Voz
La Paz (Bolivia), 19 de agosto de 2010 Año I No. 33
El mejor aporte teórico y práctico de Fidel
es la Revolución Cubana
El aporte más importante de Fidel es la teoría y la práctica de la Revolución Cubana, dijo el Embajador de Cuba en Bolivia, al clausurar un conversatorio sobre el pensamiento del Comandante en Jefe, en sus 84 años, realizado el sábado 14, en el Convenio Andrés Bello de esta ciudad.
En aquel conversatorio intervinieron estudiantes bolivianos de medicina que concluyen su carrera en nuestro país y que pertenecen a la Facultad Latinoamericana de Medicina de La Habana, médicos (bolivianos y cubanos), profesores (también bolivianos y cubanos), padres de familia de becarios en la Isla del Caribe, periodistas, mujeres, activistas de la solidaridad con Cuba y funcionarios de la Embajada de este país.
La mayoría de aquéllos manifestó su gratitud con Fidel, por la amistad y la solidaridad con nuestro pueblo y el proceso de cambios en Bolivia, las que se materializan, especialmente, con los programas de salud y educación y, entre éstos, las operaciones de los ojos a más de 540.000 compatriotas y hermanos de las repúblicas vecinas, así como los más de 500.000 compatriotas inscritos en el plan de posalfabetización: “Yo sí puedo seguir”.
Entendemos que aquella ayuda es de todo el pueblo cubano, de su revolución y de sus dirigentes, entre los que Fidel sobresale como líder máximo, de modo que la gratitud, de nosotros bolivianos, la manifestamos a todos ellos, aunque con marcados pluses para Fidel por lo que sigue aportando a la teoría y la práctica de la Revolución Cubana durante 51 años y más.
Allí se hizo un inventario de las cualidades personales de Fidel, sin ningún asomo de culto, porque la de él es una personalidad que no lo necesita. Se dijo de él que es fiel a los principios, consecuente en la lucha contra el imperialismo, educador de su pueblo y de los revolucionarios, solidario dentro de Cuba e internacionalista con los pueblos hermanos, estudioso perseverante de la teoría marxista y de la ciencia y de la técnica para continuar la obra revolucionaria, dirigente al que apoyan sin reservas los militantes comunistas y el pueblo cubano, integralmente
humano, sencillo y autocrítico, un dirigente de su pueblo que hace lo que dice… A esos atributos añadimos dos: vemos en Fidel un periodista integral con lo que muestra que otro periodismo es posible y, además, es un teórico de la revolución socialista sin las estridencias de ciertos académicos formalistas y puramente librescos.
En el conversatorio fueron reproducidas, parcialmente, los aportes de Fidel a la teoría revolucionaria, ideas suyas que las mencionamos en este espacio por el alcance programático que entrañan, plenamente vigentes y aplicables en el proceso que vivimos y/o que protagonizamos en Bolivia.
Que el imperialismo es el enemigo fundamental de nuestros pueblos, sin cuyo apoyo político y con frecuencia material los contrarrevolucionarios criollos harían poco o nada, es una de las convicciones de Fidel que con certeza la compartimos los pueblos del llamado Tercer Mundo. La unidad del pueblo antes, para la toma del poder y después, según Fidel es un requisito indispensable. La unidad de los pueblos explotados y oprimidos por el imperialismo, cuya expresión orgánica es el Movimiento de los Países No Alineados, es una extensión de la unidad democrática y popular de cada uno de nuestros pueblos. La firmeza de principios y el programa que debe resumir las aspiraciones y demandas del pueblo es algo que no se debe transar. La amistad y la solidaridad internacionalista de los pueblos y países es otro componente de primerísima importancia en un proceso revolucionario que, además, lleva a los cubanos a enfrentar al imperialismo dentro de sus fronteras y más allá de éstas como cuando voluntarios cubanos fueron a compartir trincheras, con pueblos africanos, en la lucha de éstos contra los
resabios colonialistas. El proceso revolucionario es la forma que asumen las revoluciones y, por tanto, la cubana, según Fidel. En este mismo cauce, la lucha de ideas, para transitar por un camino de victoria, sin las cual es imposible un proceso revolucionario, es una tarea imprescindible. El pueblo, como protagonista de las transformaciones, excluye todo paternalismo estatal y/o gubernamental, es otra idea del líder cubano. Las ideas “descomunales” de él para convertir en realidad las consignas: salud y educación para todos (y sin niños desnutridos), ubica a la Mayor de las Antillas con un desarrollo humano y político superior, en varios aspectos, respecto de varias de las potencias europeas y de Estados Unidos.
Una profesora cubana afirmó, en aquel conversatorio, que las ideas de Fidel son marxistas, leninistas, martianas y bolivarianas. (Posiblemente, en justicia, podemos llamar castrismo a ese conjunto de ideas).
Quizá algunos digan que se le atribuye a Fidel el descubrimiento de ideas, cuando otros revolucionarios lo hicieron, antes que él. Sin embargo, respondemos que esas ideas han sido retomadas por este líder de estatura universal y las ha complementado para este tiempo de la segunda y definitiva independencia de Nuestra América.
Añadimos que Fidel es ideólogo aventajado de la revolución cubana y latinoamericana, pero a la vez es un líder que marcha en la primera línea de la acción con lo cual confirma el acierto de sus ideas.
Ese pensamiento fidelista, que se anticipa a su época, que a la vez interpreta al mundo de manera cierta y, fundamentalmente, que transforma la realidad, a la que lee con rigurosidad, a lo que le ayuda la ideología revolucionaria que sustenta.
Fidel, es pues, con mucha ventaja, un teórico y un líder de proyección universal, y un protagonista en la primera línea de combate de la Revolución Cubana, latinoamericana y tercermundista. Y la teoría revolucionaria de Fidel, que asume y que enriquece, es el resultado del accionar del que él sigue como dirigente supremo.
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