miércoles, 3 de noviembre de 2010

Voz 24

Voz
La Paz (Bolivia), 16 de junio de 2010              Año I                          No. 24
Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio

Difundir ideas del Che para encender el debate

De sábado a sábado (106)
La difusión de un rumor es el ejercicio de la libertad de expresión sin límites
Remberto Cárdenas Morales

Doble aniversario
Alejandro Dausá

Maceo y Che
De Granma, 14 de junio de 2010

Reflexiones del compañero Fidel
La contienda inevitable
Fidel Castro Ruz

El Che: una historia viviente
Yuri Aguilar Dávalos

Historia de un documento excepcional: El Diario del Che en Bolivia*
Carlos Soria-Galvarro, con la colaboración de Beatriz Mena Fernández
*El texto del Diario del Che en Bolivia a la que se refiere esta nota, así como otros materiales sobre la guerrilla comandada por el Che (1967), se encuentra en: www.chebolivia.org

De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.
Responsables de esta edición de Voz 24 (experimental):
Yuri Aguilar Dávalos y Remberto Cárdenas Morales, Cel. 72531881

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Difundir ideas del Che para encender el debate

A los merecidos homenajes en ocasión del 82 aniversario de su nacimiento, en Bolivia, debemos acompañar una difusión mucho mayor de la herencia teórica del Che, ahora que las ideas suyas nos hacen mucha falta para el debate, en este tiempo de cambios.

A la afirmación, en cierto modo pasada de moda, que murieron las ideologías, entre nosotros, se suma lo dicho por dirigentes en ejercicio de la política los que aseguran que las ideas son una cuestión sin importancia. Al parecer aquéllos ni siquiera se escuchan a sí mimos porque no entienden la lisura teórica y práctica que propagan. Sin embargo, se sabe que hay de todo en la viña del Señor.

Nosotros creemos —y no hay ni datos ni prácticas que lo desmientan— que si algo necesita el actual proceso de cambios, en nuestro país, es un flujo sistemático de ideas, una incesante lucha entre éstas, para que de esa confrontación consigamos nuevas ideas, síntesis varias.

En ese cauce las ideas del Che, tan lozanas muchas de ellas, nos calzarían muy bien en este tiempo en el que los insultos y/o los adjetivos remplazan a la lucha ideológica.

Entre las ideas del Che y su práctica está el trabajo voluntario no sólo individual porque en cierta medida, aquí, el Presidente del Estado Plurinacional trabaja desde las 5 de la mañana hasta más allá de la media noche, y ése se podría catalogar como trabajo extraordinario, sin horario fijo, una expresión del trabajo voluntario, pero de lo que se trata es de conseguir que aquel trabajo voluntario sea, por así decirlo, de masas. Primero, de los servidores públicos y, luego, de los trabajadores, asalariados en primer término, para librar la batalla de la producción y/o para que ésta aumente y con ello se avance hacia la materialización del vivir
bien. El Che en la Revolución Cubana fue uno de los abanderados del trabajo voluntario, del que explicó sus alcances productivos y su papel en la formación de la gente.

La propuesta cheguevarista de anteponer los estímulos morales a los materiales (lo que no quiere decir, en nuestro caso, abandonar la demanda de reposición y aumento salarial), es otra idea benéfica, si al menos empezara a discutirse y aplicarse en el proceso productivo. Lo decimos especialmente respecto de los trabajadores de la mina Huanuni, una de las más ricas en estaño, en la que el promedio salarial de sus 5.000 asalariados es de Bs 10.000 y donde algunos trabajadores a contrato ganan Bs 42.000 al mes (casi dos veces más que el sueldo del Presidente boliviano).

Otra idea-ejemplo del Che, una expresión ética ejemplar, es la correspondencia insoslayable entre lo que él decía y lo que hacía. Aquélla, entre nosotros, es una deficiencia contra la que tenemos que lidiar hasta derrotarla, es pues cierto que requerimos hombres y mujeres de, por y para el actual proceso.

La formación del hombre (y la mujer) nuevos, es otra idea-fuerza guevarista. Es verdad que aquel planteamiento fue formulado en los primeros años de la construcción revolucionaria en Cuba, en la que existían las condiciones materiales imprescindibles para acometer aquella gigantesca tarea que tiene que ver con la nueva sociedad. En Bolivia, las condiciones materiales son escasamente mínimas, pero la formación del nuevo hombre y la nueva mujer de esta época de la transición, es necesario empezarla sin más postergaciones.

La necesidad de identificar en todo momento al enemigo fundamental (el imperialismo) y dirigir todas las acciones del pueblo unido contra él es otra acción y otra idea sustancial del legado teórico y político del Comandante de América. Aquí, en nuestra Bolivia en transición, no debemos confundir al enemigo fundamental y las acciones antiimperialistas nos tienen que unir férreamente.

Una idea esencial del Che es “…el carácter continental de la lucha”, en el camino de la toma del poder por la fuerza de las armas, en la mayoría de los países de la región. Y con los campesinos como el contingente social armado (junto a otras clases y sectores sociales del pueblo, comprendidos los indígenas), dirigidos por los obreros, los que deben constituir un amplio movimiento social y político, añadimos. En el trabajo teórico y político suyo: “Táctica y estrategia de la Revolución Latinoamericana” (1962) dice que “La toma del poder es un
objetivo mundial de las fuerzas revolucionarias”. Si se consigue una victoria, aunque sea parcial, que permita instalar un gobierno avanzado, el imperialismo tratará de aniquilar a ese nuevo gobierno o a ese nuevo Estado, según su previsión. Por ello, convoca a la “lucha a muerte contra el imperialismo”. Agrega: “No podemos decir cuándo alcanzará estas características continentales, ni cuánto tiempo durará la lucha, pero podemos predecir su advenimiento porque es hija de circunstancias históricas, económicas, políticas, y su rumbo no se puede torcer”.

Es cierto que ha cambiado la realidad latinoamericana y que han envejecido algunas de aquellas ideas cheguevarianas. Sin embargo, los actuales procesos en marcha explican, de alguna manera, el carácter continental de la lucha. Ésas ideas, empero, deben ser debatidas, entre otras consideraciones, porque la elaboración de aquéllas, son el resultado de la reflexión, de la abstracción de un líder revolucionario, como el Che, sobre una realidad modificada por la acción del pueblo y de sus dirigentes. El mérito suyo es doble: constituye un aporte teórico y sintetiza una experiencia revolucionaria de uno de los dirigentes de primera línea de la Revolución Cubana.

Ahora, la difusión de los textos del Che encendería el debate o lo estimularía. Esa difusión sería mucho más que un homenaje, al Comandante de Nuestra América, quizá preferible, en su natalicio y en todo tiempo.

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