domingo, 21 de noviembre de 2010

Voz 41

Voz
La Paz (Bolivia), 30 de octubre de 2010          Año I          No. 41

Voz
La Paz (Bolivia), 30 de octubre de 2010          Año I          No. 41

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio

El mundo respalda el desbloqueo a Cuba socialista

Reflexiones del compañero Fidel
El imperio y el derecho a la vida de los seres humanos
Fidel Castro Ruz

¡Victoria de Cuba! 187 países apoyan resolución contra el bloqueo

Cuba en el corazón del mundo*
Alejandro Dausá

La biotecnología que hace Cuba es de exportación, destacan en congreso

Sobre el Comandante de Nuestra América: www.chebolivia.org

De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.

Responsables de esta edición de Voz 40: 
Yuri Aguilar Dávalos
y Remberto Cárdenas Morales
rembertocardenasm@yahoo.es
rembertocardenasm@gmail.com
yuri.aguilar@gmail.com  



El mundo respalda el desbloqueo a Cuba socialista
En la ONU, el 26 de este mes, votaron 187 países para que Estados Unidos suspenda el bloqueo de prácticamente 50 años contra Cuba socialista. Aquel país del norte y su aliado invariable, Israel, lo hicieron para que se mantenga aquella medida ilegal e ilegítima, así como otros tres países pequeños se abstuvieron.
En innumerables casos los pueblos de aquellos países, mayoritariamente, respaldaron y respaldan a la Mayor de las Antillas.
En verdad, el mundo apoya la causa cubana. Por ello, la guerra económica, financiera y comercial debe llegar a su fin. Eso quieren, especialmente, nuestros pueblos, cuyo comportamiento invariable de solidaridad con Cuba no ofrece duda alguna.
Por ese bloqueo Cuba socialista y su pueblo han pagado un precio muy alto: miles de millones de dólares y miles de vidas. Bloqueo al que el premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, caracterizan como genocidio porque quiere acabar con un pueblo, el cubano, lo que es un verdadero crimen que lastima a la humanidad.
La historia universal no registra un bloqueo más largo y abusivo que el de Estados Unidos contra Cuba, su revolución y su pueblo. El propósito fundamental de aquél es nada menos que rendir por hambre y por enfermedades a los cubanos y obligarlos a que desanden el camino socialista, a ello los yanquis denominan cambios democráticos en Cuba o transición en la Isla. El nombre importa menos, en realidad en bloqueo es una medida política del imperio, por tanto, contrarrevolucionaria, que tiene como mira la derrota de la Revolución cubana.
Una medida política como la que sostiene el imperio contra la Isla liberada, a pesar de que el mundo la rechaza, se la mantiene porque los imperialistas creen que acabarán con el socialismo cubano, al que también la derecha considera, sobre todo en EE.UU., un mal ejemplo para nuestros pueblos.
El considerado mal ejemplo cubano para nuestros pueblos, sin embargo, en Nuestra América, especialmente, se considera un destacado ejemplo de lo que debemos hacer  para conseguir nuestra segunda y definitiva independencia. Sobre este asunto, aunque con menos frecuencia, aquí en Bolivia, algunos se animan a decir que lo que quiere Evo Morales es convertir a nuestro país en una segunda Cuba. La respuesta a esta afirmación y para decirlo con las palabras de Fidel y sin rodeos, es que los cambios en Bolivia apuntan a la articulación de una nueva Bolivia, lo que sí consideramos posible.
Contra el bloqueo a Cuba se pronuncian consecuentemente nuestros pueblos. Aquí en Bolivia también hubo muestras evidentes de aquel rechazo, como el plantón ante la Embajada de Estados Unidos en La Paz, el 25 de este mes en la noche.
Es posible asegurar que en todo el mundo han sido impulsadas distintas acciones con similar propósito: la exigencia para que el país del norte suspenda el bloqueo a Cuba. Estos últimos años, a la exigencia del desbloqueo, se suma la demanda de libertad inmediata de los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio, lo que es posible conseguir si el Presidente de Estados Unidos ejerce las atribuciones constitucionales que tiene y dispone aquella merecida liberación.
Una pregunta que se hace con alguna frecuencia es para qué sirve un rechazo contundente al bloqueo a Cuba, en la ONU, si los gobiernos de EE.UU. desoyen todas aquellas resoliciones.
Por el desbloqueo a Cuba votaron 187 países (igual cantidad de países lo hicieron el año pasado), por eso uno de nuestros redactores (ver esta edición) titula sui nota así: “Cuba en el corazón del mundo”, en tanto que Estados Unidos, sólo muestra un aislamiento colosal en esta materia.
Entre otros elementos, aquellos 187 votos demuestran la legitimidad de la demanda cubana de suspensión del bloqueo o de la guerra económica, financiera y comercial contra Cuba. Legitimidad que es mucho, en un mundo en el que precisamente Estados Unidos es el país que, sistemáticamente, se niega a cumplir incluso convenios internacionales o rehúsa firmarlos: el de Kioto entre los últimos y, la guerra, en vez de la paz en el mundo, entre los primeros.
Nosotros, desde estas páginas de Voz, informaremos, comunicaremos, opinaremos e interpretaremos sobre aquella guerra de Estados Unidos contra Cuba, con lo que esperamos aportar a la causa cubana que demanda el inmediato desbloqueo, con el derecho irrefutable que se asiste y que respaldamos sin reservas.   

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Reflexiones del compañero Fidel
El imperio y el derecho a la vida de los seres humanos
(Tomado de CubaDebate)
¡Qué bárbaros!, exclamé cuando leí hasta la última línea de las revelaciones del famoso periodista Seymour Hersh, publicadas en Democracy Now y recogidas como una de las 25 noticias más censuradas en Estados Unidos.
El material se titula "Los crímenes de guerra del general de Estados Unidos Stanley McChrystal" y fue incluido en el Proyecto Censurado, elaborado por una universidad de California, que incluye los párrafos esenciales de aquellas revelaciones.
"El teniente general Stanley McChrystal, nombrado comandante responsable de la guerra en Afganistán por Obama en mayo de 2009, fue antes jefe del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por su sigla en inglés), dependiente de Dick Cheney [el vicepresidente de George W. Bush].
La mayor parte de la carrera militar de 33 años del general McChrystal se mantiene clasificada [o sea, secreta], incluyendo sus servicios entre 2003 y 2008 como comandante del JSOC, unidad de élite tan clandestina, que por años el Pentágono rehusó reconocer su existencia. El JSOC es una unidad especial de ‘operaciones negras’ [asesinatos] de la Navy Seals (Fuerzas Especiales de la Marina de Guerra) y Delta Force [Fuerza Delta, soldados secretos del ejército para operaciones especiales, que formalmente se llama ‘Destacamento-Delta Operacional de Fuerzas Especiales (SFOD-D), mientras el Pentágono la nombra como Grupo de Aplicaciones de Combate, CAG]. "El ganador del premio Pulitzer de periodismo Seymour Hersh reveló que la administración Bush operó un anillo ejecutivo de asesinatos que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney y que el Congreso nunca sintió ninguna inquietud por indagar. Equipos del JSOC viajaban a diferentes países, sin siquiera hablar con el Embajador ni el Jefe de la Estación CIA, con una lista de gente que buscaban, encontraban, mataban y se iban. Había una lista vigente de gente marcada como blanco, elaborada por la oficina del vicepresidente Cheney. [...] Hubo asesinatos en docenas de países del Oriente Medio y en América Latina, afirmó Hersh. ‘Existe un decreto ejecutivo, firmado por el presidente Ford en los años 70, prohibiendo tales acciones. Esto no sólo contraría: es ilegal, es inmoral, es contraproducente’, añadió. "El JSOC también estuvo implicado en crímenes de guerra, incluyendo tortura de presos en sitios secretos ‘fantasmas’ (ghost) de detención.
El Campo Nama en Iraq, operado por el JSOC bajo McChrystal, fue una de tales instalaciones ‘fantasmas’, ocultada al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y acusada de algunos de los peores actos de tortura." Oficialmente instalaron al Mayor General en Fort Braga, Carolina del Norte, pero era "un visitante frecuente del Campo Nama y de otras bases de las fuerzas especiales en Iraq y Afganistán, donde tuvieron asiento las fuerzas bajo su comando".
A continuación se aborda un punto de especial interés, cuando tales hechos entran en conflicto con funcionarios que, en el cumplimiento de sus funciones, eran obligados a cometer hechos que los enfrentaban abiertamente con las leyes e implicaban graves delitos.
"Un interrogador del Campo Nama describió que encerraban a los presos en contenedores de barcos por 24 horas en tiempo de calor extremo, luego los exponían al frío extremo mojándolos periódicamente con agua helada, los bombardeaban con luces brillantes y música ruidosa, los privaban del sueño y les daban severas golpizas." De inmediato, se abordan las flagrantes violaciones de principios internacionales y convenios suscritos por Estados Unidos. Los lectores cubanos recordarán la historia narrada en los dos textos en que relato nuestras relaciones con la Cruz Roja Internacional, a la que devolvimos el alto número de prisioneros del ejército enemigo que cayeron en nuestras manos, durante la defensa de la Sierra Maestra y la contraofensiva estratégica posterior contra el ejército de Cuba, entrenado y abastecido por Estados Unidos. Jamás un prisionero fue maltratado, y ninguno de los heridos dejó de ser atendido de inmediato. Esa misma institución, radicada en Suiza, podría dar fe de aquellos hechos.
"El Comité Internacional de la Cruz Roja es el cuerpo encargado, por el Derecho Internacional, de supervisar el cumplimiento de los Convenios de Ginebra y, por lo tanto, tiene derecho a examinar todas las instalaciones donde se mantengan los prisioneros de cualquier país en guerra o bajo ocupación militar." "En la explicación de por qué ningún otro medio de prensa había cubierto esta historia, Hersh expresó: ‘Mis colegas en la prensa acreditada a menudo no la siguen, no porque no quieran, sino porque no saben a quién llamar. Si estoy escribiendo algo sobre el Comando Conjunto de Operaciones Especiales, que aparentemente es una unidad clasificada, ¿cómo la van a descubrir? El gobierno les dirá que todo lo que escribo es incorrecto o que eso no pueden comentarlo. Es fácil quedar desempleado por esas historias. Pienso que la relación con el JSOC está cambiando bajo Obama. Ahora hay más control’." "... la decisión de la administración Obama de designar al general McChrystal como nuevo comandante responsable de la guerra en Afganistán y la prolongación de la jurisdicción militar para los detenidos de EE.UU. en su guerra al terrorismo, encerrados en la prisión de Bahía de Guantánamo, desafortunadamente son ejemplos de cómo la administración Obama continúa siguiendo los pasos de Bush." "Rock Creek Free Press divulgó en junio 2010 que Seymour Hersh, interviniendo en la Conferencia de Periodismo de Investigación Global en Ginebra, criticó en abril de 2010 al presidente Barack Obama y denunció que las fuerzas de EE.UU. están realizando ‘ejecuciones en el campo de batalla’." "‘Aquellos que capturamos en Afganistán se están ejecutando en el campo de batalla’, afirmó Hersh."
Al llegar a este punto, la narración entra en contacto con una realidad sumamente actual: la continuidad de una política por el Presidente que sucedió al delirante W. Bush, inventor de la guerra desatada para apoderarse de los recursos gasíferos y petroleros más importantes del mundo en una región habitada por más de 2.500 millones de habitantes, en virtud de actos cometidos contra el pueblo de Estados Unidos por una organización de hombres que fueron reclutados y armados por la CIA para luchar en Afganistán contra los soldados soviéticos, y que continúa disfrutando del apoyo de los más estrechos aliados de Estados Unidos.
La compleja e impredecible zona cuyos recursos se disputan, va desde Iraq y el Oriente Medio hasta los remotos límites de la región China de Xinjiang, pasando por Iraq, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Irán, y las antiguas repúblicas soviéticas de Turkmenistán,
Uzbekistán, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán, capaces de abastecer de gas y petróleo a la creciente economía de la República Popular China y la industrializada Europa. La población de Afganistán, así como una parte de Pakistán, país de 170 millones de habitantes y poseedor de armas nucleares, es víctima de los ataques de aviones sin piloto yankis que masacran a la población civil.
Entre las 25 noticias más censuradas por los grandes medios, seleccionadas por la Universidad Sonoma State de California —tal como lo viene haciendo hace 34 años—, una de ellas, correspondiente al período 2009-2010, fue "Crímenes de guerra del general Stanley McChrystal"; y otras dos se relacionan con nuestra isla: "Medios ignoraron ayuda médica de Cuba en terremoto de Haití" y "Todavía brutalizan a los presos en Guantánamo". Una cuarta afirma: "Obama reduce el gasto social y aumenta el militar".
Nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, fue responsable político de la Misión Médica Cubana enviada a Pakistán cuando un destructor terremoto golpeó fuertemente la ruda naturaleza del nordeste de ese país, donde extensas áreas habitadas por la misma etnia, con igual cultura y tradiciones, fueron arbitrariamente divididas por el colonialismo inglés en países que después cayeron bajo la égida yanki. En su discurso de ayer 26 de octubre, en el seno de la ONU, demostró cuán excelentemente bien informado está de la situación internacional en nuestro complejo mundo.
Su brillante alegato de ayer y la Resolución aprobada por esa institución, por su trascendencia, requiere una Reflexión que me propongo elaborar.
Fidel Castro Ruz
Octubre 27 de 2010
9 y 16 p.m.
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¡Victoria de Cuba! 187 países apoyan resolución contra el bloqueo
Naciones Unidas ratificó el 26 de este mes por décimo novena ocasión el rechazo mundial al bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba desde hace casi medio siglo y el aislamiento de Washington en el mantenimiento de ese asedio. La soledad del gobierno norteamericano volvió a quedar en evidencia en la Asamblea General durante la votación de una resolución titulada Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.)
Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla en Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas
Señor Presidente:
Graves e inminentes peligros amenazan la existencia de nuestra especie. Para preservar la vida humana hay que preservar la paz. Sólo el empleo de una parte ínfima del enorme arsenal nuclear mundial implicaría el fin de la especie. La única garantía de que las armas nucleares no puedan usarse por Estados ni por nadie, será su destrucción, junto a la generación de armas convencionales de casi similar letalidad desarrolladas en el período reciente. La única solución es el desarme.
Para sobrevivir, es imprescindible un salto en la conciencia de la Humanidad, sólo posible mediante la difusión de información veraz sobre estos temas que la mayoría de los políticos esconden o ignoran, la prensa no publica y, que para la gente, son tan horrorosos que parecen increíbles.
Estamos en una nueva época y, en nuestra opinión, corresponde a esta Asamblea General, con toda urgencia, como incesantemente pide Fidel Castro, liderar una movilización mundial para exigir el respeto al derecho de los seres humanos y al derecho de los pueblos a vivir.
Construyamos otro orden mundial, fundemos una ética colectiva basada en la solidaridad humana y la justicia, hallemos solución a los conflictos mediante el diálogo y la cooperación, cesen el egoísmo y el despojo que llevan a la guerra y al uso de la fuerza. Ante el serio peligro, apartemos lo que nos enfrenta o divide y unámonos para salvar la paz, el planeta y la vida de las futuras generaciones.
Señor Presidente:
Especialmente en estas circunstancias, la política de los Estados Unidos contra Cuba no tiene sustento ético o legal alguno, credibilidad ni apoyo. Así lo demuestran los más de 180 votos en esta Asamblea General de las Naciones Unidas que en los últimos años han reclamado que se le ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero.
En el Informe del Secretario General puesto a nuestra disposición, más de 180 países y agencias especializadas del sistema de las Naciones Unidas documentan su oposición a esa política.
El rechazo de América Latina y el Caribe es enérgico y unánime. La Cumbre de la Unidad, celebrada en Cancún, en febrero del 2010, lo expresó resueltamente. Los líderes de la región lo han comunicado directamente al actual Presidente norteamericano. Puede asegurarse que el repudio expreso al bloqueo y a la Ley Helms-Burton identifica, como pocos temas, al acervo político de la región.
Visiones igualmente inequívocas han sido refrendadas por el Movimiento de Países No Alineados, por las Cumbres Iberoamericanas, por las Cumbres de América Latina y el Caribe con la Unión Europea, por la Unión Africana, por las Cumbres del Grupo ACP y prácticamente por cualquier conjunto de naciones que se haya pronunciado a favor del Derecho Internacional y el respeto a los principios y propósitos de la Carta de la ONU.
Es amplio y creciente el consenso en la sociedad norteamericana y en la emigración cubana en ese país contra el bloqueo y a favor del cambio de política hacia Cuba. Encuestas recientes demuestran que el 71% de los estadounidenses abogan por la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, mientras que el 64% de ellos y similar proporción de los cubanos residentes en el sur de Florida, se oponen a la prohibición de viajar a Cuba que conculca sus derechos ciudadanos.
Señor Presidente:
Como en otros temas, dos años después de haber proclamado el Presidente de los Estados Unidos “un nuevo comienzo con Cuba”, los hechos confirman que nada ha cambiado, ni ha utilizado sus amplias prerrogativas para flexibilizar el bloqueo.
Las sanciones contra Cuba permanecen intactas y se aplican con todo rigor.
En el año 2010, el cerco económico se ha endurecido y su impacto cotidiano sigue siendo visible en todos los aspectos de la vida en Cuba. Tiene consecuencias particularmente serias en esferas tan sensibles para la población como la salud y la alimentación.
Los servicios oftalmológicos cubanos no pueden emplear la Terapia Térmica Transpupilar, por medio del microscopio quirúrgico, en el tratamiento a niños que padecen del tumor retinoblastoma, es decir, cáncer en la retina, porque es imposible adquirir los equipos para este tratamiento, que sólo pueden ser comprados a la compañía norteamericana Iris Medical Instruments. Sin esa tecnología, no es posible tratar el tumor de la retina y conservar el ojo afectado.
Los niños cubanos no pueden disponer del medicamento Sevofluorane, el más avanzado agente anestésico general inhalatorio, o sea anestesia para operar a los niños, porque a su fabricante, la compañía norteamericana ABBOT, se le prohíbe la venta a Cuba.
Tampoco se puede adquirir el Tomógrafo de Coherencia Óptica (OCT) para estudios de retina y del nervio óptico de la firma alemana Carl Zeiss porque tiene componentes que aporta la compañía norteamericana Humphrey. Las onerosas y discriminatorias condiciones que prevalecen para las compras de alimentos norteamericanos, que supuestamente se amparan en una excepción humanitaria, mientras se violan todas las normas del comercio internacional, han repercutido en la drástica disminución de estas operaciones en el último año. Esta realidad no sólo perjudica a nuestro pueblo sino también a los agricultores norteamericanos. Se estaría faltando a la verdad si alguien en esta sala volviera a calificar de “socio comercial” a un país al que Cuba no puede venderle ni una dosis de medicamento, ni un gramo de níquel.
A pesar de que Washington ha autorizado muy selectivamente algunos intercambios culturales, académicos y científicos, estos continúan sujetos a severas restricciones y múltiples proyectos de este tipo no pudieron realizarse debido a las negativas de licencias, visas y otras autorizaciones. Es poco conocido que se prohíbe a los artistas cubanos recibir remuneración por sus presentaciones en este país.
Se ha recrudecido la persecución contra los bienes y activos cubanos, y contra las transferencias comerciales y financieras desde y hacia Cuba o que involucran instituciones e individuos establecidos en nuestro país.
Las multas de los Departamentos del Tesoro y Justicia contra entidades de su país y de Europa en este último año, por transacciones realizadas con Cuba, entre otros Estados, superan en su conjunto los 800 millones de dólares.
El gobierno norteamericano, en una escalada evidente, se ha apropiado también de transferencias en monedas de terceros países, como el euro. La confiscación de una transferencia de más de 107 mil euros pertenecientes a la compañía Cubana de Aviación y realizada por medio del Banco Popular Español desde Madrid a Moscú, constituyó un robo.
El daño económico directo ocasionado al pueblo cubano por la aplicación del bloqueo, supera en estos cincuenta años los 751 mil millones de dólares, en el valor actual de esa moneda.
Señor Presidente:
A pesar del rechazo universal a esta política, altos funcionarios de este gobierno han reiterado que se mantendrá invariable. El pasado 2 de septiembre, el propio presidente Obama ratificó las sanciones contra Cuba, aludiendo al supuesto “interés nacional” de los Estados Unidos. Pero todos saben que la Casa Blanca sigue prestando mayor atención a los “intereses especiales”, bien financiados, de una exigua minoría que ha hecho de la política contra Cuba un negocio muy lucrativo.
Es evidente que los Estados Unidos no tienen intención alguna de eliminar el bloqueo. Ni siquiera se vislumbra la voluntad de su gobierno para desmontar los aspectos más irracionales de lo que es ya el conjunto de sanciones y medidas económicas coercitivas más abarcador y prolongado que se haya aplicado nunca, contra país alguno.
Históricamente, cada vez que se desploman los pretextos esgrimidos como supuestos obstáculos al levantamiento del bloqueo contra Cuba, se sustituyen por nuevas excusas para justificar la continuidad de una política que es insostenible desde todo punto de vista.
Muy recientemente, el 19 de octubre, el presidente Obama calificó, según varias agencias de prensa, de insuficientes los procesos que, a su juicio, ocurren hoy en Cuba y condicionó cualquier nuevo paso a la realización de los cambios internos que quisieran ver en nuestro país.
El Presidente se equivoca al asumir que tiene derecho a inmiscuirse y a calificar los procesos que hoy tienen lugar en Cuba. Es lamentable que esté tan mal informado y asesorado.
Las transformaciones que hoy emprendemos los cubanos responden a los anhelos de los cubanos y a decisiones soberanas de nuestro pueblo. Van dirigidas a actualizar y hacer eficiente nuestro modelo económico, perfeccionar nuestra sociedad, ahondar nuestra cultura y desarrollar nuestro socialismo. No se proponen complacer los deseos o satisfacer los intereses del gobierno de los Estados Unidos, hasta hoy siempre opuestos a los del pueblo cubano.
Para la superpotencia, todo lo que no conduzca al establecimiento de un régimen que se subordine a sus intereses será insuficiente, pero eso no va a ocurrir porque muchas generaciones de cubanos han dedicado y dedican lo mejor de sus vidas a defender la soberanía y la independencia de Cuba.
El gobierno norteamericano ha ignorado, además, las múltiples declaraciones y las propuestas presentadas por el gobierno de Cuba, en público y en privado, que ratifican nuestra voluntad de establecer un diálogo serio, constructivo, en condiciones de igualdad y pleno respeto a nuestra independencia.
No se ha respondido sobre los nuevos proyectos de cooperación presentados durante el año 2010 por el gobierno cubano, para avanzar en temas de interés común como el combate al narcotráfico y al terrorismo, la protección del medio ambiente, la prevención de desastres naturales e incluso en el enfrentamiento a posibles accidentes en la explotación petrolera en el Golfo de México. Nuevamente se evade la oportunidad de avanzar en áreas que beneficiarían a ambos pueblos.
Por el contrario, dicho gobierno ha continuado la arbitraria práctica de poner a Cuba en las espurias listas, incluida la de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo internacional, que fabrica el Departamento de Estado para calificar el comportamiento de otras naciones. Este país no tiene la autoridad moral para hacer tales listados, que como regla tendría que encabezar, ni existe una sola razón para incluir a Cuba en ninguno de ellos.
El gobierno norteamericano también mantiene el injusto castigo a los Cinco cubanos luchadores antiterroristas que sufren prisión, hace más de doce años, en sus cárceles, cuya causa ha concitado la amplia solidaridad de la comunidad internacional.
Cuba, que ha sido y es víctima del terrorismo de Estado, reclama a dicho gobierno que ponga fin al doble rasero y a la impunidad de que gozan en su territorio los autores confesos de actos de terrorismo, que se gestaron al amparo de la política anticubana de ese país, concebida con fines de desestabilización, en los años 60, y que incluyó el sabotaje, el secuestro, el asesinato y la agresión armada. Ello sería una verdadera contribución al combate internacional contra ese flagelo.
Señor Presidente:
Es indignante e insólito que la política de bloqueo y subversión de los Estados Unidos contra Cuba siga siendo guiada por la lógica del memorando del subsecretario asistente de Estado Lester Mallory, escrito el 6 de abril de 1960 y desclasificado hace pocos años, cuyo texto cito:
“La mayoría de los cubanos apoyan a Castro […] No existe una oposición política efectiva [...] El único medio posible para hacerle perder el apoyo interno [al gobierno] es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica [...] negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”. Fin de la cita.
Se trata de una política de agresión, cruel y absolutamente contraria al Derecho Internacional, que este gobierno persiste en mantener a sabiendas de que causa daños, provoca sufrimiento y viola los derechos humanos de todo un pueblo.
No es una cuestión bilateral, como suelen repetir los representantes norteamericanos. Su marcado carácter extraterritorial está refrendado en las leyes y existen sobrados ejemplos de la aplicación de las medidas coercitivas a ciudadanos y entidades de terceros países.
El bloqueo, por su naturaleza y su amplitud, califica como un acto de genocidio, en virtud del artículo II de la Convención de Ginebra de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; y también como un acto de guerra económica, de acuerdo con la Declaración Relativa al Derecho de la Guerra Marítima adoptada en 1909.
Es un acto hostil y unilateral que debe cesar unilateralmente.
Una vez más, a nombre del pueblo de Cuba, solicito a los representantes de todos los países aquí reunidos votar a favor del proyecto de resolución que tengo el honor de presentar con el título “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Señor Presidente:
Los cubanos nos sentimos orgullosos de nuestra obra. Si esta guerra económica, aunque provoca privaciones, no cuesta vidas humanas y no consigue causar un daño traumático y generalizado a nuestra población, es gracias al esfuerzo y sacrificio de los cubanos y a la voluntad y el empeño de su Gobierno.
A pesar de que la persecución económica constituye el obstáculo principal para el desarrollo del país y para la elevación de los niveles de vida del pueblo, Cuba muestra resultados innegables en la eliminación de la pobreza y el hambre, en índices de salud y educación que son de referencia mundial, en la promoción de la igualdad de género, en la libertad y el bienestar equitativo de los cubanos, en el consenso social, en la participación democrática de los ciudadanos en las decisiones del país, en la reversión del deterioro ambiental, y en el desarrollo de la cooperación internacional con un centenar de países del Tercer Mundo.
Cuba pudo declarar aquí, hace pocas semanas, un elevado y excepcional cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos resultados, alcanzados por Cuba, aún son una utopía para una gran parte de la población del planeta.
Los cubanos asumimos nuestro destino histórico con optimismo, compromiso y creatividad. Nos inspiran los sentimientos de paz, justicia y solidaridad que caracterizan a nuestro pueblo, y la amistad con que el mundo se identifica con nuestra isla libre y rebelde.
Cuba seguirá dispuesta a entablar relaciones de paz y respeto con los Estados Unidos, como las que disfruta con la inmensa mayoría de la comunidad internacional y con todo el hemisferio.
Cuba no cejará jamás en la denuncia del bloqueo y no dejará de reclamar el derecho legítimo de su pueblo a vivir y trabajar por su desarrollo socioeconómico en condiciones de igualdad, en cooperación con el resto de las naciones, sin cerco económico ni presiones externas.
Cuba agradece a la comunidad internacional la firme solidaridad con nuestro pueblo, segura de que algún día se hará justicia y no será necesaria ya esta resolución.
Muchas gracias.
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Cuba en el corazón del mundo*
Tal y como se ha mencionado en este mismo semanario, en los últimos diecinueve años se debatió el tema del bloqueo contra Cuba en el marco de la Asamblea General de la ONU. En diecinueve oportunidades la votación condenatoria al bloqueo y a la agresión económica fue en aumento, de 59 países en 1992, a una abrumadora mayoría de 187 países sobre 192 votantes el 26 de octubre de este año (1).
La historia de las agresiones norteamericanas contra Cuba es vasta. Apenas cinco semanas después del triunfo revolucionario de enero de 1959, más de 400 millones de dólares fueron depositados en bancos norteamericanos por cómplices y funcionarios de la dictadura de F.Batista; ese monto jamás fue recuperado. Entre diciembre de 1960 y marzo de 1961, los presidentes D.Eisenhower y J.F.Kennedy redujeron y suprimieron la cuota azucarera cubana, principal rubro de exportación de la isla. En 1962, luego del fracaso de la invasión mercenaria por Playa Girón, los Estados Unidos presionaron a países de la región para que cortaran relaciones diplomáticas con Cuba, medida que casi todos obedecieron.
En ese mismo año, Kennedy interrumpió totalmente el comercio entre ambas naciones. Sus biógrafos apuntan que antes de aprobar la medida se cuidó de encargar una buena provisión de tabacos cubanos, a los que era aficionado, ya que su adquisición se convertiría en delito. En 1964 se prohibieron específicamente los embarques de alimentos y medicinas, aunque en la práctica ya casi no se efectuaban.
En 1992, ya desmembrada la antigua Unión Soviética, el presidente G.Bush promulgó la Ley Torricelli, para aplicar “presiones apropiadas al gobierno de Cuba”, en la suposición de que sin el respaldo que había recibido, la Revolución cubana también se desmoronaría. A propósito, es importante destacar que Cuba ha sufrido en realidad un doble bloqueo, que la obligó a remontar dos veces una situación de aislamiento. En la década de 1959, prácticamente toda su industria dependía de tecnología norteamericana; el bloqueo le impidió renovarla con maquinaria y piezas de repuesto. En la década de 1990, buena parte de la técnica, transporte, equipos y grandes maquinarias era de origen soviético o del grupo de países del campo socialista europeo. Cuba mantenía con ellos relaciones de intercambio justas y favorables, que también se evaporaron en cuestión de meses, dejándola de nuevo en soledad, “rodeada por un océano de capitalismo”, tal y como afirmaba gráficamente Fidel por aquellos años.
El bloqueo impuesto a Cuba por los Estados Unidos es el más largo de la historia. Nada menos que diez administraciones norteamericanas lo aplicaron y ampliaron hasta límites inconcebibles. El 1996, por iniciativa del senador J.Helms y el representante D.Burton, se aprobó la legislación que lleva el nombre de ambos, y que convierte en ley las abundantísimas regulaciones anteriores promotoras del bloqueo. Debido a este nuevo status jurídico tipo cerrojo, el presidente no puede cambiar ninguna disposición sin la aprobación del congreso. Es bueno recordar que Helms era un declarado promotor del apartheid sudafricano, y admirador confeso de los dictadores J.C.Duvalier y A.Pinochet. Sobre nuestro infausto L.García Meza, opinaba que cumplía “la misión de proteger la democracia”.
Las leyes Torricelli y Helms-Burton dan un salto cualitativo hacia lo extraterritorial, ya que promueven la delación, persecución y penalización de empresas de terceras naciones que comercien o inviertan en Cuba (peor si se trata de subsidiarias de firmas norteamericanas). Cuba no puede comprar maquinarias o equipos que contengan más de un 20% de componentes norteamericanos, y los barcos de diferentes banderas que toquen puertos cubanos no pueden hacerlo en puertos norteamericanos durante por lo menos seis meses. El bloqueo complica transacciones, obliga a Cuba a adquirir productos en lugares lejanísimos, elevando el costo de fletes, y cercena las oportunidades de un “mercado natural” como es el país del norte; por ejemplo, si se levantara el bloqueo, se calcula que más de un millón y medio de turistas norteamericanos visitarían cada año la isla, suministrando más de mil millones de dólares a la economía cubana. Las regulaciones impiden además el acceso a medicinas estratégicas, que únicamente produce Estados Unidos, para el tratamiento de cáncer en niños y adolescentes.
La medida unilateral encuadra perfectamente en la figura de genocidio, ya que según la Convención de Ginebra, el genocidio incluye actos que “procuran el sometimiento internacional de un grupo a condiciones que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial”.
La prensa canalla calla
Los párrafos anteriores son únicamente una brevísima síntesis del ataque monstruoso contra un país pequeño y digno, pero también una sola de las vías de ataque, ya que el embate de cinco décadas para provocar el quiebre económico se complementó con variadísimos planes de agresión bélica, animación y entrenamiento de grupos terroristas, sabotajes, boicots, colocación de explosivos, introducción de plagas y enfermedades, refugio y financiamiento de criminales en territorio norteamericano, etc. a fin de desaparecer de la faz de la tierra el proyecto de un pueblo que decidió ser soberano. (2)
Se conoce poco lo que significa el bloqueo contra Cuba; son contadas las personas que en nuestro país pueden detallar los ribetes irracionales de ese genocidio contemporáneo. El poderoso empresariado de la información se ha encargado de ocultar el tema durante muchos años a bolivianos y bolivianas. Una de las consecuencias es la ignorancia generalizada sobre los impactos e implicaciones para la vida cotidiana de un pueblo noble, generoso y solidario, que es víctima del imperio más poderoso de la historia.
Sin embargo, esos mismos intereses mediático-empresariales, ofrecen espacios de privilegio a cualquier individuo que se oponga a la Revolución cubana, robusteciendo la especie de una isla sometida al peor de los sistemas políticos. Como ejemplo, hace pocos días, un periódico cruceño dedicó nada menos que dos páginas a ensalzar a Guillermo Fariñas, reciente receptor del premio Sákharov y conspicuo activista anticubano. Psicólogo transmutado en periodista (uno de los oficios que Estados Unidos alienta y financia entre contrarrevolucionarios), fue condenado hace tiempo por golpear mujeres y ancianos. Este año saltó a la fama por haber sostenido una huelga de hambre de ¡cuatro meses!, tiempo en el cual no se privó de ofrecer varias entrevistas diarias, con un ánimo y prestancia que levantó no pocas sospechas.
La edición 2005 de ese premio fue otorgada a las denominadas Damas de Blanco, unas 50 o 60 mujeres que reciben 25 dólares por cabeza para manifestar contra la Revolución en las calles e iglesias de La Habana, y también fueron favorecidas con generosas coberturas de prensa en Bolivia. No es casual que el esperpento albo haya sido imitado fugazmente en Santa Cruz por las autoproclamadas “damas cívicas”, aunque pronto olvidaron la aventura, retornando a sus spas, camas solares y tertulias de la avenida Mons.Rivero.
Un número aplastante de países acaba de pronunciarse de nuevo en la ONU contra el bloqueo. El imperio no se inmutará. A las personas dignas nos resta seguir batallando a fin de que mucha otra gente en Bolivia conozca la verdad de ese crimen que lleva perpetrándose más de cincuenta años.
(1)            Unicamente Estados Unidos e Israel votaron en contra de la condena al bloqueo. Se abstuvieron Palau, Micronesia e Islas Marshall. El resto de los países se pronunció en forma contundente.
(2)            Para ampliar este complejo y siniestro proceso recomendamos la visita al sitio web www.cubavsbloqueo.cu
Alejandro Dausá
*Esta nota fue publicada en el semanario paceño La Época de este 31 de octubre.

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