lunes, 16 de mayo de 2011

Voz 67


Voz
La Paz (Bolivia), 16 de mayo de 2011          Año II          No. 67

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio


Índice
Lineamientos económicos y sociales por más socialismo en Cuba
Fabricar pretextos
Editorial de Granma
Ahora más que nunca es necesaria la unidad de los trabajadores
Fidel Castro Ruz
Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución de Cuba, aprobados por el VI del Partido Comunista de Cuba (folleto anexo de Voz 67, publicado originalmente por Granma)


Lineamientos económicos y sociales por más socialismo en Cuba
Los Lineamientos definen que el sistema económico que prevalecerá continúa basándose en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción, donde deberá regir el principio de distribución socialista “de cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo”, dice la Resolución respecto de los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución de Cuba.
Ese texto continúa: La política económica del Partido se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución, y que en la actualización del modelo económico primará la planificación, la cual tendrá en cuenta las tendencias del mercado.
Y sigue: Estos principios deben ser armonizados con mayor autonomía de las empresas estatales y el desarrollo de otras formas de gestión. El modelo reconocerá y promoverá, además de la empresa estatal socialista, forma principal en la economía nacional, a las modalidades de la inversión extranjera, las cooperativas, los agricultores pequeños, los usufructuarios, los arrendatarios, los trabajadores por cuenta propia y otras formas que pudieran surgir para contribuir a elevar la eficiencia.
Sobre el socialismo y los derechos de los ciudadanos en la Isla, la Resolución, anota: En la política económica está presente el concepto de que el socialismo significa igualdad de derechos y de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo, y se ratifica el principio de que en la sociedad socialista cubana nadie quedará desamparado.
Asimismo, el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) decidió organizar una Comisión de Control de la aplicación de aquellos lineamientos la que, también, tiene la facultad de aprobar nuevos lineamientos sin suplantar a ningún organismo de dirección ni de administración.
En la introducción a los Lineamientos se afirma:
Desde el año 2005 se evidenciaron las limitaciones de la economía para enfrentar el déficit de la cuenta financiera de la balanza de pagos, las retenciones bancarias de transferencias al exterior y el elevado monto de los vencimientos de la deuda; todo lo que significó una gran tensión en el manejo de la economía. Ello condujo a adoptar diversas medidas:
Fortalecimiento de la institucionalidad, incluyendo la reorganización del Estado y el Gobierno.
Énfasis en el concepto de que el plan de la economía debe ajustarse a los recursos disponibles.
Priorizar el crecimiento y la diversificación de exportaciones y la sustitución de importaciones, diseñando programas y medidas especiales para apoyarlos, en lo que se destacan los esquemas cerrados de financiamiento, que permiten hacer uso de las divisas de forma descentralizada.
Revisión y reorientación de la política inversionista para darle mayor integralidad, evitar inmovilización de recursos y otras ineficiencias. En correspondencia con ello, se redistribuyeron los créditos externos disponibles hacia los objetivos que a corto plazo tuvieran mayor efecto en la balanza de pagos.
Reprogramación de los pagos de la deuda externa.
Transformaciones estructurales y en el funcionamiento del sector agropecuario; emisión del Decreto-Ley 259 sobre la entrega de tierras estatales ociosas en usufructo, con el objetivo de elevar la producción de alimentos y reducir su importación.
Medidas adicionales para el ahorro de portadores energéticos; se incluyen las vinculadas con aspectos organizativos, tal como la reorganización del transporte de cargas.
Inicio de un importante grupo de inversiones industriales de carácter estratégico en cuanto al desarrollo futuro del país.
Con el objetivo de aligerar la carga al Estado en algunos servicios que se prestan, se iniciaron experimentos como: sustitución de comedores y transportes obreros por otras modalidades, arrendamiento de barberías, peluquerías y taxis a empleados en esas actividades.
Aun con la adopción de las medidas antes descritas, dado el complejo panorama existente, no se han resuelto los principales problemas que limitan el desempeño de la economía, por lo que será necesario:
Poner en explotación las tierras todavía ociosas y elevar los rendimientos agrícolas.
Recuperar la capacidad exportadora en rubros tradicionales; incrementar sostenidamente y diversificar las exportaciones de bienes y servicios, así como reducir la elevada dependencia importadora con vistas a revertir la situación financiera externa.
Buscar alternativas de fuentes de financiamiento para detener el proceso de descapitalización de la industria y la infraestructura productiva del país.
Otorgar mayores facultades, en los marcos del plan, a las empresas, e impulsar con efectividad la iniciativa de los territorios para potenciar de manera sostenible su desarrollo económico.
Desarrollar un proceso de reestructuración del empleo y los salarios, considerando formas no estatales de gestión donde sea conveniente, encaminado a eliminar las plantillas infladas en todas las esferas de la economía, que garantice que el trabajo sea la forma principal de obtención de ingresos de la población.
Incrementar la productividad del trabajo, elevar la disciplina y el nivel de motivación del salario y los estímulos, eliminando el igualitarismo en los mecanismos de distribución y redistribución del ingreso. Como parte de este proceso, será necesario suprimir gratuidades indebidas y subsidios excesivos.
Fortalecer los niveles de coordinación de las políticas macroeconómicas y concluir los estudios para la eliminación de la dualidad monetaria y el perfeccionamiento de la política cambiaria.
La conducción de la economía a través del sistema de planificación se centró en lo fundamental en los problemas del sector externo, lo que, unido a la insuficiente integralidad entre los objetivos del plan, contribuyó a mantener las desproporciones y la no correspondencia de los planes de las empresas con el de la economía nacional. Concluye la extensa pero necesaria cita.
Los fragmentos que ofrecemos a los lectores de Voz apuntan a señalar que la forma de producción y de distribución, en la Mayor de las Antillas, es y seguirá socialista, a pesar del imperio.

Fabricar pretextos
Editorial de Granma
La Revolución Cubana ha sido objeto de cientos de campañas de desinformación, generalmente orquestadas por el gobierno norteamericano, con la complicidad de aliados europeos y el concurso de las poderosas fuerzas e intereses que controlan los emporios mediáticos, pero no han podido desviar a los cubanos de sus ideales de independencia y socialismo, ni confundir a los pueblos del planeta que, pese a todo, descubren con su sabiduría e instinto dónde está la verdad. Son campañas sin límites políticos ni éticos que chocan con la fuerza moral de Cuba y solo manchan a sus autores.
La más reciente, que provino de sus "multipremiados" informantes, se desinfló en 72 horas. Los políticos mentirosos, los medios de prensa que calumniaron por interés político y los periodistas que reportaron un hecho que no existió, sin intentar una mínima confirmación, no debieran tener impunidad. Por lo menos, deberían confesar el error y pedir excusas a la familia cuyo duelo no respetaron.
Curiosamente, todos ellos callan ante el millón de muertos civiles en Iraq y Afganistán a los que definen como "daños colaterales" y ante las ejecuciones extrajudiciales con aviones no tripulados en países soberanos.
Guardan prudente silencio ante el uso de la tortura, apañan la existencia de cárceles norteamericanas secretas en Europa, impiden la investigación de los crímenes cometidos en Abu Ghraib y la Base Naval de Guantánamo, que se usurpa a Cuba, y de los vuelos secretos de la CIA con personas secuestradas en otros Estados.
Tampoco se conmueven ante la forma brutal en que los gobiernos en Europa descargan en los más pobres y en los inmigrantes las consecuencias de la crisis económica. Miran a otro lado, cuando se reprime con inusitada violencia a desempleados o estudiantes en esas sociedades opulentas.
Sin embargo, andan a la caza de pretextos para denigrar a Cuba. Y a falta de estos, los fabrican.
Con toda desvergüenza, pujaron por convertir una pancreatitis en un asesinato político; una justificada detención policial de menos de tres horas por alteración del orden, sin el menor uso de la fuerza, en una golpiza mortal; una persona con antecedentes delictivos, sancionada a dos años de privación de libertad por delito común, en un disidente político, víctima de larga condena.
El pueblo comparte la protesta de la familia cuyo dolor se ofende y la indignación de los médicos a quienes prácticamente se acusa de complicidad en un homicidio. El mundo conoce sobrados ejemplos de la vocación humanística de nuestros médicos, quienes no han escatimado energías y a riesgo de sus propias vidas han prestado y prestan sus servicios en todos los continentes.
El legislador David Rivera, célebre por corrupción electoral y por sus campañas extremistas para eliminar el derecho de los cubanos emigrados a viajar a su país, que hace solo unas semanas acusó al presidente Carter de ser "un agente cubano", afirmó bajo juramento en el Congreso de los Estados Unidos que el fallecido "cayó asesinado a golpes y bastonazos en el céntrico Parque Vidal de Villa Clara, el domingo pasado".
Ni siquiera se molestó en verificar que hasta los peor intencionados reconocen que estuvo en el parque, antes y después de la breve detención, el jueves 5 de mayo, y no el domingo, cuando ya estaba hospitalizado. No sorprende que mienta, pero sí que lo haga tan torpemente.
Un tal Salafranca, europarlamentario del Partido Popular, de muchos méritos anticubanos y proyanquis, quien dice que los informes sobre los vuelos secretos de la CIA no aportan datos adicionales y se tapa los ojos para abstenerse sobre cualquier condena, aseguró en el Parlamento Europeo que la persona "falleció luego de su detención y golpiza por parte de la policía cubana".
El País, de la España del Grupo Prisa y las confabulaciones del PP, publicó un despacho con el título "Muere un disidente cubano tras recibir una paliza de la policía". ABC, históricamente al servicio de las peores causas, reseñó "Muere opositor cubano tras una paliza de la policía castrista". No les interesa confirmar la veracidad de los supuestos hechos y ni siquiera se molestan en disimular el contubernio con títulos diferentes.
Insólitamente, hasta el propio Presidente Barack Obama, en Miami y ante una pregunta de la bien tendenciosa cadena Univisión, aunque dijo que faltaban por precisar detalles, se pronunció también sobre los sucesos del Parque Vidal que nunca ocurrieron.
Es curioso que Obama, siempre tan ocupado, pueda retener en su memoria el caso de una persona detenida en un parque cubano al que pudo regresar un rato después. Sin embargo, no ha dicho nada y posiblemente ni recuerde el rostro angustiado o el relato de la niña iraquí Samar Hassan, publicado en el diario The New York Times, el pasado 7 de mayo, mientras narraba la terrible experiencia del asesinato de sus padres por una patrulla norteamericana, cuando regresaban del hospital tras curar las heridas de su hermanito.
Pero, en el caso de Cuba, la peor falta no son las burdas mentiras que día a día se fabrican y reproducen. Lo que es imperdonable es que se censuren las grandes verdades y la historia de un pueblo heroico y bloqueado, que ha sido capaz de alcanzar lo que para la gran mayoría de la Humanidad es todavía un sueño.
En el pasado, se ha tratado de aislar a Cuba o de provocar desórdenes internos para provocar una intervención norteamericana. ¿Qué se pretende con estas campañas? ¿Solo denigrar o algo peor? ¿Será que a los que mueven los hilos y a sus asalariados internos les encantaría invocar la "protección de civiles" para bombardear La Habana?
Nuestro pueblo no se dejará confundir por los contrarrevolucionarios internos que buscan el pretexto mediático para promover un conflicto con Estados Unidos y sabrá responder con serenidad y firmeza ante las acciones de estos mercenarios.
Los argumentos de la Revolución Cubana no se fabrican como las mentiras de nuestros enemigos, se construyen con la dignidad y la entereza de nuestro pueblo que aprendió que la verdad es el arma más limpia de los hombres.

Ahora más que nunca es necesaria la unidad de los trabajadores
Fidel Castro Ruz
Discurso en la concentración popular, en el Palacio Presidencial.
La Habana, 22 de marzo de 1959.
[...] Si fracasamos, si nuestros planes no los podemos llevar adelante, los únicos perjudicados van a ser los propios trabajadores, como si la Revolución fracasa porque no ayudan, los únicos perjudicados van a ser los campesinos y los obreros, porque todo el pueblo sufriría las consecuencias del fracaso de la Revolución. Los mayores sacrificados serían los campesinos y los obreros. Por eso, cuando tengo que pedir sacrificios, no se los pido a los hacendados, se los pido a los obreros azucareros. Cuando tengo que pedir sacrificios, no se los pido a los grandes intereses creados, se los pido a los trabajadores. Porque por primera vez en Cuba el gobierno se puede dirigir a los campesinos y a los trabajadores como a sus amigos, como a sus compañeros; como a los únicos a quienes tengo derecho a pedir. Y cuando tenemos que sacrificar a los intereses creados no se lo pedimos, implantamos el sacrificio mediante leyes revolucionarias.
Cuando de pedir se trata, les pedimos a nuestros compañeros, los campesinos, les pedimos a nuestros compañeros, los trabajadores. Porque la república que estamos forjando, la patria que estamos redimiendo, no será el paraíso de los intereses creados, como fue siempre, sino el hogar donde puedan hallar la felicidad los hombres humildes y los pobres de nuestro pueblo [...].
[...] A veces también existen, desgraciadamente, pugnas en la base, pugnas en el control de los sindicatos, que han llevado a los compañeros a una verdadera competencia de demandas, que han llevado a los compañeros a una competencia en ver quién pide más, sin detenerse a considerar si el momento de pedir es éste, si el momento de querer recoger los frutos de la Revolución es ahora o después, sin detenerse a considerar que no podemos comernos el fruto antes de sembrar la semilla.
[...]
Por eso, es necesario un entendimiento mayor que nunca en la fase inicial. Es necesario más que nunca la unidad en la base sindical. Precisamente, para que los compañeros responsables, los que tienen respaldo de las bases sindicales, se reúnan y estudien los problemas correctamente, en una forma inteligente, con una información correcta y para que hagan los planteamientos que deban hacer de común acuerdo, en la cuantía en que deba ser y en la oportunidad que debe ser, sin demagogia y sin obstruir la tarea de la Revolución. Así llegaremos más lejos y más pronto; que si la Revolución se retrasa, los perjudicados son ustedes; que si la Revolución fracasa, los que fracasan son ustedes.
Ninguna manifestación racista aquí, porque los problemas económicos no tienen que ver nada con los problemas racistas.
Considero que la primera cualidad del obrero debe ser la generosidad, su espíritu, su solidaridad con los demás obreros; que el peor vicio de un obrero, en un hombre que suda la camisa, en un hombre que sabe lo que es el trabajo y que es la penuria, el peor defecto es el egoísmo y, a veces, actuamos egoístamente [...].
[...]
La mentalidad del pueblo está todavía condicionada por muchos prejuicios, muchas creencias y muchas costumbres del pasado, y el pueblo, si quiere superarlos, tiene que empezar a reconocerlos; si el pueblo quiere orientarse correctamente, tiene que adoptar esos postulados de que hablé aquí. ¿Y cuáles son las batallas que debemos ganar y el orden en que las debemos ganar? La batalla contra el desempleo, la batalla por la elevación del nivel de los que ganan salarios más bajos, la batalla por la rebaja del costo de la vida y una batalla de las más justas que hay que librar, una de las batallas en la cual es necesario hacer hincapié cada día más y que puedo llamarla la cuarta batalla, es porque se acabe la discriminación racial en los centros de trabajo, la batalla, repito, por poner fin a la discriminación racial en los centros de trabajo. La peor forma de discriminación racial es aquella que limita el acceso del cubano negro a las fuentes de trabajo [...].
Versiones Taquigráficas del Consejo de Estado. Departamento del Pensamiento de Fidel Castro.
Instituto de Historia de Cuba. pp.7; 9; 10; 12-13.

De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.
Responsables de esta edición de Voz 67: 
Yuri Aguilar Dávalos
y Remberto Cárdenas Morales


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