domingo, 21 de noviembre de 2010

Voz 40

Voz
La Paz (Bolivia), 23 de octubre de 2010          Año I          No. 40

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio

Nuestros pueblos exigen que acabe el bloqueo contra Cuba
El próximo martes 26, en Naciones Unidas, se espera que 187 países o más voten contra el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba. Ese “genocidio”, como denominan a esa política, entre otros el premio Nobel Gabriel García Márquez, aguardamos que por décima novena vez sea rechazado, lo que interpretará la exigencia legítima de nuestros pueblos.
Aunque formalmente esa criminal política yanqui contra la Mayor de las Antillas se decretó en 1962, arranca prácticamente desde el triunfo de la Revolución Cubana, la que prohíbe, a las empresas y personas de Estados Unidos, vender todo tipo de mercancías a Cuba, incluidos medicamentos y alimentos. Ni siquiera sucursales de empresas estadounidenses, establecidas en terceros países, pueden intercambiar comercialmente con la Isla liberada.
El objetivo fundamental del bloqueo, impuesto por el imperio, es rendir y derrotar a la Revolución Cubana. Sin embargo, la práctica demuestra que el bloqueo ha resultado ineficaz durante cinco décadas y que, por tanto, aquél es el derrotado porque Cuba sigue construyendo el socialismo, a pesar de las inmensas dificultades que enfrenta y que supera.
El embajador Rafael Dausá, para el semanario paceño, La Época, acaba de afirmar que aquel bloqueo afecta a Cuba, pero que es un accionar yanqui contra la humanidad, y el genocidio es eso: un crimen que agrede a la humanidad. Cuba socialista es una parte sustancial de la humanidad en Nuestra América (Latinoamérica y el Caribe), por ello es apropiado sostener que aquella política yanqui, el bloqueo, en tanto genocidio, está enfilado contra la humanidad, razón suficiente para que acabe sin más dilaciones.
En el mundo, nuestros pueblos, estados, gobiernos, personalidades, la humanidad, reclaman el cese inmediato del bloqueo, con la argumentación suficiente e irrefutable.
Ante la persistencia de aquel bloqueo, en realidad una guerra contra Cuba y su pueblo, se ensancha y profundiza la solidaridad con aquel pueblo y país hermanos. Solidaridad que se agiganta porque los solidarios con Cuba, extendemos ese comportamiento cuando nos enfrentamos, dentro de nuestras geografías nacionales y/o regionales, a los enemigos que sostienen, sin ningún derecho, el bloqueo a Cuba socialista.
A propósito del socialismo cubano, otra vez, como lo hacen durante décadas, incluso desde posiciones aparentemente democráticas y progresistas, se pone en duda la permanencia de aquel sistema liberador, escogido soberanamente por los cubanos, para lo que también tienen pleno derecho, así como tienen derecho total a defender sus formas de vida y de trabajo. Desde esta publicación respondemos a esos “críticos”, que  a veces pasan como amigos vergonzantes de la Revolución Cubana, que la práctica como siempre, demostrará nuevamente que aquélla sigue socialista, más allá de las medidas económicas actuales que toma, precisamente, en defensa del sistema socialista, soberanamente elegido.
Ante ese comportamiento, que esencialmente nada tiene de nuevo, los solidarios con Cuba, desde una posición de principios, aseguramos que debemos informar más y mejor sobre la epopeya cubana, comunicar sin reservas sobre los alcances y las dificultades de aquélla, opinar con responsabilidad a la que estamos convocados e interpretar ese proceso que sigue como ejemplo sobresaliente para nuestros pueblos. Es decir, desde este boletín ejerceremos los derechos individuales y colectivos (a informar, comunicar, opinar e interpretar) establecidos en la nueva Constitución Política del Estado.
Desde nuestras naturales trincheras, asimismo, enfrentaremos a los mismos enemigos, al imperio yanqui en primer lugar, que tienen bloqueada a Cuba.
Hablamos de este boletín —Voz— el que, a partir de este número 40, irá adjunto al semanario Aquí, con los mismos editores de éste, pero en su forma y en su contenido tratará de informar, comunicar, opinar e interpretar, separadamente, sobre y de la Revolución Cubana y de la lucha de los pueblos de Nuestra América.
Esto es lo menos que debemos hacer por Cuba y su Revolución, que también son nuestras, más que en reciprocidad de la ayuda fraternal e internacionalista con la que nos beneficiamos los bolivianos, específicamente, con los programas de salud y de alfabetización, con los que nos aproximamos a las metas del milenio, en desarrollo humano, propuestas por la ONU. Asimismo, de los cubanos aprendemos que la cooperación, entre nuestros pueblos, reparte lo que se tiene, nunca lo que sobra. Por ello, sabemos que Cuba nos entrega una parte de lo que poseen, con lo que quizá enfrentarían mejor las dificultades económicas que son consecuencia del bloqueo yanqui (comprendidos los desastres naturales) y de la crisis del capitalismo, cuyas consecuencias todavía se sienten en el mundo pretendidamente desarrollado. Una explicación suficiente de aquella crisis es lo que sucede estas últimas semanas en Francia, con la resistencia de trabajadores y estudiantes a una política de jubilaciones con la que se quiere hacer pagar a los abuelos los platos que rompieron otros.
Desde estas páginas, también, esperamos el rechazo al bloqueo a Cuba que, confiamos, lo harán 187 países o más, el próximo 26 de este mes.
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