domingo, 21 de noviembre de 2010

Voz 32

Voz
La Paz (Bolivia), 13 de agosto de 2010                      Año I                          No. 32

Fidel: La vida me hizo “…más revolucionario,
más socialista, más comunista”

“¡Qué frases! ¡Qué verdades! ¡Qué verdades que veíamos todos los días! (las referidas en el Manifiesto Comunista). Y así por el estilo. Cuando explica la sociedad de clases, cuando explica todo aquello, para mí fue como una revelación, a un comunista utópico que creía que el mundo debía funcionar de otra manera: en virtud de la racionalidad. Estaba muy lejos de poder imaginarme la sociedad humana producto de la evolución, producto de las leyes de la historia, de las leyes dialécticas, no de las leyes inmutables”, dijo el líder máximo de la evolución Cubana, en una conversación con estudiantes de la Universidad de Concepción, en 1971, en su vista a Chile de la Unidad Popular y de Allende, ocasión en la que informó sobre los avances del socialismo en la Isla Indómita y expresó la solidaridad del pueblo cubano con el proceso insólito: la revolución chilena que se proponía construir un nuevo Estado sin destruir el viejo y que la mayoría del pueblo chileno buscaba alcanzar esa gigantesca tarea mediante elecciones.

Fidel, en aquella ocasión, explicó que asumió el marxismo-leninismo como teoría y como método, es decir, para interpretar la realidad y para transformarla.

Sobre su formación teórica y práctica, el líder cubano añadió: “He tenido oportunidad de conocer al imperialismo, y al peor y más agresivo de todos. Porque el inglés, que fue el que estudió Lenin —los imperialismos de fines de siglo fundamentalmente y de la primera fase de este siglo, entre ellos estaba también el americano—, era un imperialismo benigno comparado con este imperialismo que hemos conocido nosotros. Y la vida me ha ido haciendo, a mi juicio, comprender mejor la realidad. Me ha ido haciendo más revolucionario, más socialista, más comunista”.

Este último pasaje muestra que el Comandante en Jefe leyó la realidad, guiado por sus lecturas de los clásicos del marxismo y que formó su pensamiento, como los humanos geniales, de manera progresiva y mediante la abstracción confrontada con la realidad.

Transcribimos aquí algunas de sus tesis fundamentales sobre la revolución y acerca de la revolución chilena, en particular, confrontada con la realidad, en esta semana en la que Fidel cumple 84 años, como un homenaje entre tantos otros muy merecidos que se le tribuna estos días; celebración que se extiende ante su “reaparición” física con sus ideas “descomunales” y movilizadoras, como siempre.

Y sobre el estudio de la teoría y método por los revolucionarios de verdad, añade:
“…nosotros andábamos con nuestros libros de Marx, Engels, de Lenin. Estábamos estudiando. Yo lo primero que le hacía a cada uno de los compañeros de la organización era adoctrinamiento —lo que llaman adoctrinamiento. Pero me resultaba fácil, porque manejando las verdades esenciales, ante cualquier corazón noble, ante cualquier inteligencia clara, ante cualquier ser honesto, las verdades del marxismo son irrebatibles y conquistan a cualquiera”. Lecturas de aquellos textos y de la realidad, como todo pensamiento revolucionario que es guía
para la acción.

Citamos otra enseñanza de Fidel sobre la revolución: “…si a mi me preguntan que está ocurriendo en Chile, sinceramente les diría que en Chile está ocurriendo un proceso revolucionario…Un proceso no es todavía una revolución. Hay que estar claros: un proceso todavía no es una revolución. Un proceso es un camino; un proceso es una fase que se inicia. Y si en puridad de concepto la debemos caracterizar de alguna forma, hay que caracterizarla como una fase revolucionaria que se inicia” —afirmó entonces.

“No creo que el camino de ninguna revolución sea fácil. Y espero que los chilenos encuentren las soluciones a esos problemas. Desde luego es un axioma político que no puede hacer revolución sin la demolición total del viejo Estado burgués”, aseguró Fidel en las condiciones de Chile de ese tiempo en el que los dirigentes de la Unidad Popular admitían que allí habían conquistado una parte del Estado, aunque se trataba —según ellos— de la parte más activa de aquella maquinaria burocrática y militar para dirigir a los partidarios y para dominar a los opositores, como es la hegemonía, de acuerdo a Gramsci.

En Chile de la Unidad Popular y de Allende, Fidel dijo también que “…la revolución es el arte de unir fuerzas para librar las batallas decisivas contra el imperialismo. Ninguna revolución, ningún proceso se puede dar el lujo de excluir a ninguna fuerza, de menospreciar a ninguna fuerza; ninguna revolución se puede dar el lujo de excluir la palabra sumar. Y uno de los factores que determinó el éxito de la Revolución Cubana…fue la política de unir, unir, unir”.

Aquellos trozos del pensamiento de Fidel Castro sobre el Estado y la revolución muestran vitalidad y vigencia, razones por las que los revolucionarios, nuevos y viejos, debemos estudiar y difundir, como aportes al marxismo-leninismo, como teoría y método para este tiempo de cambios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario