sábado, 19 de noviembre de 2011

Voz 87

Voz
La Paz (Bolivia), 19 de noviembre de 2011          Año II          No. 87

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio


Índice
Fidel aprende de la revolución chilena y a ella le enseña
Cinismo genocida
(Primera parte)
Fidel Castro Ruz
Cinismo genocida
(Segunda parte y final)
Fidel Castro Ruz
La hazaña de Guadalajara
Fidel Castro Ruz
Cuba frenará la corrupción
(Discurso del Fiscal General de Cuba)
Escrito por Yohandry Fontana


Fidel aprende de la revolución chilena y a ella le enseña
Fidel Castro, en la Universidad de Concepción (Chile 1971), sobre la Revolución chilena dijo: “…si a mi me preguntan qué está ocurriendo en Chile, sinceramente les diría que en Chile está ocurriendo un proceso revolucionario…Un proceso no es todavía una revolución. Hay que estar claros: un proceso todavía no es una revolución. Un proceso es un camino; un proceso es una fase que se inicia. Y si en puridad de concepto la debemos caracterizar de alguna forma, hay que caracterizarla como una fase revolucionaria que se inicia”.
Hay que tener en cuenta —continúa— las condiciones en que se desenvuelve ese proceso: con qué medios, con qué recursos, con qué fuerza, qué correlación de fuerzas…”[1].
Fidel en esa reunión con estudiantes y docentes de la Universidad de Concepción habla de que la revolución tiene fases distintas. Y agrega: “Nuestro programa en la lucha contra Batista no era un programa socialista ni podía ser un programa socialista, realmente. Porque los objetivos inmediatos de nuestra lucha no eran todavía, ni podían ser, objetivos socialistas. Habrían rebasado el nivel  de conciencia política de la sociedad cubana en aquella fase; habrían rebasado el nivel de las posibilidades de nuestro pueblo en aquella fase”. Entonces convocó al pueblo chileno a que aproveche cada coyuntura y cada posibilidad de avanzar.
Esclareció más las ideas suyas cuando afirmó:
“Y sinceramente nosotros creemos que el pueblo chileno se encuentra hoy (noviembre y diciembre de 1971) en esa fase, se encuentra hoy en esa etapa inicial. Y sin duda —para poner un ejemplo—, la mera presencia nuestra aquí en esta ciudad y en esta Universidad, a pesar de la OEA —para poner un ejemplo—, del imperialismo, de las condenas, de los aislamientos de todo tipo, ¿no es un hecho revolucionario? ¿Habría sido posible esta visita sin estas condiciones en Chile? ¿Habría sido posible la nacionalización del cobre en la forma en que se la hecho? ¡De ninguna manera!
Pensándolo muy objetivamente, creemos que en este país se ha iniciado un proceso revolucionario”[2], dijo.
“No creo que el camino de ninguna revolución sea fácil. Y espero que los chilenos encuentren las soluciones a esos problemas. Desde luego es un axioma político que no puede haber revolución sin la demolición total del viejo Estado burgués”, aseguró Fidel en las condiciones de Chile de ese tiempo en el que los dirigentes de la Unidad Popular admitían que allí habían conquistado una parte del Estado, aunque se trataba —según ellos— de la parte más activa de aquella maquinaria burocrática y militar para dirigir a los partidarios y para dominar a los opositores, como es la hegemonía, de acuerdo a Gramsci.
En Chile de la Unidad Popular y de Allende, Fidel dijo también que “…la revolución es el arte de unir fuerzas para librar las batallas decisivas contra el imperialismo. Ninguna revolución, ningún proceso se puede dar el lujo de excluir a ninguna fuerza, de menospreciar a ninguna fuerza; ninguna revolución se puede dar el lujo de excluir la palabra sumar. Y uno de los factores que determinó el éxito de la Revolución Cubana —donde nosotros éramos un pequeño grupo inicialmente, ¡un pequeño grupo!, que en condiciones difíciles llevó a cabo la lucha— fue la política de unir, unir, unir”. Sumar incesantemente. Y no era fácil. “Miren que nosotros teníamos grandes discusiones entre nosotros mismos!”
A manera de remate sobre la unidad, el Comandante en Jefe afirmó:
“Nosotros fuimos dentro del movimiento (26 de Julio), defensores de la tesis de la amplitud y de la suma, ¡de la suma de fuerzas! Y así fuimos creciendo, y fuimos creciendo, y fuimos creciendo. Y eso nos condujo a la victoria. Si nosotros, un pequeño grupo, hubiéramos realizado una política de puertas cerradas, nos habríamos asilado, no habríamos triunfado jamás”[3]. Y a los cristianos, en todas sus iglesias, Fidel los considera aliados estratégicos y no sólo compañeros de viaje.
Y para Chile de Allende y la Unidad Popular Fidel aconseja “…que su izquierda busque coincidir en las cuatro o cinco cuestiones esenciales del presente y el futuro del país.
Para Fidel un medio para unirnos es lo que podemos denominar frente antiimperialista. Leamos lo que dice al respecto:
“Si todos los cristianos, si todas las religiones, si todos estuviéramos de acuerdo en que hay que librarse del imperialismo como cosa fundamental, ya tendríamos algo que nos uniría a todos. Un mínimo esencial, pero no de poca monta. Si todos en este continente hubiéramos tomado conciencia de la necesidad de librarnos del imperialismo, si fuéramos capaces de poner un granito de arena en ese sentido, ya eso sería un extraordinario paso de avance en la liberación de este continente”.
Fidel confiesa que aprende de la revolución chilena :
“Hemos venido a aprender en un proceso vivo. Hemos venido a aprender cómo se comportan las leyes de la sociedad humana. Hemos venido a ver algo extraordinario, algo extraordinario: en Chile esta ocurriendo un proceso único. Algo más que único: ¡insólito!, ¡insólito!, ¡insólito! Es el proceso de un cambio. Es un proceso revolucionario donde los revolucionarios tratan de llevar adelante los cambios pacíficamente. Un proceso único, prácticamente el primero en la historia de la humanidad —no decimos en la historia de las sociedades contemporáneas—, único en la historia de la humanidad, donde tratan de llevar a cabo el proceso revolucionario por los cánones legales y constitucionales, mediante las propias leyes establecidas por la sociedad o por el sistema reaccionario, mediante el propio mecanismo, mediante las propias formas que los explotadores crearon para mantener su dominación de clase. Entonces, es realmente algo único, algo insólito.
¿Y cuál fue nuestra actitud? Nosotros los revolucionarios, que no hicimos nada único ni hicimos nada insólito…Porque los revolucionarios cubanos tenemos si acaso el mérito de haber sido la primera Revolución Socialista de América Latina. Pero no tenemos el mérito de haberlo hecho en forja insólita y única.
¿Pero cuál ha sido nuestra actitud? La de solidaridad con los hombres que quieren llevar ese camino. Nuestra comprensión, nuestro apoyo moral, nuestra curiosidad, nuestro interés.
Porque es —como hemos dicho en otras ocasiones— que no son los revolucionarios los inventores de la violencia. Fue la sociedad de clases a lo largo de la historia la que creó, desarrolló e impuso su sistema siempre mediante la represión y la violencia. Los inventores de la violencia fueron en todas las épocas los reaccionarios. Los que impusieron a los pueblos la violencia fueron en todas las épocas los reaccionarios.
Y nosotros observamos, y el mundo observa, con enorme interés, cómo se desarrolla este proceso chileno en las circunstancias actuales del mundo, incluso dentro de la actual correlación de fuerzas del mundo.
Ahora bien: la cuestión que obviamente se plantea —visto por un visitante este proceso— es si acaso se cumplirá o no la ley histórica de la resistencia y de la violencia de los explotadores porque hemos dicho que no existe en la historia ningún caso en que los reaccionarios, los explotadores, los privilegiados de un sistema social, se resignen al cambo, se resignen pacíficamente a los cambios”[4].
“…¡he aprendido mucho!: cómo funcionan las leyes sociales, cómo funciona un proceso revolucionario, cómo reacciona cada sector y cómo luchan las diversas fuerzas”[5], sostiene Fidel, también en respuesta de los que a su llegada a Chile dijeron que el líder cubano no tenía nada qué enseñar a los chilenos.
Reforzó aquella idea así: “…hemos aprendido otra cosa: hemos aprendido la comprobación más de otra ley de la historia: hemos visto el fascismo en acción. Y hemos  podido comprobar un principio contemporáneo: que la desesperación de los reaccionarios, la desesperación de los explotadores en el mundo de hoy —como ya se ha conocido nítidamente por la experiencia histórica— tiende hacia las formas más brutales, más bárbaras de violencia y de reacción”[6].
El Comandante en Jefe, asimismo, describe al fascismo: “El fascismo, en su violencia, liquida todo: arremete contra las universidades, las clausura y las aplasta; arremete contra los intelectuales, los reprime y los persigue; arremete contra los partidos políticos; arremete contra las organizaciones sindicales; arremete contra las organizaciones culturales”[7].
Más sobre el fascismo visto en acción por Fidel:
“…vemos que el fascismo trata de avanzar y ganar terreno en las capas medias y tomar la calle. Algo más: trata de desmoralizar a los revolucionarios. En algunos lugares nosotros hemos visto a los revolucionarios algo así como golpeados; en algunos lugares los hemos visto incluso desalentados”[8].
Aseguró que los revolucionarios no debemos recurrir a la mentira porque ésta “…es el arma de los que no tienen la razón”.
“¡El arma del revolucionario es la verdad! ¡El arma del revolucionario es la razón! ¡El arma del revolucionario es la idea! ¡El arma del revolucionario es la conciencia! ¡El arma del revolucionario es la cultura! ¡El arma del revolucionario contemporáneo es la interpretación correcta de las leyes científicas que rigen la marcha de la sociedad humana!”[9].  Y para él la verdad triunfa en algún momento.
 En el Estadio Nacional de Santiago, prisión  pinochetista después del gobierno de la Unidad Popular, se produjo cierto diálogo entre Fidel y los asistentes. Allí el dirigente cubano afirmó:
“Y en esta especie de diálogo sobre cuestiones científicas e históricas, nosotros podemos decir que no estamos completamente seguros de que en este singular proceso el pueblo, el pueblo humilde —que es la inmensa mayoría del pueblo— haya estado aprendiendo más rápidamente que los reaccionarios, que los antiguos explotadores”[10].
En aquella ocasión, ante otra consulta, Fidel, con el cuidado que lo hizo durante su estadía en Chile, opinó sobre el curso de la revolución chilena:
“Si quieren saber una opinión: el éxito o el fracaso de este insólito proceso despenderá de la batalla ideológica y de la lucha de masas; y dependerá de la habilidad del arte y de la ciencia de los revolucionarios para sumar, para crecer y para ganarse las capas medias de la población. Porque en nuestros países de relativo desarrollo esas capas medias son numerosas, y muchas veces son susceptibles de la mentira y del engaño. Ahora, en la lucha ideológica no se conquista a nadie sino con la verdad, con los argumentos, con la razón. Eso es una cosa incuestionable”[11].
Sobre la defensa de la revolución chilena, Fidel destacó lo dicho por el presidente Salvador Allende:
“Hay algo que me impresionó hoy profundamente, y fueron las palabras del Presidente, en especial cuando reafirmó esa voluntad de defender la causa del pueblo y la voluntad del pueblo. En especial cuando pronunció esa épica frase: que era Presidente por voluntad del pueblo y que su deber lo cumpliría hasta el día en que cumpliera su mandato o lo sacarán muerto del Palacio Presidencial. Y quienes lo conocemos, quienes lo conocemos, sabemos que el Presidente no es hombre de frases, que es hombre de hechos…[12]
A propósito de que es posible aprender de una revolución, Fidel avisó:
“Pero si me permiten expresarle con toda sinceridad una de nuestras conclusiones y una de nuestras impresiones a ustedes, los chilenos —que son tan curiosos, que les interesan tanto las impresiones—, les digo una impresión que me nace de lo más profundo del alma: cuando veo estas luchas, cuando veo la historia en acción, cuando veo estas luchas, cuando veo hasta qué punto los reaccionarios tratan de desarmar moralmente al pueblo, cómo se valen de tantos y tantos medios, desde el fondo de mi corazón sale una conclusión, ¡y es que regresaré a Cuba más revolucionario de lo que vine! ¡Regresaré a Cuba más radical de lo que vine! ¡Regresaré a Cuba más extremista de lo que vine”[13].
Una lectura o relectura de lo que dijo Fidel en su visita a Chile de Allende y Neruda, una lectura o relectura de lo que el líder cubano aprendió de la Revolución chilena y lo que enseñó a ese proceso “insólito”, a 40 años de distancia, nos cae como el anillo al dedo a los bolivianos en la transición de la que somos testigos y/o protagonistas.

Cinismo genocida
(Primera parte)
(Tomado de CubaDebate)
Ninguna persona cuerda, especialmente aquellos que tuvieron acceso a los conocimientos elementales que se adquieren en una escuela primaria, estaría de acuerdo con que nuestra especie, de modo particular los que son niños, adolescentes o jóvenes, sean privados hoy, mañana y para siempre del derecho a vivir. Jamás los seres humanos a lo largo de su azarosa historia, como personas dotadas de inteligencia, conocieron experiencia semejante.
Me siento en el deber de transmitir a aquellos que se toman la molestia de leer estas reflexiones, el criterio de que todos, sin excepción, estamos en la obligación de crear conciencia sobre los riesgos que la humanidad está corriendo de forma inexorable, hacia una catástrofe definitiva y total como consecuencia de las decisiones irresponsables de políticos a quienes el azar, más que el talento o el mérito, puso en sus manos el destino de la humanidad.
Sean o no los ciudadanos de su país portadores de una creencia religiosa o escépticos con relación al tema, ningún ser humano en su sano juicio estaría de acuerdo con que sus hijos, o familiares más allegados, perezcan de forma abrupta o víctimas de atroces y torturantes sufrimientos.
Tras los crímenes repugnantes que con frecuencia creciente viene cometiendo la Organización del Tratado del Atlántico Norte, bajo la égida de Estados Unidos y los países más ricos de Europa, la atención mundial se concentró en la reunión del G-20, donde se debía analizar la profunda crisis económica que afecta hoy a todas las naciones. La opinión internacional, y particularmente la europea, esperaban respuesta a la profunda crisis económica que con sus profundas implicaciones sociales, e incluso climáticas, amenazan a todos los habitantes del planeta. En esa reunión se decidía si el euro podía mantenerse como la moneda común de la mayor parte de Europa, e incluso si algunos países podrían permanecer dentro de la comunidad.
No hubo respuesta ni solución alguna para los problemas más serios de la economía mundial a pesar de los esfuerzos de China, Rusia, Indonesia, Sudáfrica, Brasil, Argentina y otros de economía emergente, deseosos de cooperar con el resto del mundo en la búsqueda de soluciones a los graves problemas económicos que le afectan.
Lo insólito es que apenas la OTAN dio por concluida la operación en Libia —tras el ataque aéreo que hirió al jefe constitucional de ese país, destruyó el vehículo que lo transportaba y lo dejó a merced de los mercenarios del imperio, quienes lo asesinaron y exhibieron como trofeo de guerra, ultrajando costumbres y tradiciones musulmanas— la OIEA, órgano de Naciones Unidas, una institución que debiera estar al servicio de la paz mundial, lanzó el informe político, tarifado y sectario, que pone el mundo al borde de la guerra con empleo de armas nucleares que el imperio yanki, en alianza con Gran Bretaña e Israel, viene preparando minuciosamente contra Irán.
Después del "Veni, vidi, vici" del famoso emperador romano hace más de dos mil años, traducido al "vine, vi y murió" transmitido a la opinión pública a través de una importante cadena de televisión tan pronto se conoció la muerte de Gaddafi, sobran las palabras para calificar la política de Estados Unidos.
Lo que importa ahora es la necesidad de crear en los pueblos una conciencia clara del abismo hacia dónde la humanidad está siendo conducida. Dos veces nuestra Revolución conoció riesgos dramáticos: en octubre de 1962, el más crítico de todos en que la humanidad estuvo al borde del holocausto nuclear; y a mediados de 1987 cuando nuestras fuerzas se enfrentaban a las tropas racistas sudafricanas, dotadas con las armas nucleares que los israelitas les ayudaron a crear.
El Sha de Irán también colaboró junto a Israel con el régimen racista y fascista surafricano.
¿Qué es la ONU?, una organización impulsada por Estados Unidos antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial. Esa nación, cuyo territorio distaba considerablemente de los escenarios de guerra, se había enriquecido enormemente; acumuló el 80% del oro del mundo y bajo la dirección de Roosevelt, sincero antifascista, impulsó el desarrollo del arma nuclear que Truman, sucesor suyo, oligarca y mediocre, no vaciló en usar contra las ciudades indefensas de Hiroshima y Nagasaki en el año 1945.
El monopolio del oro mundial en poder de Estados Unidos, y el prestigio de Roosevelt, le permitió el acuerdo de Bretton Woods que le asignó el papel de emitir el dólar como única divisa que se utilizó durante años en el comercio mundial, sin otra limitante que su respaldo en oro metálico.
Estados Unidos, al finalizar aquella guerra, era también el único país que poseía el arma nuclear, privilegio que no vaciló en transmitirle a sus aliados y miembros del Consejo de Seguridad: Gran Bretaña y Francia, las dos más importantes potencias coloniales del mundo en aquella época.
A la URSS, Truman ni siquiera le informó una palabra del arma atómica antes de usarla. China, entonces gobernada por el general nacionalista, oligárquico y proyanki, Chiang Kai-shek, no podía ser excluido de aquel Consejo de Seguridad.
La URSS, golpeada duramente por la guerra, la destrucción y la pérdida de más de 20 millones de sus hijos por la invasión nazi, consagró ingentes recursos económicos, científicos y humanos para equiparar su capacidad nuclear con la de Estados Unidos. Cuatro años después, en 1949, probó su primera arma nuclear; la de Hidrógeno, en 1953; y en 1955 su primer megatón. Francia dispuso de su primera arma nuclear en 1960.
Eran solo tres los países que poseían el arma nuclear en 1957, cuando la ONU, bajo la égida yanki, creó la Organización Internacional de la Energía Atómica. ¿Imagina alguien que ese instrumento de Estados Unidos hizo algo por advertir al mundo los terribles riesgos a que expondría la sociedad humana cuando Israel, aliado incondicional de Estados Unidos y la OTAN, ubicado en pleno corazón de las más importantes reservas del mundo en petróleo y gas, se constituyera en peligrosa y agresiva potencia nuclear?
Sus fuerzas, en cooperación con las tropas coloniales inglesas y francesas, atacaron Port Said cuando Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez, propiedad de Francia, lo que obligó al Primer Ministro soviético a transmitir un ultimátum exigiendo el cese de aquella agresión, que los aliados europeos de Estados Unidos no tuvieron otra alternativa que acatar.
Prosigue mañana.
Fidel Castro Ruz

Noviembre 12 de 2011

8 y 15 p.m

Cinismo genocida
(Segunda parte y final)
Publicado el 14 Noviembre 2011 en Especiales, Fidel Castro Ruz, Reflexiones de Fidel
Para dar una idea del potencial de la URSS en sus esfuerzos por mantener la paridad con Estados Unidos en esta esfera, basta señalar que cuando se produjo su desintegración en 1991, en Bielorrusia habían 81 cabezas nucleares, en Kazajstán 1.400 y en Ucrania aproximadamente 5.000, las cuales pasaron a la Federación Rusa, único Estado capaz de sostener su inmenso costo, para mantener la independencia.
En virtud de los tratados START y SORT, sobre reducción de armas ofensivas suscritos entre las dos grandes potencias nucleares, el número de éstas se redujo a varios miles.
En el 2010 se firmó un nuevo Tratado de este tipo entre ambas potencias.
Desde entonces los mayores esfuerzos se consagraron al perfeccionamiento de los medios de dirección, alcance, precisión y engaño de la defensa adversaria. Inmensas cifras se invierten en la esfera militar.
Muy pocos en el mundo, salvo contados pensadores y científicos, se percatan y advierten que bastaría el estallido de 100 armas nucleares estratégicas para poner fin a la existencia humana en el planeta. La inmensa mayoría tendría un fin tan inexorable como horrible a consecuencia del Invierno Nuclear que se generaría.
El número de países que poseen armas nucleares en este momento se eleva a ocho, cinco de ellos son miembros del Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, y China. India y Pakistán, adquirieron el carácter de países poseedores de armas nucleares en 1974 y 1998 respectivamente. Los siete mencionados reconocen ese carácter.
Israel, en cambio, nunca ha reconocido su carácter de país nuclear. Se calcula sin embargo que posee entre 200 y 500 armas de ese tipo, sin darse por aludido cuando el mundo se inquieta por los gravísimos problemas que traería el estallido de una guerra en la región donde se produce gran parte de la energía que mueve la industria y la agricultura del planeta.
Gracias a la posesión de las armas de destrucción masiva es que Israel ha podido desempeñar su papel como instrumento del imperialismo y el colonialismo en esa región del Medio Oriente.
No se trata del derecho legítimo del pueblo israelita a vivir y trabajar en paz y libertad, se trata precisamente del derecho de los demás pueblos de la región a la libertad y a la paz.
Mientras Israel creaba aceleradamente un arsenal nuclear, atacó y destruyó, en 1981, el reactor nuclear iraquí en Osirak. Hizo exactamente lo mismo con el reactor sirio en Dayr az-Zawr en el año 2007, un hecho del que extrañamente la opinión mundial no fue informada. Las Naciones Unidas y la OIEA conocían perfectamente lo ocurrido. Tales acciones contaban con el apoyo de Estados Unidos y la Alianza Atlántica.
Nada tiene de extraño que las más altas autoridades de Israel proclamen ahora su intención de hacer lo mismo con Irán. Ese país, inmensamente rico en petróleo y gas, había sido víctima de las conspiraciones de Gran Bretaña y Estados Unidos, cuyas empresas petroleras saqueaban sus recursos. Sus fuerzas armadas fueron equipadas con el armamento más moderno de la industria bélica de Estados Unidos.
El Sha Reza Pahlevi también aspiraba a dotarse de armas nucleares. Nadie atacaba sus centros de investigación. La guerra de Israel era contra los musulmanes árabes. Los de Irán no, porque se habían convertido en un baluarte de la OTAN que apuntaba al corazón de la URSS.
Las masas de esa nación, profundamente religiosas, bajo la dirección del Ayatolá Khomeini, desafiando el poder de aquellas armas, desalojaron al Sha del trono y desarmaron a uno de los ejércitos mejor equipados del mundo sin disparar un tiro.
Por su capacidad de lucha, el número de habitantes y la extensión del país, una agresión a Irán, no guarda similitud con las aventuras bélicas de Israel en Irak y Siria. Una sangrienta guerra se desataría inevitablemente. Sobre eso no debe haber duda alguna.
Israel dispone de un elevado número de armas nucleares y la capacidad de hacerlas llegar a cualquier punto de Europa, Asia, África y Oceanía. Me pregunto: ¿Tiene la OIEA derecho moral a sancionar y asfixiar a un país si intenta hacer en su propia defensa lo que Israel hizo en el corazón del Oriente Medio?
Pienso realmente que ningún país del mundo debe poseer armas nucleares, y que esa energía debe ponerse al servicio de la especie humana. Sin ese espíritu de cooperación la humanidad marcha inexorablemente hacia su propia destrucción. Entre los propios ciudadanos de Israel, un pueblo sin duda laborioso e inteligente, muchos no estarán de acuerdo con esa disparatada y absurda política que los lleva también al desastre total.
¿De qué se habla hoy en el mundo sobre la situación económica?
Las agencias internacionales de noticias informan que “El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su par chino, Hu Jintao, presentaron agendas comerciales divergentes […] resaltando las crecientes tensiones entre las dos mayores economías del mundo.”
“Obama usó su discurso —afirma Reuters— para amenazar con sanciones económicas a China a menos que comience a ‘jugar según las reglas’…”. Tales reglas son sin duda, los intereses de Estados Unidos.
“Obama —afirma la agencia— está embarcado en la batalla por la reelección el año próximo y sus opositores republicanos lo acusan de no ser lo suficientemente severo con China.”
Las noticias publicadas el jueves y viernes reflejaban mucho mejor las realidades que estamos viviendo.
AP, la agencia de Estados Unidos mejor informada comunicó: “El líder supremo iraní advirtió a Estados Unidos e Israel que la respuesta de Irán será enérgica si sus archienemigos lanzan un ataque militar a Irán…”
La agencia noticiosa alemana informó que China había declarado que como siempre creía que el diálogo y la cooperación era la única forma de aproximación activa para resolver el problema.
Rusia se opuso igualmente a las medidas punitivas contra Irán.
Alemania rechazó la opción militar pero se mostró partidaria de fuertes sanciones contra Irán.
El Reino Unido y Francia abogan por fuertes y enérgicas sanciones.
La Federación Rusa aseguró que hará todo lo posible por evitar una operación militar contra Irán y criticó el informe de la OIEA.
“‘Una operación militar contra Irán puede conllevar unas consecuencias muy graves y Rusia tendrá que poner todo de su parte para aplacar los ánimos’, afirmó Kontantín Kosachov, jefe del comité de Exteriores de la Duma” y criticó según EFE “las afirmaciones por parte de Estados Unidos, Francia e Israel del posible uso de la fuerza y que el lanzamiento de una operación militar contra Irán está cada vez más cerca”.
El editor de la revista estadounidense EIR, Edward Spannaus declaró que el ataque contra Irán terminará en la III Guerra Mundial.
El propio Secretario de Defensa de Estados Unidos, después de viajar a Israel hace unos días, reconoció que no pudo obtener del gobierno israelita un compromiso de consultar previamente con Estados Unidos un ataque contra Irán. A esos extremos se ha llegado.
El Subsecretario de Asuntos Políticos y Militares de Estados Unidos develó crudamente los oscuros propósitos del imperio:
“Israel y Estados Unidos se embarcarán en las maniobras conjuntas ‘más importante’ y ‘de mayor trascendencia’ de la historia de los aliados, ha declarado el sábado Anrew Shapiro, subsecretario de Asuntos Políticos y Militares de Estados Unidos”.
“…en el […] Instituto Washington para la Política del Cercano Oriente, Shapiro anunció que participarán en las maniobras más de 5.000 efectivos de las fuerzas armadas estadounidenses e israelíes y simulará la defensa de misiles balísticos de Israel”.
“‘La tecnología israelí está resultando esencial para mejorar nuestra seguridad nacional y proteger a nuestras tropas’, agregó…”
“Shapiro destacó el apoyo del Gobierno de Obama a Israel a pesar de los comentarios del viernes por parte de un alto funcionario estadounidense que expresó su preocupación de que Israel no avisase a Estados Unidos antes de llevar a cabo una acción militar contra las instalaciones nucleares de Irán.”
“Nuestra relación con la seguridad de Israel es más amplia, más profunda y más intensa que nunca antes.”
“‘Apoyamos a Israel porque es en nuestro interés nacional hacerlo’ […] Es la pura fuerza militar de Israel lo que disuade a los posibles agresores y ayuda a fomentar la paz y la estabilidad.”
Hoy 13 de noviembre la embajadora norteamericana en la ONU, Susan Rice dijo a la cadena BBC que la posibilidad de una intervención militar en Irán no solo no está fuera de la mesa, sino que es una opción real que está creciendo por culpa del comportamiento Iraní.
Insistió en que la administración norteamericana está llegando a la conclusión de que será necesario acabar con el actual régimen de Irán para evitar que este cree un arsenal nuclear. “Soy una convencida de que el cambio de régimen va a ser nuestra única opción aquí”, reconoció Rice.
No hace falta una palabra más.
Fidel Castro Ruz
Noviembre 13 de 2011
8 y 17 p.m.

La hazaña de Guadalajara
(Tomado de CubaDebate)
Hago un breve receso en mis análisis políticos para dedicar este espacio a la hazaña de los atletas cubanos en los Decimosextos Juegos Deportivos Panamericanos.
Los Juegos Olímpicos y las competencias deportivas internacionales que giran en torno a ellos, y despiertan tanto interés en miles de millones de personas, tienen una hermosa historia que no por ultrajada debiera dejar de recordarse.
El aporte del creador de los Juegos Olímpicos fue especialmente nítido, más aún que el de Nobel quien en una etapa de su vida, buscando crear un medio más eficaz de producción, produjo el explosivo con cuyos frutos económicos los designados para cumplir su voluntad en favor de la paz lo mismo premian a un científico o escritor brillante, que al jefe de un imperio que ordena el asesinato de un adversario en presencia de su familia, el bombardeo de una tribu en el centro de Asia o de un pequeño país independiente del norte de África, y el exterminio de sus órganos de mando.
El Barón Pierre de Coubertin fue el creador de los Juegos Olímpicos modernos; de origen aristocrático, nacido en Francia, país capitalista donde un campesino, un obrero, o un artesano, no tenían en aquella sociedad posibilidad alguna de emprender esa tarea.
Desatendiendo los deseos de su familia, que deseaba hacer de él un oficial del ejército, rompió con la Academia Militar y se consagró a la pedagogía. De cierta forma su vida recuerda la de Darwin, descubridor de las leyes de la Evolución Natural. Coubertin se convierte en discípulo de un pastor anglicano, funda la primera revista dedicada al deporte y logra que el gobierno francés la incluya en la Exposición Universal de 1889.
Comienza a soñar con reunir en una competencia a deportistas de todos los países bajo el principio de la unión y la hermandad, sin fines lucrativos y solo impulsados por el deseo de alcanzar la gloria.
Sus ideas inicialmente no fueron muy comprendidas pero persistió, viajó por el mundo hablando de paz y unión entre los pueblos y los seres humanos.
Finalmente, el Congreso Internacional de Educación Física, celebrado en París en junio de 1894, creó los Juegos Olímpicos.
La idea encontró resistencia e incomprensión en Inglaterra, la principal potencia colonial; el boicot de Alemania, poderoso imperio rival; e incluso la oposición de Atenas, ciudad escogida para la primera Olimpiada.
Pierre de Coubertin logró comprometer a emperadores, reyes y gobiernos de Europa con sus incansables esfuerzos y su talento diplomático.
Lo principal fue, a mi juicio, la profundidad y la nobleza de sus ideas que ganaron el apoyo de los pueblos del mundo.
El 24 de marzo de 1896, el Rey de Grecia, por primera vez, declaró abierto los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas, hace 115 años.
Dos destructivas y demoledoras guerras han transcurrido desde entonces, originadas ambas en Europa, las que costaron al mundo decenas de millones de personas muertas en los combates, y a los cuales se sumaron los civiles muertos en los bombardeos o por el hambre y las enfermedades que vinieron después. La paz no está garantizada. Lo que se conoce es que, en una nueva guerra mundial, las armas modernas podrían destruir varias veces a la humanidad.
Es a la luz de estas realidades que tanto admiro la conducta de nuestros deportistas.
Lo más importante del movimiento olímpico es la concepción del deporte como instrumento de educación, salud y amistad entre los pueblos; un antídoto real a vicios como las drogas, el consumo de tabacos, el abuso de bebidas alcohólicas, y los actos de violencia que tanto afectan a la sociedad humana.
Por la mente del fundador del olimpismo no pasaba el deporte tarifado ni el mercado de atletas. Ese fue también el noble objetivo de la Revolución cubana, lo cual implicaba el deber de promover tanto el deporte como la salud, la educación, la ciencia, la cultura y el arte, que fueron siempre principios irrenunciables de la Revolución.
Más no solo eso, nuestro país promovió la práctica deportiva y la formación de entrenadores en los países del Tercer Mundo que luchaban por su desarrollo. Una Escuela Internacional de Educación Física y Deportes funciona en nuestra Patria desde hace muchos años, y en ella se han formado numerosos entrenadores que desempeñan con eficiencia sus funciones en países que a veces compiten en importantes deportes con nuestros propios atletas.
Miles de especialistas cubanos han prestados sus servicios como entrenadores y técnicos deportivos en muchos países del llamado Tercer Mundo.
Es en el marco de esos principios aplicados durante decenas de años que nuestro pueblo se siente orgulloso de las medallas que obtienen sus atletas en las competencias internacionales.
Las transnacionales del deporte tarifado han dejado muy atrás los sueños del creador del olimpismo.
Valiéndose del prestigio creado por las competencias deportivas, excelentes atletas, la mayoría de ellos nacidos en países pobres de África y América Latina, son comprados y vendidos en el mercado internacional por aquellas empresas, y solo en contadas ocasiones se les permite jugar en los equipos de su propio país, donde fueron promovidos como atletas prestigiosos por sus esfuerzos personales y su propia calidad.
Nuestro pueblo, austero y sacrificado, ha tenido que enfrentarse a los zarpazos de esos mercachifles del deporte rentado que ofrecen fabulosas sumas a nuestros atletas, y en ocasiones privan al pueblo de su presencia con esos groseros actos de piratería.
Como aficionado al deporte muchas veces conversé con los más destacados, y por ello en esta ocasión me complacía mucho ver a través de la televisión los éxitos deportivos de nuestra delegación y su regreso victorioso a la Patria, procedente de Guadalajara, donde Estados Unidos, a pesar de poseer aproximadamente 27 veces más habitantes que Cuba, sólo pudo obtener 1,58 veces más títulos y las correspondientes medallas de oro que Cuba, la cual alcanzó 58.
Brasil, con más de 200 millones de habitantes, obtuvo 48.
México, con más de 100, obtuvo 42.
Canadá, un país rico y desarrollado con 34 millones de habitantes, obtuvo solo 30.
El número total de medallas de oro, plata y bronce alcanzadas por Cuba, fue proporcional al número de títulos mencionados.
No pocos de nuestros jóvenes atletas tuvieron éxitos verdaderamente sorprendentes.
A pesar de las victorias, que enorgullecen a nuestro pueblo, tenemos el deber de seguir superándonos.
Fidel Castro Ruz
Octubre 30 de 2011

10 y 11 p.m.

Cuba frenará la corrupción
(Discurso del Fiscal General de Cuba)
Escrito por Yohandry Fontana
Miércoles, 09 de noviembre de 2011 16:24
Intervención del fiscal general de Cuba, Darío Delgado, en el V Encuentro Internacional sobre la Sociedad y sus Retos frente a la Corrupción.
Estimados delegados e invitados:

En nombre del Comité Organizador del V Encuentro Internacional sobre la Sociedad y sus Retos frente a la Corrupción, le damos la más cordial bienvenida.
No fueron pocas las horas de análisis que antecedieron estas palabras, convencido de la alta responsabilidad que asumíamos al abordar el tema. Nada nos detuvo entonces, por el firme convencimiento de ser dueños de argumentos y razones para explicar, por tener resultados para exhibir en su prevención y enfrentamiento y por contar con el ejemplo de la Revolución y de sus principales líderes, quienes nos han dado también la capacidad, para reconocer nuestros errores, defectos y limitaciones.

Reflexionar sobre el fenómeno de la corrupción en Cuba no es sólo un ejercicio académico, sino también una importante e inaplazable responsabilidad, a partir de las probadas consecuencias que genera en el orden moral, económico y social y de considerar que es un fenómeno que se produce en cualquier sociedad. Lo hacemos en un momento de particular relevancia, enfrascados en la actualización del modelo económico cubano, con el objetivo de garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo.

La corrupción no es un problema cubano, no es una consecuencia del socialismo. A los que nos acusan, les pudiéramos asegurar, que si existe un sistema social en condiciones de prevenirlo y enfrentarlo eficazmente, ese es el socialismo, por ser un sistema en el que la cultura y la educación general son pilares y se les enseña a sus hombres y mujeres el valor de la vergüenza, la dignidad, el decoro y los principios, y a sus dirigentes la austeridad, el sacrificio y el respeto al pueblo.
A este evento internacional hemos llegado a discutir algo más que conceptos, hemos venido a propiciar un intercambio de experiencias abierto, franco, responsable y comprometido sobre la corrupción, su prevención y enfrentamiento, con la mirada puesta en los problemas que aún no hemos resuelto, en las causas de los mismos, en sus posibles soluciones, en la función del Derecho para acompañar la transformación de todo lo que tenga que ser cambiado y en el papel de cada uno de nosotros en esta tarea.

Para enfrentarlo no bastan los discursos, no es suficiente estar convencido de que es algo grave para nuestras sociedades. Es necesario tener voluntad para prevenirlo y enfrentarlo y lamentablemente no todo el mundo lo enfrenta igual y otros no lo enfrentan, más bien conviven con ella, viven de ella y la toleran.

Muchos hablan en otros lugares del mundo de delincuencia y delincuentes de cuello blanco, sin embargo las prisiones tienen el color de la pobreza, de las minorías y excluidos, de los que menos tienen, de los niños que trabajan y también de la impunidad de los responsables de estos hechos.

Cómo explicarle a nuestros pueblos que algunos responsabilizados de cuidar y velar por lo que les pertenece, son los mismos que no cumplen eficazmente con su obligación, o que aprovechándose de sus funciones, le arrancan el derecho a ello. Esos que actúan de esa manera, que no les quepa duda, traicionan a sus pueblos.

La corrupción es un fenómeno multicausal en el que las conductas individuales se encuentran motivadas por factores morales, éticos, económicos y de compromiso político, lo que se une a la falta de control, permisibilidad y violaciones de lo legalmente establecido.
En el mundo hay una tendencia creciente a tomar conciencia de que la lucha contra la corrupción es esencial para lograr un gobierno más eficaz, justo y eficiente. Los instrumentos jurídicos internacionales han contribuido sin lugar a dudas a crear esta conciencia, entre los que se encuentra la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, la que constituye un valioso documento para luchar e instrumentar estrategias eficientes para esta batalla.
Para los cubanos haber alcanzado esta conciencia de luchar contra la corrupción política que imperaba en nuestro país, fue una de las razones por las que decidimos iniciar y alcanzar la victoria revolucionaria en 1959. Así luchan los pueblos cuando quieren conquistar su libertad.

Se luchó contra la corrupción, cuando los gobiernos de turno saqueaban las arcas del Estado y dejaban al pueblo en la peor de las miserias, se luchó contra la corrupción, cuando se enriquecían a nombre del pueblo, cuando  habían seiscientos mil cubanos que estaban sin trabajo, cuando existían quinientos mil obreros del campo que habitaban en bohíos miserables, o cuatrocientos mil obreros industriales sin retiros y cuyas viviendas eran habitaciones infernales de cuarterías, cuyo futuro era la rebaja del salario y el despido o los cien mil agricultores pequeños que vivían y morían trabajando una tierra que no era suya, como denunció Fidel en su alegato ante el injusto juicio por los hechos del Moncada conocido como La Historia me Absolverá.

Es cierto que tenemos hechos de corrupción en nuestra sociedad, como también es cierto que su esencia se violenta al ser el único país de este mundo al que el imperialismo norteamericano lo ha bloqueado brutalmente, para que nos cansemos de luchar, para que renunciemos a lo logrado, para hacer ver a las nuevas generaciones una sociedad sin futuro. Realmente no nos acaba de conocer ese imperio.

En nuestro país la corrupción que se enfrenta es administrativa y se encuentra identificada en determinados niveles de variados sectores, fundamentalmente empresarial.

De acuerdo a los principios fundamentales de nuestro ordenamiento jurídico, está definida la política del Estado y del Gobierno para prevenir y enfrentar los hechos de corrupción, sobre la base del imperio de la Ley y la transparencia en el ejercicio de las funciones públicas y la participación ciudadana a través del derecho que  le concede la Constitución de la República de dirigir quejas y denuncias a los órganos y entidades estatales y la obligación de éstos de ofrecerles la respuesta correspondiente.

Se eleva la participación popular en lo relacionado con sus derechos a poner en conocimiento de los órganos competentes, los actos de presunta corrupción administrativa u otras ilegalidades relacionadas con el uso incorrecto de los recursos materiales y financieros públicos, que por cualquier motivo conozcan.
Se fortalece el papel del control como mecanismo de vital importancia en la prevención y enfrentamiento a la corrupción, con el perfeccionamiento continuo del Sistema de Control Interno, que tiene como expresión más reciente  la creación de la Contraloría General de la República como órgano superior de control.

La constitución de un conjunto de órganos que interactúan significativamente en la prevención, enfrentamiento y combate contra las indisciplinas, ilegalidades y manifestaciones de corrupción, entre los que se destacan la CGR, la FGR, el Sistema de Tribunales, el Ministerio del Interior, la Aduana General de la República, el Sistema Bancario Nacional, entre otros, demuestra que el enfrentamiento más exitoso al fenómeno de la corrupción y las causas que lo favorecen requiere del concurso de todos, no importa cual fuere su cargo o esfera de actuación.
Como parte de las medidas trazadas por el Estado cubano para prevenir y enfrentar la corrupción se encuentra definida con la severidad requerida, la política penal a seguir ante la ocurrencia de hechos de esta naturaleza, lo que se evidencia en la sistemática de nuestra ley sustantiva que recoge de manera clara y coherente los tipos penales asociados a la corrupción y las sanciones a imponer en cada caso.
Ahora bien, los hechos que hoy se producen requieren mayor preparación de los órganos encargados de su prevención y enfrentamiento y nuevas maneras más racionales, coherentes, expeditas y severas para poder exigir la responsabilidad que corresponda, sin que con ello se afecten los intereses del país en materia de inversión extranjera, su desarrollo y a la vez lograr respeto, orden, disciplina, exigencia y eficacia en este sector.

En el orden administrativo se ha incrementado el rigor en la aplicación de medidas disciplinarias a quienes de diferentes maneras inciden en hechos de corrupción, enfatizando en la responsabilidad de los niveles jerárquicos superiores y en que las medidas que se adopten se correspondan con la gravedad de los hechos que se detecten.
Entre las medidas adoptadas para establecer y fomentar prácticas eficaces encaminadas a prevenir la corrupción, la Fiscalía ejerce el control de la legalidad, el ejercicio de la acción penal en representación del Estado, la lucha contra el abuso de poder, la corrupción y el enriquecimiento indebido y contribuye en la prevención del delito y las conductas antisociales.

El fenómeno de la corrupción requiere un enfrentamiento organizado, donde participemos todos: fiscales, jueces, auditores, asesores, consultores jurídicos, abogados, notarios y una política preventiva y penal coherente para dar respuesta a las variables y crecientes manifestaciones que esta teniendo en los tiempos actuales.

Ha contribuido de manera integradora a las estrategias preventivas trazadas por la Fiscalía, la ejecución de verificaciones fiscales en los organismos del Estado y las entidades económicas y sociales, con la finalidad de comprobar el cumplimiento de las leyes o normativas vigentes, así como el control, uso y destino de los recursos asignados por el Estado, con implementación de indicaciones relativas a la debida información a los trabajadores de sus resultados y  responsables.

La firma del Código de Ética de los Cuadros del Estado Cubano, en vigor desde el 16 de julio de 1996, establece el modelo de conducta a seguir por quienes ocupen funciones de dirección o cargos públicos en los órganos y Organismos del Estado y del Gobierno, y en todo el sistema de sus entidades y organizaciones, reafirma la voluntad de preservar la ética como elemento esencial de los que ejercen funciones públicas.
Unido a lo anterior, tenemos que reconocer que los retos a los que hoy nos enfrentamos son profundos y complejos, entre los que pudiéramos mencionar, solo a modo de ejemplo, los siguientes: la protección del capital cubano en una empresa mixta u otra forma de asociación y la exigencia de responsabilidad a la parte cubana, los requisitos de procedibilidad para perseguir delitos cometidos en entidades jurídicas privadas y el concepto de funcionario y empleado público.

Se encuentran también, la responsabilidad penal de la Persona Jurídica, el lavado de dinero, las retenciones de cuentas en capitales mixtos derivados de procesos penales, el delito de Actos en Perjuicio de la Actividad Económica o de la Contratación, el enjuiciamiento a extranjeros en ausencia, la confiscación de bienes y recuperación de activos, la jurisdicción económica como forma de solucionar conflictos, el efecto de sus decisiones, su cumplimiento, así como las cuentas por cobrar y pagar y su incidencia en la credibilidad del Estado.

Como podrán apreciar, en lo adelante nada será más fácil, pero son muchos los motivos y los argumentos para continuar.
Seguiremos luchando hasta el cansancio, a sangre y fuego, contra toda manifestación de corrupción en el país, ya sea cometida por extranjeros o nacionales, continuaremos perfeccionando nuestros sistemas de prevención, de control y de enfrentamiento, pero no renunciaremos jamás a seguir defendiendo las banderas de la honestidad y la dignidad. Ese es nuestro deber.

A los que nos pudieran llamar soñadores, les diremos como Martí: …..El verdadero hombre  no mira de qué lado se vive mejor, sino de que lado está el deber, y ese es el único hombre práctico, cuyo sueño de hoy, será la ley de mañana, porque el que haya puesto los ojos en las entrañas universales, sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está al lado del deber.

Muchas Gracias.

De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.
Responsables de esta edición de Voz 87: 
Yuri Aguilar Dávalos
y Remberto Cárdenas Morales


[1] Fidel Castro. Fidel Castro Ruz. Discursos pronunciados por el comandante Fidel Castro en su recorrido por Chile, imprenta “Federico Engels”, La Habana, 1972. Universidad de Concepción, p. 265.
[2] F. Castro. Discursos… p. 266.
[3] Fidel Castro. Discursos…p. 268 y 269. Esta referencia vale para las dos últimas citas.
[4] F. Castro. Discursos…Despedida en el Estadio Nacional, p. 475 y 476.
[5] F. Castro. Discursos… Despedida en el Estadio Nacional, p. 275 y 276.
[6] F. Castro. Discursos… Despedida en el Estadio Nacional, p. 477.
[7] F. Castro. Discursos…Despedida en el Estadio Nacional, p. 477.
[8] F. Castro. Discursos… Despedida en el Estadio Nacional, p. 481.
[9] F. Castro. Discursos…Despedida en el Estado Nacional, p. 475.
[10] F. Castro. Discursos… Despedida en el Estadio Nacional, p. 478.
[11] F. Castro. Discursos… Despedida en el Estadio Nacional, p. 481.
[12] F. Castro. Discursos… Despedida en el Estadio Nacional, p. 481.
[13] F. Castro. Discursos… Despedida en el Estadio Nacional, p. 483