocios y generar empleo."
"… un ejército de cabilderos ha hecho que el código tributario favorezca a ciertas compañías e industrias."
"... nos hemos puesto la meta de aumentar al doble nuestras exportaciones para el 2014, porque cuanto más exportemos, más empleos creamos en el país. [...] Recientemente firmamos acuerdos con India y China que respaldarán más de 250,000 empleos aquí en Estados Unidos."
"... dejé en claro que [...] sólo suscribiría pactos que beneficiaran a los trabajadores estadounidenses y promovieran empleos en Estados Unidos. [...] es lo que pretendo hacer al procurar acuerdos con Panamá y Colombia... "
Algunas de las cosas que narra Obama dan una idea de los dramáticos sufrimientos que en pleno siglo XXI tienen que soportar los más pobres en su propio país. Por ejemplo, nos cuenta:
"No estoy dispuesto a decirle a James Howard, paciente de Texas con cáncer al cerebro, que es posible que no se cubra su tratamiento."
"Vivimos con un legado de gasto en déficit que se inició hace casi una década. Y tras la crisis financiera, algo de eso fue necesario para continuar el flujo de crédito, preservar empleos y poner dinero en el bolsillo de la gente."
"... esta noche estoy proponiendo que a partir de este año congelemos el gasto nacional anual durante los próximos cinco años."
"El secretario de Defensa también ha aceptado recortar decenas de miles de millones de dólares en gastos de los que él y sus generales consideran pueden prescindir."
"Y si realmente nos importa nuestro déficit, simplemente no podemos darnos el lujo de una extensión permanente de recortes tributarios para el 2% más acaudalado de los estadounidenses. Antes de quitarles dinero a nuestras escuelas o becas a los estudiantes, debemos exigir que los millonarios renuncien a su recorte tributario."
"Ya que ustedes merecen saber cuándo sus funcionarios públicos se reúnen con cabilderos, le pediré al Congreso que haga lo que la Casa Blanca ya ha hecho: sacar esa información en Internet."
Pienso que la simple presencia de un ejército de cabilderos laborando y negociando con los congresistas, constituye un hecho bochornoso para cualquier país civilizado.
"... el ejemplo moral de Estados Unidos debe brillar siempre para todos aquellos que anhelan la libertad, y la justicia y dignidad", nos dice el señor Obama, y acto seguido pasa a otro tema.
"Consideren Irak, de donde casi 100,000 de nuestros valientes hombres y mujeres han salido con la frente en alto."
¡Misión cumplida!, recordé.
"Gracias a la aprobación por republicanos y demócratas del Nuevo Tratado START —continúa Obama— se emplazarán mucho menos armas y lanzadores nucleares."
"Debido a un esfuerzo diplomático para insistir en que Irán cumpla con sus obligaciones, el gobierno de Irán ahora enfrenta sanciones más duras, sanciones más estrictas que nunca antes. Y en la Península de Corea, respaldamos a nuestro aliado Corea del Sur e insistimos en que Corea del Norte cumpla con su compromiso de abandonar las armas nucleares."
El Presidente, como se puede observar, no menciona una sola palabra del asesinato selectivo de científicos iraníes realizado por los órganos de inteligencia de Estados Unidos y sus aliados, que él conoce perfectamente bien.
En cambio, nos amplía la información:
"Estas son apenas algunas de las formas en las que estamos forjando un mundo que favorece la paz y prosperidad. Con nuestros aliados en Europa, revitalizamos la OTAN y aumentamos nuestra cooperación en todo, desde antiterrorismo hasta defensa antimisiles."
Por supuesto que nuestro ilustre amigo no dice una palabra sobre la urgente necesidad de impedir que el calentamiento global prosiga su incremento acelerado, ni de las lluvias catastróficas y las nevadas que acaban de golpear al mundo, ni de la crisis alimentaria que en estos momentos amenaza a 80 países del Tercer Mundo, ni por supuesto de las decenas de millones de toneladas de maíz y soya que las grandes empresas de Estados Unidos están consagrando a la producción de biocombustible, mientras la población mundial, que ya alcanza los 6.900 millones de habitantes, ascenderá a 7.000 millones dentro de 18 meses.
"En marzo —continúa Obama— viajaré a Brasil, Chile y El Salvador para forjar nuevas alianzas en todo el continente americano."
En Brasil, desde luego, podrá apreciar los estragos y los muertos y desaparecidos causados por las lluvias sin precedentes que acaban de tener lugar en Río de Janeiro y Sao Paulo. Será sin duda ocasión propicia para autocriticar el hecho de que Estados Unidos se negó a suscribir el acuerdo de Kyoto, e impulsó, ya bajo su propio gobierno, la política suicida de Copenhague.
En Chile, la política ahora se complica. Es de suponer que alguien debe rendir tributo a Salvador Allende, y los miles de chilenos asesinados por la tiranía de Pinochet, que Estados Unidos impuso a Chile.
A ello se añade lo que más adelante explico. Otra situación embarazosa debe producirse en El Salvador, donde las armas suministradas por Estados Unidos y las fuerzas entrenadas y educadas en las escuelas militares de contrainsurgencia de Estados Unidos, torturaron y cometieron horribles crímenes contra los combatientes del FMLN, cuyo partido obtuvo el voto electoral de la mayoría en fecha reciente.
Apenas es posible creer lo que se lee a continuación, cuando el Presidente afirma:
"Alrededor del mundo, estamos apoyando a quienes asumen responsabilidad, ayudando a agricultores a cultivar más alimentos; apoyando a médicos para que cuiden a los enfermos...". Muchas personas conocen lo que Estados Unidos hizo con nuestros médicos en Venezuela y otros países de América Latina, fraguando planes para promover deserciones y ofreciéndoles visas y dinero en Estados Unidos para que abandonaran su dura y abnegada tarea. Nadie ignora tampoco los acuerdos de libre comercio y los enormes subsidios a los productos agrícolas de Estados Unidos para arruinar a los productores de cereales y granos en América Latina. Con esas prácticas arruinaron la producción de maíz y otros cereales en México, haciéndolo dependiente de la agricultura norteamericana.
En naciones tan pobres como Haití, que casi se autoabastecía de arroz, las transnacionales arruinaron la producción a base de excedentes subsidiados e impidieron que el país se abasteciera de ese renglón y ofreciera creciente empleo a miles de trabajadores haitianos. Ahora resulta que, según el discurso de Obama, Estados Unidos es el campeón olímpico de la asistencia médica y de la honradez administrativa en el mundo. Estos temas son extensos y difíciles de recoger en una sola Reflexión.
Queremos recordar que los países industrializados, son los principales saqueadores de los médicos e investigadores científicos de los países del Tercer Mundo. El presupuesto militar de Estados Unidos supera el de todos los demás países juntos; sus exportaciones de armas duplican o triplican a las de los demás estados; sus arsenales nucleares desplegados suman más de 5.000 armas estratégicas; sus bases militares en el exterior superan las 500; sus portaaviones nucleares y flotas navales dominan todos los mares del planeta. ¿Acaso el sueño americano "puede ser modelo para el mundo"? ¿A quién pretende engañar el Presidente de Estados Unidos con ese discurso?
En las páginas finales de su delirante mensaje exclamó:
"Es por ese sueño que me paro ante ustedes esta noche. Es por ese sueño que un muchacho de la clase obrera de Scranton puede sentarse detrás de mí. Es por ese sueño que alguien que comenzó barriendo el piso del bar de su padre en Cincinnati puede ser presidente de la Cámara de Representantes en el más grandioso país del mundo."
"Y ese sueño es el caso de un pequeño empresario llamado Brandon Fisher."
"Brandon comenzó una empresa en Berlin, Pensilvania, que se especializa en un nuevo tipo de tecnología de perforación. Y un día el verano pasado, vio la noticia de que al otro lado del mundo, 33 hombres estaban atrapados en una mina de Chile y nadie sabía cómo salvarlos.
"Pero Brandon pensó que su compañía podía ayudar. Y entonces, formuló un rescate que llegaría a conocerse como el Plan B. Sus empleados trabajaron día y noche para fabricar el equipo necesario de perforación. Y Brandon partió para Chile.
"Junto con otros, comenzó a perforar en el suelo un hoyo de 2,000 pies, trabajando tres o cuatro horas —tres o cuatro días a la vez sin dormir. Treinta y siete días más tarde, el Plan B tuvo éxito, y se rescató a los mineros. (Aplausos.) Pero debido a que no quería toda esa atención, Brandon no estuvo allí cuando los mineros salieron a la superficie. Ya había regresado a casa, a trabajar en su próximo proyecto.
"Y más adelante uno de sus empleados dijo sobre el rescate, ‘Probamos que Center Rock es una empresa pequeña pero hacemos grandes cosas’. (Aplausos.)"
Obama habló la noche del 25 para el 26. Hoy, 27 de enero, la agencia de noticias norteamericana AP comunicó a la prensa mundial lo siguiente:
"El jefe de los rescatistas que recuperaron con vida a los 33 mineros atrapados durante 69 días en el fondo de una mina en Chile corrigió al presidente Barack Obama sobre el rol de un estadounidense en el rescate.
"‘Creer que fueron ellos únicamente los partícipes del éxito creo que es demasiado. No me parece correcto’, dijo al matutino El Mercurio el ingeniero —chileno— Jorge Sougarret, quien dirigió las tareas de rescate de los mineros en octubre."
"Obama señaló que —Brandon Fisher— ‘... vio una noticia que provenía del otro lado del mundo, 33 hombres estaban atrapados en una mina chilena y nadie sabía cómo podrían salvarlos’.
"... Fisher ‘eligió un proyecto de rescate, conocido como Plan B. Sus empleados trabajaron contra el reloj para fabricar el equipo necesario para el rescate. Treinta y siete días después el Plan B tuvo éxito y los mineros fueron rescatados’.
"Sougarret precisó que Fisher no diseñó el plan de rescate, uno de los tres que se usaron para sacar a la superficie a los mineros, sino que su empresa aportó los martillos usados por las perforadoras. Y que le pagaron 100.000 dólares por los martillos.
"‘Lo que ellos hicieron fue poner a disposición nuestra una técnica, como hubo otras más. No fue la exclusiva. Por eso se llamó Plan B. Y el Plan A y C siguieron funcionando. Por lo tanto no es una operación exclusiva lo que ellos hicieron. Sin duda que su equipo completo tuvo participación que permitió finalmente que llegáramos al éxito’, apuntó Sougarret.
"El jefe de los rescatistas, gerente de uno de los cinco grandes yacimientos estatales de cobre, dijo que el equipo técnico integrado por la estatal Codelco y dos grandes mineras privadas resolvió la ejecución del Plan B que culminó con éxito el 13 de octubre con el rescate a través de una sonda introducida por la perforación."
Después de exaltar la proeza de la pequeña empresa Center Rock, independientemente de los méritos personales y la capacidad que pueda tener el joven Brandon Fisher, Obama, en su desmedida apología que lo llevó a no mencionar siquiera el esfuerzo de los rescatistas chilenos que llevaban semanas laborando arduamente para salvar los mineros atrapados, culminó su encendida perorata:
"La idea de Estados Unidos perdura. Nuestro destino sigue siendo lo que decidamos que sea. Y esta noche, más de dos siglos más tarde, es gracias a nuestra gente que nuestro futuro está lleno de esperanza, nuestra travesía continúa y el estado de nuestra nación es sólido.
"Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos de Norteamérica. (Aplausos.)"
Es difícil que Dios pueda bendecir tanta mentira.
Fidel Castro Ruz
Enero 27 de 2011
7 y 12 p.m.

Reflexiones del compañero Fidel
La grave crisis alimentaria
Hace solo 11 días, el 19 de enero, bajo el título de “Es hora ya de  hacer algo”, escribí:
“Lo peor es que en gran parte las soluciones dependerán de los países más ricos y desarrollados, quienes llegarán a una situación que realmente no están en condiciones de enfrentar sin que se les derrumbe el mundo que han estado tratando de moldear…
“No hablo ya de guerras, cuyos riesgos y consecuencias han transmitido personas sabias y brillantes, incluidas muchas norteamericanas.
“Me refiero a la crisis de los alimentos originada por hechos económicos y cambios climáticos que aparentemente son ya irreversibles como consecuencia de la acción del hombre, pero que de todas formas la mente humana está en el deber de enfrentar apresuradamente.
“Los problemas han tomado cuerpo ahora de súbito, a través de fenómenos que se están repitiendo en todos los continentes: calores, incendios de bosques, pérdidas de cosechas en Rusia [...] cambio climático en China [...] pérdidas progresivas de las reservas de agua en el Himalaya, que amenazan India, China, Pakistán y otros países; lluvias excesivas en Australia, que inundaron casi un millón de kilómetros cuadrados; olas de frío insólitas y extemporáneas en Europa  [...] sequías en Canadá; olas inusuales de frío en ese país y en  Estados Unidos…”
Mencioné igualmente las lluvias sin precedentes en Colombia, Venezuela  y Brasil.
Informé en aquella Reflexión que “Las producciones de trigo, soya, maíz, arroz, y otros numerosos cereales y leguminosas, que constituyen la base alimenticia del mundo —cuya población asciende hoy, según cálculos a casi 6.900 millones de habitantes, ya se acerca a la cifra inédita de 7 mil millones, y donde más de mil millones sufren hambre y desnutrición— están siendo afectadas seriamente por los cambios  climáticos, creando un gravísimo problema en el mundo.”
El sábado 29 de enero el boletín diario que recibo con noticias de Internet, reprodujo un artículo de Lester R. Brown publicado en el sitio web Vía Orgánica, fechado el 10 de enero, cuyo contenido, a mi  juicio, debe ser ampliamente divulgado.
Su autor es el más prestigioso y laureado ecologista norteamericano, quien ha venido advirtiendo el efecto dañino del creciente y cuantioso volumen de CO2 que se viene lanzando a la atmósfera. De su bien fundamentado artículo, tomaré solo párrafos que explican de forma  coherente sus puntos de vista.
“Al comenzar el nuevo año, el precio del trigo alcanza niveles sin precedentes…
“…la población mundial, casi se ha duplicado desde 1970, aún seguimos creciendo a un ritmo de 80.000.000 de personas cada año. Esta noche, habrá 219.000 bocas más que alimentar en la mesa y muchas de ellas se encontrarán con los platos vacíos. Otras 219.000 se sumarán a nosotros mañana por la noche. En algún momento este crecimiento incesante comienza a ser demasiado para las capacidades de los agricultores y los límites de los recursos terrestres e hídricos del planeta.
“El aumento en el consumo de carne, leche y huevos en los países en desarrollo que crecen rápido no tiene precedentes.
“En los Estados Unidos, donde se cosecharon 416.000.000 de toneladas de granos en 2009, 119.000.000 de toneladas se enviaron a las destilerías de etanol a fin de producir combustible para los  automóviles. Eso bastaría para alimentar a 350.000.000 de personas al año. La enorme inversión de los Estados Unidos en las destilerías de etanol crea las condiciones para la competencia directa entre los  automóviles y las personas por la cosecha de granos mundial. En  Europa, donde buena parte del parque automotor se mueve con combustible diesel, existe una demanda creciente de combustible diesel producido a partir de plantas, sobre todo a partir del aceite de colza y de palma. Esta demanda de cultivos portadores de aceite no solo reduce la superficie disponible para producir cultivos alimentarios en Europa, sino que también acelera el desbroce de los bosques tropicales en Indonesia y Malasia a favor de las plantaciones productoras de aceite de palma.
“…el crecimiento anual del consumo de granos en el mundo desde un promedio de 21.000.000 de toneladas anuales en el período de 1990 a 2005 ascendió hasta  41.000.000 de toneladas al año en el período 2005 a 2010. La mayor parte de este salto enorme puede atribuirse a la orgía de inversiones en destilerías de etanol en los Estados Unidos entre 2006 y 2008.
“Al propio tiempo que se duplicaba la demanda anual de crecimiento de granos, surgían nuevas limitaciones por el lado de la oferta, inclusive cuando se intensificaban aquellas de larga data como la erosión de los suelos. Se calcula que la tercera parte de las tierras cultivables del mundo pierden la capa vegetal más rápido que el tiempo que se necesita para la formación del suelo nuevo a través de los procesos naturales, perdiéndose así su productividad inherente. Están en el proceso de formación dos grandes masas de polvo. Una se extiende por el noroeste de China, el oeste de Mongolia y el Asia Central; la otra se ubica en el África Central. Cada una de ellas es mucho mayor que la masa de polvo que afectó a los Estados Unidos en el decenio de 1930.
“Las imágenes de satélite muestran un flujo constante de tormentas de polvo que parten de estas regiones y generalmente cada una de ellas transporta millones de toneladas de capa vegetal valiosa.
“Mientras tanto, el agotamiento de los acuíferos reduce rápidamente la extensión de las áreas irrigadas de muchas partes del mundo: este fenómeno relativamente reciente es propiciado por el empleo a gran escala de las bombas mecánicas para extraer el agua subterránea. En la actualidad, la mitad de la población del mundo vive en países donde los niveles freáticos descienden a medida que el bombeo excesivo agota los acuíferos. Una vez que se agota un acuífero hay que reducir necesariamente el bombeo según el ritmo de reposición si no se quiere que se convierta en un acuífero fósil (no renovable), en cuyo caso el bombeo cesará totalmente. Pero más tarde o más temprano los niveles freáticos descendentes se traducen en una elevación de los precios de los alimentos.
“Las extensiones irrigadas disminuyen en el Oriente Medio, sobre todo en Arabia Saudita, Siria, Iraq y posiblemente Yemen. En Arabia Saudita, que dependía totalmente de un acuífero fósil hoy agotado para su autosuficiencia en cuanto al trigo, la producción experimenta una caída libre. Entre 2007 y 2010, la producción de trigo saudita descendió en más de dos tercios.
“El Medio Oriente árabe es la región geográfica donde las escaseces de agua crecientes provocan la mayor reducción de la cosecha de granos. Pero los déficit de agua realmente elevados están en la India donde según las cifras del Banco Mundial hay 175.000.000 de personas que se alimentan de granos producidos mediante el bombeo excesivo [...] En los Estados Unidos, el otro gran productor de granos del mundo, se reduce el área irrigada en estados agrícolas fundamentales como California y Texas.
“El ascenso de la temperatura también hace que resulte más difícil aumentar la cosecha mundial de granos con la rapidez suficiente para ir a la par del ritmo sin precedentes de la demanda. Los ecologistas que se ocupan de los cultivos tienen su propia regla generalmente aceptada: por cada elevación de un grado Celsio en la temperatura por encima del nivel óptimo durante la temporada de crecimiento cabe esperar un descenso del 10% en el rendimiento de los granos.
“Otra tendencia emergente que amenaza a la seguridad alimentaria es el derretimiento de los glaciares de montañas. Esto es especialmente preocupante en los Himalayas y la meseta del Tibet, donde el hielo que se derrite procedente de los glaciares alimenta no solo a los grandes ríos de Asia durante la estación seca como el Indo, el Ganges, el Mekong, el Yangtzé y el Amarillo sino también los sistemas de regadío que dependen de estos ríos. Sin este derretimiento de los hielos la cosecha de granos experimentaría una gran caída y los precios ascenderían proporcionalmente.
“Por último, y a largo plazo, los casquetes de hielo que se derriten en Groenlandia y el oeste de la Antártica, unido a la expansión térmica de los océanos, amenaza con elevar el nivel del mar hasta seis pies durante este siglo. Incluso una elevación de tres pies provocaría la inundación de las tierras arroceras de Bangladesh. También dejaría bajo agua a buena parte del Delta del Mekong, donde se produce la mitad del arroz de Viet Nam, el segundo exportador de arroz del mundo. En total, hay aproximadamente 19 deltas fluviales productores de arroz en Asia donde las cosechas se reducirían considerablemente a causa de la elevación del nivel del mar.
“La inquietud de estas últimas semanas es sólo el principio. Ya no se trata de un conflicto entre grandes potencias fuertemente armadas sino más bien de mayores escaseces de alimentos y precios ascendentes de los productos alimentarios (y del trastorno político a que esto conduciría) que amenazan a nuestro futuro mundial. A no ser que los gobiernos procedan pronto a revisar las cuestiones de seguridad y desvíen los gastos de usos militares hacia la mitigación del cambio climático, la eficiencia hídrica, la conservación de los suelos y la estabilización demográfica, según toda probabilidad el mundo enfrentará un futuro de más inestabilidad climática y volatilidad de los precios de los alimentos. Si se siguen haciendo las cosas como hasta ahora, los precios de los alimentos solo tenderán a subir.”
El orden mundial existente lo impuso Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial, y reservó para sí todos los privilegios.
Obama no tiene forma de administrar la olla de grillos que han creado. Hace unos días se derrumbó el gobierno de Túnez, donde Estados Unidos había impuesto el neoliberalismo y estaba feliz de su proeza política. La palabra democracia había desparecido del escenario. Es increíble como ahora, cuando el pueblo explotado derrama su sangre y asalta las tiendas, Washington expresa su felicidad por el derrumbe. Nadie ignora que Estados Unidos convirtió a Egipto en su aliado principal dentro del mundo árabe. Un gran portaaviones y un submarino nuclear, escoltados por naves de guerra norteamericanas e israelitas, cruzaron por el Canal de Suez hacia el Golfo Pérsico hace varios meses, sin que la prensa internacional tuviera acceso a lo que allí ocurría. Fue el país árabe que más suministros de armamentos recibió. Millones de jóvenes egipcios padecen el desempleo y la escasez de alimentos provocada en la economía mundial, y Washington afirma que los apoya. Su maquiavelismo consiste en que mientras suministraba armas al gobierno egipcio, la USAID suministraba fondos a la oposición. ¿Podrá Estados Unidos detener la ola revolucionaria que sacude al Tercer Mundo?
La famosa reunión de Davos que acaba de concluir se convirtió en una Torre de Babel, y los estados europeos más ricos encabezados por Alemania, Gran Bretaña y Francia, sólo coinciden en sus desacuerdos con Estados Unidos.
Pero no hay que inquietarse en lo más mínimo; la Secretaria de Estado prometió una vez más que Estados Unidos ayudaría a la reconstrucción de Haití.
Fidel Castro Ruz
Enero 30 de 2011

Nuestra América
Publicado en: La Revista Ilustrada de Nueva York, 10 de enero de 1891. El Partido Liberal, México, 30 de enero de 1891.
Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
No hay proa que taje una nube de ideas. Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final, a un escuadrón de acorazados. Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos. Los que enseñan los puños, como hermanos celosos, que quieren los dos la misma tierra, o el de casa chica, que le tiene envidia al de casa mejor, han de encajar, de modo que sean una, las dos manos. Los que, al amparo de una tradición criminal, cercenaron, con el sable tinto en la sangre de sus mismas venas, la tierra del hermano vencido, del hermano castigado más allá de sus culpas, si no quieren que les llame el pueblo ladrones, devuélvanle sus tierras al hermano. Las deudas del honor no las cobra el honrado en dinero, a tanto por la bofetada. Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de flor, restallando o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan y talen las tempestades; ¡los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete legua! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.
A los sietemesinos sólo les faltará el valor. Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás. No les alcanza al árbol difícil el brazo canijo, el brazo de uñas pintadas y pulsera, el brazo de Madrid o de París, y dicen que no se puede alcanzar el árbol. Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos, que le roen el hueso a la patria que los nutre. Si son parisienses o madrileños, vayan al Prado, de faroles, o vayan a Tortoni, de sorbetes. ¡Estos hijos de carpintero, que se avergüenzan de que su padre sea carpintero! ¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan, ¡bribones!, de la madre enferma, y la dejan sola en el lecho de las enfermedades! Pues, ¿quién es el hombre? ¿el que se queda con la madre, a curarle la enfermedad, o el que la pone a trabajar donde no la vean, y vive de su sustento en las tierras podridas con el gusano de corbata, maldiciendo del seno que lo cargó, paseando el letrero de traidor en la espalda de la casaca de papel? ¡Estos hijos de nuestra América, que ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más; estos desertores que piden fusil en los ejércitos de la América del Norte, que ahoga en sangre a sus indios, y va de más a menos! ¿Estos delicados, que son hombres y no quieren hacer el trabajo de hombres! Pues el Washington que les hizo esta tierra ¿se fue a vivir con los ingleses, a vivir con los ingleses en los años en que los veía venir contra su tierra propia? ¡Estos «increíbles» del honor, que lo arrastran por el suelo extranjero, como los increíbles de la Revolución francesa, danzando y relamiéndose, arrastraban las erres!
Ni ¿en qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras repúblicas dolorosas de América, levantadas entre las masas mudas de indios, al ruido de pelea del libro con el cirial, sobre los brazos sangrientos de un centenar de apóstoles? De factores tan descompuestos, jamás, en menos tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compactas. Cree el soberbio que la tierra fue hecha para servirle de pedestal, porque tiene la pluma fácil o la palabra de colores, y acusa de incapaz e irremediable a su república nativa, porque no le dan sus selvas nuevas modo continuo de ir por el mundo de gamonal famoso, guiando jacas de Persia y derramando champaña. La incapacidad no está en el país naciente, que pide formas que se le acomoden y grandeza útil, sino en los que quieren regir pueblos originales, de composición singular y violenta, con leyes heredadas de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de monarquía en Francia. Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero. Con una frase de Sieyès no se desestanca la sangre cuajada de la raza india. A lo que es, allí donde se gobierna, hay que atender para gobernar bien; y el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto, para llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mismo, a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas. El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país.
Por eso el libro importado ha sido vencido en América por el hombre natural. Los hombres naturales han vencido a los letrados artificiales. El mestizo autóctono ha vencido al criollo exótico. No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza. El hombre natural es bueno, y acata y premia la inteligencia superior, mientras esta no se vale de su sumisión para dañarle, o le ofende prescindiendo de él, que es cosa que no perdona el hombre natural, dispuesto a recobrar por la fuerza el respeto de quien le hiere la susceptibilidad o le perjudica el interés. Por esta conformidad con los elementos naturales desdeñados han subido los tiranos de América al poder; y han caído en cuanto les hicieron traición. Las repúblicas han purgado en las tiranías su incapacidad para conocer los elementos verdaderos del país, derivar de ellos la forma de gobierno y gobernar con ellos. Gobernante, en un pueblo nuevo, quiere decir creador.
En pueblos compuestos de elementos cultos e incultos, los incultos gobernarán, por su hábito de agredir y resolver las dudas con su mano, allí donde los cultos no aprendan el arte del gobierno. La masa inculta es perezosa, y tímida en las cosas de la inteligencia, y quiere que la gobiernen bien; pero si el gobierno le lastima, se lo sacude y gobierna ella. ¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América? A adivinar salen los jóvenes al mundo, con antiparras yanquis o francesas, y aspiran a dirigir un pueblo que no conocen. En la carrera de la política habría de negarse la entrada a los que desconocen los rudimentos de la política. El premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el mejor estudio de los factores del país en que se vive. En el periódico, en la cátedra, en la academia, debe llevarse adelante el estudio de los factores reales del país. Conocerlos basta, sin vendas ni ambages; porque el que pone de lado, por voluntad u olvido, una parte de la verdad, cae a la larga por la verdad que le faltó, que crece en la negligencia, y derriba lo que se levanta sin ella. Resolver el problema después de conocer sus elementos, es más fácil que resolver el problema sin conocerlos. Viene el hombre natural, indignado y fuerte, y derriba la justicia acumulada de los libros, porque no se administra en acuerdos con las necesidades patentes del país. Conocer es resolver. Conocer el país, y gobernarlo conforme al conocimiento es el único modo de librarlo de tiranías. La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. Y calle el pedante vencido; que no hay patria en que pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas.
Con los pies en el rosario, la cabeza blanca y el cuerpo pinto de indio y criollo, venimos, denodados, al mundo de las naciones. Con el estandarte de la Virgen salimos a la conquista de la libertad. Un cura, unos cuantos tenientes y una mujer alzan en México la república, en hombros de los indios. Un canónigo español, a la sombra de su capa, instruye la libertad francesa a unos cuantos bachilleres magníficos, que ponen de jefe de Centro América contra España al general de España. Con los hábitos monárquicos, y el Sol por pecho, se echaron a levantar pueblos los venezolanos por el Norte y los argentinos por el Sur. Cuando los dos héroes chocaron, y el continente iba a temblar, uno, que no fue el menos grande, volvió riendas. Y como el heroísmo en la paz es más escaso, porque es menos glorioso que el de la guerra; como al hombre le es más fácil morir con honra que pensar con orden; como gobernar con los sentimientos exaltados y unánimes es más hacedero que dirigir, después de la pelea, los pensamientos diversos, arrogantes, exóticos o ambiciosos; como los poderes arrollados en la arremetida épica zapaban, con la cautela felina de la especie y el peso de lo real, el edificio que habían izado, en las comarcas burdas y singulares de nuestra América mestiza, en los pueblos de pierna desnuda y casaca de París, la bandera de los pueblos nutridos de savia gobernante en la práctica continua de la razón y de la libertad; como la constitución jerárquica de las colonias resistía la organización democrática de la República, o las capitales de corbatín dejaban en el zaguán al campo de bota y potro, o los redentores bibliógenos no entendieron que la revolución que triunfó con el alma de la tierra había de gobernar, y no contra ella ni sin ella, entró a padecer América, y padece, de la fatiga de acomodación entre los elementos discordantes y hostiles que heredó de un colonizador despótico y avieso, y las ideas y formas importadas que han venido retardando, por su falta de realidad local, el gobierno lógico. El continente descoyuntado durante tres siglos por un mando que negaba el derecho del hombre al ejercicio de su razón, entró, desatendiendo o desoyendo a los ignorantes que lo habían ayudado a redimirse, en un gobierno que tenía por base la razón; la razón de todos en las cosas de todos, y no la razón universitaria de unos sobre la razón campestre de otros. El problema de la independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu.
Con los oprimidos había que hacer una causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores. El tigre, espantado del fogonazo, vuelve de noche al lugar de la presa. Muere echando llamas por los ojos y con las zarpas al aire. No se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo. Cuando la presa despierta, tiene al tigre encima. La colonia continuó viviendo en la república; y nuestra América se está salvando de sus grandes yerros —de la soberbia de las ciudades capitales, del triunfo ciego de los campesinos desdeñados, de la importación excesiva de las ideas y fórmulas ajenas, del desdén inicuo e impolítico de la raza aborigen—, por la virtud superior, abonada con sangre necesaria, de la república que lucha contra la colonia. El tigre espera, detrás de cada árbol, acurrucado en cada esquina. Morirá, con las zarpas al aire, echando llamas por los ojos.
Pero «estos países se salvarán», como anunció Rivadavia el argentino, el que pecó de finura en tiempos crudos; al machete no le va vaina de seda, ni el país que se ganó con lanzón se puede echar el lanzón atrás, porque se enoja y se pone en la puerta del Congreso de Iturbide «a que le hagan emperador al rubio». Estos países se salvarán porque, con el genio de la moderación que parece imperar, por la armonía serena de la Naturaleza, en el continente de la luz, y por el influjo de la lectura crítica que ha sucedido en Europa a la lectura de tanteo y falansterio en que se empapó la generación anterior, le está naciendo a América, en estos tiempos reales, el hombre real.
Éramos una visión, con el pecho de atleta, las manos de petimetre y la frente de niño. Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España. El indio, mudo, nos daba vueltas alrededor, y se iba al monte, a la cumbre del monte, a bautizar a sus hijos. El negro, oteado, cantaba en la noche la música de su corazón, solo y desconocido, entre la olas y las fieras. El campesino, el creador, se revolvía, ciego de indignación, contra la ciudad desdeñosa, contra su criatura. Éramos charreteras y togas, en países que venían al mundo con la alpargata en los pies y la vincha en la cabeza. El genio hubiera estado en hermanar, con la caridad del corazón y con el atrevimiento de los fundadores, la vincha y la toga; en desestancar al indio; en ir haciendo lado al negro suficiente; en ajustar la libertad al cuerpo de los que se alzaron y vencieron por ella. Nos quedó el oidor, y el general, y el letrado, y el prebendado. La juventud angélica, como de los brazos de un pulpo, echaba al Cielo, para caer con gloria estéril, la cabeza, coronada de nubes. El pueblo natural, con el empuje del instinto, arrollaba, ciego de triunfo, los bastones de oro. Ni el libro europeo, ni el libro yanqui, daban la clave del enigma hispanoamericano. Se probó el odio, y los países venían cada año a menos. Cansados del odio inútil de la resistencia del libro contra la lanza, de la razón contra el cirial, de la ciudad contra el campo, del imperio imposible de las castas urbanas divididas sobre la nación natural, tempestuosa e inerte, se empieza, como sin saberlo, a probar el amor. Se ponen en pie los pueblos, y se saludan. «¿Cómo somos?» se preguntan; y unos a otros se van diciendo cómo son. Cuando aparece en Cojímar un problema, no van a buscar la solución a Dantzig. Las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América. Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y la levantan con la levadura del sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino! Se entiende que las formas de gobierno de un país han de acomodarse a sus elementos naturales; que las ideas absolutas, para no caer por un yerro de forma, han de ponerse en formas relativas; que la libertad, para ser viable, tiene que ser sincera y plena; que si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere la república. El tigre de adentro se echa por al hendija, y el tigre de afuera. El general sujeta en la marcha la caballería al paso de los infantes. O si deja a la zaga a los infantes, le envuelve el enemigo la caballería. Estrategia es política. Los pueblos han de vivir criticándose, porque la crítica es la salud; pero con un solo pecho y una sola mente. ¡Bajarse hasta los infelices y alzarlos en los brazos! ¡Con el fuego del corazón deshelar la América coagulada! ¡Echar, bullendo y rebotando, por las venas, la sangre natural del país! En pie, con los ojos alegres de los trabajadores, se saludan, de un pueblo a otro, los hombres nuevos americanos. Surgen los estadistas naturales del estudio directo de la Naturaleza. Leen para aplicar, pero no para copiar. Los economistas estudian la dificultad en sus orígenes. Los oradores empiezan a ser sobrios. Los dramaturgos traen los caracteres nativos a la escena. Las academias discuten temas viables. La poesía se corta la melena zorrillesca y cuelga del árbol glorioso el chaleco colorado. La prosa, centelleante y cernida, va cargada de idea. Los gobernadores, en las repúblicas de indios, aprenden indio.
De todos sus peligros se va salvando América. Sobre algunas repúblicas está durmiendo el pulpo. Otras, por la ley del equilibrio, se echan a pie a la mar, a recobrar, con prisa loca y sublime, los siglos perdidos. Otras, olvidando que Juárez paseaba en un coche de mulas, ponen coche de viento y de cochero a una pompa de jabón; el lujo venenoso, enemigo de la libertad, pudre al hombre liviano y abre la puerta al extranjero. Otras acendran, con el espíritu épico de la independencia amenazada, el carácter viril. Otras crían, en la guerra rapaz contra el vecino, la soldadesca que puede devorarlas. Pero otro peligro corre, acaso, nuestra América, que no le viene de sí, sino de la diferencia de orígenes, métodos e intereses entre los dos factores continentales, y es la hora próxima en que se le acerque, demandando relaciones íntimas, un pueblo emprendedor y pujante que la desconoce y la desdeña. Y como los pueblos viriles, que se han hecho de sí propios, con la escopeta y la ley, aman, y sólo aman, a los pueblos viriles; como la hora del desenfreno y la ambición, de que acaso se libre, por el predominio de lo más puro de su sangre, la América del Norte, o en que pudieran lanzarla sus masas vengativas y sórdidas, la tradición de conquista y el interés de un caudillo hábil, no está tan cercana aún a los ojos del más espantadizo, que no dé tiempo a la prueba de altivez, continua y discreta, con que se la pudiera encara y desviarla; como su decoro de república pone a la América del Norte, ante los pueblos atentos del Universo, un freno que no le ha de quitar la provocación pueril o la arrogancia ostentosa o la discordia parricida de nuestra América, el deber urgente de nuestra América es enseñarse como es, una en alma e intento, vencedora veloz de un pasado sofocante, manchada sólo con sangre de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas, y la de las venas que nos dejaron picadas nuestros dueños. El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe. Por el respeto, luego que la conociese, sacaría de ella las manos. Se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se revele y prevalezca sobre lo peor. Si no, lo peor prevalece. Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.
No hay odio de razas, porque no hay razas. Los pensadores canijos, los pensadores de lámparas, enhebran y recalientan las razas de librería, que el viajero justo y el observador cordial buscan en vano en la justicia de la Naturaleza, donde resalta en el amor victorioso y el apetito turbulento, la identidad universal del hombre. El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color. Peca contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas. Pero en el amasijo de los pueblos se condensan, en la cercanía de otros pueblos diversos, caracteres peculiares y activos, de ideas y de hábitos, de ensanche y adquisición, de vanidad y de avaricia, que del estado latente de preocupaciones nacionales pudieran, en un período de desorden interno o de precipitación del carácter acumulado del país, trocarse en amenaza grave para las tierras vecinas, aisladas y débiles, que el país fuerte declara perecederas e inferiores. Pensar es servir. Ni ha de suponerse, por antipatía de aldea, una maldad ingénita y fatal al pueblo rubio del continente, porque no habla nuestro idioma, ni ve la casa como nosotros la vemos, ni se nos parece en sus lacras políticas, que son diferentes de las nuestras; ni tiene en mucho a los hombres biliosos y trigueños, ni mira caritativo, desde su eminencia aún mal segura, a los que, con menos favor de la Historia, suben a tramos heroicos la vía de las repúblicas; ni se han de esconder los datos patentes del problema que puede resolverse, para la paz de los siglos, con el estudio oportuno y la unión tácita y urgente del alma continental. ¡Porque ya suena el himno unánime; la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes, la América trabajadora; del Bravo a Magallanes, sentado en el lomo del cóndor, regó el Gran Semí, por las naciones románticas del continente y por las islas dolorosas del mar, la semilla de la América nueva!