lunes, 2 de mayo de 2011

Voz 65


Voz
La Paz (Bolivia), 2 de mayo de 2011          Año II          No. 65


Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio


Índice
Cubanos celebran victorias en marchas del 1 de mayo
Reflexiones de Fidel Castro:
Un fuego que puede quemar a todos
Fidel Castro Ruz

“Tratando de reinventar el socialismo”:
Entrevista con el presidente del parlamento cubano Ricardo Alarcón
Por Manuel Alberto Ramy
Cuba: otros apuntes sobre el congreso
Ángel Guerra Cabrera
Actualización económica, perfeccionamiento político
por Randy Alonso Falcón
Médicos cubanos engañados terminan en Miami sin residencia ni licencia de trabajo
Jean-Guy Allard
Silvio Rodríguez: “La voz de la Revolución cubana es Fidel”
(En vísperas de la visita de Silvio Rodríguez a los Estados Unidos, Judy Cantor-Navas, reportera de la revista de música Billboard, le hizo la siguiente entrevista que el cantautor reprodujo en su blog Segunda Cita y ha sido muy poco divulgada.)
Judy Cantor-Navas
Billboard Magazine

Cubanos celebran victorias en marchas del 1 de mayo
Los cubanos han celebrado el día de la unidad y de la solidaridad de los trabajadores del mundo en homenaje a los caídos en Chicago (mayo de 1886) por la jornada laboral de 8 horas.
Allí esa fiesta de los trabajadores del mundo contó con amigos de la Revolución Cubana, representados por dirigentes sindicales, especialmente de Nuestra América, los que acompañaron las concentraciones y las marchas en La Habana y en Santiago de Cuba.
Granma, el diario de los comunistas y del pueblo cubano informa que, como en los mejores tiempos vividos en la Isla, la concurrencia de los habaneros, santiaguinos… a esas concentraciones y marchas han sido verdaderamente masivas para la celebración universal del 1 de mayo. A esa fiesta se sumaron, este año en Cuba, los 50 años de la victoria del pueblo martiano y fidelista sobre los invasores a Playa Girón y el festejo de igual tiempo de la declaratoria del carácter socialista de la Revolución en la Mayor de las Antillas. Entonces, por primera vez, los cubanos ejercieron el legítimo derecho a la defensa de la Revolución. Asimismo, en las marchas del 1 de mayo vitorearon las conclusiones del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), evento que había sido anticipado en las discusiones del pueblo cubano en tantas reuniones que aseguraron la participación de la mayoría de aquel pueblo hermano: en esos encuentros debatieron los lineamientos económicos y sociales, para la actualización de la economía y la sociedad cubanas, todo para “reinventar” el socialismo, como dice el presidente de la Asamblea del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada.
Allí fue sellada la primera victoria de la Revolución Cubana en su lucha contra el imperialismo yanqui, por la que Fidel dijo que aquélla fue un triunfo de todos los países de Nuestra América y que ésta, a partir de entonces, era distinta para beneficio de nuestros pueblos.
Cabe puntualizar que la declaratoria del carácter socialista de la Revolución Cubana no fue un gesto voluntarista o sólo un homenaje merecido a los caídos en el rechazo a los invasores de Playa Girón y para forjar la victoria cubana. Hasta ese momento allí, en la Isla, el pueblo había impulsado una fase esencial de la Revolución, la etapa democrática que comprendió la recuperación de la tierra para los que la trabajan; el rescate de los recursos naturales, como el níquel; la industria azucarera, emblemática en aquel país; la derrota del analfabetismo y la aplicación de la consigna de educación para todos los cubanos; así como la salud como servicio universal que en ese momento comienza a ser una realidad; el ejercicio pleno de la soberanía se convertía en un hecho evidente, entre las principales.
Es decir, el tránsito al socialismo en Cuba empieza a ser una realidad a dos años de la victoria de la guerra de guerrillas liberadora en la Sierra Maestra y de la insurrección popular en las ciudades, formas de la lucha convergentes y con la misma estrategia. En ese momento, se constataba la marcha de la fase democrática hacia la socialista y lo que hacen los revolucionarios cubanos y, en particular, sus dirigentes fue leer una teoría y su práctica existente en la Isla: el inicio de la construcción del socialismo, en esa nueva sociedad en la que se espera que cada quien aporte lo que le permite su capacidad y se les pague según su trabajo.
Entre las consignas difundidas en ocasión del 1 de mayo en Cuba se lee: “Unidos, productivos y eficientes” que alude al socialismo que se busca con la aplicación de los lineamientos de política económica y social aprobados en el VI Congreso del PCC y la discusión de la mayoría del pueblo cubano.
Los cubanos, dentro de las celebraciones mencionadas del 1 de mayo, destacaron el papel de la solidaridad con el pueblo cubano y su Revolución en el mundo y, de manera particular, se anotó que en suelo cubano y en innumerables países del orbe los solidarios con Cuba marcharon con sus pueblos y en respaldo a la gesta cubana.
Los medios televisivos no pudieron ocultar la combatividad ni el fervor de los manifestantes cubanos lo que a la vez expresa la organización de un pueblo que tiene conciencia de los acontecimientos que festeja, resultado de la unidad que la construye desde la lucha liberadora. Asimismo, en esas jornadas de acción de masas en Cuba se pone de manifiesto la educación política de la gente del pueblo y las formas efectivas de participación popular en las decisiones fundamentales en el ámbito de la economía, la política, las ideas, la cultura.
Como referencia digamos que ninguno de los regímenes políticos de Estados Unidos y/o europeos, que en forma destemplada proponen la democratización en Cuba, no tienen capacidad para movilizar a sus pueblos como sí lo hacen el PCC y el gobierno cubano.
Y sabemos que es de veras democrático un país cuando tiene asegurado el pan para sus habitantes. Ése es el caso de Cuba socialista, aunque le pese al imperio y a la derecha internacional.
En La Paz (Bolivia) un grupo precursor de la organización del Movimiento Boliviano de Solidaridad con Cuba participó de la marcha del 1 de mayo, con lo que también reafirmó la solidaridad de nuestro pueblo con la causa cubana.
Solidaridad que nos plantea, para los meses siguientes, tareas urgentes a emprender: difusión de las conclusiones del VI Congreso de los comunistas cubanos, análisis de la victoria en Playa Girón de cubanos y latinoamericanos, el porqué de la declaratoria del carácter socialista de la Revolución Cubana, contra el bloqueo yanqui a Cuba y por la libertad inmediata de los Cinco, presos políticos del imperio.
Y la otra punta de la solidaridad con Cuba es la lucha, aquí en Bolivia, contra los mismos enemigos de aquella Revolución del país caribeño: el imperialismo y el capitalismo, y por la segunda y definitiva independencia de nuestro país.

Reflexiones de Fidel Castro:
Un fuego que puede quemar a todos
(El líder de la Revolución Cubana denuncia que los ataques contra el pueblo libio que adquieren un carácter nazifascista pueden ser utilizados contra cualquier pueblo del Tercer Mundo. Considera que si Gaddafi resiste y no acata las exigencias de la OTAN, pasará a la historia como uno de los grandes personajes de los países árabes)
Se puede estar o no de acuerdo con las ideas políticas de Gaddafi, pero la existencia de Libia como Estado independiente y miembro de las Naciones Unidas nadie tiene derecho a cuestionarlo.
Todavía el mundo no ha llegado a lo que, desde mi punto de vista, constituye hoy una cuestión elemental  para la supervivencia de nuestra especie: el acceso de todos los pueblos a los recursos materiales de este planeta. No existe otro en el Sistema Solar que posea las más elementales condiciones de la vida que conocemos.
Los propios Estados Unidos  trataron siempre de ser un crisol de todas las razas, todos los credos y todas las naciones: blancas, negras, amarillas, indias y mestizas, sin otras diferencias que no fuesen las de amos y esclavos, ricos y pobres; pero todo dentro de los límites de la frontera: al norte, Canadá; al sur, México; al este, el Atlántico y al oeste, el Pacífico. Alaska, Puerto Rico y Hawai eran simples accidentes históricos.
Lo complicado del asunto es que no se trata de un noble deseo de los que luchan por un mundo mejor, lo cual es tan digno de respeto como las creencias religiosas de los pueblos. Bastarían unos cuantos tipos de isótopos radiactivos que emanaran del uranio enriquecido consumido por las plantas electronucleares en cantidades relativamente pequeñas —ya que no existen en la naturaleza— para poner fin a la frágil existencia de nuestra especie. Mantener esos residuos en volúmenes crecientes, bajo sarcófagos de hormigón y acero, es uno de los mayores desafíos de la tecnología.
Hechos como el accidente de Chernóbil o el terremoto de Japón han puesto en evidencia esos mortales riesgos.
El tema que deseo abordar hoy no es ese, sino el asombro con que observé ayer, a través del programa Dossier de Walter Martínez, en la televisión venezolana, las imágenes fílmicas de la reunión entre el jefe del Departamento de Defensa, Robert Gates, y el Ministro de Defensa del Reino Unido, Liam Fox, que visitó Estados Unidos para discutir la criminal guerra desatada por la OTAN contra Libia. Era algo difícil de creer, el Ministro inglés ganó el “Oscar”; era un manojo de nervios, estaba tenso, hablaba como un loco, daba la impresión de que escupía las palabras.
Desde luego, primero llegó a la entrada de El Pentágono donde Gates lo esperaba sonriente. Las banderas de ambos países, la del antiguo imperio colonial británico y la de su hijastro, el imperio de Estados Unidos, flameaban en lo alto de ambos lados mientras se entonaban los himnos. La mano derecha sobre el pecho, el saludo militar riguroso y solemne de la ceremonia del país huésped. Fue el acto inicial. Penetraron después los dos ministros en el edificio norteamericano de la Defensa. Se supone que hablaron largamente por las imágenes que vi cuando regresaban cada uno con un discurso en sus manos, sin dudas, previamente elaborado.
El marco de todo el escenario lo constituía el personal uniformado. Desde el ángulo izquierdo se veía un joven militar alto, flaco, al parecer pelirrojo, cabeza rapada, gorra con visera negra embutida casi hasta el cuello, presentando fusil con bayoneta, que no parpadeaba ni se le veía respirar, como estampa de un soldado dispuesto a disparar una bala del fusil o un cohete nuclear con la capacidad destructiva de 100 mil toneladas de TNT. Gates habló con la sonrisa y naturalidad de un dueño. El inglés, en cambio, lo hizo de la forma que expliqué.
Pocas veces vi algo más horrible; exhibía odio, frustración, furia y un lenguaje amenazante contra el líder libio, exigiendo su rendición incondicional. Se le veía indignado porque los aviones de la poderosa OTAN no habían podido doblegar en 72 horas la resistencia libia.
Nada más le faltaba exclamar: “lágrimas, sudor y sangre”, como Winston Churchill cuando calculaba el precio a pagar por su país en la lucha contra los aviones nazis. En este caso el papel nazifascista lo está haciendo la OTAN con sus miles de misiones de bombardeo con los aviones más modernos que ha conocido el mundo.
El colmo ha sido la decisión del Gobierno de Estados Unidos autorizando el empleo de los aviones sin piloto para matar hombres, mujeres y niños libios, como en Afganistán, a miles de kilómetros de Europa Occidental, pero esta vez contra un pueblo árabe y africano, ante los ojos de cientos de millones de europeos y nada menos que en nombre de la Organización de Naciones Unidas.
El Primer Ministro de Rusia, Vladimir Putin, declaró ayer que esos actos de guerra eran ilegales y rebasaban el marco de los acuerdos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Los groseros ataques contra el pueblo libio que adquieren un carácter nazifascista pueden ser utilizados contra cualquier pueblo del Tercer Mundo.
Realmente me asombra la resistencia que Libia ha ofrecido.
Ahora esa belicosa organización depende de Gaddafi. Si resiste y no acata sus exigencias, pasará a la historia como uno de los grandes personajes de los países árabes.
¡La OTAN atiza un fuego que puede quemar a todos!
Fidel Castro Ruz
Abril 27 de 2011

“Tratando de reinventar el socialismo”:
Entrevista con el presidente del parlamento cubano Ricardo Alarcón
Por Manuel Alberto Ramy
Hace apenas cuarenta y ocho horas concluyó el sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, un congreso que, según lo que he leído y escuchado, prefigura un país cualitativamente distinto y una sociedad diferente. El presidente de la Asamblea Nacional y miembro del Buró Político del Partido Comunista, Ricardo Alarcón, me ha concedido esta entrevista. Sé que dispone de poco tiempo así que me gustaría hacerle tres preguntas muy concretas. La primera está referida al ámbito del Poder Popular. Se habló de darle una mayor dosis de autonomía a los Poderes Populares, tanto provinciales como municipales, ¿cómo se concretaría esa autonomía? ¿Hasta dónde llega?
Ricardo Alarcón de Quesada (RAQ): Ese ha sido uno de los temas principales en la discusión de los Lineamientos, que fue un aspecto principal del Congreso. Cuando discutimos la reorganización del sistema económico, casi siempre se terminaba en el dilema centralización-descentralización. Por supuesto que el enfoque cardinal es ir a una descentralización de la gestión, de la conducción de la economía y también del ejercicio de la autoridad estatal. Ahí viene entonces el tema del papel de los municipios, en los que hay que delegar mucha más autoridad pero también mucho más poder. Los municipios tendrán la capacidad de recaudar fondos para desarrollar planes de producción, de desarrollo y planes sociales. Este concepto de la territorialidad estuvo muy presente, en la comisión en que yo estuve, salía por todas partes, en cualquier aspecto, digamos en cuanto al sistema tributario, porque no son lo mismo las posibilidades que tiene una persona de alquilar una habitación en su vivienda o su vivienda en el Vedado que en la Ciénaga de Zapata, entonces si ambos tienen que pagar una misma cuota, tú estás desestimulando una posibilidad de actividad económica en un lugar por las diferencias enormes que hay.
En todo esto, Ramy, yo creo que es muy importante que tomemos en cuenta lo siguiente: nosotros no estamos dogmatizando, no estamos diciendo: “Aquí tenemos un modelo de cómo tiene que ser el socialismo”; nosotros estamos tratando de reinventarlo, de refundarlo, por lo tanto todo se está viendo con un sentido práctico, pragmático dirían los americanos. La experiencia hay que irla revisando constantemente y estar, como decía Raúl, con los ojos y los oídos pegados a la tierra.
Manuel Alberto Ramy (MAR): O sea, que la autonomía va.
RAQ: Sí, desde las provincias, pero sobre todo hacia el municipio. Que los municipios tengan la capacidad y la autoridad que ahora no tienen. Realmente la tenían, nominalmente mayor antes, pero la crisis fue conduciendo a un proceso de centralización en el manejo de los recursos, en la toma de las decisiones que puede resultar comprensible en momentos muy complicados, pero ese no puede ser el modelo permanente. Entonces, por eso también es que hablamos del ritmo, del modo, aquí no se trata de tomar medidas y lanzar un ucase: “A partir de mañana esto no va a ser como era antes sino va a ser como es ahora”… Está la resolución que yo presenté sobre el Poder Popular y la reforma de la Ley Electoral, etc., la experiencia de Artemisa y Mayabeque. La Asamblea Nacional decidió que las estructuras de Gobierno en esas dos provincias no sería la misma que la que tienen todas las demás en este momento y que trataríamos de experimentar en ambas, para ver si de ahí se pueden extraer conclusiones aplicables en el resto del país.
Por ejemplo, uno de los problemas que más se discute dentro del aparato del Poder Popular es la cuestión de la simultaneidad de responsabilidades entre el presidente de la Asamblea y el presidente del Consejo de Administración, o sea, el alcalde del municipio, que es el presidente del Gobierno municipal también lo es de la Asamblea municipal. Y lo mismo ocurre en la provincia. En provincia y en municipio es la misma persona, con lo cual se limita la capacidad de control, de verificación que debe ejercer el poder legislativo, digamos, que es la Asamblea Provincial o la Asamblea Municipal sobre su administración. En Artemisa y en Mayabeque vamos a comenzar separando las dos funciones, vamos a aplicar otras modificaciones a los mecanismos que se emplean ahora y también, por supuesto, estructuras mucho más simples en la administración que están asociadas con la necesidad de reducir burocracia, aparatos administrativos, etc.
MAR: Los órganos provinciales y municipales cuentan con numerosas pequeñas industrias, muchas de ellas presentan un cuadro económicamente negativo. Como se ha hablado de otras formas de propiedad, de otras formas de organizar la gestión, ¿cabría pensar que están especulando a esos niveles la creación de cooperativas de producción industrial?
RAQ: Sí, por supuesto, esa es una de las posibilidades que están en los lineamientos, pero además hay una cuestión también importante, la separación entre las funciones por lo pronto, el Partido, que no tiene nada que ver con la gestión económica, con la administración, con las decisiones que se adoptan a nivel de empresa, etc., pero tampoco el Estado, tampoco el Gobierno provincial o municipal. O sea, tenemos que ir a desarrollar realmente la autonomía empresarial o la independencia empresarial. O sea, la empresa la dirige su director. La gestión empresarial corresponde a la empresa, no al Gobierno local, no a la Asamblea local, no al Partido local. Ahora, aparte de eso, tú hablabas de la posibilidad de la creación de cooperativas…
MAR: Cooperativas de producción industrial. Ya existen en la agricultura. ¿Por qué no llevarlas a…?
RAQ: Sí, no hay nada que impida eso, por lo contrario, se habla de las cooperativas de primer grado, de segundo grado, y hay una cosa muy importante, Ramy, que quizás haya sido pasado por alto en la cobertura mediática, este congreso yo creo que tan importante es por los resultados, como por el proceso que lo ha precedido y lo ha pautado y lo va a continuar. Esto comenzó el 9 de noviembre del año pasado con la publicación del Proyecto de Lineamientos, que se publicó en una edición masiva. A partir del primero de diciembre del año pasado, hasta el 28 de febrero de este año, se discutió en más de 163.000 reuniones en fábricas, en centros estudiantiles, en barrios, etc., y la gente propuso cosas. Yo sé que afuera se especulaba y hay quien decía: “Sí, pero eso no tiene importancia, no les van a hacer caso”. De esas discusiones, de las propuestas presentadas por la gente, resultaron modificados el 68% de los 291 artículos o lineamientos originales y se le agregaron treinta y tantos, al final lo que llega al Congreso son 311 lineamientos.
Pero en el Congreso volvieron a ser discutidos en cada Delegación Provincial, las que a su vez hicieron propuestas y después pasamos a las cinco comisiones que discutieron todas esas propuestas y nuevamente acordaron modificaciones al texto modificado que tenía ante sí el Congreso. Hablando en plata, si tú me pides ahora que te entregue el texto de los lineamientos como quedaron te tengo que decir: “Ramy, no lo tengo”, porque el que yo tenía en mi comisión le hicieron un “ceremil” de cambios y sé que hubo en otras.
Yo estoy esperando que la Secretaría del Congreso termine de armar cómo quedó, según se fue modificando en cada una de las cinco comisiones, modificando, por cierto, con un debate muy rico, diverso, en el que se tomaron muchos acuerdos. En la mía yo recuerdo cuando no se aprobó el lineamiento, sino lo que proponía una provincia y ese es el que vale ahora. Ahora, tampoco eso termina ahí. Se crea una comisión para implementar esos lineamientos. Al mismo tiempo, en la información que se presentó al Congreso ahí se explicó lo que se hizo con todas las propuestas, en ese largo debate de cinco meses, hay algunas propuestas que no fueron incluidas ahora, no porque se rechacen, se consideró por la comisión que era mejor esperar un cierto tiempo, pero siguen vigentes, siguen siendo objeto de consideración.
Además de eso, no te olvides, que uno de los acuerdos del Congreso es convocar la Conferencia Nacional del Partido para el 28 de enero del próximo año. Esa Conferencia podrá introducir nuevos cambios, nuevos acuerdos, en particular en la dirección del Partido. La Conferencia va a estar concentrada en lo político, en el papel del Partido, en su carácter, en su estilo de trabajo, pero la Conferencia no es la autoridad legislativa del país, las leyes las aprobamos nosotros (la Asamblea Nacional).
MAR: ¿Y eso será para ahora, para el verano?
RAQ: Bueno, por lo menos vamos a empezar en el verano. No, estamos empezando ahora en el estudio de lo que vamos a hacer a partir del verano, de las normas que habrá que proponer y que adoptar en la Asamblea.
MAR: Una última pregunta, el rejuvenecimiento del Partido, un tema del cual se ha hablado mucho, ¿cuáles son las vías para rejuvenecer el Partido, tanto en su Comité Central como en el Secretariado como en el Buró Político?
RAQ: Raúl fue muy explícito en reconocer que había habido deficiencias serias en ese tema y en el de la mujer y el del negro y el mestizo en las posiciones de dirección, digamos. No se puede decir, porque no sería exacto realmente, esa idea que presenta alguna prensa internacional de los octogenarios dirigiendo. Búscame un octogenario dirigiendo el Partido o la Asamblea o el Gobierno en cualquier provincia de este país, búscame a uno, a ver si encuentras a uno sólo.
O sea, hay octogenarios, hay compañeros de cierta edad que continúan teniendo jerarquías altas, digamos, pero, bueno, ¿qué la vamos a hacer?, la Revolución tiene ya cincuenta y dos años, desde el principio una parte esencial de la política que promovió Estados Unidos pasaba por la liquidación física de los dirigentes cubanos, pero fracasaron. Como fracasaron estamos aquí muchos y qué vamos a hacer, ¿autodestruirnos, o sea, hacer lo que no pudo hacer la CIA? ¿Por qué? Porque eso no tiene ni pies ni cabeza… No hay por qué sacar del Comité Central a un octogenario sencillamente porque el imperio no pudo matarlo antes. No, que se fastidien. Pueden estar ahí algunos compañeros que tienen méritos históricos muy grandes y merecen todo el reconocimiento del Partido. Entonces viene el jueguito de los medios. En realidad estos compañeros tienen setenta y pico de años, tienen ochenta años y entonces cuando tú sacas el promedio de edad este sube.
Sí, pero ¿por qué no me hablan de los que tienen menos de cuarenta, o de los que tienen menos de cincuenta? ¿Por qué no me hablan de que la mayoría de los miembros del Comité Central nacieron después del triunfo de la Revolución? Ahora, ¿dónde está el problema? Igual ocurre con el negro, el mestizo y la mujer. En el caso de la mujer, yo creo que en este Congreso se avanzó bastante, en el actual Comité Central más del cuarenta por ciento, creo que el cuarenta y un por ciento son compañeras. En el caso de los negros y mestizos está más o menos como algunos dicen que es la proporción aquí, yo no tengo una idea clara exactamente de la estructura por el color de la piel, pero hace el treinta y un por ciento la suma de negros y mestizos. Me parece que en ambas categorías hay que subir, hay que seguir aumentando. Pero, bueno, te puedo asegurar, que yo presido el parlamento del planeta que tiene una proporción más alta de mujeres diputadas, creo que estamos en segundo lugar, nos gana un país escandinavo, países en que, por norma, tiene que ser la mitad, por lo tanto se obliga a los partidos a presentar la mitad de candidatos mujeres. El problema fundamental está no en aplicar una política de “tokens”, como dicen en Estados Unidos, sino de realmente promover por sus méritos y su capacidad personal a más mujeres, a más negros, a más mestizos, pero no para que estén presentes sino ver cómo tú los promueves para que asciendan hacia posiciones de liderazgo.
Fíjate, se ha hablado mucho, yo he estado siguiendo los medios, distintas apreciaciones sobre el Congreso, a mi juicio, yo pienso que a veces se pierde de vista lo fundamental. Yo diría que este Congreso es el Congreso de la unidad patriótica, de la confirmación de la unión de la nación cubana más allá del Partido, no es un Congreso del Partido. Desde el comienzo el Partido concibió que los documentos que él iba a aprobar fueran discutidos por todo el mundo. Yo recuerdo declaraciones de su Eminencia, el Cardenal Ortega en aquella etapa donde recomendaba a los católicos participar en ese debate que tuvo lugar en Cuba y lo hicieron, tenían todo el derecho y estaban convocados para eso.
Del Congreso sale a mi juicio un mensaje muy importante de unión entre todos los cubanos, más allá de las ideas filosóficas. El compañero Raúl en el Informe Central planteó un elemento a mi juicio muy importante, la referencia a la religiosidad, a la espiritualidad, sobre eso, en esta sociedad como en todas, hay una amplia gama, una diversidad de preferencias entre la gente, que hay que tomarlas en cuenta, que forman parte del entramado social nuestro. Y él se refirió específicamente al papel, a la función de las iglesias cristianas, la Iglesia Católica por una parte, respecto a la cual él rindió homenaje, él dijo que los laureles correspondían a su Eminencia el Cardenal con relación a un proceso que permitió la liberación de un grupo de personas que estaban detenidas en Cuba; reconoció el papel, muy importante, que el Consejo Nacional de Iglesias de Cuba, que agrupa a las iglesias evangélicas y protestantes y a los judíos, que también están asociados al Consejo, que desempañaron en la lucha por traer al niño Elián González a Cuba, pero además mencionó a la Comunidad Hebrea, a los musulmanes, a los budistas, a los espiritistas, a las religiones de origen africano, que son muy importantes y a todas ellas como llamándolos a todos los creyentes, a todos los miembros de esas denominaciones religiosas o comunidades, a la masonería, a las organizaciones fraternales tan importantes en la historia de Cuba, a la unidad, al trabajo conjunto por una nación que les pertenece a todos, no a los comunistas, a todos.
Otra cosa muy importante, que es una crítica que él hizo, y tiene que ver con esto, con relación a la tendencia basada en decisiones arbitrarias porque no hay ninguna norma que lo diga, a la hora de seleccionar, de designar personas para determinadas responsabilidades se buscaba al militante del Partido o de la Juventud, y él dejó muy claro y criticó a todas las organizaciones del Partido, que para lo único que hace falta la militancia es para ser elegido a cargos de dirección del Partido, lo cual es lógico, como que para ser obispo hay que ser sacerdote, bien. Ahora, para asumir cualquier responsabilidad en el Estado, en el Gobierno, en el Poder Popular, donde sea, a nadie le tienen que estar averiguando si es militante o no, lo que hay que averiguar es si es una gente decente, honesta, capaz y dispuesta a cumplir su responsabilidad.
MAR: Muchísimas gracias al doctor Ricardo Alarcón de Quesada, presidente del parlamento cubano y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.
Nota: El texto es una versión fiel, pero reducida de la entrevista exclusiva para Radio Progreso Alternativa. El audio íntegro de la misma será transmitido en el programa radial La tarde se mueve del miércoles 27 y del viernes 29 de abril.

Cuba: otros apuntes sobre el congreso
Ángel Guerra Cabrera
En mi entrega anterior (21/4) abordé el ambiente de democracia popular que hizo del sexto congreso del Partido Comunista de Cuba un encuentro de la nación cubana. En esta sintetizaré la política decidida en la reunión partidista, centrada en la actualización del modelo económico. Consiste en la erradicación del paternalismo, el igualitarismo y las concepciones idealistas en la organización de la sociedad. En cambios estratégicos en la economía, la política y la sociedad que permitan sostener y desarrollar la justicia social, la equidad y las libertades conquistadas por la revolución. Ello exige un modelo económico y social más solvente, eminentemente cubano, fuerte institucionalmente, adecuado a las necesidades, tradiciones y experiencias de la nación y a un entorno internacional extremadamente competitivo y volátil. El objetivo es fortalecer y perfeccionar el socialismo, decisión inequívoca del pueblo cubano. Los cambios están pensados para consolidar la economía, haciéndola mucho más eficiente y capaz de sacudirse de los embates de la crisis capitalista, con o sin bloqueo estadounidense.
El congreso decidió un plazo de cinco años al menos para desplegar en toda su complejidad el nuevo modelo económico y social, sin caer en la improvisación ni el apresuramiento, pero sin pausa. Resalta la descentralización de facultades, prerrogativas y decisiones hoy correspondientes a los órganos de gobierno nacionales que se trasferirán a las empresas estatales y administraciones locales. De la misma manera, la elevación del trabajo y su justa remuneración a la mayor jerarquía en la sociedad y, a la vez que una nueva y reforzada política tributaria, instrumentos centrales en la distribución de la riqueza social. Prevalecerá la planificación sobre el mercado pero sin dejar de poner atención a las tendencias de éste. Todo ello debe contribuir al desarrollo de la iniciativa y la responsabilidad personal como condición indispensable para romper los nudos que impiden el desarrollo de las fuerzas productivas.
Los medios fundamentales de producción continuarán como propiedad estatal de todo el pueblo, pero se ampliará considerablemente el campo a las formas de propiedad o gestión no estatales en numerosas producciones y servicios mediante un gran impulso al autoempleo y la microempresa; se elevará el límite de tierras ociosas que está permitido entregar en usufructo a particulares y cooperativas. La ampliación de actividades económicas fuera del ámbito estatal permitirá que el Estado deje de realizar funciones que hoy desvían su atención, concentrarse en elevar la eficiencia de la producción y los servicios básicos y crear un espacio para la reubicación de cientos de miles de trabajadores del sector público. La educación y la salud gratuitas y universales, la seguridad y la asistencia social, conquistas históricas de la revolución, continuarán dentro de la esfera estatal, que estará en mejores condiciones de elevar su calidad y continuo perfeccionamiento, logrando mejor servicio con menos gasto. Es el pueblo, la elevación de su nivel de vida, de sus valores éticos y políticos lo que anima este proceso.
La autonomía de las empresas y la descentralización del Estado son indispensables para potenciar la participación de los trabajadores en la gestión económica, comunitaria y estatal, logrando el nivel superior de democracia socialista requerido por este complejísimo programa de cambios. El alto nivel cultural y técnico de los cubanos podrá rendir ahora más y mejores frutos.
Igualmente, el éxito de este proceso depende de una elevación del papel dirigente del Partido Comunista, de un cambio en sus métodos y estilo de trabajo que exige deslindarlo de funciones gubernamentales. El poder del partido, señaló Raúl Castro, descansa básicamente en su autoridad moral, en la influencia que ejerce en las masas y en la confianza que el pueblo deposita en él. Con ese propósito está convocada para finales de enero próximo la conferencia nacional del partido, mandatada para revisar los estatutos y elegir nuevos miembros del Comité Central.

Actualización económica, perfeccionamiento político
por Randy Alonso Falcón
Con las ideas del pueblo, sus sugerencias e inquietudes, con el talento colectivo de la nación funcionando en pro de los mejores sueños, el Partido ha dado históricos pasos en su Congreso para actualizar el modelo económico y social cubano.
Las raíces de este necesario e impostergable empeño están en el proceso de debate transparente y democrático que tuvo lugar a fines de 2007, con la discusión en núcleos partidistas, centros de trabajo y barrios, del discurso de Raúl el 26 de julio de ese año en Camagüey. Un aluvión de propuestas, interrogantes e insatisfacciones emergió de aquella convocatoria.
Fue base importante, junto a la compleja realidad que vivimos, con la que trabajaron economistas, especialistas y la dirección del país para llegar al Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, elemento central de la estrategia de la nación para enfrentar los actuales desafíos internos y los que el persistente bloqueo y la crisis económica internacional nos plantean.
No se trataba de una negación del camino recorrido, sino de una autocrítica franca y salvadora; no se abdicaba de esencias y principios, más bien se reafirmaban y enriquecían con los retos y las experiencias de estos tiempos.
Con sentido leninista y fidelista se convocó nuevamente al pueblo a ser protagonista de la toma de decisiones de gobierno. Se llamaba a un extraordinario ejercicio colectivo de búsqueda de ideales comunes sobre los destinos de la Patria.
En El Estado y la Revolución Lenin advertía que la construcción del socialismo estaba asociado necesariamente al papel decisivo y creciente de las masas populares, ante todo de las trabajadoras, en la dirección de la sociedad. Fidel, desde el comienzo mismo del proceso revolucionario, dotó al pueblo de poderosas organizaciones de masas para la participación activa en la construcción socialista y no vaciló en convocar a los parlamentos obreros y estudiantiles en 1994, cuando el país necesitó adoptar decisiones medulares en los momentos más difíciles del Periodo Especial.
Al valorar el nuevo ejercicio democrático ante los diputados a la Asamblea Nacional, el 18 de diciembre de 2010, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro, señalaba: “…el verdadero congreso será la discusión abierta —como ya se está efectuando— y franca con los militantes y todo el pueblo de sus enunciados, los que en un genuino ejercicio democrático, permitirá enriquecerlos, al tiempo que, sin excluir opiniones divergentes, logremos la conformación de un consenso nacional acerca de la necesidad y la urgencia de introducir cambios estratégicos en el funcionamiento de la economía, con el propósito de hacer sustentable e irreversible el Socialismo en Cuba”.
Casi 9 millones de personas participaron en el debate, desde los jóvenes bachilleres hasta los jubilados (algunos tomaron parte en más de una reunión), y más de tres millones de planteamientos fueron recogidos en un proceso que se extendió por tres meses. El Partido consolidó su liderazgo social y su capacidad de diálogo con el pueblo. Importantes contribuciones se hicieron al Proyecto de Lineamientos, que se enriqueció con la sapiencia y práctica popular. Más de dos tercios de los acápites sufrieron modificaciones antes de ser presentados al cónclave de los comunistas cubanos.
El Congreso terminó de darle forma al documento de los lineamientos y refrendó un camino de actualización de nuestra economía, con la participación de diversos actores, más flexibilidad y descentralización, mayor capacidad decisoria en los cuadros y las estructuras de dirección, un fortalecimiento del sistema tributario y de las herramientas legales, pero con la planificación como timonel, la empresa estatal socialista como protagonista principal y la justicia social como aspiración suprema permanente.
Es un sendero renovador el que comenzamos a transitar, aunque con algunos precedentes significativos en las últimas dos décadas. Un cambio de mentalidad en todos los órdenes y componentes sociales y un perfeccionamiento del accionar de las estructuras políticas y gubernamentales son imprescindibles para hacer triunfar el programa económico y social del que nos hemos dotado.
Como se señala en el Informe Central al Sexto Congreso —enraizado en el histórico discurso de Fidel el 17 de noviembre de 2005—: “Estamos convencidos de que lo único que puede hacer fracasar a la Revolución y el socialismo en Cuba, poniendo en riesgo el futuro de la nación, es nuestra incapacidad para superar los errores que hemos cometido durante más de 50 años y los nuevos en que pudiéramos incurrir”.
De ahí la importancia de la convocatoria a la Conferencia Nacional del Partido para enero del 2012. Los pasos audaces y pensados en la economía tienen que ir acompañados de un trabajo político e ideológico fortalecido, también renovado y flexible, adecuado a los tiempos actuales, a los nuevos medios y tecnologías, al lenguaje y las aspiraciones de todas las generaciones de cubanos y especialmente de las más jóvenes, herederas y continuadoras de la obra.
El Partido encabezará esa batalla mirándose por dentro, enfrentando superficialidades y formalismos en su labor política, buscando adecuar su relación con el Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones de masas a su función de vanguardia política, potenciando su papel como exponente máximo de las aspiraciones e intereses del pueblo y la nación cubanos.
Ese es un combate también de todos los que creemos en la justeza de la Revolución, en la emancipación verdadera del hombre y en el deber de continuar con ruedas del siglo XXI la caravana triunfal que encabezó Fidel desde el 1 de enero de 1959. A nuestras armas de la unidad, la disciplina, la exigencia, la racionalidad, la participación social y la creatividad, hay que darles filo todos los días.

Médicos cubanos engañados terminan en Miami sin residencia ni licencia de trabajo
Jean-Guy Allard
Médicos cubanos alentados a abandonar su misión internacionalista para establecerse en Estados Unidos, chocan con la burocracia de la Inmigración norteamericana que entrega con parcimonia los documentos de residencia sin los cuales ni pueden solicitar el acceso a las corporaciones profesionales que rigen los permisos de trabajar, reporta la prensa de Miami.
El último pretexto que deben enfrentar los abogados de inmigración que venden sus servicios a los candidatos a la inmigración es que sus clientes pertenecieron a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), al Partido Comunista o a organizaciones afiliadas, algo perfectamente normal en la Isla, pero que en Estados Unidos —país que pretende representar la libertad— es asimilado a una actividad delictiva.
Los médicos que se hicieron prometer una vida próspera en cambio de un abandono de sus tareas humanitarias en uno de los numerosos países donde Cuba es presente en el campo de la salud, esperaban ser recibidos con grandes ventajas migratorias bajo un programa aprobado por la administración Bush en el 2006.
Según confiesa con cinismo el Nuevo Herald de Miami, este programa fue concebido no para ayudar a los médicos sino “como una forma de socavar la diplomacia médica de Cuba”.
El diario omite explicar que el programa llamado Parole para Profesionales Médicos Cubanos (CMPP, por sus siglas en inglés), es una operación instaurada en Estados Unidos en 2006 por la inteligencia norteamericana bajo cobertura de un grupo de Miami vinculado al terrorismo contra Cuba.
Además del “bloqueo” que enfrenten de parte del implacable Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), los cubanos desertores se desesperan con las dificultades que enfrentan para revalidar sus credenciales médicas en los Estados Unidos, las corporaciones profesionales encargándose de obstaculizar el flujo de galenos, todos competidores en un mundo donde la salud es un negocio más.
Cómplice de esta operación en la cual el gigante del capitalismo roba profesionales en un país del tercer mundo, la representante federal cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del poderoso Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes en Washington y estrechamente asociada a la mafia cubano americana, dijo que proyecta “investigar el asunto”.
“Voy a ponerme en contacto con las autoridades de inmigración para saber más de este problema porque hasta ahora sólo tengo anécdotas de parte de familias afectadas por esta barrera”, indicó Ros-Lehtinen en un mensaje electrónico a El Nuevo Herald, en el cual usa contra Cuba su habitual retórica de extrema derecha.
Las tarjetas de residencia permanente son esenciales en una Florida racista que reclama leyes que multiplican los controles a inmigrantes.
El “programa” CMPP realizado en complicidad con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) está manejado en Miami por la Fundación Nacional Cubano Americana, creada por estos mismos servicios y que asoció durante años a las actividades del terrorista internacional Luis Posada Carriles. El comité paramilitar de la FNCA tiene un importante historial de acciones terroristas.
Según las reglas de las corporaciones profesionales de EEUU, un médico cubano que cede ante la manipulación y que se encuentra en EEUU una vez obtenidos sus papeles de inmigración, tiene que esperar más de cinco años, además de realizar distintas pruebas. antes de tener una posibilidad de trabaja en un mercado donde existe una feroz competencia para conseguir un puesto de trabajo.
Miles de médicos de todas procedencias se aparecen anualmente en EEUU alentados por un “sueño americano” seriamente hipotecado por una crisis económica aguda.

Silvio Rodríguez: “La voz de la Revolución cubana es Fidel”
(En vísperas de la visita de Silvio Rodríguez a los Estados Unidos, Judy Cantor-Navas, reportera de la revista de música Billboard, le hizo la siguiente entrevista que el cantautor reprodujo en su blog Segunda Cita y ha sido muy poco divulgada.)
Judy Cantor-Navas
Billboard Magazine
¿Por qué le parece importante tocar en los Estados Unidos, después de todo este tiempo y después de las barreras que se han puesto para usted y otros artistas cubanos? ¿Qué significa para Ud. personalmente, profesionalmente, y quizás, para la música cubana en general y, más allá, para las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos?
—Por los Estados Unidos ha pasado prácticamente toda la música del mundo. Me veo como un músico más, de tantos que han ido por allá. Cuando yo era joven dibujaba historietas y uno de mis referentes era la revista MAD. No sé si será posible encontrar ejemplares de principios de los 60, cuando esa revista contaba con un fabuloso equipo de ilustradores como Jack Davis, Don Martin y Wallace Wood. Entre ellos también estaba Prohías, un cubano genial. Nunca fui a la costa del oeste y siento curiosidad por conocer esa zona, que fue parte de México. He escrito dos discos donde aparecen ángeles y me gustaría conocer la ciudad que se llama así. A nivel político entre los dos países, veo mi visita como un paso de avance, porque hacía 30 años que no me daban visa. Ojalá las relaciones avancen siempre en la dirección del respeto mutuo.
—¿Aquí en los Estados Unidos, se ve el hecho de que el gobierno norteamericano ha otorgado un visado a Silvio Rodríguez de manera muy simbólica —es decir, aunque hemos disfrutado de los conciertos de otros músicos cubanos últimamente, su gira es la que ´rompió el hielo´ de manera definitiva. ¿Aparte del deseo propio de hacer esta gira, Ud. siente una responsabilidad de ‘abrir caminos’ para otros músicos y artistas cubanos en los Estados Unidos?
—No sé hasta qué punto eso podrá ser cierto, porque últimamente han viajado algunas orquestas, jazzistas e incluso trovadores. Pienso en Los Van-Van, en La Charanga Habanera, en Roberto Carcassés, en Carlos Varela. Hoy salió que le habían otorgado la visa al grupo Mezcla, de Pablo Menéndez, un norteamericano que vive en Cuba hace 40 años. Me parece muy bien que esto pase y también me gustaría mucho que los músicos norteamericanos fueran a Cuba más a menudo.
—¿Le parece injusto que los artistas cubanos no pueden ser pagados para sus conciertos de manera normal y corriente bajo la ley de los Estados Unidos?
—Por supuesto que me parece injusto. Y todavía me parece más injusto que los cubanos no podamos usar lo que hemos ganado con trabajo honrado, porque si un banco norteamericano comprueba que resides en Cuba, confisca tu dinero en dólares, aunque no lo hayas ganado en los Estados Unidos.
—¿Durante las últimas décadas el embargo de los Estados Unidos ha afectado su carrera de manera directa? (De manera económica o artística)
—Hace 20 años yo impulsé la creación de tres estudios de grabación. Para hacerlos ayudé con lo que había ganado en conciertos fuera de Cuba. En aquel momento pudimos traer algún equipamiento de Inglaterra y de otros lugares de Europa. Después, cuando quisimos comprar piezas, resultó que muchas eran norteamericanas y se negaron a vendérnoslas, por miedo a sanciones económicas. Si un cubano compra un software norteamericano se lo venden, pero cuando necesita actualizarlo le sale un cartel que dice que las leyes de los Estados Unidos no lo permiten. Este año sólo podrán entrar dos alumnos de piano en cada escuela de música cubana y, en algunas, sólo uno. Eso es por los ajustes económicos que nos impone el bloqueo. Hay un tipo de sillas de ruedas para niños discapacitados que no podemos comprar directamente, por ser patentes norteamericanas. Pagarle a otros para que nos las compren nos duplica o triplica el coste. Cualquiera en mi país tiene mil historias parecidas sobre el bloqueo.
—Parece que esta nueva apertura para los músicos cubanos en los Estados Unidos (no como otras veces) puede seguir para el futuro predecible. ¿Cómo piensa que este intercambio puede afectar a la música cubana a largo plazo (en términos de ser más influenciados por la música americana por ejemplo)?
La música cubana ha demostrado ser indeleble, porque ha tenido muchas influencias y siempre ha conservado su esencia. Cuando el trío Matamoros estuvo grabando en New Jersey, en los años 30, absorbieron influencias armónicas, pero su son siguió siendo son. Cuando llegaron las Jazz Band a Cuba, Pérez Prado las puso a tocar mambo y Benny Moré las puso a tocar montunos. El blues influyó también al bolero cubano, pero nunca lo descaracterizó. Yo creo que es bueno que las músicas se junten porque de esos contactos siempre salen cosas interesantes. Gillespie decía que Chano Pozo le puso rumba al jazz norteamericano.
—Su canciones tienen cada una su propia mensaje, ¿Pero cuál es el mensaje general que quisiera transmitir a las audiencias estadounidenses durante esta gira?
—Realmente no me planteo esta visita en términos de un mensaje especial. No creo ser un arquetipo artístico, mucho menos político. De las muy variadas formas de música que se hacen en Cuba, yo hago trova, que es como decir una canción poética. Y dentro de la trova, me veo como uno de los muchos que hubo y que hay. Si he logrado cierta voz propia es porque he trabajado duro y he tratado de superarme, como lo hacen muchos otros artistas. Quizá me gustaría que pensaran que soy un vecino que viene a compartir su espíritu; alguien que viene con sentimientos de amistad y espera lo mismo.
—¿Después de los años, y de todas las experiencias de su carrera y su país, sigue creyendo que un mundo mejor es posible, y que la música tiene el poder de cambiar las cosas?
— La música y la poesía no tienen tanto poder como uno pudiera imaginar a los 20 años. Pero sin dudas tampoco son nulas o inútiles. La poesía y la música pueden ser muy influyentes en la conducta humana, porque pueden ser reveladoras, lo mismo a nivel cognoscitivo que a nivel sensorial. El arte mejora a las personas, de eso no tengo dudas, y son las personas las que pueden cambiar el mundo. Hay que dar mucho arte a la gente, para que las personas estén lo mejor inspiradas a la hora de tomar decisiones. De esta forma un mundo mejor estará más cerca de ser posible.
—¿Tiene recuerdos de un momento específico en el cual sentía el poder de una canción?
—Una canción que escuché en una película, hace 10 años, me hizo dejar de fumar. Una canción mía consiguió que convirtieran en museo a un tren que estaba abandonado en un suburbio de una ciudad.
—Ud. tiene su propio estudio de grabación, Estudios Ojalá. ¿Cómo funciona el estudio, qué tipo de actividad suelen tener allí? ¿Se limita al proyectos suyos, o es un estudio abierto a otros músicos?
—Ojalá se construyó en las dos habitaciones superiores de una pequeña casa. Yo aporté la tecnología y los instrumentos y el estado financió la remodelación. Yo lo dirijo, pero los estudios son propiedad estatal, como casi todo en Cuba. Hace sólo dos días Omara Portuondo y Chucho Valdés estaban grabando su segundo disco juntos. El primero también lo grabaron allí. A Chucho le gusta nuestro piano, un Steinway & Son que trajimos de Hamburgo. En él se grabó la integral de piano de Harold Gramatges, cuando aún vivía. Leo Brouwer grabó una parte de “Homo Ludens” con nosotros. Más del 60% de las grabaciones que hacemos son donaciones. Hemos podido ayudar a alumnos de las escuelas de música que necesitan enviar demos a los concursos; también a trovadores sin casas disqueras, o a intérpretes que nunca habían grabado un disco. Nuestro estudio se llama Ojalá, también por ser alternativo.
—¿Qué efecto le parece que ha tenido la creación de más estudios de grabación y el acceso a nueva tecnología de grabación en la última década ha tenido sobre el sonido de la música cubana?
—Aunque el acceso a las nuevas tecnologías no lo hemos tenido fácil, el beneficio que veo es el hecho de que existan todas esas grabaciones que hemos podido hacer. Entre ellas hay algunos premios Granmys, y también premios de Cubadisco, grabados lo mismo en los estudios Abdala que en los estudios Eusebio Delfín (de la ciudad de Cienfuegos), o en los estudios Ojalá. Cuando dentro de 100 años alguien escuche grabaciones de estos tiempos, algunas serán las que hicimos nosotros. Estos resultados son para mí el mejor premio, porque yo perdí muchas canciones por no tener cómo grabarlas.
—Acaba de empezar la feria Cubadisco….¿le parece que esta nueva apertura de los Estados Unidos a los artistas cubanos puede impactar positivamente a la música cubana? Por otro lado, le gustaría ver a más artistas americanos tocando y grabando en la Habana? ¿Le parece que esto seria posible en un futuro próximo?
—Entre los músicos norteamericanos y los cubanos siempre ha existido admiración e incluso apoyo. Cuando a fines de la década del 70 ocurrió el Havana-Jam, ellos dejaron una mesa de sonido que la Empresa de grabaciones de Cuba (EGREM) usó durante años. Mucho después, cuando estábamos haciendo las primeras grabaciones en Ojalá y en Abdala, tuvimos a un entusiasta colaborador norteamericano, el ingeniero de sonido John Fausty, que nos enseñó secretos de la tecnología que acabábamos de adquirir. Ojalá aprueben que los norteamericanos puedan viajar normalmente a Cuba, eso incrementaría mucho los contactos y creo que ambas partes nos beneficiaríamos.
—Ud. acaba de estrenar su propio blog —por qué escribir un blog?
—Lo hice porque estaba de visita en el blog de un trovador venezolano y vi un letrero que decía ¿quiere hacer un blog? Me metí y cuando vine a ver tenía un blog propio. Yo no sabía muy bien en qué consistía y me he ido dando cuenta poco a poco. Lo lamentable es que a veces, por el trabajo, pasan días y no hay tiempo de escribir nada. Uno trata de decir cosas que tengan sentido, pero sin exagerar, porque entiendo que el blog es un lugar para estar en confianza, como entre amigos. Es un lugar donde uno puede jugar a Dios, porque puede poner y quitar lo que decida. Yo no he sido capaz de suprimir ni un solo comentario adverso, que los hay. He resultado ser un diosito bastante democrático.(*)
—En su último disco, hay reflexiones sobre la realidad cubana actual. Muchas veces se le ha descrito a usted como “La voz de la revolución” cubana —¿se siente cómodo con esta descripción?
—Para nada. La voz de la Revolución cubana es Fidel. Y, cantando, lo fue Carlos Puebla. Yo comparto los principios que fundamentaron la Revolución. O sea, la respeto y podría decir que la siento como parte entrañable, porque me hice hombre aprendiendo de la Revolución. Fui miliciano con 14 años, cuando el desembarco por Bahía de Cochinos. Con 30 partí a ayudar a los angoleños, cuando la Sudáfrica del apartheid los invadió. Esas vivencias me dictaron canciones de combate, pero si Ud. revisa mi repertorio no encontrará loas adulatorias ni fanatismo. Nunca he tratado de escribir panfletos políticos; el gusto que tengo por la poesía no me lo permite. Me siento comprometido con la dignidad de mi pueblo, que ha pasado mucho sin doblegarse. Y también tengo un espíritu bastante autocrítico.
—He leído que tocó en Nueva York por última vez en 1978. ¿Bajo qué circunstancias se organizó ese concierto?
—Lo organizaron las brigadas “Antonio Maceo” (jóvenes cubanos que cuando niños fueron llevados a los Estados Unidos) y “Venceremos” (norteamericanos amigos de Cuba). Fue en Broadway, en un teatro llamado Minskof, que en julio de 1978 estaba acabado de remozar. El auditorio estaba completamente lleno y el público pedía canciones por sus títulos. Yo no entendía cómo eso podía estar pasándome en los Estados Unidos. Año y medio después, en febrero de 1980, volví a cantar en Nueva York, en la Brooklyn Academy of Music. Esta vez iba con Pablo Milanés. Fue una noche en que nevaba mucho y eso nos retrasó dos horas. Nos llevamos una gran sorpresa cuando llegamos, pasadas las 11, y descubrimos que el teatro lleno aún nos esperaba.
—¿Con cuál artista americano le gustaría compartir el escenario? ¿Habrá posibilidad de que se verá algún invitado en el escenario en Carnegie Hall?
—Conozco a Barbara Dane, que hace 40 años publicó el primer disco de mi generación en los Estados Unidos, en un sello llamado —imagínese— Paredón Records. Conozco a David Byrne, que hace 20 años tuvo la gentileza de publicar una antología de mis canciones. También conozco a Pete Seeger y a Harry Belafonte, de quienes guardo enseñanzas inolvidables. Lo cierto es que no me gusta estar molestando a las personas. Así que lo más probable es que cante con mis compañeros, que también son muy buenos músicos. Se trata del trío de cuerdas pulsadas Trovarroco, el baterista y percusionista Oliver Valdés, y la flautista y clarinetista Niurka González. No se los pierda, que son muy buenos.
19 de mayo de 2010.
(*) A partir de agosto o septiembre de 2010 tuve que monitorear el blog, por el carácter soez de algunas manifestaciones. (SRD)
De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.
Responsables de esta edición de Voz 65: 
Yuri Aguilar Dávalos
y Remberto Cárdenas Morales


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