lunes, 13 de junio de 2011

Voz 71


Voz
La Paz (Bolivia), 13 de junio de 2011          Año II          No. 71

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio


Índice
Unidad del pueblo cubano, una de las claves de la victoria hasta ahora
Consultamos al pueblo porque somos más demócratas que nadie
El sábado 11 de julio, en el Capitolio, Fidel clausura el Primer Fórum Nacional sobre la Reforma Agraria. Reitera la fuerza de las ideas y el papel del pueblo para llevar adelante un ideal
Aproximación sociológica al problema de la corrupción en Cuba
Fernando Barral
Acotaciones al texto del Dr. Fernando Barral sobre
la corrupción en Cuba  Dr. Ramón de la Cruz Ochoa
Conversa Chávez durante 30 minutos con Telesur
El Mandatario se recupera satisfactoriamente. Recibió la visita de Fidel y Raúl. Estuvo levantado durante más de una hora
Cuba en Hemingway

 
INVITACION
Movimiento Boliviano de Solidaridad con Cuba
Dirección Departamental


Unidad del pueblo cubano, una de las claves de la victoria hasta ahora
Luego del asalto frustrado al cuartel Moncada (1953) y la victoria política conseguida pero poco reconocida entonces, en su defensa jurídica y sobre todo ideológica-política ante el tribunal que lo juzgó, allí donde proclama, al concluir de su alegato: “¡Condenadme, no importa, la historia me absolverá!”, y al explicar los alcances del primer programa de la revolución cubana y ante una pregunta del fiscal del proceso, Fidel Castro Ruz, responde que, con los revolucionarios a su mando, contaban con el pueblo y que éste hubiera “respondido firmemente” si ellos hubieran tomado contacto con él; que se proponían tomar el Moncada y luego difundir el programa revolucionario y los principios que sustentaban; incorporar a la lucha a los que se oponían a la tiranía. Y agrega: “(…) con todo el pueblo unido habríamos derrocado al régimen de facto (de Batista)”.
En el acto de celebración de los cuatro años del triunfo de la Revolución cubana (1963), sobre la unidad, el líder cubano dice: “(…) nuestra tarea es unir, dentro y fuera; eliminar todo lo que nos divida, dentro y fuera; luchar por todo que nos una, dentro y fuera. ¡La unidad dentro de los principios. Esa es nuestra línea!”. Unidad que para él no es sólo cuantitativa sino cualitativa.
El Comandante en Jefe en su visita a Chile, de Allende y Neruda (1971), durante el gobierno de la Unidad Popular y la revolución no armada, en uno de los tantos encuentros con dirigentes y gente del pueblo dijo: “No creo que el camino de ninguna revolución sea fácil. Y espero que los chilenos encuentren las soluciones a esos problemas. Desde luego es un axioma político que no puede haber revolución sin la demolición total del viejo Estado burgués”.
En aquella ocasión, sobre la unidad del pueblo, Fidel señaló también que “…la revolución es el arte de unir fuerzas para librar las batallas decisivas contra el imperialismo. Ninguna revolución, ningún proceso se puede dar el lujo de excluir a ninguna fuerza, de menospreciar a ninguna fuerza; ninguna revolución se puede dar el lujo de excluir la palabra sumar. Y uno de los factores que determinó el éxito de la Revolución Cubana —donde nosotros éramos un pequeño grupo inicialmente, ¡un pequeño grupo!, que en condiciones difíciles llevó a cabo la lucha— fue la política de unir, unir, unir”. Sumar incesantemente. Y no era fácil. “Miren que nosotros teníamos grandes discusiones entre nosotros mismos!”
A manera de remate sobre la unidad, el Comandante en Jefe concluyó:
“Nosotros fuimos dentro del movimiento (26 de Julio), defensores de la tesis de la amplitud y de la suma, ¡de la suma de fuerzas! Y así fuimos creciendo, y fuimos creciendo, y fuimos creciendo. Y eso nos condujo a la victoria. Si nosotros, un pequeño grupo, hubiéramos realizado una política de puertas cerradas, nos habríamos aislado, no habríamos triunfado jamás”. Y a los cristianos, en todas sus iglesias, Fidel los considera aliados estratégicos y no sólo compañeros de viaje.
Y para Chile, Fidel aconsejó “…que su izquierda busque coincidir en las cuatro o cinco cuestiones esenciales del presente y el futuro del país”.
Es pertinente, asimismo, recordar que el Fidel, los revolucionarios cubanos y los estudiosos de la epopeya de la Mayor de las Antillas, con frecuencia, subrayan que aquella Revolución, la construcción de la nueva sociedad socialista y la defensa de esta gesta, ante la sistemática conspiración imperialista (incluido el bloqueo de más de 50 años), no hubieran sido posibles sin la unidad del pueblo cubano.
Citamos un ejemplo reciente que grafica el papel de la unidad del pueblo cubano en el proceso revolucionario que allí continúa, como en toda revolución verdadera. La consulta a 8 millones de cubanos en la que opinaron, corrigieron y complementaron los Lineamientos económicos y sociales del Partido y la Revolución, se la hizo apoyada en la unidad del pueblo y, como ése fue un proceso dialéctico, la consulta unió más a los cubanos.
Y la aplicación de aquellos Lineamientos…y el éxito de aquella otra vez tendrá la participación y la unidad del pueblo cubano.
Una conclusión es que en la lucha por la revolución, para la victoria de ésta y para la construcción de la nueva sociedad y la defensa de ésta, la unidad del pueblo es una de las claves decisivas.
El aporte cubano a la unidad para la victoria revolucionaria está a la vista. Sin embargo, la unidad de los trabajadores y del pueblo para impulsar su emancipación, como obra de ellos, es una tesis marxista y leninista venida a menos por supuestos inventores de otros modelos revolucionarios que, en verdad, no son ni paradigmas (ni modelos) ni revolucionarios (sino menos que reformistas).
En los procesos que viven y/o protagonizan nuestros pueblos, boliviano y latinoamericanos, ajalá que aprendamos, en particular, de la construcción de la unidad del pueblo cubano para el triunfo de la revolución, para la construcción socialista y para la defensa de ésta.
Es que la construcción de la unidad no reconoce tregua y toda desunión de los explotados y oprimidos sólo sirve a los enemigos del pueblo y de la revolución.
  
Consultamos al pueblo porque somos más demócratas que nadie
El sábado 11 de julio, en el Capitolio, Fidel clausura el Primer Fórum Nacional sobre la Reforma Agraria. Reitera la fuerza de las ideas y el papel del pueblo para llevar adelante un ideal
(...) La Ley de Reforma Agraria se dicta después de que se habían dictado otras muchas medidas revolucionarias que pueden afectar distintos intereses y sin embargo, puede decirse aquí, el entusiasmo, por ejemplo de las instituciones cívicas representativas de la clase media, los profesionales, es tan grande, como el entusiasmo de los campesinos, los obreros y los estudiantes, lo cual garantiza el éxito de esta Revolución. Lo enemigos de la patria, los intereses que quieren seguir perpetuando los métodos que hemos abolido para siempre, no podrán contar con aliados en nuestro país, porque se estrellarán todos los intentos de despertar egoísmo de sectores, porque todos los sectores han dicho unánimemente, que por encima de todo está la patria (...)
Los beneficios que la Revolución ha aportado, aún a aquellas familias lesionadas económicamente, son tan palpables, que no tiene otra explicación, sino ese hecho cierto y el espíritu sensible y digno del cubano, el amor a su tierra, la conciencia que se ha creado en los hijos de esta tierra, es la explicación del respaldo tan unánime que tiene la Revolución cubana.
Y al decir esto, al demostrar que estamos haciendo una Revolución profunda y que la estamos haciendo con el apoyo de todo el pueblo, al decir que nosotros podemos retar a cualquier régimen que se llame democrático a que pruebe si en algún país hay más democracia y más libertad de la que hay en Cuba, no me quedaría sino añadir que otra de las características de esta Revolución es que nosotros podemos someter a la voluntad del pueblo y a la consideración del pueblo, las medidas que estamos tomando y la política que está siguiendo el Gobierno Revolucionario, y la inmensa mayoría del pueblo nos respalda, y en cualquier hora, en cualquier circunstancia, cualquier día, cualquier mes y cualquier año, podemos consultar al pueblo para demostrar que somos más demócratas que nadie.
Hay una fuerza muy superior a cualquier otra fuerza en el mundo, y es la fuerza de la razón, la fuerza de la idea, la fuerza del ejemplo, el estar actuando de acuerdo con el espíritu de justicia de los hombres, que aquí o en cualquier otro sitio de América y del mundo, estarán todos los hombres que sienten la justicia, que por un instinto o por un sentido ético o por una concepción nacional, tengan una noción de los hombres y del papel de los hombres y del papel del ser humano más digna que la de vivir oprimidos, la de vivir explotados, la de vivir maltratados, la de vivir angustiados, la de vivir arrastrados; todos los que tengan una idea limpia del destino del hombre y un sentido elevado del hombre, los que no vean al hombre como un ser miserable y que lo vean digno de que por él se hagan los mayores esfuerzos, los que tengan fe en los pueblos, los que tengan fe en la humanidad, los hombres que crean en que avanza la humanidad por encima de todos los obstáculos, por encima de todas las dificultades, los que crean que existe la solidaridad humana, los que crean que puede sentirse el ser humano más feliz, cuando le hace bien al hombre, al semejante, que cuando lo maltrata o esquilma; todos los que aquí como en cualquier parte de América o del mundo sean capaces de seguir esas verdades, esos estarán de acuerdo con lo que nuestra Revolución está haciendo.
(Tomado de Granma de la sección fragmentos de discursos de Fidel).

Aproximación sociológica al problema de la corrupción en Cuba
Fernando Barral
Psiquiatra jubilado
La prensa y la literatura accesible sobre corrupción en nuestro país se refiere, casi exclusivamente, a la que existe en el capitalismo y a la que surgió en los países ex socialistas al desmoronarse el sistema. Es cierto que en el capitalismo es donde florece el fenómeno, hasta el punto de que su interrelación con el sistema económico-financiero y político es tan estrecha, que se hace difícil delimitar dónde empieza uno y dónde empieza el otro. Es en el capitalismo donde se ha desarrollado más la corrupción. Sobre todo esto hay abundante información, pero sobre la situación en Cuba se guarda absoluto silencio.
Como excepción, cabe citar las Causas 1 y 2 de 1989, (Caso Ochoa-de la Guardia) por corrupción y narcotráfico, cuyo juicio fue trasmitido íntegramente por la televisión, y acerca del cual Fidel pronunció un exhaustivo discurso en el Consejo de Estado, que fue reproducido por la prensa, (1) y anteriormente, los casos de Diocles Torralba y Luis Orlando Domínguez, también divulgados públicamente.
Pero la divulgación de los casos de corrupción se aboca a una disyuntiva difícil. Por un lado, da armas y argumentos al enemigo, fuera y dentro del país. (2) Por el otro, no divulgarlos afecta la relación del pueblo con los dirigentes; crea sensación de impunidad en otros individuos corruptos; y debilita tanto o más el prestigio y la credibilidad de las autoridades, que informarlos, junto con las sanciones adoptadas.
Desconocemos si se han realizado estudios sobre la corrupción en Cuba, pero en cualquier caso no se han divulgado sus resultados, lo que dificulta la investigación ulterior.
En relación con estos problemas decía el Che: “Desgraciadamente, a los ojos de la mayoría de nuestro pueblo le llega más la apología de un sistema que el análisis científico de él”. (3)
Así como es afín al sistema capitalista, ya que ambos buscan el dinero y la ganancia, es antagónica con el socialismo, y si existe en la Revolución indica la persistencia de problemas no resueltos. Y el pueblo conoce de ella por fuentes indirectas y el “boca a boca”, porque todo el mundo tiene un amigo o un pariente que tiene un amigo que conoció del problema, de modo que el pueblo sabe más de lo que se le informa.
En muchos casos, los cuadros corruptos han nacido o se han formado durante la Revolución, de modo que no se trata de una “herencia” o lacra del pasado. Hay que buscar sus orígenes y desarrollo en fenómenos que están presentes en nuestra sociedad. Incluso, muchos tienen una trayectoria destacada como revolucionarios, lo que significa que los organismos políticos y de control y prevención no han podido detectar a tiempo las deformaciones que estaban ocurriendo durante su vida laboral. Para ello, hay que esclarecer primero su esencia, el concepto mismo de “corrupción” que no está del todo definido.
Corrupción: Concepto y consecuencias
El término “corrupción” se emplea en diversos sentidos, según el contexto, (moral, de menores, administrativa, etc.) y está pobremente definido desde el punto de vista teórico. Trataremos de buscar criterios concretos, objetivos y, en lo posible, verificables con la investigación. El primer paso será esclarecer su naturaleza, es decir, a qué clase o conjunto de objetos pertenece.
En los Estados Unidos, por ejemplo, se habla de corrupción financiera, política; aunque, como dijimos antes, en no pocos casos se hace difícil diferenciar la actividad financiera o política “legal” de las actividades delictivas. Hasta se dice que la crisis financiera que se inició en ese país fue provocada, en sus inicios, por sociedades fraudulentas. Esto no es de extrañar, porque las finanzas y la economía allí se rigen por las mismas leyes económicas que mueven a las actividades corruptas, a saber, que sitúan la búsqueda de mayores ganancias y beneficios como el fin principal y último de la sociedad. Por ello, la corrupción vive en armonía con el capitalismo y está en contradicción antagónica con nuestra sociedad, lo que la convierte en un problema gravísimo.
En nuestro país ni el Código Penal ni la doctrina penal definen ni mencionan la corrupción, es decir, no existe como concepto penal. No obstante, figura una serie de delitos económicos (concepto tampoco definido penalmente) “asociados a la corrupción”, lo que indica una insuficiencia definitoria de los instrumentos legales.
La población tiene una visión difusa, pero no errónea, de la esencia de la corrupción, al entender como tal las actividades, de distinto tipo, que implican la apropiación ilegal, por parte de los funcionarios en cargos de dirección, de fondos estatales o de la propiedad social, lo que les permite disfrutar de un nivel de vida mucho más elevado que el resto de la población trabajadora, y privilegios y comodidades que no están a su alcance.
Che se refiere a ello con su claridad y contundencia habituales: “Cometer un atentado contra la propiedad socialista es el más grave delito, independientemente de las atenuantes que pudieran existir”. (4)
Si bien, por falta de información, la “cifra negra” de la corrupción, (es decir, los delitos no registrados) nos es desconocida, es más visible y extendida la “delincuencia ocupacional”, (5) que podemos considerar como el germen y antesala de la corrupción. Pero ésta no es simplemente un desarrollo de aquélla; entre ambos fenómenos existen diferencias específicas, un cambio cualitativo que permite distinguirlas.
En tal sentido proponemos considerar la corrupción como la delincuencia ocupacional de los cargos de dirección, de los funcionarios de alto nivel de una entidad, institución o departamento dados, es decir, de la cúpula de dirección.
Este círculo de dirección lleva aparejadas mayores atribuciones y control de considerables sumas de dinero (cubano o en divisa) y bienes, de ahí la magnitud que pueden alcanzar sus actividades delictivas.
Por su naturaleza, la corrupción tiene, por tanto, las siguientes características:
—Un grado elevado de actividades delictivas, porque no actúan individuos aislados, sino en red organizada que actúa de consuno. En casos bien desarrollados puede hablarse de una “institución corrupta”. (6)
—Sus actividades involucran gran cantidad de dinero y bienes.
—Con frecuencia se extiende también a otras entidades y niveles, con los que existen relaciones de trabajo. Incluso pueden involucrarse, activa o pasivamente, las organizaciones políticas y sindicales de la entidad corrupta, pues es difícil que, por lo menos, no se enteren de lo que está ocurriendo.
—En casos excepcionales, los funcionarios corruptos pueden “contaminar” a sus superiores, mediante favores y otras formas de soborno indirecto.
—Tiende a extenderse a ciudadanos y firmas extranjeras, (7) en la búsqueda de mayores ganancias ilícitas, especialmente en divisas.
—Afecta la eficiencia de la entidad, aunque se trata de que esta afectación no sea muy evidente, para evitar sanciones administrativas o políticas.
—En resumen, la entidad corrupta se desvía de los objetivos y funciones que tiene asignada, para perseguir los fines particulares en beneficio de los autores.
Pero las actividades corruptas, por muy sigilosas que sean, trascienden, y a la larga son conocidas por una parte considerable de la población, por los mecanismos que expusimos más arriba. Esto provoca su irritación, al aparecer como si los corruptos actuaran impunemente, elemento que merece una atención especial, porque afecta el prestigio y la credibilidad de las autoridades revolucionarias. Al adoptarse medidas que, por lo general, se consideran demasiado benevolentes, se suscitan estados de opinión negativos, especialmente cuando no se está lo suficientemente informado.
Por todas las razones que hemos expuesto, la corrupción no puede ser considerada como un asunto meramente penal, sino como un serio problema político, que debe ser enfrentado como tal.
Procesos condicionantes y de auto-reforzamiento
Esta sección tampoco está basada en investigaciones empíricas ad hoc que, si existen, desconocemos. Son variables identificadas en los referidos casos de corrupción graves, que hemos tratado de analizar como si fueran típicos, aunque sin la información suficiente para un estudio más riguroso.
Empezaré por las relaciones sociales de estos elementos corruptos, ante todo, las de producción y las institucionales, derivadas del sistema de dirección de la economía vigente. Este utiliza la ganancia, la estimulación material individual, entre otras categorías económicas —denominadas por el Che “las armas melladas del capitalismo”, (8) porque estimulan el egoísmo y la búsqueda de ganancias.
Pero el Che también enfatizaba el papel de la conciencia, (9) cuyo desarrollo se ve frenado por la acción de esos mecanismos de estimulación. Recalca el ejemplo de austeridad y de sacrificio que debe caracterizar a los dirigentes, de lo cual él fue paradigma, ausente en los que caen en la corrupción, degradados por la ambición.
La corrupción difícilmente puede ser un fenómeno puramente individual. Ocurre en una institución, en la cúspide o en una de sus divisiones administrativas; pero, en todo caso, siempre intervienen otras personas, ya sea de forma activa o simplemente tolerando la actividad, lo cual les hace cómplices pasivos.
La detección de un funcionario o jefe corrupto, después de muchos años de actividad ilícita, indica deficiencias de los organismos, órganos o niveles de control, que no lo atajaron a tiempo. Tampoco ha existido un control ascendente efectivo por parte de los trabajadores. Pero muestra también, que esos funcionarios o jefes gozan de gran poder discrecional sobre los recursos, monetarios y materiales. Esto se vio con singular claridad en las Causas 1 y 2 de 1989.
No pocos de estos individuos, hombres y mujeres, por méritos pasados o por el nivel del cargo, eran militantes del Partido, aunque, como vimos, esa integración era más bien formal. Su conducta ambiciosa, y lesiva de la propiedad estatal, violatoria del Código de Ética de los cuadros, así lo demuestra.
La corrupción, no interesada en los resultados económicos o sociales de su gestión, genera prácticas burocráticas de dirección en los niveles subordinados. Su práctica, cuando resulta exitosa, incentiva la continuidad de la actividad delictiva.
Otra circunstancia que alienta la corrupción es la benignidad de las sanciones, que generalmente son extra penales y no pocas veces consisten en enviar a sus casas a los funcionarios corruptos —el conocido “Plan Pijama”—, aunque a menudo son simplemente removidos de nivel o trasladados de cargo —como se dice popularmente, “caen hacia arriba”. El Plan Pijama implica la exclusión de la vida política, de modo que se tornan “invisibles” para la población y para los medios de información.
Algunas ideas preliminares para combatir y prevenir la corrupción
"Tenemos que ser inflexibles frente al error, la debilidad, el dolo, la mala  fe de cualquiera, y levantarnos y denunciar y castigar en cualquier lugar en que asome cualquier vicio contra los altos postulados de la Revolución."
—Che Guevara (10)
Los instrumentos para combatir y prevenir la corrupción deben corresponderse con su esencia (uno de los más serios problemas políticos internos) y con sus características y procesos condicionantes. Por tal razón, las medidas no pueden limitarse a las de carácter penal y administrativo. Tienen que ser políticas también y, por lo tanto, movilizar a los trabajadores y a la población en general:
• Endurecimiento de la sanción penal, revisar la respuesta estatal acostumbrada ante los hechos de corrupción; por ejemplo, a la cárcel van a parar los delincuentes marginales, en menor medida los ocupacionales, y casi por excepción, los corruptos.
• Obligatoriedad de reponer todo o parte de los bienes mal habidos, y, si fuera necesario, recurrir a la confiscación.
• Reforzamiento de la observancia del Código de Ética de los cuadros del Estado socialista.
• Las medidas de corrección deben ser adoptadas ante los primeros signos de corrupción, para que no se desarrolle la impunidad.
• Los hechos de corrupción, junto a las medidas adoptadas, deben ser divulgados por la prensa, como desestímulo a otros, y para satisfacer los sentimientos de justicia de la población.
• El Partido debe velar porque en los cargos de dirección prevalezca una política austera, aunque sin extremismos.
• Reducir a un mínimo racional las gratuidades y privilegios de los cargos de dirección (como auto con chofer, accesos preferenciales a instalaciones turísticas, etc.)
• Al tomar posesión, los funcionarios que acceden a un cargo de dirección deberán firmar una declaración jurada de bienes, que será actualizada y controlada periódicamente y al cese en su cargo. Esto debe ser particularmente estricto en el caso de los que operan con divisas, tienen relaciones de trabajo con extranjeros, o viajan al exterior en función de su puesto.
• Revisar el sistema de emulación de los trabajadores, para que no facilite la “falsa unanimidad”. (11)
• Organizar un sistema de observación que detecte la corrupción en etapas tempranas.
• Los funcionarios en cargos de dirección deben tener explícitos entre sus deberes evitar que sus familiares se beneficien de los frutos del delito (esto vale en especial para los llamados “hijos de papá”, que tanto irritan a la población).
• Valorar la opción de que la estancia en cargos de dirección sea temporal, renovable o no al cabo de un término, en función de los resultados.
• Ampliar y profundizar la investigación científica del problema y divulgar sus resultados entre los especialistas.
1. Fidel Castro, “Discurso pronunciado ante el Consejo de Estado”, Granma, La Habana, 11 de julio de 1989, pp. 2-7.
2. Ídem.
3. Ernesto Che Guevara, “Carta a José Mederos Mestre (26 de febrero de 1964)”, en Orlando Borrego, comp., El Che en la Revolución cubana, t. 1, p. 442.
4. Ernesto Che Guevara, “Carta a Lydia Ares Rodríguez (30 de octubre de 1963)”, Orlando Borrego, ob. cit., p. 429.
5. Amplío este concepto en “La delincuencia ocupacional en Cuba socialista”, de próxima publicación.
6. En la década de los 80, pude investigar en detalle “El caso millonario”, donde todo el personal de una importante heladería, desde el administrador hasta los últimos empleados, estaba implicado en actividades delictivas ocupacionales.
7. Esto se dio en el caso de Ochoa-de la Guardia.
8. Ernesto Che Guevara, “El Socialismo y el hombre en Cuba”, en Orlando Borrego, ob. cit., t. 1, p. 273.
9. “El hombre es el autor consciente de la historia. Sin esta conciencia, que engloba la de ser un ser social, no puede haber comunismo”. Ernesto Che Guevara, “El sistema presupuestario de financiamiento”, en Orlando Borrego, ob. cit., t. 1, p. 279.
10. Ernesto Che Guevara, “Un pecado de la Revolución”, en Orlando Borrego, ob. cit., t. 1, p. 349.
11. Raúl Castro. “Discurso ante el VII Pleno del Partido”, Juventud Rebelde, La Habana, 31 de julio de 2009
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Acotaciones al texto del Dr. Fernando Barral sobre
la corrupción en Cuba  Dr. Ramón de la Cruz Ochoa
Presidente de la Sociedad Cubana de Ciencias Penales, de la Unión de Juristas de Cuba
El trabajo del Dr. Fernando Barral tiene el mérito de llamarnos la atención sobre un tema de gran  importancia como es el de la corrupción. Sin embargo, discrepo de algunas afirmaciones y  trataré de  explicarme de forma muy resumida. 
1. Es cierto que en Cuba se publica muy poco sobre casos concretos de corrupción, pero ello no  significa que el tema esté fuera de la agenda política del país. No es posible olvidar las palabras  del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, el 17 de noviembre de 2005, en la  Universidad de la Habana, cuando expresó: “Este país puede autodestruirse por sí mismo, los que no pueden destruirlo son ellos [se refiere a los imperialistas]; nosotros sí, nosotros podemos  destruirla y sería culpa nuestra. Nosotros estamos invitando a todo el pueblo a que coopere con  una gran batalla […] la batalla contra los robos de cualquier tipo, en cualquier lugar”. No es  posible hablar de una manera más clara y dramática contra la corrupción. Aunque no haya usado  esa palabra, todos entendimos perfectamente de qué estaba hablando. Fue una alerta bien  dramática.
2. No es exacto decir que el tema sólo es conocido “boca a boca” o por fuentes indirectas. Los  revolucionarios cubanos sabemos que es una realidad grave que enfrenta nuestro país, que es un fenómeno bien extendido en nuestra sociedad y que no sólo es un problema de los funcionarios y  jefes corruptos.
3. Es conocido que existen ineficiencias en los mecanismos de control, fundamentalmente en los  internos de cada empresa, de cada institución. No puede ignorarse la creación y el fortalecimiento  institucional de la Contraloría General de la República, ni el trabajo que vienen realizando, desde  hace tiempo, la Fiscalía General de la República y los órganos del MININT. En meses recientes, los Tribunales Populares incluso han creado salas especializadas en delitos económicos, como  las que existen en muchos países y son recomendadas por los estudiosos.
4. Afirmar que los funcionarios “gozan de gran poder discrecional sobre los recursos monetarios y  materiales” es ignorar totalmente las reglas que rigen nuestra economía. Lo sucedido en los años  80 y las Causas 1 y 2 no son buenos ejemplos para demostrarlo. Además, han transcurrido veinte  años en los que mucho se ha trabajado sobre este tema.
5. Decir que las sanciones en Cuba de tipo penal son benignas es totalmente inexacto. 
6. Es cierto que en algunos países está definida legalmente la corrupción, aunque en la mayor parte de ellos es una definición doctrinal y de la criminología, no de las leyes penales. La legislación cubana sobre este tema —especialmente en  el Código Penal— es muy amplia, y muchos piensan  que profusa y demasiado abarcadora. Los expertos reconocen que el Derecho Penal es un  instrumento insustituible para combatir la corrupción, pero está muy  lejos de ser el más  importante. 
7. Las penas excesivas y la justicia sin garantías —como parecen desear algunos— no tienen nada que ver con la racionalidad en el uso del Derecho Penal. La historia de la Humanidad ha  enseñado que su uso abusivo y excesivo es perverso y termina perjudicando a toda la sociedad.
8. Discrepo de la definición del Dr. Barral sobre “delincuencia ocupacional”, a no ser que sea una  traducción muy personal de los llamados “crímenes de cuello blanco”; pero eso es tema para otra  polémica.
9. Es innegable que la corrupción despierta irritación en el pueblo; pero sobre todo ciertas  modalidades; ante otras, las cotidianas, las que suelen ser más dañinas socialmente, hay  ausencia de reacción social y eso es muy grave.
10. Al parecer, el Dr. Barral combate la estimulación material individual y otros mecanismos  económicos. Se apoya en palabras del Che, dichas en otro contexto histórico y para otras  realidades. En Cuba se debe estimular de acuerdo con los resultados y la calidad del trabajo. Es  necesario crear sentido de pertenencia. Pienso que la inmensa mayoría del pueblo está de  acuerdo con ello y lo único que desea es que se convierta en realidad lo antes posible.
11. El papel de la Ética es muy importante —diría que decisivo— para combatir la corrupción, pero tampoco se puede ignorar la influencia que los factores socioeconómicos tienen sobre la  observancia de los valores éticos.
12. En sus recomendaciones, el autor habla de medidas políticas y de la participación de las masas para combatir la corrupción. Sin embargo, es necesario apuntar que en los núcleos del PCC se  debate este tema de manera sistemática. Es cierto que, en ocasiones, las discusiones son  formales y superficiales y no van al centro de los problemas; pero también hay voluntad política  para enfrentar el asunto.
13. Decir que los corruptos no van a la cárcel es desconocer la realidad. Aunque puede ser que el Dr. Barral no esté al tanto, ya que los hechos de corrupción no se divulgan como se debería, los que visitamos y conocemos las prisiones, los órganos de Instrucción del MININT, la Fiscalía y los Tribunales por razones de nuestra profesión, sabemos que esa afirmación está totalmente alejada de la realidad. 
14. El autor no habla del Período especial y su impacto en el crecimiento de la corrupción, ni menciona la doble moneda como factor que la propicia. El aumento de la corrupción siempre tiene causas estructurales que él no menciona,  como tampoco los problemas de nuestro modelo económico que, como ha dicho el presidente Raúl Castro, necesita una actualización sistémica, no parcial y muchos pensamos que urgente. Tampoco habla de medidas administrativas y legislativas que, en ocasiones, propician la corrupción, cuyo ejemplo más evidente son las regulaciones de la vivienda.
En resumen, considero que el texto del Dr. Barral es útil, pero —dicho sea con todo respeto— le falta actualización y rigor.

Conversa Chávez durante 30 minutos con Telesur
El Mandatario se recupera satisfactoriamente. Recibió la visita de Fidel y Raúl. Estuvo levantado durante más de una hora
El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, informó hoy a su pueblo que la operación a la que fue sometido en Cuba resultó muy exitosa, y se encuentra en buen estado de salud.
"Estoy atendido aquí de lo mejor, el mismo Fidel me dijo que debía descansar. Fidel y Raúl están pendientes de cada detalle", aseguró el mandatario en un contacto telefónico con Telesur.
"Afortunadamente Cuba tiene uno de los sistemas de salud más avanzados, no solo de este continente sino del mundo, así que me enfermé en un buen lugar", indicó.
"Ayer pasé un día difícil, el primer día de postoperatorio, incluso me paré y tuve que volver a la cama por el mareo. Hoy, en cambio, estuve más de una hora fuera de la cama", refirió.
Al ofrecer detalles de su convalecencia dijo que "fue una suerte que en ese absceso pélvico no se diera una infección. Afortunadamente se han hecho biopsias y no hay ninguna señal maligna".
Puntualizó que su regreso dependerá de la evolución, "es una lesión sensible y no hay que apresurarse. Yo estoy en plenas facultades, si me sintiera con las facultades disminuidas para seguir en el Gobierno yo mismo tomaría la decisión de pedir sustitución".
El Jefe de Estado expresó su cariño y agradecimiento al pueblo venezolano por las manifestaciones de apoyo, al tiempo que hizo un llamado al ahorro eléctrico, y a estar alertas a los sabotajes, "porque hay sectores apátridas, de la extrema derecha, que se pueden prestar a cualquier cosa". Asimismo, destacó las demostraciones de afecto del pueblo cubano.
Finalmente, dio instrucciones al canciller Nicolás Maduro, quien se encontraba siendo entrevistado por la periodista Patricia Villegas en el set de Telesur, de acelerar todos los programas sociales en marcha en Venezuela: "que nada se detenga, todo lo contrario, aceleremos". Anunció que ha conversado en varias oportunidades durante el día de ayer con el Vicepresidente Elías Jaua y adelantó a la opinión pública que acaba de promulgar la Ley de endeudamiento oficial, que saldrá en la Gaceta hoy lunes. "Todo debe acelerarse, todas las misiones, de vivienda, agrícolas, la producción nacional, la salud, la educación y la protección a la familia".
"Para aquellos que dicen que debo salir de la Presidencia, tendrán que trabajar duro para lograrlo", afirmó. (SE)

Cuba en Hemingway*
10.06.2011
Ernest Hemingway fue un hombre empeñado en la búsqueda del asidero propio, un persecutor del sentido de la vida, o de algo que tal vez no haya encontrado en Cuba, pero cuya ausencia domeñó aquí por más de tres décadas. Su percepción personal tuvo mucho que ver con la constancia, la persistencia, como en el viejo Santiago, de Cojímar, y se recuerda, a cincuenta años de su muerte el 2 de julio, la sentencia definitoria en El viejo y el mar: "Un hombre puede ser destruido pero no vencido".
Al respecto, sus exegetas no han olvidado casi nada. Pero, "sólo" casi nada. ¿Se conoce suficientemente su percepción de Cuba, no obstante la híper repetida frase de que un hombre debe vivir allí donde se siente bien, en el sentido de poder escribir en paz, etcétera?
¿No se asocia demasiado esa afirmación al carácter acogedor del país, independientemente de su situación histórica y de las condiciones en las que moraban sus habitantes? Parece que sí.
Mas, Hemingway se ha encargado de dejar testimonio sobre cómo percibía a la Cuba donde residió por tres décadas. Valoración nada voluptuosa, por cierto. Al margen de la pesca de la aguja o los daiquirís dobles, sin azúcar, en El Floridita, su visión era mucho más dramática que la frecuentemente reflejada por sus estudiosos y biógrafos.
De San Francisco a San Isidro
Una mañana, posiblemente de febrero de 1943, Thomas Hudson, álter ego literario de Hemingway, descendía en su Cadillac desde un sitio que podría ser Finca Vigía, en San Francisco de Paula, hacia las proximidades del barrio de San Isidro, cercano al Puerto de La Habana.
Durante el trayecto, el protagonista comienza a reflejar su impresión sobre el entorno social, como quedó descrito en su novela póstuma Islas en el Golfo.
Sobre una parte de la ciudad, que él identifica como la barriada del Cerro, pero que hoy corresponde al municipio 10 de Octubre, dice: ... "era Toledo, sin duda: solo por un momento. Luego la colina se terminó y Cuba volvió a rodearlos (a Hudson y al chofer) por ambos lados".
Para proseguir: "Esa era la parte que no le gustaba del camino a la ciudad. Esa era en realidad la parte para la cual llevaba la bebida", refiriéndose al vaso de ginebra Gordon que portaba.
E inmediatamente se torna rotundo: "Bebo para defenderme de la pobreza, la suciedad, el polvo de cuatrocientos años, los mocos de las narices de las criaturas, las frondas de palmeras resquebrajadas, los techos de latones aplanados, el arrastrar de pies"... Y prosigue con una prolija enumeración de penurias.
Al descender por aquellos sitios que en la actualidad están comprendidos en los municipios de San Miguel del Padrón, 10 de Octubre, Centro Habana, La Habana Vieja... admite que, con la bebida, es escapa: "Debería mirar todo esto de cerca y hacer algo. En cambio tienes tu bebida, del mismo modo que antaño llevaban sales aromáticas".
A esta realidad no era indiferente y reclamaba cambios.
Más adelante se produce una asociación histórica, no literaria: ... "estaba la colina del castillo de Atarés, donde fusilaron al coronel Crittenden y a los otros cuando fracasó aquella expedición, allá en Bahía Honda, cuarenta años antes de que el naciera (Hudson-Hemingway, en 1899); contra aquella colina habían fusilado a ciento veintidós voluntarios norteamericanos".
Luego de una referencia a Hudson como persecutor de submarinos alemanes en la Costa Norte de Cuba, las Bahamas y sus alrededores, al servicio de Estados Unidos, describe a "una vieja barca, lo bastante grande para que un submarino se ocupara de ella y le disparara un cañonazo".
"Estaba cargada de madera y venía a buscar un cargamento de azúcar. Thomas Hudson podía distinguir todavía el lugar donde había sido tocada y recordó a los chinos vivos y a los chinos muertos sobre cubierta".
Se reflejaba a sí mismo en aquella misión, cumplida en su yate El Pilar, artillado, durante la Segunda Guerra Mundial.
Hemingway como cronista de indias
Por el ambiente de ficción en esta parte de la novela, plagada de referencias a hechos, situaciones y reminiscencias autobiográficas, desfilan la realidad cubana y el contexto histórico más general de la conflagración; pero, sobre todo, se muestra este colosal hombre y narrador del Siglo XX, de cuyos hechos más trascendentes no soólo fue relator, sino también protagonista directo.
Como en su tiempo los cronistas de Indias, contaba, combatía y vivía... o viceversa.
Pasada la barca, prosigue la referencia a la "casucha de tablas y hojas de palmeras (de guano, se diría entre cubanos), próxima a un "lote de terreno donde la Compañía de Electricidad almacenaba carbón que descargaban en el puerto"
Y a continuación la estampa misérrima: "La casucha estaba construida en un ángulo empinado y apenas había sitio para que dos personas se acostaran en ella. La pareja que vivía allí estaba sentada a la entrada, haciendo café en un jarro. Eran negros mugrientos, cubiertos de escamocidades por la edad y la suciedad, vestidos con ropas hechas con viejos sacos de azúcar."
Después, recordando una conversación anterior con la que fue su esposa, el protagonista rememora su diálogo con ella, que también escribía: "¿Por qué siempre dices que las cosas son tan terribles y escribes también sobre lo terribles que son y nunca haces nada por remediarlas?"
Es decir, para él, tales situaciones no son para sufrirlas, sino para cambiarlas... o tal vez pretexto para escaparse mediante la bebida.
Islas en el Golfo, editada por su esposa (Mary Welsh) casi diez años después del suicidio del autor, está asociada a El viejo y el mar, que lo consagró con el Nóbel de Literatura en 1954, y a París era una fiesta, libro autobiográfico también editado póstumamente, que es como una galería de la intelectualidad norteamericana radicada en la capital francesa de su época.
En Islas en el Golfo está casi todo Hemingway y, en fin, su más sentida y realista visión de Cuba: "No me puedo imaginar en absoluto por qué nunca habría de haber hambre en este país, no, nunca".
Un antecedente muy asociado a la respuesta que le dio a un periodista en el aeropuerto de Rancho Boyeros, sobre el acoso de Estados Unidos contra la Revolución. Entonces dijo: "Esta guerra se la vamos a ganar", y dicen que besó la tierra.
A pesar de ambivalencias aludidas, Hemingway reiteraba su opción por el cambio. A fin de cuentas, hasta el 2 de julio de 1961, día de su suicidio en Ketchum, Idaho, fue un hombre vigilado por el Buró Federal de Investigaciones, posiblemente por esa actitud inconforme de quien ansía también un asidero para los demás.
En Islas en el Golfo, uno de los compañeros del protagonista, que había sido gravemente herido, le pregunta: "¿Quieres un poco de agua en la boca, Tommy? Di que sí con la cabeza."
"Pero Thomas Hudson la movió en sentido negativo y luego miró el lago que se formaba en el paraje interior. Unas pequeñas olas blancas se rizaban en él. Olas pequeñas de una excelente brisa marinera y más allá de ellas podía ver las sierras azules de Turiguanó."
Es este el paraje al norte de Morón el elegido por el autor para dejar "inconclusa" la novela mientras su héroe lucha por una vida que uno nunca podrá saber si lo abandonará, no porque la obra quedara sin terminar, sino porque quizás este fue el final que el autor prefirió, similar al de otras obras suyas.
La circunstancia trágica de Hudson se desarrolla en un una situación parecida a la de otro de sus protagonistas, en Por quién doblan las campanas, durante la República Española, pero en el caso de Hudson ante una bella y muy aislada, entonces, porción de tierra cubana. Así, una vez más, un hombre podía "ser destruido pero no vencido".
(Tomado de Rebelión)

 
INVITACION
Movimiento Boliviano de Solidaridad con Cuba
Dirección Departamental

El Movimiento Boliviano de Solidaridad con Cuba, Dirección Departamental La Paz,  Dirección Nacional y la Embajada de Cuba,  tienen el agrado de invitarle a Usted (Uds.) al “II Festival Artístico en Homenaje al 83 Aniversario del Nacimiento del Comandante Che Guevara” (14 de junio de 1928)
El evento se realizará el día 15 de junio del 2011 en el auditórium del Palacio de Comunicaciones “ECOBOL”, a horas 19:30.
Agradeciendo de antemano su gentil  concurrencia, saludamos a usted con fervor revolucionario.
¡LIBERTAD PARA LOS CINCO HEROES PRISIONEROS DEL IMPERIO!

De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.
Responsables de esta edición de Voz 71: 
Yuri Aguilar Dávalos
y Remberto Cárdenas Morales

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