lunes, 25 de abril de 2011

Voz 64


Voz
La Paz (Bolivia), 25 de abril de 2011          Año II          No. 64

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio

Índice
Sin frijoles para todos es imposible la democracia del pueblo
Indudable demostración de apoyo a la Revolución
Reflexiones del compañero Fidel
Mi ausencia en el C.C.
Fidel Castro Ruz
Reflexiones del compañero Fidel
El Norte revuelto y brutal
Fidel Castro Ruz
Sexto congreso del Partido Comunista de Cuba
Un congreso de la nación
Ángel Guerra Cabrera
¿Es aplicable el modelo chino o vietnamita en Cuba?
por Julio A. Díaz Vázquez

Sin frijoles para todos es imposible la democracia del pueblo
Dos voces, una rioplatense y la dos de un cientista político (1), han vuelto con andadas anticubanas luego del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), dirección política, redefinida como la conciencia de la nación cubana, en aquella magna reunión y, con el nombre de Movimiento 26 de Julio, constructor de la unidad del pueblo cubano desde la guerra de guerrillas liberadora de la Sierra Maestra.
Los medios de comunicación cubanos han destacado, como autocrítica, la palabra de los dirigentes del PCC, del pueblo cubano y, en especial, del ahora primer secretario de aquel Partido, Raúl Castro Ruz, antes y durante aquel Congreso.
De esa autocrítica, para esta nota, destacamos algunos pasajes para contraponer a lo que aquellos detractores presentan como críticas. Veamos:
Que el bloqueo yanqui a Cuba es una guerra económica, financiera y comercial, pero que no es el único factor que afectó y afecta a la Revolución Cubana y que hay que trabajar y producir más, sin asumir aquel bloqueo como pretexto.
El crítico rioplatense recorta y descontextualiza la cita y le hace decir a Raúl Castro una media verdad. Aquél afirma que el Presidente cubano “Ya había dicho que hay que dejar de gritar “abajo el bloqueo” y comenzar a producir”. Ese recurso reduccionista no debe utilizar un polemista cuando es más serio al escribir.
Se han dado cifras de las pérdidas debido al bloqueo y seguro de que son más importantes las miles de vidas humanas perdidas en esa guerra que resiste el pueblo cubano —y ningún otro pueblo en el mundo— por su crueldad inhumana y por los 50 años que se mantiene invariable en esencia.
Los cubanos tienen muy claro que deben producir mucho más, sobre todo alimentos porque ahora la mayor parte de los granos que consumen los importan, para lo que también tienen que vencer el bloqueo. A quienes presumen sabiduría en materia económica poco parece importar aquella política, con razón, definida como genocida por gentes mucho más responsables y por observadoras honestas de un fenómeno que nunca antes ocurrió en el mundo. Y si esto es falso, aquellos críticos que lo digan, apoyados en fuentes, las que con frecuencia no usan o la información que de ellas reciben las recortan o las ignoran, para quedar sueltos de cuerpo y espíritu, para elaborar las conclusiones que sus ideas, propias o inducidas, así como sus intereses les aconsejan o les imponen.
El crítico dos, al menos, admite que salud y educación son “Los innegables logros de la Revolución Cubana” los que, según él, “…quedan lamentablemente opacados por la grave situación económica implacable e insoslayable”.
Aquel articulista de La Razón de La Paz, generoso en el uso de adjetivos que oscurecen sus opiniones, parece falso cuando afirma que lamenta que esos logros de la Revolución de la Isla son opacados por la crisis económica.
Esa afirmación del crítico dos es una lisura teórica y política que alguien con decoro tiene que admitir: sin las formas socialistas de producir y de distribuir, vigentes en Cuba, no fueran posible esos servicios gratuitos y para todos los cubanos. 
Ese crítico dos no dice ni una letra sobre el bloqueo a Cuba. Ese silencio cómplice nos recuerda lo que escribió el nuevo Premio Nobel de Literatura, sobre aquella política destinada a sepultar la Revolución Cubana, que el único bloqueado en la Mayor de las Antillas era Fidel.
Precisamente porque la Isla confronta problemas económicos derivados del bloqueo, de la crisis internacional y del comportamiento económico interno han decidido, en el VI Congreso del PCC y previo debate del que participó el pueblo, aprobar las líneas económicas y sociales para actualizar la economía y la sociedad cubana para que allí haya más socialismo o para generar el socialismo posible en Cuba.
Ahora que ya se aplican esas líneas de política económica y social en la Isla liberada, como que les faltara algo esencial, según el gusto de críticos que leen mal esa realidad con anteojeras o con estereotipos o porque carecen de los instrumentos teóricos y políticos idóneos para hacerlo. O para decirlo sin vueltas: porque quieren la restauración capitalista en Cuba, contra lo que lucharán sus hijos hasta la última gota de su sangre, como les gusta proclamar. El crítico dos, como expresión de sus deseos, sugiere esa meta cuando sostiene: “Si China y Vietnam, ambas naciones comunistas, robustecen sus economías con recetas capitalistas, Cuba no podría quedar a la zaga”.
 El crítico rioplatense cierra su comentario así: “El problema —hoy— es que la reforma económica no tiene como correlato la democratización política en la isla”.
Parece una conclusión demoledora porque quizá resulta sonora para desprevenidos. Pero un experto en asuntos internacionales tiene que saber o no debe olvidar que la economía es una expresión concentrada de la política y que ésta influye sobre la economía. Y aunque no lo quisieran los cubanos, las líneas para la actualización económica y social, para su país, influirán en la política cubana, de modo que aquel comentarista tiene que esperar cambios en el ámbito de la política cubana.
Ese periodista rioplatense hace hablar de Marx, a Guillermo Almeyda, en una cita que transcribe porque según éste, del discurso oficial en Cuba, fue sacado el autor de El Capital. A propósito del maestro alemán es necesario recordar que él fue el que descubrió aquella ley insoslayable del desarrollo socio-político: la gente primero tiene que comer, vestirse, disponer de un techo y sólo después se ocupa de la política, de la ideología, de la religión.
Por ello es imprescindible añadir que la democracia sólo puede ser del pueblo, con el pueblo y para el pueblo si asegura los frijoles para todo el pueblo, como se busca en Cuba, la que es una tarea esencial. Frijoles para todo el pueblo, reclamados por Raúl Castro Ruz, antes que movilizar a la tropa, que es aquel pueblo de uniforme, en defensa de la Revolución, según le reprodujeron o le hicieron decir, al ahora Primer Secretario del PCC, los críticos anticubanos que existen en todas partes, lo cual no lamentamos porque los enfrentaremos siempre, y, porque si desaparecieran, el imperio los recriaría incluso en demasía.
Nota:
(1) Nos referimos a Pablo Stefanoni, periodista, que escribe en su columna “Semana internacional”, con el título: “La última batalla de la vieja guardia cubana”, en Página Siete del 23 de abril de 2011. Y al cientista político, Carlos Antonio Carrasco, que publica una nota en la revista “Animal político” de La Razón del 25 de abril de este año, con el título: “El viraje del régimen comunista en la isla/ Cuba: de la Revolución dura a la razón pura”.

Indudable demostración de apoyo a la Revolución
Discurso de Raúl Castro el 19 de abril de 2011, en la clausura del Congreso del PCC, en jornada que contó con la presencia del compañero Fidel.
Compañeras y compañeros:
Nos vamos acercando al final del Congreso, luego de intensas jornadas en las que los comunistas cubanos hemos discutido y aprobado los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, el Informe Central y diferentes resoluciones sobre los principales asuntos analizados.
Considero que la forma más digna y a la vez productiva de conmemorar el 50º Aniversario de la Victoria sobre la invasión mercenaria en Playa Girón, un día como hoy, el 19 de abril de 1961, es precisamente haber efectuado un magnífico Congreso del Partido, reunión que culmina tras algo más de cinco meses del inicio de las discusiones acerca de los Lineamientos, proceso de profundo carácter democrático y transparente, cuyo protagonismo indiscutible lo asumió el pueblo bajo la dirección del Partido.
Deseo, en nombre de los casi 800 mil militantes comunistas, de los mil delegados al Congreso, de la nueva dirección de nuestra organización y en particular, del compañero Fidel Castro Ruz, felicitar a todas las cubanas y cubanos por su decisiva participación en el debate y la indudable demostración de apoyo a la Revolución, lo cual constituye para nosotros motivo de satisfacción y lo más importante, una responsabilidad y compromiso superiores para lograr, con el concurso de todos, la actualización del modelo económico a fin de garantizar el carácter irreversible del Socialismo en Cuba.
Ya expresamos en el Informe Central que no nos hacíamos ilusiones de que los Lineamientos y las medidas a ellos asociadas, por sí solos, fueran la solución a todos los problemas existentes. Para alcanzar el éxito en esta cuestión estratégica y en las demás, es preciso que de inmediato nos concentremos en hacer cumplir los acuerdos de este Congreso, bajo un denominador común en nuestra conducta: el ORDEN, la DISCIPLINA y la EXIGENCIA.
La actualización del modelo económico no es un milagro que pueda obrarse de la noche a la mañana, como algunos piensan; su despliegue total se logrará gradualmente en el transcurso del quinquenio, pues es mucho el trabajo de detalle, planificación y coordinación, tanto en el plano jurídico como en la preparación minuciosa de todos los que intervengan en su ejecución práctica.
También será necesario desarrollar una intensa labor de divulgación a la población sobre cada medida que vayamos adoptando y al mismo tiempo, mantener los pies y los oídos bien atentos y pegados a la tierra, para superar los obstáculos que encontremos y rectificar rápidamente los fallos que cometamos en su aplicación.
Estamos convencidos de que el principal enemigo que enfrentamos y enfrentaremos serán nuestras propias deficiencias y que por tanto, una tarea de tamaña dimensión para el futuro de la nación, no podrá admitir improvisaciones ni apresuramientos. No renunciaremos a hacer los cambios que hagan falta, como nos indicó Fidel en su reflexión de ayer, los que efectuaremos al ritmo que demanden las circunstancias objetivas y siempre con el apoyo y comprensión de la ciudadanía, sin poner nunca en riesgo nuestra arma más poderosa, la unidad de la nación en torno a la Revolución y sus programas.
Sin el menor afán de chovinismo, considero que Cuba está entre el reducido número de países del mundo que cuentan con las condiciones para transformar su modelo económico y salir de la crisis sin traumas sociales porque, en primer lugar, tenemos un pueblo patriótico, que se sabe poderoso por la fuerza que representa su unidad monolítica, la justeza de su causa y preparación militar, con elevada instrucción y orgulloso de su historia y raíces revolucionarias.
Avanzaremos con decisión, a pesar del bloqueo norteamericano y las adversas condiciones imperantes en el mercado internacional, que se expresan, entre otras, en las restricciones para el acceso de Cuba a fuentes de financiamiento y la espiral de los precios del petróleo, que arrastra al resto de las materias primas y los alimentos; en pocas palabras, se encarece todo lo que adquirimos en el exterior.
A pocos meses de iniciado el 2011 y según datos muy recientes, ya se eleva a más de 800 millones de dólares el costo adicional de las importaciones del año, solo por el incremento de los precios, para adquirir las mismas cantidades planificadas, lo que nos obligará en cuanto termine el Congreso a realizar ajustes al plan aprobado endiciembre pasado.
En estos momentos el ahorro de recursos de todo tipo continúa siendo una de las fuentes principales de ingresos del país, pues todavía existen gastos irracionales e inmensas reservas de eficiencia que debemos explotar con mucho sentido común y sensibilidad política.
Pese al aceptable comportamiento obtenido hasta la fecha en la entrega de tierras ociosas en usufructo, al amparo del Decreto-Ley 259 del 2008, aún persisten miles y miles de hectáreas de superficie cultivable esperando por brazos dispuestos a extraerle los frutos que tanto demanda la población y la economía nacional y que podemos cosechar en nuestros campos para sustituir las cada vez más costosas importaciones de muchos productos, que hoy benefician a suministradores extranjeros, en lugar de a nuestros campesinos.
Lo primero que debemos hacer es cumplir lo que acabamos de aprobar en este evento y por ello no es fortuita la decisión de que el Comité Central analice en sus plenos, al menos dos veces al año, cómo se cumplen los acuerdos del Congreso, en particular la marcha de la actualización del modelo económico y la ejecución del plan de la economía.
En este sentido, debo resaltar la trascendencia de la tarea asignada a la Comisión Permanente del Gobierno para la Implementación y Desarrollo, la cual conducirá armónicamente los esfuerzos y acciones de los organismos y entidades nacionales involucrados en la actualización del modelo económico con el apoyo, en particular, del Ministerio de Economía y Planificación, que constituye el Estado Mayor del Gobierno para esta actividad del quehacer nacional.
Por otra parte, nuestros diputados tienen un mayor trabajo por delante, ya que los Lineamientos aprobados por el Congreso serán sometidos al análisis de la Asamblea Nacional del Poder Popular, para su ratificación legislativa en los sucesivos períodos de sesiones, a medida que vayamos completando la elaboración de las normativas legales correspondientes.
Como ustedes escucharon, el Congreso acordó convocar para el 28 de enero del próximo año, fecha en que se cumple el 159 aniversario del nacimiento de José Martí, la Conferencia Nacional, la cual en la práctica será una continuación del 6to Congreso, dedicada a valorar con realismo y espíritu crítico la labor del Partido y también precisar las transformaciones requeridas para ejercer el papel de fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado que le corresponde en virtud del Artículo cinco de la Constitución de la República. Asimismo, acordamos otorgar a dicha Conferencia facultades para actualizar los métodos y estilo de trabajo, estructuras y política de cuadros, incluyendo ampliar y renovar el Comité Central.
Como se expresa en su convocatoria, la Conferencia Nacional estará presidida por la determinación de “cambiar todo lo que debe ser cambiado” contenida en la brillante definición del concepto Revolución del compañero Fidel.
Para alcanzar el éxito, lo primero que estamos obligados a modificar en la vida del Partido es la mentalidad, que como barrera sicológica, según mi opinión, es lo que más trabajo nos llevará superar, al estar atada durante largos años a los mismos dogmas y criterios obsoletos. También será imprescindible rectificar errores y conformar, sobre la base de la racionalidad y firmeza de principios, una visión integral de futuro en aras de la preservación y desarrollo del Socialismo en las presentes circunstancias.
En materia de política de cuadros, con la elección del nuevo Comité Central, su Secretariado y el Buró Político, presentados en la mañana de hoy, hemos dado un primer paso para cumplimentar lo que acordamos en el Congreso, muy especialmente en lo que se refiere a iniciar un proceso gradual de renovación y rejuvenecimiento de la cadena de cargos políticos y estatales, al tiempo que se mejoró, de manera sustancial, la composición racial y de género.
El Comité Central quedó integrado por 115 miembros, de los cuales 48 son mujeres, el 41.7 por ciento, lo que más que triplica la proporción alcanzada en el congreso anterior, que fue del 13.3 por ciento. Los negros y mestizos son 36, creciendo en un 10 por ciento su representación, que asciende ahora al 31.3 por ciento.
Este resultado que, repito, es un primer paso, no es fruto de la improvisación. El Partido, desde hace varios meses, venía trabajando con profundidad en esta dirección con el propósito de conformar una candidatura que tuviera en cuenta la necesidad de lograr proporciones justas de género y raza en la membresía del Comité Central.
Fueron seleccionados de la gigantesca cantera de graduados universitarios y especialistas calificados, que la Revolución no perdió tiempo en formar. Son hijos de la clase obrera, surgidos de las entrañas más humildes del pueblo, con una vida política activa en las organizaciones estudiantiles, la UJC y el Partido; jóvenes que en su mayoría cuentan con más de 10, 15 ó 20 años de experiencia en la base, sin dejar de trabajar en las profesiones que estudiaron y casi todos fueron propuestos por los núcleos donde militan, como parte del proceso de preparación del Congreso.
Nos corresponde en lo adelante darles seguimiento y proseguir su formación para prepararlos en interés de que progresivamente, con su trabajo, puedan ocupar responsabilidades superiores.
En la integración de los órganos superiores del Partido —no obstante la salida del Comité Central de 59 compañeros, la mitad de sus miembros efectivos, la mayoría de ellos con una positiva hoja de servicios a la Revolución— nos mantuvimos varios veteranos de la generación histórica y es lógico que así sea, como una de las consecuencias de las deficiencias cometidas en este ámbito, criticadas en el Informe Central, que nos han impedido contar hoy con la reserva de sustitutos maduros y con experiencia suficiente para asumir el relevo en los principales cargos del país.
Por consiguiente, seguiremos adoptando medidas similares en esta decisiva dirección durante la próxima Conferencia Nacional del Partido y en la vida diaria de nuestro quehacer partidista, gubernamental y estatal.
El compañero Fidel Castro Ruz, fundador y Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, nos dio el primer ejemplo de actitud consecuente en esta materia, al solicitar expresamente no ser incluido en la candidatura del Comité Central.
Fidel es Fidel y no precisa de cargo alguno para ocupar, por siempre, un lugar cimero en la historia, en el presente y en el futuro de la nación cubana. Mientras tenga fuerzas para hacerlo, y afortunadamente se encuentra en la plenitud de su pensamiento político, desde su modesta condición de militante del Partido y soldado de las ideas,continuará aportando a la lucha revolucionaria y a los propósitos más nobles de la Humanidad.
En lo que a mí respecta, asumo mi última tarea, con la firme convicción y compromiso de honor de que el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba tiene como misión principal y sentido de su vida: defender, preservar y proseguir perfeccionando el Socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista.
En el Buró Político, como podrán observar, se refleja una adecuada proporción de jefes principales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Es natural que sea así, lo cual fundamento citando las palabras del compañero Fidel en el Informe Central al Primer Congreso del Partido:
El Ejército Rebelde fue el alma de la Revolución. De sus armas victoriosas emergió libre, hermosa, pujante e invencible la patria nueva […]. Cuando se fundó el Partido […] nuestro ejército, heredero a su vez del heroísmo y la pureza patriótica del Ejército Libertador y continuador victorioso de sus luchas, depositó en sus manos las banderas de la Revolución y fue a partir de ese instante y para siempre su más fiel, disciplinado, humilde e inconmovible seguidor.
Tengo sobradas razones para proclamar que las Fuerzas Armadas Revolucionarias, de las cuales albergo el orgullo de haber sido ministro por casi 49 años, nunca renunciarán a cumplir ese papel al servicio de la defensa del pueblo, del Partido, de la Revolución y el Socialismo.
La condición de miembro del Comité Central, si bien en parte había sido hasta ahora un reconocimiento a la trayectoria de lucha de los elegidos, lo cual fue justo, a partir de este momento deberá predominar el concepto de que en esencia, esa categoría representa una enorme responsabilidad frente al Partido y el pueblo, pues entre congreso y congreso, el Comité Central es el organismo superior de dirección partidista y le corresponden, según los estatutos, amplias facultades en el control de la aplicación de la política trazada y los programas de desarrollo económico y social del país, así como en la política de cuadros y la labor ideológica, entre otras.
En consonancia con ello, se requiere elevar la preparación y superación constante de sus miembros, ya que nos proponemos utilizar activamente al Comité Central en la materialización de los acuerdos del Congreso, como foro para analizar de modo colegiado, sin asomo de formalismo, los principales temas de la vida del Partido y la nación.
Lo propio haremos en el Buró Político, como le compete, por ser el organismo superior de dirección entre los plenos del Comité Central.
El Buró Político se compone de 15 miembros, reduciéndose en comparación con el anterior de 24 integrantes, cantidad que en la práctica resultó excesiva. En él ingresaron tres nuevos compañeros: Mercedes López Acea, Primera Secretaria del Comité Provincial del Partido en La Habana; Marino Murillo Jorge, Vicepresidente del Consejo de Ministros y Jefe de la Comisión Permanente del Gobierno para la Implementación y Desarrollo y Adel Yzquierdo Rodríguez, quien recientemente fue nombrado Ministro de Economía y Planificación.
Estas promociones no son casuales, en el primer caso obedece a la prioridad que el Partido concede a su labor en la capital, de más de dos millones de habitantes y en los restantes compañeros, responde a la significación estratégica de la actualización del modelo económico y el desarrollo de la economía nacional.
Mantendremos la útil práctica de reunir de conjunto, semanalmente, a la Comisión del Buró Político con el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, para evaluar los asuntos fundamentales del acontecer nacional, al tiempo que continuaremos propiciando la participación en las sesiones mensuales del Consejo de Ministros, según los temas a debatir y en calidad de invitados, a los miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central, el Consejo de Estado y la presidencia de la Asamblea Nacional; los cuadros centro de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), demás organizaciones de masas y la UJC, al igual que a los primeros secretarios de los comités provinciales del Partido y los presidentes de los consejos de la Administración Provincial.
Este método ha probado su eficacia para trasmitir, sin intermediarios, a los principales dirigentes de todo el país, informaciones indispensables y orientaciones para el desempeño de sus responsabilidades.
Finalmente, a ninguno de nosotros escapa la importancia histórica que revistió para el destino de la Revolución la aplastante derrota a la invasión mercenaria de Playa Girón, como resultado de la firme, incesante y decidida acción de nuestros combatientes, que bajo el mando directo del Comandante en Jefe Fidel Castro, quien se mantuvo todo el tiempo en el teatro de operaciones donde se libraban las acciones combativas, destrozaron, en menos de 72 horas, el intento del gobierno de los Estados Unidos de crear una cabeza de playa en un apartado rincón de la patria, al cual pretendían trasladar después, desde una base militar en la Florida, un gobierno títere que solicitara a la Organización de Estados Americanos, la tristemente célebre OEA, la intervención militar de fuerzas norteamericanas, ubicadas en aguas muy cercanas, acompañando al contingente mercenario desde su salida de costas centroamericanas, como ya habían hecho en Guatemala en 1954 siete años antes, al derrocar al gobierno progresista de Jacobo Arbenz.
Sirva la ocasión para repetir las palabras de Fidel en el décimo quinto aniversario de la Victoria, el 19 de abril de 1976 cuando dijo: “A partir de Girón todos los pueblos de América fueron un poco más libres”.
En Girón, por primera vez fue empleado en defensa del socialismo en Cuba el armamento suministrado por la entonces Unión Soviética pocos meses antes, sin apenas haberlo podido asimilar completamente. Es justo, un día como hoy, reconocer que sin la ayuda de los pueblos que componían aquel inmenso país, en especial el pueblo ruso, la Revolución no hubiera podido sobrevivir en los años iniciales ante las crecientes y continuas agresiones del imperialismo y por eso les estaremos eternamente agradecidos.
Nuestra gratitud, un día como hoy, a los actuales países socialistas por su invariable cooperación y apoyo en todos estos años de duras batallas y sacrificios.
Los pueblos hermanos del Tercer Mundo, en especial los de América Latina y el Caribe, que se esfuerzan por transformar la herencia de siglos de dominación colonial saben que siempre contarán con nuestra solidaridad y apoyo.
Un caluroso saludo fraternal a los partidos comunistas y demás fuerzas progresistas de todo el planeta, que luchan sin cesar, partiendo de la firme convicción de que un mundo mejor es posible.
También deseo expresar el reconocimiento del pueblo cubano a todos los gobiernos que, año tras año, han reclamado con su voto y con su voz, en las Naciones Unidas, el cese del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba.
Finalmente, llegue nuestro agradecimiento a todas y todos aquellos que de uno u otro modo participaron en la exitosa organización y aseguramiento de este Congreso.
Creo que no existe mejor modo de celebrar el 50 aniversario del Día de la Victoria en Playa Girón, que clausurar este histórico Congreso del Partido con el simbolismo que encierra la “Elegía de los Zapaticos Blancos” del Indio Naborí, declamada vibrantemente por el actor Jorge Ryan y las emocionadas palabras de Nemesia, la niña carbonera que vio morir indefensa a su madre y las heridas producidas a su abuela y dos hermanos por la acción asesina de aviones pintados con las insignias cubanas y cuyos zapatos blancos, perforados por la metralla enemiga, se exponen en el museo de Playa Girón, como constancia material de que la Revolución se mantiene victoriosa 50 años después, rindiéndole honor a sus caídos.
Muchas gracias.

Reflexiones del compañero Fidel
Mi ausencia en el C.C.
(Tomado de CubaDebate)
Conocía el informe del compañero Raúl al Sexto Congreso del Partido.
Me lo había mostrado varios días antes por su propia iniciativa, como hizo con muchos otros asuntos sin que yo lo solicitara, porque había delegado, como ya expliqué, todos mis cargos en el Partido y el Estado en la Proclama del 31 de julio de 2006.
Fidel lee la lista de los candidatos a miembro del Comité Central.
Hacerlo era un deber que no vacilé un instante en cumplir.
Sabía que mi estado de salud era grave, pero estaba tranquilo: la Revolución seguiría adelante; no era su momento más difícil después que la URSS y el Campo Socialista habían desaparecido. Bush estaba en el trono desde el 2001 y tenía designado un gobierno para Cuba; pero una vez más, mercenarios y burgueses se quedaron con las maletas y baúles en su dorado exilio.
Los yankis, además de Cuba, tenían ahora otra Revolución en Venezuela. La estrecha cooperación entre ambos países pasará también a la historia de América como ejemplo del enorme potencial revolucionario de los pueblos con un mismo origen y una misma historia.
Entre los muchos puntos abordados en el proyecto de Informe al Sexto Congreso del Partido, uno de los que más me interesó fue el que se relaciona con el poder. Textualmente expresa: "…hemos arribado a la conclusión de que resulta recomendable limitar, a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años, el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales. Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones."
Me agradó la idea; era un tema sobre el que yo había meditado mucho. Acostumbrado desde los primeros años de la Revolución a leer todos los días los despachos de las agencias de noticias, conocía el desarrollo de los acontecimientos en nuestro mundo, aciertos y errores de los Partidos y los hombres. Abundan los ejemplos en los últimos 50 años.
No los citaré para no extenderme ni herir susceptibilidades. Albergo la convicción de que el destino del mundo podía ser en este momento muy distinto sin los errores cometidos por líderes revolucionarios que brillaron por su talento y sus méritos. Tampoco me hago la ilusión de que en el futuro la tarea será más fácil, sino al revés.
Digo simplemente lo que a mi juicio considero un deber elemental de los revolucionarios cubanos. Mientras más pequeño sea un país y más difíciles las circunstancias, más obligado está a evitar errores.
Debo confesar que no me preocupé realmente nunca por el tiempo que estaría ejerciendo el papel de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y Primer Secretario del Partido. Era además, desde que desembarcamos, Comandante en Jefe de la pequeña tropa que tanto creció más tarde. Desde la Sierra Maestra había renunciado a ejercer la presidencia provisional del país después de la victoria que desde temprano avizoré para nuestras fuerzas, bastante modestas todavía en 1957; lo hice porque ya las ambiciones con relación a ese cargo estaban obstruyendo la lucha.
Fui casi obligado a ocupar el cargo de Primer Ministro en los meses iniciales de 1959.
Raúl conocía que yo no aceptaría en la actualidad cargo alguno en el Partido; él había sido siempre quien me calificaba de Primer Secretario y Comandante en Jefe, funciones que, como se conoce, delegué en la Proclama señalada cuando enfermé gravemente. Nunca intenté ni podía físicamente ejercerlas, aun cuando había recuperado considerablemente la capacidad de analizar y escribir.
Sin embargo, él nunca dejó de transmitirme las ideas que proyectaba.
Surge otro problema: la Comisión Organizadora estaba discutiendo el número total de miembros del Comité Central que debían proponer al Congreso. Con muy buen criterio, ésta apoyaba la idea sostenida por Raúl de que en el seno del Comité Central se incrementara la presencia del sector femenino y la de los descendientes de esclavos procedentes de África. Ambos eran los más pobres y explotados por el capitalismo en nuestro país.
A su vez, había algunos compañeros que, ya por sus años o su salud, no podrían prestar muchos servicios al Partido, pero Raúl pensaba que sería muy duro para ellos excluirlos de la lista de candidatos. No vacilé en sugerirle que no se excluyera a esos compañeros de tal honor, y añadí que lo más importante era que yo no apareciera en esa lista.
Pienso que he recibido demasiados honores. Nunca pensé vivir tantos años; el enemigo hizo todo lo posible por impedirlo; incalculable número de veces intentó eliminarme, y yo muchas veces "colaboré" con ellos.
A tal ritmo avanzó el Congreso que no tuve tiempo de transmitir una palabra sobre el asunto antes de que recibiera las boletas.
Alrededor del mediodía Raúl me envió con su ayudante una boleta, y pude ejercer así mi derecho al voto como delegado al Congreso, honor que los militantes del Partido en Santiago de Cuba me otorgaron sin que yo supiera una palabra. No lo hice mecánicamente. Leí las biografías de los nuevos miembros propuestos. Son personas excelentes, varias de las cuales había conocido en el lanzamiento de un libro sobre nuestra guerra revolucionaria, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, en los contactos con los Comités de Defensa de la Revolución, las reuniones con los científicos, con los intelectuales y en otras actividades. Voté y hasta pedí fotos del momento en que ejercía ese derecho.
Recordé también que me falta bastante todavía de la historia sobre la Batalla de Girón. Trabajo en ella y estoy comprometido a entregarla pronto; tengo en mente además escribir sobre otro importante acontecimiento que vino después.
¡Todo antes de que el mundo se acabe!
¿Qué les parece?
Fidel Castro Ruz
Abril 18 de 2011
4 y 55 p.m.


Reflexiones del compañero Fidel
El Norte revuelto y brutal
(Tomado de CubaDebate)
Estaba leyendo materiales y libros en abundancia para cumplir mi promesa de continuar la Reflexión del 14 de abril sobre la Batalla de Girón, cuando eché una ojeada a las noticias frescas de ayer, que son abundantes como todos los días. Se pueden acumular montañas en cualquier semana, que van desde el terremoto en Japón, al triunfo de Ollanta Humala sobre Keiko, hija de Alberto Fujimori, expresidente de Perú.
Perú es gran exportador de plata, cobre, zinc, estaño y otros minerales; posee grandes yacimientos de uranio que poderosas transnacionales aspiran a explotar. Del uranio enriquecido salen las más terribles armas que conoció la humanidad, y el combustible de las centrales electronucleares que, pese a las advertencias de los ecologistas, se estaban construyendo a ritmo acelerado en Estados Unidos, Europa y Japón.
No sería justo, desde luego, culpar a Perú de esto. Los peruanos no crearon el colonialismo, el capitalismo y el imperialismo. Tampoco se puede culpar al pueblo de Estados Unidos, que es también víctima del sistema que ha engendrado allí a los políticos más atolondrados que ha conocido el planeta.
El pasado 8 de abril los amos del mundo dieron a la luz su acostumbrado informe anual sobre las violaciones de los "derechos humanos", que motivó un agudo análisis en el sitio web Rebelión, suscrito por el cubano Manuel E. Yepe, basado en la respuesta del Consejo de Estado de China, enumerando hechos que demuestran la desastrosa situación de tales derechos en Estados Unidos.
"…Estados Unidos es el país donde más se agreden los derechos humanos, tanto en su propio país como en todo el mundo, y es una de las naciones que menos garantiza la vida, la propiedad y la seguridad personal de sus habitantes.
"Cada año, una de cada 5 personas es víctima de un crimen, la tasa más alta del planeta. Según cifras oficiales, las personas mayores de 12 años sufrieron 4,3 millones de actos violentos.
"La delincuencia creció alarmantemente en las cuatro mayores ciudades del país (Filadelfia, Chicago, Los Ángeles y Nueva York) y se registraron notables incrementos respecto al año previo en otras grandes urbes (San Luis y Detroit).
"El Tribunal Supremo dictaminó que la posesión de armas para la defensa personal es un derecho constitucional que no puede ser ignorado por los gobiernos estaduales. Noventa de los 300 millones de habitantes del país poseen 200 millones de armas de fuego.
"En el país se registraron 12.000 homicidios causados por armas de fuego, mientras que el 47 por ciento de los robos se cometieron igualmente con uso de armas de fuego.
"A la sombra de la sección de ‘actividades terroristas’ del Acta Patriótica, la tortura y la extrema violencia para obtener confesiones de sospechosos son prácticas comunes. Las condenas injustas se evidencian en las 266 personas, 17 de ellas ya en el corredor de la muerte, que han sido absueltas gracias a pruebas de ADN.
"Washington aboga por la libertad en Internet para hacer de la red de redes una importante herramienta diplomática de presión y hegemonía, pero impone estrictas restricciones en el ciberespacio en su propio territorio y trata de establecer un cerco legal para lidiar con el desafío que representa Wikileaks y sus filtraciones.
"Con una alta tasa del desempleo, la proporción de ciudadanos estadounidenses que vive en la pobreza alcanzó un nivel récord. Uno de cada ocho ciudadanos que participó el pasado año en los programas de cupones para alimentos.
"El número de familias acogidas en centros para desamparados aumentó un 7 por ciento y las familias tuvieron que permanecer más tiempo en los centros de acogida. Los delitos violentos contra estas familias sin techo aumentan sin cesar.
"La discriminación racial permea cada aspecto de la vida social. Los grupos minoritarios son discriminados en sus empleos, tratados de manera indigna y no son tenidos en cuenta para ascensos, beneficios o procesos de selección laboral. Un tercio de los negros sufrió discriminación en sus lugares de trabajo aunque sólo el 16 % se atrevió a elevar queja.
"La tasa de desempleo entre los blancos es de un 16,2 %, entre hispanos y asiáticos del 22 %, y entre los negros es del 33 %. Los afroamericanos y los latinos representan el 41 por ciento de la población carcelaria. La tasa de afroamericanos cumpliendo cadena perpetua es 11 veces más alta que la de blancos.
"El 90 por ciento de las mujeres ha sufrido discriminación sexual de algún tipo en su lugar de trabajo. Veinte millones de mujeres son víctimas de violación, casi 60.000 presas han sufrido agresión sexual o violencia. Una quinta parte de las estudiantes universitarias son agredidas sexualmente y el 60 por ciento de las violaciones en campus universitarios ocurre en los dormitorios femeninos.
"Nueve de cada diez estudiantes homosexuales, bisexuales o transexuales sufren acoso en el centro escolar.
"El Informe dedica un capítulo a recordar las violaciones de los derechos humanos de que es responsable el gobierno de Estados Unidos fuera de sus fronteras. Las guerras de Irak y Afganistán, dirigidas por EE.UU., han causado cifras exorbitantes de víctimas entre la población civil de estos países.
"Las acciones ‘antiterroristas’ de EE.UU. han incluido graves escándalos de abuso a prisioneros, detenciones indefinidas sin cargos o juicios en centros de detención como el de Guantánamo y otros lugares del mundo, creados para interrogar a los denominados ‘presos de gran valor elevado’ donde se aplican las peores torturas.
"También recuerda el documento chino que EE.UU. ha violado el derecho a existir y desarrollarse a la población cubana sin acatar la voluntad mundial expresada por la Asamblea General de la ONU durante 19 años consecutivos sobre ‘La necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba’.
"EE.UU. no ha ratificado convenciones internacionales sobre los derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de la Discriminación contra la Mujer; la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Convención sobre los Derechos del Niño.
"Los datos que aporta el recuento presentado por el gobierno chino demuestran que el funesto historial de EE.UU. en este terreno lo descalifican como ‘juez de los derechos humanos en el mundo’. Su ‘diplomacia de los derechos humanos’ es pura hipocresía de doble rasero al servicio de sus intereses imperiales estratégicos. El gobierno chino aconseja al gobierno de EE.UU. que tome medidas concretas para mejorar su propia situación en derechos humanos, que examine y rectifique sus actividades en ese terreno y detenga sus actos hegemónicos consistentes en utilizar los derechos humanos para interferir en los asuntos internos de otros países".
Lo importante de este análisis, a nuestro juicio, es que se haga tal denuncia en un documento suscrito por el Estado chino, un país de 1.341 millones de ciudadanos, que posee 2 millones de millones de dólares en sus reservas monetarias, sin cuya cooperación comercial el imperio se hunde. Me parecía importante que nuestro pueblo conociera los datos precisos contenidos en el documento del Consejo de Estado chino.
Si Cuba lo dijera, carecería de importancia; llevamos más de 50 años denunciando a esos hipócritas.
Martí había dicho hace 116 años, en 1895: "…el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia…".
"Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas".
Fidel Castro Ruz
Abril 23 de 2011
7 y 32 p.m.

Sexto congreso del Partido Comunista de Cuba
Un congreso de la nación
Ángel Guerra Cabrera
De la cresta de una ola popular emergió el sexto congreso del Partido Comunista de Cuba que sesionó entre el 14 y el 19 de abril. La marcha de los habaneros en la mañana del 14, recordando a los mártires y la victoria en Playa Girón, mostró cuánto había calado en el pueblo la reunión partidista así como su clara conciencia de lo que significaba para el futuro de la revolución. Sólo alguien muy insensible podía no sentirse conmovido ante la combatividad de todos y la alegría de los contingentes juveniles y estudiantiles en la multitud que invadió la gigantesca Plaza de la Revolución. No marchaban para protestar, ni para pedir otra cosa que la defensa y perfeccionamiento del socialismo, ni mucho menos para exigir la renuncia del gobierno, sino para apoyarlo y alentarlo, para decir que siguen siendo los mismos que hace 50 años hicieron posible la primera derrota del imperialismo yanqui en América.
La estirpe revolucionaria de ese pueblo es la de entonces, pero ahora es mucho más instruido, diverso y culto políticamente, como pudo confirmarse en los sustanciosos debates populares que antecedieron al congreso y en las comisiones de trabajo de éste. Y es que lo que allí se hizo fue dar los toques finales al Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del partido y la revolución, que ya en ese momento constituían un mandato de gran parte del pueblo cubano en cuanto al profundo cambio de conceptos, estructuras y mentalidad que exige la preservación y perfeccionamiento del socialismo en Cuba. Como apuntó Raúl Castro en su informe al congreso: No sería infundado expresar que, en su esencia, el congreso ya se celebró en medio de ese magnífico debate con la población. Tomando como base las propuestas formuladas en 163 mil reuniones, más de dos tercios de los lineamientos fueron modificados antes de redactar la versión finalmente presentada a los mil delegados al congreso. En síntesis, en una fluida interacción entre el pueblo y el partido, fue decidido el futuro de la revolución y, por tanto, de la nación. Significativo contraste con lo que se practica en las democracias de libre mercado donde despóticamente, sin consulta alguna a los afectados, se hipoteca el futuro de generaciones con los planes de ajuste y reformas con tal de continuar enriqueciendo a una elite insensible y codiciosa.
El informe y las conclusiones del congreso presentados por Raúl así como los mencionados lineamientos son documentos de gran interés para quienes luchan por alternativas a la suicida y devastadora globalización neoliberal y también para los convencidos de que el socialismo en sus diversas formas nacionales es lo único que ofrece una alternativa viable a la amenaza de desaparición de nuestra especie entrañada en el capitalismo. Raúl planteó crudamente dos problemas centrales: uno es el indispensable cambio de mentalidad de los cuadros del partido y del Estado como requisito para introducir los grandes cambios que requieren la economía y la sociedad cubanas, y el otro, el de la incapacidad mostrada por la organización partidista para crear una reserva de sustitutos de la generación histórica y para que sus órganos de dirección sean verdaderamente representativos en raza y género de la composición del pueblo cubano. Dos tareas en las que ya viene trabajando el partido hace meses y en las que va la vida de la revolución. En el nuevo Comité Central se registra un incremento importante en el número de negros, mestizos y mujeres pero será la conferencia del partido, en enero próximo, la que abordará a fondo esta problemática.
A Raúl se le vio en las sesiones del congreso, en su peculiar estilo, como el estadista de altos quilates que se veía venir en él, ahora más delineado en una personalidad profundamente crítica y autocrítica, transparente y exigente, aglutinadora no sólo del partido sino de todas las corrientes políticas y denominaciones religiosas patrióticas que conviven en la sociedad cubana. El fomento de la unidad nacional fue subrayado en su informe como misión primordial del partido así como la política exterior latinoamericanista y tercermundista.
Aunque ninguna otra persona puede sustituir a alguien tan excepcional como Fidel, Raúl está demostrando convincentemente que es su digno sucesor. Con la fortuna, además, de seguir disponiendo del comandante como consejero y arma estratégica de la revolución: soldado, como se asume a sí mismo, de la batalla de ideas.

Congreso del Partido Comunista de la nación cubana y democracia
Por Arnold August
El Artículo 5 de la Constitución cubana estipula que el Partido Comunista de Cuba es la “vanguardia organizada de la nación cubana”. La relación simbiótica entre el Partido y la nación ha sido demostrada numerosas veces durante las décadas transcurridas desde el establecimiento del Partido en 1965.
Esta herencia singular tiene sus raíces en el Partido Revolucionario Cubano establecido por José Martí en 1892 el cual fue tan exitoso en su orientación política, estrategia militar y organización que el Partido Revolucionario Cubano llevó a la nación a derrotar a los colonialistas españoles en 1898; victoria ésta robada por los Estados Unidos en el último momento. En la Sierra Maestra desde diciembre 1956 hasta el 1 de enero de 1959, la victoria que se escapó del pueblo cubana en el siglo anterior, fue finalmente alcanzada.
Esto tuvo lugar, entre otros factores, gracias a los indestructibles lazos entre las fuerzas dirigentes en esos momentos, por un lado el Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde liderado por Fidel Castro y del otro lado los sectores más humildes del pueblo cubano. Más an, describir esta relación simplemente en términos de lazos y vínculos sería en realidad subestimar el hecho de que el liderazgo y el pueblo eran solo uno.
¿Cómo es entonces posible que esa pequeña fuerza derrotara a un enemigo tan poderoso como los Estados Unidos? La histórica victoria en Playa Girón probó ser una segunda instancia demostrando la unidad entre el liderazgo y el pueblo, que de hecho lucharon una guerra defensiva de todo el pueblo en contra de la invasión mercenaria apoyada por los Estados Unidos. Esta es la tradición en cuyo principio el Partido Comunista de Cuba, como vanguardia organizada de la nación, está basado y se ha nutrido.
El Sexto Congreso del Partido es el último de los muchos ejemplos en esta tradición. Cuba, en una coyuntura crítica de su historia, comenzó la discusión masiva en 2007 sobre la base del ahora famoso discurso de Raúl Castro el 26 de Julio de ese año; él exhorto a sus compatriotas a exponer abiertamente sus preocupaciones y sugerencias para tratar los complejos problemas que atraviesa la nación. Así lo hicieron, y después de un proceso serio y metódico la dirección del país elaboró el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Tan pronto como este Proyecto de Lineamientos fue difundido, comenzó de hecho el Sexto Congreso del Partido con los debates y las discusiones en los centros de trabajo y estudio y en los barrios. Raúl Castro anunció en su Informe al Congreso el 16 de abril que desde diciembre 1 de 2010 hasta febrero 28 de 2011, cerca de nueve millones de personas participaron en más de 163.000 reuniones en las que más de tres millones contribuyeron con sus opiniones y sugerencias. Describir esta consulta como hizo Raúl en términos de  un “referéndum popular” no es en modo alguno algo exagerado. El resumen de las discusiones, cambios, propuestas, modificaciones, adiciones y supresiones es en sí un testimonio fehaciente del debate efectivo que tuvo lugar a todos los niveles de la sociedad cubana [1].  El documento elaborado como resultado de este proceso fue lo que recibieron los delegados electos al Congreso. El documento llegó a sus manos incluso antes del inicio de las discusiones de modo que pudieran prepararse anticipadamente con esta versión revisada a partir de las opiniones de las organizaciones de base en las cuales ellos fueron electos. Las deliberaciones del Congreso en las Comisiones probaron ser una impresionante y viva escena de debates, discusiones y propusieron cambios que resultaron en una serie de dictámenes a ser tomados en cuenta para elaborar lo que probablemente será una nueva versión, la final, para fortalecer el socialismo y la Revolución.
El tema de los estrechos, indestructibles vínculos entre el liderazgo y el pueblo, la vanguardia del Partido Comunista y la nación, toma una suerte de giro personal y emocional con las tres reflexiones de Fidel durante el periodo de cuatro días del Congreso. La primera tuvo que ver con la parada militar del 16 de abril y la manifestación de las habaneras y habaneros en respaldo a la Revolución y al socialismo. En la segunda, ofreció sus pensamientos acerca de los debates del Congreso y en la tercera acerca de la composición del Comité Central y su ausencia en tan importante cuerpo. En el estilo único que le es característico a este icónico líder revolucionario, sus ideas respondieron a lo que estaba en la mente de la inmensa mayoría del pueblo cubano (y de muchos de nosotros, observadores extranjeros, también). Fue de este modo que trató con los aliados campesinos en 1957- 58; de modo similar con las personas de todas las diversas procedencias en las Primera y Segunda Declaración de la Habana (1960, 1962) en los intercambios con multitudes cercanas al millón de personas en cada ocasión. Ahí está, por supuesto, la proclamación el 16 de abril de 1961 del Carácter Socialista de la Revolución que emergió como algo espontáneo de la interacción dialéctica del líder con el pueblo.
El título de este artículo incluye el término “democracia”. No obstante, él no ha sido usado en el artículo hasta ahora. No existe una definición universal de democracia; el universalismo es usado por los poderes que tienen su base en los Estados Unidos y en muchos países europeos como un pretexto para definir la democracia del modo más arbitrario y entonces usar su propia definición con el más evidente doble rasero, para tratar de imponer su dominación sobre el mundo, especialmente el Tercer Mundo. Cuba, como ejemplificamos en lo expuesto anteriormente, forja su propia democracia en el curso de luchas, lo que incluye la relación del Partido Comunista y la nación.
Para aquellos de nosotros que prestan de cerca atención a este muy controversial tema de la democracia, con lo ejemplificado en el Congreso, su preparación y el desarrollo efectivo, parecían estar llegando a su fin las valiosas lecciones. No obstante, el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, subió al podio. El se refirió a una institución completamente diferente, que no es el Partido, son el Estado, el Gobierno y las Elecciones a estas instancias. Presentó la “Resolución sobre el Perfeccionamiento de los Órganos del Poder Popular, el Sistema Electoral y la División Político Administrativa” del país. Su esencia es perfeccionar aún más el Poder Popular en Cuba y el sistema electoral buscando hacerlo más democrático y participativo. Una vez que sean elaboradas las sugerencias y sean propuestas a la Asamblea Nacional, los diputados electos por todos los ciudadanos trabajarán en los cambios sugeridos.
Para quienes en el mundo sienten interés verdadero en la democracia Cubana, aquí están los hechos: la experiencia del Congreso y éste llamado a perfeccionar aun más el Poder Popular. ¡Qué mejores argumentos para contrarrestar cualquier presión ideológica y política en contra de Cuba y su sistema político! Pero siempre será el pueblo cubano quien determine su tipo de democracia, ¡nadie más!

¿Es aplicable el modelo chino o vietnamita en Cuba?
por Julio A. Díaz Vázquez*
El Proyecto de lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución y la medular intervención del segundo secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz, en la clausura del VI Período ordinario de sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (18/12/2010), han dado origen a los más disímiles criterios sobre el documento que discutió todo el pueblo cubano. En el ciberchancleteo que circula en el país; en comentarios generados en el exterior, unos bien intencionados y otros no tanto, comentan y especulan sobre la pertinencia que pudieran tener, para Cuba, las experiencias de las políticas económicas de la Reforma y Apertura, en China; y la de Renovación, en Viet Nam.
Acerca de la conveniencia de aprender o ilustrarse acerca de los cambios operados en esas economías en los últimos treinta años, considero —siempre abierto al debate— de utilidad e interés puntualizar lo siguiente:
1) El derrumbe del socialismo en Europa del Este y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (URSS) enterró la concepción de un modelo típico socialista inspirado en generalidades teóricas de la experiencia soviética. China, entre 1953 y 1957 tomó prestadas algunas de las características ensayadas en la URSS. Entre 1958 y 1976 —excepto el interregno 1961-1965, llamado de reajustes, consolidación, completamiento y elevación— intentó crear otro modelo de socialismo. Primero impulsó las Comunas Populares; después desplegó la Revolución Cultural. Entre 1978 y 2010, ha aplicado con reconocido éxito una política económica innovadora que catapulta al país a los primeros planos mundiales.
2) Terminada la cruenta lucha de liberación nacional de más de treinta años, Viet Nam logró la reunificación del país en 1975. Se llevó a todo el territorio nacional el modelo de economía centralizada que rigió en el Norte; con la salvedad de que el presupuesto era financiado en cerca de 80% por la ayuda socialista y, en particular, de la URSS. El intento naufragó; dio paso a una situación crítica: las hambrunas costaron al país miles de vidas. Desde la segunda mitad de los años 80 fue introducida la política económica de renovación. En los últimos veinte años, el Producto Interno Bruto (PIB) creció en promedios anuales superiores a 6%. Entre otros enfáticos logros productivos, convirtió al país en exportador de café y segundo mundial de arroz; los niveles de pobreza de la población disminuyeron hasta 10%.
3) El fracaso del socialismo en Europa, las transformaciones en China y Viet Nam, y las menos apreciables de la República Popular Democrática de Corea, apuntan a la formación de otros modelos socialistas alejados de la teoría y la práctica del socialismo real. El avance en la creación de patrones propios refuerza la tendencia a la pluralidad, de acuerdo con las condiciones y experiencias de cada país y con las cambiantes realidades marcadas por el curso geopolítico-estratégico del siglo XXI. En Cuba, al emprender la actualización del modelo económico, se reafirma que revolución, socialismo, soberanía e independencia nacional están estrechamente unidos.
4) Resulta positivo seguir lo que acontece en las economías china y vietnamita; pero las diferencias geográficas, socioculturales y otras circunstancias marcan distancias que no deben ignorarse. Además, crecimiento y desarrollo son imperativos para no ser apartados del camino; China y Viet Nam optaron por aceptar el reto de la globalización y entrar a competir con esas reglas en la economía mundial. Cuba, en América Latina, enfrenta su propio desafío globalizador para reinsertarse en la dinámica económica internacional, agravada por la hostilidad y el bloqueo de los Estados Unidos. Sin embargo, hay elementos que no deben perderse de vista:
• En Cuba, la mayoría de la población, 75% es urbana. China y Vietnam se distinguen por todo lo contrario: cerca de 56% y 80% respectivamente de sus habitantes viven en zonas rurales. Lo que, en buena medida, explica los enormes esfuerzos que el despliegue económico modernizador ha exigido para incorporar el mercado a la dirección económica y la gestión empresarial en los dos países asiáticos. Cuba se caracterizó históricamente por una economía agraria, pero no campesina como la china o la vietnamita.
• La extensión territorial y la población marcan diferencias regionales, zonas de pobreza, comunicaciones, etc., que tienen influencias evidentes para acelerar o retardar las políticas innovadoras. China presenta las mayores disparidades. Viet Nam, además del atraso secular y subdesarrollo de su economía, enfrenta la creciente brecha entre el Norte-Sur del país. Las regiones de Cuba no presentan diferencias tan acentuadas.
• En lo cultural, China reabrió el debate de finales del siglo XIX e inicios del XX con la difusión de influencias intelectuales que abogaban porque el país se abriera a Occidente en la captación de tecnologías e instituciones democráticas. Viet Nam, colonia francesa por muchos años, estuvo más abierto a estas tendencias. Cuba, por el contrario, tiene sus raíces nacionales y culturales dentro de la tradición occidental. Tampoco debemos pasar por alto que las dos naciones asiáticas acumulan una vida cultural y aldeana de miles de años; la estructura y la tradición familiar han tenido papeles muy diferentes en los asentamientos humanos asiáticos y cubano.
5) ¿Qué puede ser válido de las experiencias china y vietnamita? a) Prueban que el modelo soviético no era reformable. b) Los cambios introducidos, tanto por la reforma y apertura en China como la renovación en Viet Nam, fueron impulsados por dirigentes históricos. Están conduciendo a la formación de modelos diferentes al conocido del socialismo real. c) Parece útil ensayar la institucionalización de las relaciones de mercado. Sin olvidar que, el mercado, como Jano tiene dos caras. Una, la estimulación de la producción y el comercio, el incremento de los incentivos al trabajo, la saturación de las vidrieras, etc., además de la diferenciación de los productores. La otra, la exacerbación de la codicia, sentimientos e instintos bajos, el egoísmo y el individualismo. Lo creativo radicaría sacar provecho del primer rostro y poner freno social a las deformaciones del segundo semblante. El mercado por su naturaleza no es capitalista ni socialista. d) No poner frenos e incentivar la creatividad de todos los ciudadanos. e) Estudiar el efectivo papel desempeñado por las industrias rurales en China.
6) Tanto la experiencia vietnamita como la china comenzaron por reformar las relaciones agrarias. En el primer caso, se trataba de resolver con urgencia la falta de alimentos; en el segundo, el apremio no era tan presionante, pero era necesario excluir las amenazas de las hambrunas recurrentes, asegurar el crecimiento continuo de la producción, elevar el nivel de vida del campesinado, eliminar las importaciones, y asegurar un consenso nacional mayoritario que apoyara el proceso de reformas. En China, la entrega de la tierra, bajo el contrato familiar, se distribuyó según el número de miembros de la familia; el tiempo de la contrata ha variado desde el arranque inicial; en la actualidad es por treinta años, con derecho a renovación por igual periodo; con la potestad de trasmitirlo en herencia y el arriendo. Inicialmente, el campesino entregó a la cooperativa el 70% de la cosecha y el restante 30% lo comercializó en el mercado. Progresivamente la cantidad a entregar disminuyó, elevándose la parte vendida libremente. Se puso fin a la práctica del socialismo conocido de vender caro y comprar barato en las relaciones campo-ciudad.
7) Otros factores que es necesario considerar: Adecuar el funcionamiento de la economía a patrones que incorporen el mercado, partiendo de regímenes de dirección centralizados, requiere de la gradualidad como una de sus condiciones básicas. China inició la reforma y apertura sin grandes tensiones internas y de modo pragmático. En Viet Nam, la renovación comenzó desde un punto crítico. Ambas experiencias han debido enfrentar, con mayor o menor éxito, la organización de las infraestructuras normativo-jurídico-económico-financieras indispensables para lograr el normal desenvolvimiento de las relaciones monetario-mercantiles.
8) La reforma y apertura en China como la renovación en Viet Nam comenzaron priorizando la esfera económica. En ambos casos se trataba de resolver, en mayor o menor medida, problemáticas apremiantes; ampliar la base social que concitara el apoyo al proceso renovador que, dado el éxito logrado en el despegue agrario, creó impulsos para extenderlo a otras esferas de la economía; y al mismo tiempo, aislaran a los sectores conservadores y retardatarios. Las dos prácticas tienen a su favor el haber sido los respectivos Partidos quienes desencadenaran las transformaciones económico-sociales-políticas. Especial énfasis han dedicado al mantenimiento de la estabilidad social.
9) Tanto China como Viet Nam han debido vencer la tarea subjetiva, pero capital, de liberar las mentes. La actualización del modelo económico en Cuba parte de decenios de prácticas en la gestión y dirección centralizadas de la economía; y además hay que superar las prácticas y vestigios creados por políticas socioeconómicas paternalistas. El ordenamiento jurídico y el respeto a la ley son indispensables para que arraiguen los nuevos patrones. Más de una generación tendrá que superar el trauma creado por la desaparición de una realidad y adecuarse a otra muy distinta.
10) Los programas socioeconómicos para 2011-2015, en ambos países asiáticos, entre otras cuestiones inaplazables, ponen el acento en superar los atrasos en las áreas de educación y salud, disminuir las diferencias regionales, los niveles de pobreza, las desigualdades en los ingresos urbanos y rurales, frenar la degradación del medio ambiente y elevar el acceso al agua potable. Con ello intentan, en parte, responder a los desequilibrios creados por el accionar del mercado, el énfasis en políticas de desarrollo, herencias del pasado neocolonial, siglos de atraso o factores de la coyuntura internacional.
11) La esfera política no queda al margen de las transformaciones; aunque analistas nacionales o extranjeros señalan que en Viet Nam han avanzado más que en China. El accionar de los órganos del poder estatal ha fortalecido la participación ciudadana; mientras que en el Partido han ido ganando mayores espacios la participación colectiva y las responsabilidades. Las dos prácticas implementan medidas legales, profilácticas y administrativas, e imponen severas sanciones a las prácticas corruptas, tanto a nivel estatal como en el Partido o en las empresas.
12) De conjunto, lo acaecido en China y en Viet Nam durante los procesos de modernización o renovación de los principios en que funcionaron las dos economías debe concitar al estudio y valoración, tanto de lo valioso como de los efectos desfavorables que ha implicado incorporar las palancas mercantiles al desempeño de la dirección de la economía y los elementos de mercado a la gestión empresarial. Ello permitiría estar preparados para sacar provecho de la fisonomía positiva del mercado y poner freno al talante pernicioso de la relación monetario-mercantil.
* Julio A. Díaz Vázquez es Profesor Consultante del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional,  Universidad de La Habana
Fuente: Rebelión

De la Redacción:
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y Remberto Cárdenas Morales