miércoles, 25 de enero de 2012

Voz 91

Voz
La Paz (Bolivia), 25 de enero de 2011          Año II          No. 91

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio


Índice
Enfrentemos campaña que busca desacreditar la Revolución Cubana
Reflexiones del compañero Fidel
La genialidad de Chávez
Fidel Castro Ruz
Reflexiones del compañero Fidel
La fruta que no cayó
Fidel Castro Ruz
Editorial de Granma
Las verdades de Cuba
Declaración de la Directora de América del Norte del MINREX
En Cuba el ser humano es lo más valioso
Josefina Vidal, directora del departamento de América del Norte de la Cancillería
Denuncian uso de dinero del Estado español contra Cuba
La pupila de un cubano en La Higuera
José Martí y sus 159 años de nacimiento
Gustavo Zelaya
  
Enfrentemos campaña que busca desacreditar la Revolución Cubana
La muerte de un recluso que cumplía una pena ordenada por un juez en Santiago de Cuba ha desencadenado una campaña que empezó con afirmaciones de políticos de la derecha de Estados Unidos, España y Chile.
En esta edición de Voz 91 entregamos información y apreciaciones sobre ese lamentable deceso, entre otros materiales, un editorial del diario cubano Granma, cuyos datos indispensables resumimos aquí:
 “El denominado ‘preso político’ —dice el diario cubano respecto de ese muerto— cumplía una sanción de privación de libertad de 4 años, tras un proceso justo durante el cual estuvo en libertad y de un juicio conforme a derecho, por haber golpeado brutalmente y en público a su esposa, agredir a los policías y resistirse violentamente a la detención.
Esta persona murió a causa de un fallo multiorgánico asociado a un proceso respiratorio séptico severo, a pesar de haber recibido toda la atención médica necesaria, incluidos los medicamentos y el tratamiento especializado, en la sala de cuidados intensivos del principal centro hospitalario de Santiago de Cuba”. Hasta aquí la cita de Granma.
Lo cierto es que contra Cuba, desde los gobiernos conservadores y contrarrevolucionarios, con los medios de difusión como correas de transmisión, se libra una guerra mediática que tiene como técnica la mentira, entre tantas otras.
Incluso se “fabrican” hechos. En el caso que nos ocupa el reo que murió, como consecuencia de una severa enfermedad, ha sido convertido en “preso político” y en vez de señalar las dolencias que sufrió y que acabaron con su vida, a pesar de la asistencia médica, esos “mastodontes” de la noticia aseguran que el reo sentenciado sostuvo una huelga de hambre por 50 días la que acabó con sus días.
Y esas mentiras que circulan por el mundo tienen como propósito que se las crea como si fueran verdades. Ante las mentiras, difundidas y amplificadas, se sabe que los lectores poco atentos o los que todavía ven con recelos infundados a la Revolución Cubana toman como verdad aquellas mentiras. Esas mentiras incluso buscan sembrar dudas entre los amigos del socialismo en Cuba.
Sin embargo, esas mentiras no consiguen los estragos que persiguen, pero causan daño, cuyos alcances en parte dependen de lo que seamos capaces de hacer los que de veras somos solidarios con la Revolución de la Mayor de las Antillas.
En Bolivia, para hablar de lo que mejor conocemos, es necesario decir que la mayoría de los medios, todos los días y en distinto grado, censuran, se autocensuran, dicen medias verdades, manipulan y matan a la verdad o lo intentan. Todo aquello para subinformar y desinformar, para desideologizar y reideologizar, para despolitizar y repolitizar.
Por ello, a pesar de las limitaciones materiales que dificultan nuestro trabajo, tenemos que anteponer la verdad de Cuba a la mentira de sus enemigos (los que también son de nuestros pueblos).
Y debemos estar avisados de que los enemigos de Cuba y su Revolución sostienen campañas multiformes en contra de la nueva sociedad de la Isla. De nuestra parte esas campañas tienen que ser respondidas con una contracampaña. Más aún: sobre Cuba de manera constante debemos informar verazmente, ayudar a que el pueblo se comunique, opinar con responsabilidad y opinar con ética.
Al fin de cuentas la mentira sobre aquel delincuente sentenciado, que murió por enfermedad, son parte de una guerra que se sostiene desde los medios contra Cuba.
Esa guerra debe ser contrarrestada con la lucha de ideas, propuesta especialmente por Fidel, la que tiene que ser una de nuestras actividades cotidianas, y sin “secretismos”, como propone Raúl Castro, presidente de Cuba.
Aumentan los medios, especialmente virtuales, que hacen suya la causa de Cuba, pero los esfuerzos que realicemos en esta materia deben adquirir un desarrollo sistemático. Para lo que debemos utilizar una ventaja irrebatible: lo que digamos de Cuba, siempre, debe ser reflejar la realidad, es decir, tenemos que informar lo que sucede en Cuba y no sólo los buenos resultados sino también los reveses. Debemos comunicar esos éxitos y fracasos, es decir, tenemos que buscar la retroalimentación: enviar mensajes horizontales que provoquen la respuesta democrática. Los éxitos y contratiempos, luego o al mismo tiempo de ser difundidos, debemos valorarlos, esto es, que opinemos sobre ellos, con la responsabilidad que aconseja la comunicación, herramienta humana cuyo ejercicio requiere una suficiente calificación profesional. Los avances y las frustraciones de Cuba tienen que ser analizados con ética, para ello es necesario contextualizar, explicar, organizar y proyectar esos avances y esas frustraciones.
Los enemigos de la Revolución Cubana y los medios de difusión a su servicio, propagan esas mentiras —que allí no se respeta la vida de la gente, que es el principal derecho humano— con el propósito de ensombrecer a una gesta inagotable.
Para contrarrestar tamaña desinformación, tenemos argumentos indestructibles que nos pueden ayudar a demostrar que en Cuba los reos, por ejemplo, perciben los salarios que cobraban antes de la condena que purgan en las prisiones. Asimismo, los otros derechos, como el de recibir gratuitamente atención médica, es igual para todos, por eso el reo muerto fue atendido en el más importante hospital de Santiago de Cuba.
En el editorial de Granma, que va en las páginas de esta entrega de Voz, se muestra que la campaña contra Cuba se inicia en países, como Estados Unidos, en el que la vida de los ciudadanos empobrecidos, negros e inmigrantes poco o nada importa. Allí, además, se aplica la pena capital y la conmutación de esa pena casi nunca se practica, así como existen penas inhumanas como dos cadenas perpetuas y años adicionales, con las que se castiga a Ramón, uno de los Cinco héroes cubanos los que, en realidad, son presos políticos del imperio.
El desprecio por la vida humana es una conducta permanente en Estados Unidos y los militares suyos que invaden países y pueblos, especialmente en Afganistán e Irak, ultrajan incluso a los muertos que resisten esas invasiones, lo que prueba nuestra afirmación. Desprecio por la vida de la gente que rechaza las invasiones yanquis y que lucha por la independencia de sus países y pueblos.
La destrucción de las mentiras contra Cuba es una tarea gigantesca, pero esa es otra lucha que debemos emprender. La solidaridad con la Isla y su pueblo hermano comprende la lucha contra las mentiras anticubanas, como la que comentamos.
En tierras bolivianas estamos convocados, pues, a ubicarnos en la primera línea para librar campañas que busquen informar con veracidad, ayudar a la comunicación entre el pueblo, a opinar con responsabilidad e interpretar con ética de y sobre la Revolución Cubana y su pueblo.

Reflexiones del compañero Fidel
La genialidad de Chávez
El presidente Chávez presentó ante el Parlamento de Venezuela su informe sobre la actividad realizada en 2011 y el programa a ejecutar en el año actual. Después de cumplir rigurosamente las formalidades que demanda esa importante actividad, habló en la Asamblea a las autoridades oficiales del Estado, a los parlamentarios de todos los partidos, y a los simpatizantes y adversarios que el país reúne en su acto más solemne.
El líder bolivariano fue amable y respetuoso con todos los presentes como es habitual en él. Si alguno le solicitaba el uso de la palabra para alguna aclaración, le concedía de inmediato esa posibilidad. Cuando una parlamentaria, que lo había saludado amablemente igual que otros adversarios, solicitó hablar, interrumpió su informe y le cedió la palabra, en un gesto de gran altura política. Llamó mi atención la dureza extrema con que el Presidente fue increpado con frases que pusieron a prueba su caballerosidad y sangre fría. Aquello constituía una incuestionable ofensa, aunque no fuese la intención de la parlamentaria. Sólo él fue capaz de responder con serenidad al insultante calificativo de “ladrón” que ella utilizó para juzgar la conducta del Presidente por las leyes y medidas adoptadas.
 Después de cerciorarse sobre el término exacto empleado, respondió a la solicitud individual de un debate con una frase elegante y sosegada “Águila no caza moscas”, y sin añadir una palabra, prosiguió serenamente su exposición.
Fue una prueba insuperable de mente ágil y autocontrol. Otra mujer, de incuestionable estirpe humilde, con emotivas y profundas palabras expresó el asombro por lo que había visto e hizo estallar el aplauso de la inmensa mayoría allí presente, que por el estampido de los mismos, parecía proceder de todos los amigos y muchos de los adversarios del Presidente.
Más de nueve horas invirtió Chávez en su discurso de rendición de cuentas sin que disminuyera el interés suscitado por sus palabras y, tal vez debido al incidente, fue escuchado por incalculable número de personas. Para mí, que muchas veces abordé arduos problemas en extensos discursos haciendo siempre el máximo esfuerzo para que las ideas que deseaba trasmitir se comprendieran, no alcanzo a explicarme cómo aquel soldado de modesto origen era capaz de mantener con su mente ágil y su inigualable talento tal despliegue oratorio sin perder su voz ni disminuir su fuerza.
La política para mí es el combate amplio y resuelto de las ideas. La publicidad es tarea de los publicistas, que tal vez conocen las técnicas para hacer que los oyentes, espectadores y lectores hagan lo que se les dice. Si tal ciencia, arte o como le llamen, se empleara para el bien de los seres humanos, merecerían algún respeto; el mismo que merecen quienes enseñan a las personas el hábito de pensar.
En el escenario de Venezuela se libra hoy un gran combate. Los enemigos internos y externos de la revolución prefieren el caos, como afirma Chávez, antes que el desarrollo justo, ordenado y pacífico del país. Acostumbrado a analizar los hechos ocurridos durante más de medio siglo, y de observar cada vez con mayores elementos de juicio la azarosa historia de nuestro tiempo y el comportamiento humano, uno aprende casi a predecir el desarrollo futuro de los acontecimientos.
Promover una Revolución profunda no era tarea fácil en Venezuela, un país de gloriosa historia, pero inmensamente rico en recursos de vital necesidad para las potencias imperialistas que han trazado y aún trazan pautas en el mundo.  
Líderes políticos al estilo de Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez, carecían de cualidades personales mínimas para realizar esa tarea. El primero era además, excesivamente vanidoso e hipócrita. Oportunidades tuvo de sobra para conocer la realidad venezolana. En su juventud había sido miembro del Buró Político del Partido Comunista de Costa Rica. Conocía muy bien la historia de América Latina y el papel del imperialismo, los índices de pobreza y el saqueo despiadado de los recursos naturales del continente. No podía ignorar que en un país inmensamente rico como Venezuela, la mayoría del pueblo vivía en extrema pobreza. Los materiales fílmicos están en los archivos y constituyen pruebas irrebatibles de aquellas realidades.
Como tantas veces ha explicado Chávez, Venezuela durante más de medio siglo fue el mayor exportador de petróleo en el mundo; buques de guerra europeos y yankis a principios del siglo XX intervinieron para apoyar un gobierno ilegal y tiránico que entregó el país a los monopolios extranjeros. Es bien conocido que incalculables fondos salieron para engrosar el patrimonio de los monopolios y de la propia oligarquía venezolana.
A mí me basta recordar que cuando visité por primera vez a Venezuela, después del triunfo de la Revolución, para agradecer su simpatía y apoyo a nuestra lucha, el petróleo valía apenas dos dólares el barril.
Cuando viajé después para asistir a la toma de posesión de Chávez, el día que juró sobre la “moribunda Constitución” que sostenía Caldera, el petróleo valía 7 dólares el barril, a pesar de los 40 años transcurridos desde la primera visita y casi 30 desde que el “benemérito” Richard Nixon había declarado que el canje metálico del dólar dejaba de existir y Estados Unidos comenzó a comprar el mundo con papeles. Durante un siglo la nación fue suministradora de combustible barato a la economía del imperio y exportadora neta de capital a los países desarrollados y ricos.
¿Por qué predominaron durante más de un siglo estas repugnantes realidades?
Los oficiales de las Fuerzas Armadas de América Latina tenían sus escuelas privilegiadas en Estados Unidos, donde los campeones olímpicos de las democracias los educaban en cursos especiales destinados a preservar el orden imperialista y burgués. Los golpes de Estado serían bienvenidos siempre que estuvieran destinados a “defender las democracias”, preservar y garantizar tan repugnante orden, en alianza con las oligarquías; si los electores sabían o no leer y escribir, si tenían o no viviendas, empleo, servicios médicos y educación, eso carecía de importancia siempre que el sagrado derecho a la propiedad fuese sostenido. Chávez explica esas realidades magistralmente. Nadie conoce como él lo que ocurría en nuestros países.
Lo que era todavía peor, el carácter sofisticado de las armas, la complejidad en la explotación y el uso del armamento moderno que requiere años de aprendizaje, y la formación de especialistas altamente calificados, el precio casi inaccesible de las mismas para las economías débiles del continente, creaba un mecanismo superior de subordinación y dependencia. El Gobierno de Estados Unidos, a través de mecanismos que ni siquiera consultan a los gobiernos, traza pautas y determina políticas para los militares. Las técnicas más sofisticadas de torturas se trasmitían a los llamados cuerpos de seguridad para interrogar a los que se rebelaban contra el inmundo y repugnante sistema de hambre y explotación.
A pesar de eso, no pocos oficiales honestos, hastiados por tantas desvergüenzas, intentaron valientemente erradicar aquella bochornosa traición a la historia de nuestras luchas por la independencia.
En Argentina, Juan Domingo Perón, oficial del Ejército, fue capaz de diseñar una política independiente y de raíz obrera en su país. Un sangriento golpe militar lo derrocó, lo expulsó de su país, y lo mantuvo exiliado desde 1955 hasta 1973. Años más tarde, bajo la égida de los yankis, asaltaron de nuevo el poder, asesinaron, torturaron y desaparecieron a decenas de miles de argentinos, y no fueron siquiera capaces de defender el país en la guerra colonial contra Argentina que Inglaterra llevó a cabo con el apoyo cómplice de Estados Unidos y el esbirro Augusto Pinochet, con su cohorte de oficiales fascistas formados en la Escuela de las Américas.
En Santo Domingo, el Coronel Francisco Caamaño Deñó; en Perú, el General Velazco Alvarado; en Panamá, el General Omar Torrijos; y en otros países capitanes y oficiales que sacrificaron sus vidas anónimamente, fueron las antítesis de las conductas traidoras personificadas en Somoza, Trujillo, Stroessner y las sanguinarias tiranías de Uruguay, El Salvador y otros países de Centro y Sur América. Los militares revolucionarios no expresaban puntos de vista teóricamente elaborados en detalles, y nadie tenía derecho a exigírselos, porque no eran académicos educados en política, sino hombres con sentido del honor que amaban su país.
Sin embargo, hay que ver hasta dónde son capaces de llegar por los senderos de la revolución hombres de tendencia honesta, que repudian la injusticia y el crimen.
Venezuela constituye un brillante ejemplo del rol teórico y práctico que los militares revolucionarios pueden desempeñar en la lucha por la independencia de nuestros pueblos, como ya lo hicieron hace dos siglos bajo la genial dirección de Simón Bolívar.
Chávez, un militar venezolano de humilde origen, irrumpe en la vida política de Venezuela inspirado en las ideas del libertador de América. Sobre Bolívar, fuente inagotable de inspiración, Martí escribió: “ganó batallas sublimes con soldados descalzos y medio desnudos […] jamás se peleó tanto, ni se peleó mejor, en el mundo por la libertad…”
“… de Bolívar ―dijo― se puede hablar con una montaña por tribuna  […] o con un manojo de pueblos libres en el puño…”
“… lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.”
Más de medio siglo después el insigne y laureado poeta Pablo Neruda escribió sobre Bolívar un poema que Chávez repite con frecuencia. En su estrofa final expresa:
“Yo conocí a Bolívar una mañana larga,
en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,
Padre, le dije, eres o no eres o quién eres?
Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
‘Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo’.”
Pero el líder bolivariano no se limita a la elaboración teórica. Sus medidas concretas no se hacen esperar. Los países caribeños de habla inglesa, a los que modernos y lujosos buques cruceros yankis le disputaban el derecho a recibir turistas en sus hoteles, restaurantes y centros de recreación, no pocas veces de propiedad extranjera pero que al menos generaban empleo, agradecerán siempre a Venezuela el combustible suministrado por ese país con facilidades especiales de pago, cuando el barril alcanzó precios que a veces superaban los 100 dólares.
El pequeño Estado de Nicaragua, patria de Sandino, “General de Hombres Libres”, donde la Agencia Central de Inteligencia a través de Luis Posada Carriles, después de ser rescatado de una prisión venezolana, organizó el intercambio de armas por drogas que costó miles de vidas y mutilados a ese heroico pueblo, también ha recibido el apoyo solidario de Venezuela. Son ejemplos sin precedentes en la historia de este hemisferio. 
El ruinoso Acuerdo de Libre Comercio que los yankis pretenden imponer a la América Latina, como hizo con México, convertiría los países latinoamericanos y caribeños no solo en la región del mundo donde peor está distribuida la riqueza, que ya lo es, sino también en un gigantesco mercado donde hasta el maíz y otros alimentos que son fuentes históricas de proteína vegetal y animal serían desplazados por los cultivos subsidiados de Estados Unidos, como ya está ocurriendo en territorio mexicano.
Los automóviles de uso y otros bienes desplazan a los de la industria mexicana; tanto las ciudades como los campos pierden su capacidad de empleo, el comercio de drogas y armas crece, jóvenes casi adolescentes con apenas 14 ó 15 años, en número creciente, son convertidos en temibles delincuentes. Jamás se vio que ómnibus u otros vehículos repletos de personas, que incluso pagaron para ser transportados al otro lado de la frontera en busca de empleo, fuesen secuestrados y eliminados masivamente. Las cifras conocidas crecen de año en año. Más de 10 mil personas están perdiendo ya la vida cada año.
No es posible analizar la Revolución Bolivariana sin tomar en cuenta estas realidades.
Las fuerzas armadas, en tales circunstancias sociales, se ven forzadas a interminables y desgastadoras guerras.
Honduras no es un país industrializado, financiero o comercial, ni siquiera gran productor de drogas, sin embargo algunas de sus ciudades rompen el record de muertos por violencia a causa de las drogas. Allí se yergue en cambio el estandarte de una importante base de las fuerzas estratégicas del Comando Sur de Estados Unidos. Lo que allí ocurre y está ocurriendo ya en más de un país latinoamericano es el dantesco cuadro señalado, de los cuales algunos países, han comenzado a salir. Entre ellos, y en primer lugar Venezuela, pero no solo porque posee cuantiosos recursos naturales, sino porque los rescató de la avaricia insaciable de las transnacionales extranjeras y ha desatado considerables fuerzas políticas y sociales capaces de alcanzar grandes logros. La Venezuela de hoy es otra muy distinta a la que conocí hace solo 12 años, y ya entonces me impresionó profundamente, al ver que como ave Fénix resurgía de sus históricas cenizas.
Aludiendo a la misteriosa computadora de Raúl Reyes, en manos de Estados Unidos y la CIA, a partir del ataque organizado y suministrado por ellos en pleno territorio ecuatoriano, que asesinó al sustituto de Marulanda y a varios jóvenes latinoamericanos desarmados, han lanzado la versión de que Chávez apoyaba la “organización narco-terrorista de las FARC”. Los verdaderos terroristas y narcotraficantes en Colombia han sido los paramilitares que le suministraban a los traficantes norteamericanos las drogas, que se venden en el mayor mercado de estupefacientes del mundo: Estados Unidos.
Nunca hablé con Marulanda, pero sí con escritores e intelectuales honrados que llegaron a conocerlo bien. Analicé sus pensamientos e historia. Era sin dudas un hombre valiente y revolucionario, lo cual no vacilo en afirmar. Expliqué que no coincidía con él en su concepción táctica. A mi juicio, dos o tres mil hombres habrían sido más que suficientes para derrotar en el territorio de Colombia a un ejército regular convencional. Su error era concebir un ejército revolucionario armado con casi tantos soldados como el adversario. Eso era sumamente costoso y virtualmente imposible de manejar; se torna un imposible.
Hoy la tecnología ha cambiado muchos aspectos de la guerra; las formas de lucha también cambian. De hecho el enfrentamiento de las fuerzas convencionales, entre potencias que poseen el arma nuclear, se ha tornado imposible. No hay que poseer los conocimientos de Albert Einstein, Stephen Hawking y miles de otros científicos para comprenderlo. Es un peligro latente y el resultado se conoce o se debiera conocer. Los seres pensantes podrían tardar millones de años en volver a poblar el planeta.
A pesar de todo, sostengo el deber de luchar, que es algo de por sí innato en el hombre, buscar soluciones que le permitan una existencia más razonada y digna.
Desde que conocí a Chávez, ya en la presidencia de Venezuela, desde la etapa final del gobierno de Pastrana, siempre lo vi interesado por la paz en Colombia, y facilitó las reuniones entre el gobierno y los revolucionarios colombianos que tuvieron por sede a Cuba, entiéndase bien, para un acuerdo verdadero de paz y no una rendición.
No recuerdo haber escuchado nunca a Chávez promover en Colombia otra cosa que no fuera la paz, ni tampoco mencionar a Raúl Reyes. Siempre abordábamos otros temas. Él aprecia particularmente a los colombianos; millones de ellos viven en Venezuela y todos se benefician con las medidas sociales adoptadas por la Revolución, y el pueblo de Colombia lo aprecia casi tanto como el de Venezuela.
Deseo expresar mi solidaridad y estima al General Henry Rangel Silva, Jefe del Comando Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas, y recién designado Ministro para la Defensa de la República Bolivariana. Tuve el honor de conocerlo cuando en meses ya distantes visitó a Chávez en Cuba. Pude apreciar en él un hombre inteligente y sano, capaz y a la vez modesto. Escuché su discurso sereno, valiente y claro, que inspiraba confianza.
Dirigió la organización del desfile militar más perfecto que he visto de una fuerza militar latinoamericana, que esperamos sirva de aliento y ejemplo a otros ejércitos hermanos.
Los yankis nada tienen que ver con ese desfile y no serían capaces de hacerlo mejor.
Es sumamente injusto criticar a Chávez por los recursos invertidos en las excelentes armas que allí se exhibieron. Estoy seguro de que jamás se utilizarán para agredir a un país hermano. Las armas, los recursos y los conocimientos deberán marchar por los senderos de la unidad para formar en América, como soñó El Libertador, “…la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”.
Todo nos une más que a Europa o a los propios Estados Unidos, excepto la falta de independencia que nos han impuesto durante 200 años.
Fidel Castro Ruz
Enero 25 de 2012
8 y 32 p.m.
Reflexiones del compañero Fidel
La fruta que no cayó
(Fidel afirma que la Revolución Cubana ha perdurado ya más de medio siglo y no ha caído en el seno del imperio. "Cuba no será una fuerza más con la que el imperio se extienda sobre los pueblos de América. La sangre de Martí no se habrá derramado en vano", aseguró)
Cuba se vio forzada a luchar por su existencia frente a una potencia expansionista, ubicada a pocas millas de sus costas, que proclamaba la anexión de nuestra isla, cuyo único destino era caer en su seno como fruta madura. Estábamos condenados a no existir como nación.
En la gloriosa legión de patriotas que durante la segunda mitad del siglo XIX luchó contra el aborrecible coloniaje impuesto por España a lo largo de 300 años, José Martí fue quien con más claridad percibió tan dramático destino. Así lo hizo constar en las últimas líneas que escribió cuando, víspera del rudo combate previsto contra una aguerrida y bien pertrechada columna española, declaró que el objetivo fundamental de sus luchas era: “… impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.”
Sin comprender esta profunda verdad, hoy no se podría ser ni patriota, ni revolucionario.
Los medios de información masiva, el monopolio de muchos recursos técnicos, y los cuantiosos fondos destinados a engañar y embrutecer a las masas, constituyen sin duda obstáculos considerables, pero no invencibles.
Cuba demostró que —a partir de su condición de factoría colonial yanki, unida al analfabetismo y la pobreza generalizada de su pueblo—, era posible enfrentar al país que amenazaba con la absorción definitiva de la nación cubana. Nadie puede siquiera afirmar que existía una burguesía nacional opuesta al imperio, tan cercana a este se desarrolló que incluso poco después del triunfo envió catorce mil niños sin protección alguna a Estados Unidos, aunque tal acción estuvo asociada a la pérfida mentira de que sería suprimida la Patria Potestad, que la historia registró como operación Peter Pan y fue calificada como la mayor maniobra de manipulación de niños con fines políticos que se recuerde en el hemisferio occidental.
El territorio nacional fue invadido, apenas dos años después del triunfo revolucionario, por fuerzas mercenarias, —integradas por antiguos soldados batistianos e hijos de terratenientes y burgueses— armadas y escoltadas por Estados Unidos con buques de su flota naval, incluidos portaaviones con equipos listos para entrar en acción, que acompañaron a los invasores hasta nuestra isla. La derrota y la captura de casi la totalidad de los mercenarios en menos de 72 horas y la destrucción de sus aviones que operaban desde bases en Nicaragua y sus medios de transporte naval, constituyó una derrota humillante para el imperio y sus aliados latinoamericanos que subestimaron la capacidad de lucha del pueblo cubano.
La URSS frente a la interrupción del suministro de petróleo por parte de Estados Unidos, la ulterior suspensión total de la cuota histórica de azúcar en el mercado de ese país, y la prohibición del comercio creado a lo largo de más de cien años, respondió a cada una de esas medidas abasteciendo combustible, adquiriendo nuestra azúcar, comerciando con nuestro país y finalmente suministrando las armas que Cuba no podía adquirir en otros mercados.
La idea de una campaña sistemática de ataques piratas organizados por la CIA, los sabotajes y las acciones militares de bandas creadas y armadas por ellos, antes y después del ataque mercenario, que culminarían en una invasión militar de Estados Unidos en Cuba, dieron origen a los acontecimientos que pusieron al mundo al borde de una guerra nuclear total, de la que ninguna de sus partes y ni la propia humanidad habría podido sobrevivir.
Aquellos acontecimientos sin dudas costaron el cargo a Nikita Jruschov, que subestimó al adversario, desoyó criterios que les fueron informados y no consultó su decisión final con los que estábamos en la primera línea. Lo que pudo ser una importante victoria moral se convirtió así en un costoso revés político para la URSS. Durante muchos años las peores fechorías continuaron realizándose contra Cuba y no pocas, como su criminal bloqueo, se cometen todavía.
Jruschov tuvo gestos extraordinarios con nuestro país. En aquella ocasión critiqué sin vacilación el acuerdo inconsulto con Estados Unidos, pero sería ingrato e injusto dejar de reconocer su extraordinaria solidaridad en momentos difíciles y decisivos para nuestro pueblo en su histórica batalla por la independencia y la revolución frente al poderoso imperio de Estados Unidos. Comprendo que la situación era sumamente tensa y él no deseaba perder un minuto cuando tomó la decisión de retirar los proyectiles y los yankis se comprometieron, muy secretamente, a renunciar a la invasión.
A pesar de las décadas transcurridas que suman ya medio siglo, la fruta cubana no ha caído en manos yankis.
Las noticias que en la actualidad llegan de España, Francia, Iraq, Afganistán, Pakistán, Irán, Siria, Inglaterra, las Malvinas y otros numerosos puntos del planeta, son serias, y todas auguran un desastre político y económico por la insensatez de Estados Unidos y sus aliados.
Me limitaré a unos pocos temas. Debo señalar según cuentan todos, que la selección de un candidato republicano para aspirar a la presidencia de ese globalizado y abarcador imperio, es a su vez, —lo digo en serio— la mayor competencia de idioteces e ignorancia que se ha escuchado nunca. Como tengo cosas que hacer, no puedo dedicarle tiempo al asunto. De sobra sabía que sería así.
Ilustran más algunos despachos cablegráficos que deseo analizar, porque muestran el increíble cinismo que genera la decadencia de Occidente. Uno de ellos, con pasmosa tranquilidad, habla de un preso político cubano que, según se afirma, murió tras huelga de hambre que duró 50 días. Un periodista de Granma, Juventud Rebelde, noticiero radial, o cualquier otro órgano revolucionario, se puede equivocar en cualquier apreciación sobre cualquier tema, pero jamás fabrica una noticia o inventa una mentira.
En la nota de Granma se afirma que no hubo tal huelga de hambre; era un recluido por delito común, sancionado a 4 años por agresión que provocó lesiones en el rostro a su esposa; que la propia suegra solicitó la intervención de las autoridades; los familiares más allegados estuvieron al tanto de todos los procedimientos que se emplearon en su atención médica y estaban agradecidos por el esfuerzo de los especialistas médicos que lo atendieron. Fue asistido, afirma la nota, en el mejor hospital de la región oriental como se hace con todos los ciudadanos. Había muerto a causa de fallo multi-orgánico secundario asociado a un proceso respiratorio séptico severo.
El paciente había recibido todas las atenciones que se aplican en un país que posee uno de los mejores servicios médicos del mundo, los cuales se brindan gratuitamente, a pesar del bloqueo impuesto por el imperialismo a nuestra Patria. Es sencillamente un deber que se cumple en un país donde la Revolución tiene el orgullo de haber respetado siempre, durante más de 50 años, los principios que le dieron su invencible fuerza.
Más valdría realmente que el Gobierno español, dadas sus excelentes relaciones con Washington, viaje a Estados Unidos y se informe de lo que ocurre en las cárceles yankis, la conducta despiadada que aplica a los millones de presos, la política que se practica con la silla eléctrica y los horrores que se cometen con los detenidos en las cárceles y los que protestan en las calles.
Ayer lunes 23 de enero, un duro editorial de Granma titulado “Las verdades de Cuba” en una página completa de ese órgano explicó detalladamente la insólita desvergüenza de la campaña mentirosa desatada contra nuestra Revolución por algunos gobiernos “tradicionalmente comprometidos con la subversión contra Cuba”.
Nuestro pueblo conoce bien las normas que han regido la conducta intachable de nuestra Revolución desde el primer combate y jamás mancillada a lo largo de más de medio siglo. Sabe también que no podrá ser jamás presionado ni chantajeado por los enemigos. Nuestras leyes y normas se cumplirán indefectiblemente.
Es bueno señalarlo con toda claridad y franqueza. El Gobierno español y la destartalada Unión Europea, sumida en una profunda crisis económica, deben saber a qué atenerse. Produce lástima leer en agencias de noticias las declaraciones de ambas cuando utilizan sus descaradas mentiras para atacar a Cuba. Ocúpense primero de salvar el euro si pueden, resuelvan el desempleo crónico que en número creciente padecen los jóvenes, y respondan a los indignados sobre los cuales la policía arremete y golpea constantemente.
No ignoramos que ahora en España gobiernan los admiradores de Franco, quien envió a miembros de la División Azul junto a las SS y las SA nazis para matar soviéticos. Casi 50 mil de ellos participaron en la cruenta agresión. En la operación más cruel y dolorosa de aquella guerra: el cerco de Leningrado, donde murieron un millón de ciudadanos rusos, la División Azul formó parte de las fuerzas que trataron de estrangular a la heroica ciudad. El pueblo ruso no perdonará nunca aquel horrendo crimen.
La derecha fascista de Aznar, Rajoy y otros servidores del imperio, debe conocer algo de las 16 mil bajas que tuvieron sus antecesores de la División Azul y las Cruces de Hierro con las que Hitler premió a los oficiales y soldados de esa división. Nada tiene de extraño lo que hace hoy la policía gestapo con los hombres y mujeres que demandan el derecho al trabajo y al pan en el país con más desempleo de Europa.
¿Por qué mienten tan descaradamente los medios de información masiva del imperio?
Los que manejan esos medios, se empeñan en engañar y embrutecer al mundo con sus groseras mentiras, pensando quizás que constituye el recurso principal para mantener el sistema global de dominación y saqueo impuesto, y de modo particular a las víctimas cercanas a la sede de la metrópolis, los casi seiscientos millones de latinoamericanos y caribeños que viven en este hemisferio.
La república hermana de Venezuela se ha convertido en el objetivo fundamental de esa política. La razón es obvia. Sin Venezuela, el imperio habría impuesto el Tratado de Libre Comercio a todos los pueblos del continente que lo habitan desde el Sur de Estados Unidos, donde se encuentran las mayores reservas de tierra, agua dulce y minerales del planeta, así como grandes recursos energéticos que, administrados con espíritu solidario hacia los demás pueblos del mundo, constituyen recursos que no pueden ni deben caer en manos de las transnacionales que le imponen un sistema suicida e infame.
Basta, por ejemplo, mirar el mapa para comprender el criminal despojo que significó para Argentina arrebatarle un pedazo de su territorio en el extremo sur del continente. Allí emplearon los británicos su decadente aparato militar para asesinar bisoños reclutas argentinos vestidos con ropas de verano cuando ya estaban en pleno invierno. Estados Unidos y su aliado Augusto Pinochet le dieron a Inglaterra un desvergonzado apoyo. Ahora, en víspera de las Olimpiadas de Londres, su Primer Ministro David Cameron también proclama, como ya lo hizo Margaret Thatcher, su derecho a usar los submarinos nucleares para matar argentinos. El gobierno de ese país desconoce que el mundo está cambiando, y el desprecio de nuestro hemisferio y de la mayoría de los pueblos hacia los opresores se incrementa cada día.
El caso de las Malvinas no es único. ¿Conoce acaso alguien cómo terminará el conflicto en Afganistán? Hace muy pocos días soldados norteamericanos ultrajaban los cadáveres de combatientes afganos, asesinados por los bombarderos sin pilotos de la OTAN.
Hace tres días una agencia europea publicó que “el presidente afgano Hamid Karzai, dio su aval a un negociado de paz con los talibanes, subrayando que esta cuestión debe ser resuelta por los ciudadanos de su país”, luego añadió: “…el proceso de paz y reconciliación pertenece a la nación afgana y ningún país u organización extranjera puede sacarles a los afganos este derecho.”
Por su parte, un despacho publicado por nuestra prensa comunicaba desde París que “Francia suspendió hoy todas sus operaciones de formación y ayuda al combate en Afganistán y amenazó con anticipar el retiro de sus tropas, luego de que un soldado afgano ultimara a cuatro militares franceses en el valle Taghab, de la provincia de Kapisa […] Sarkozy dio instrucciones al Ministro de Defensa Gérard Longuet para trasladarse inmediatamente a Kabul, y avizoró la posibilidad de un retiro anticipado del contingente.”
Desaparecida la URSS y el Campo Socialista, el Gobierno de Estados Unidos concebía que Cuba no podía sostenerse. George W. Bush tenía ya preparado un gobierno contrarrevolucionario para presidir nuestro país. El mismo día que Bush inició su criminal guerra contra Iraq, solicité a las autoridades de nuestro país el cese de la tolerancia que se aplicaba a los cabecillas contrarrevolucionarios que en esos días demandaban histéricamente la invasión a Cuba. En realidad, su actitud constituía un acto de traición a la Patria.
Bush y sus estupideces imperaron durante 8 años y la Revolución Cubana ha perdurado ya más de medio siglo. La fruta madura no ha caído en el seno del imperio. Cuba no será una fuerza más con la que el imperio se extienda sobre los pueblos de América. La sangre de Martí no se habrá derramado en vano.
Mañana publicaré otra Reflexión que complementa esta.
Fidel Castro Ruz
Enero 24 de 2012
7 y 12 p.m.

Editorial de Granma
Las verdades de Cuba
En los últimos días, medios de prensa y representantes de algunos gobiernos tradicionalmente comprometidos con la subversión contra Cuba han desatado una nueva campaña de acusaciones, aprovechando inescrupulosamente un hecho lamentable: el fallecimiento de un preso común, que quizás solo en el caso de Cuba, se convierte en noticia de repercusión internacional.
El método utilizado es el mismo de siempre, que pretende imponerse infructuosamente, a golpe de repetición, para satanizar a Cuba, en este caso, a partir de la deliberada manipulación de un acontecimiento totalmente inusual en nuestro país, a diferencia de otros.
El denominado "preso político" cumplía una sanción de privación de libertad de 4 años, tras un proceso justo durante el cual estuvo en libertad y de un juicio conforme a derecho, por haber golpeado brutalmente y en público a su esposa, agredir a los policías y resistirse violentamente a la detención.
Esta persona murió a causa de un fallo multiorgánico asociado a un proceso respiratorio séptico severo, a pesar de haber recibido toda la atención médica necesaria, incluidos los medicamentos y el tratamiento especializado, en la sala de cuidados intensivos del principal centro hospitalario de Santiago de Cuba.
¿Por qué algunas autoridades españolas y de la Unión Europea se apresuraron a condenar a Cuba sin intentar siquiera informarse sobre el tema? ¿Por qué usan, siempre y de antemano, la mentira cuando de Cuba se trata? ¿Por qué, además de mentir, censuran la verdad? ¿Por qué a la voz y la verdad de Cuba se le niega, sin ningún disimulo, el más mínimo espacio en los medios de comunicación internacional?
Se actúa con gran cinismo y doble rasero. ¿Qué calificativo le darían ellos a la brutalidad policial puesta de manifiesto en España y en la mayor parte de la "culta y civilizada Europa", muy recientemente, contra el movimiento de los "indignados"?
¿Quién se ha preocupado por la dramática situación de hacinamiento en las cárceles españolas que albergan a una población penal inmigrante muy alta, que sobrepasa el 35% del total de reclusos en el país, según el último informe disponible del sindicato de prisiones ACAIP, fechado el 3 de abril del 2010? ¿Quién se ha preocupado por investigar el fallecimiento en julio del 2011, en el centro penitenciario de Teruel, en España, de Tohuami Hamdaoui, un preso común de origen marroquí, que perdió la vida tras una huelga de hambre voluntaria que duró varios meses? ¿Quién ha referido que el recluso se había declarado inocente?
¿Acaso ha perdido la memoria y la noción de la realidad el vocero chileno que nos calumnia cuando afirma que el difunto era un disidente político que se mantuvo 50 días en huelga de hambre? Debe conservar recuerdos de sus días de líder estudiantil vinculado a los militares golpistas de Pinochet que masacraron a su pueblo y extendieron la desaparición y la tortura a todo el Cono Sur mediante el "Plan Cóndor", pero no se le conocen declaraciones sobre la brutal represión contra los estudiantes que se manifiestan pacíficamente en defensa del derecho humano a la educación universal y gratuita. ¿Será de los que quisieron rebautizar en los libros escolares a la dictadura como régimen militar? ¿Habrá dicho algo sobre la represiva y arbitraria Ley Antiterrorista que se aplica a los mapuches de la huelga de hambre?
No podía faltar en esta campaña el gobierno de Estados Unidos, principal instigador de cualquier esfuerzo por desacreditar a Cuba, con el único propósito de justificar su política de hostilidad, subversión y bloqueo económico, político y mediático contra el pueblo cubano.
Impresiona la hipocresía de los voceros de Estados Unidos, país que ostenta un pobre récord en materia de derechos humanos, tanto dentro de su territorio como en el mundo. El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha reconocido que en ese país ocurren a diario graves violaciones en materia de los derechos de la mujer, la trata de personas, la discriminación racial y contra minorías étnicas, las condiciones inhumanas en las prisiones, el desamparo de los reclusos, un patrón racial diferenciado y los frecuentes errores judiciales en la imposición de la pena de muerte, la ejecución de menores y enfermos mentales, los abusos del sistema de detención migratorio, las muertes en la militarizada frontera sur, los actos atroces contra la dignidad humana y los asesinatos de víctimas inocentes de la población civil por parte de efectivos del ejército estadounidense en Iraq, Afganistán, Paquistán y otros países, y las detenciones arbitrarias y torturas perpetuadas en el ilegal centro de detención de la Base Naval de Guantánamo que usurpa nuestro territorio.
Apenas se conoce en el mundo que en noviembre del 2011, en los Estados Unidos, tres personas murieron en medio de una huelga de hambre masiva de prisioneros en California. Según los testimonios de los presos alojados en las celdas contiguas, los guardias no les ofrecieron ninguna asistencia, e incluso deliberadamente ignoraron sus gritos de auxilio, a diferencia de su abusiva práctica de someter a los huelguistas a alimentación forzada.
Semanas antes, había sido ejecutado el afroamericano Troy Davis a pesar de la copiosa evidencia que demostraba el error judicial sin que la Casa Blanca ni el Departamento de Estado hicieran nada.
En los Estados Unidos, 90 prisioneros han sido ejecutados desde enero del 2010 hasta la actualidad, mientras que otros 3.222 reos esperan su ejecución en el corredor de la muerte. Su gobierno reprime asiduamente con brutalidad a quienes se atreven a denunciar la injusticia del sistema.
Este nuevo ataque contra nuestro país tiene una franca intención política que nada tiene que ver con una legítima preocupación por la vida de las cubanas y cubanos. Se fustiga con la complicidad de emporios financiero-mediáticos como el Grupo Prisa y el que administra la CNN en Español, en el mejor estilo de las mafias de Miami. Se acusa de manera irracional al gobierno de Cuba, al que se culpa, sin siquiera haber investigado mínimamente la realidad de los hechos. Se condena primero y se juzga, si acaso, después.
Es visible en este caso que ni las autoridades que se han referido con inmediatez y torpeza a este hecho, ni el aparato al servicio de la agresión mediática contra Cuba, se tomaron siquiera el trabajo de confirmar la información. Poco importa la verdad si lo que se pretende es fabricar artificialmente y vender una imagen falsa de supuestas violaciones flagrantes y sistemáticas de las libertades en Cuba que algún día justifique una intervención con el fin de "proteger a cubanos civiles indefensos".
Resulta evidente la intención de imponer una matriz de opinión diabólica, encaminada a mostrar un deterioro sensible de la situación de derechos humanos en Cuba, construir una supuesta "oposición victimizada que muere en las cárceles", donde incluso se le niega el acceso a los servicios de salud.
El mundo entero conoce la vocación humanista de nuestros médicos y personal de la salud, que no escatima esfuerzos ni los escasos recursos con que cuenta el país —en gran medida debido al criminal bloqueo que sufre nuestro pueblo desde hace más de 50 años— para salvar vidas y mejorar el estado de salud de su pueblo y de muchos otros en todos los confines de la Tierra.
Cuba cuenta con el respeto y la admiración de los pueblos y de muchos gobiernos que reconocen su obra social en la isla y en el mundo.
Los hechos hablan más que las palabras. Las campañas anticubanas no harán mella en la Revolución cubana ni en su pueblo, que continuará perfeccionando su socialismo.
La verdad de Cuba es la del país donde el ser humano es lo más valioso: una esperanza de vida al nacer de 77.9 años como promedio; una cobertura de salud gratuita para todo su pueblo; un índice de mortalidad infantil de 4.9 por cada mil nacidos vivos, cifra que supera los estándares norteamericanos y es la más baja en el continente, ligeramente inferior que la de Canadá; toda una población alfabetizada y con pleno acceso a todos los niveles de educación de manera gratuita; un 96% de participación en las elecciones generales del 2008, un proceso democrático de discusión de los lineamientos económicos y sociales, previo al VI Congreso del Partido.
La verdad de Cuba es la del país que ha llevado sus universidades y escuelas a los centros penitenciarios, en los que los reclusos fueron oportuna e imparcialmente juzgados, reciben salario igual por su trabajo y disponen de elevados niveles de atención médica sin distinción de raza, sexo, credo ni origen social.
Quedará otra vez demostrado que la mentira, por muchas veces que se la repita, no necesariamente se convierte en verdad, porque "un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército".

Declaración de la Directora de América del Norte del MINREX
En Cuba el ser humano es lo más valioso
Josefina Vidal, directora del departamento de América del Norte de la Cancillería
Un hecho lamentable, pero inusual en Cuba, ha sido nuevamente tergiversado y manipulado por intereses políticos mezquinos, para justificar la política de bloqueo contra nuestro país. Las declaraciones del Departamento de Estado y la Casa Blanca constituyen una muestra más de la permanente política de agresión e injerencia en los asuntos internos de Cuba e impresionan por su hipocresía y doble rasero. En realidad, se ajustan mejor al record de violaciones de los derechos humanos de Estados Unidos en su propio territorio y en el mundo, que al desempeño de Cuba, país donde el ser humano es lo más valioso.
No hubo pronunciamiento del Presidente ni del Departamento de Estado cuando murió en prisión, en Chicago, a consecuencia de una huelga de hambre, la reclusa Lyvita Gomes, el pasado 3 de enero.
No es en Cuba donde 90 prisioneros han sido ejecutados desde enero del 2010 hasta hoy, mientras que otros 3.222 reos esperan su ejecución en el corredor de la muerte. Hay que recordar que Estados Unidos ya celebró su primera ejecución del 2012 y su gobierno reprime sin contemplaciones a quienes se atreven a denunciar la injusticia del sistema.
Es el Gobierno de Estados Unidos el que practica la tortura y las ejecuciones extrajudiciales en los países que arremete y el que usa la brutalidad policial contra su propia población.
En un acto de cinismo colosal, el gobierno norteamericano se atreve a condenar a Cuba, mientras cierra sus ojos y no alza su voz ante las violaciones flagrantes de los derechos humanos que genera la injusticia, la agresión y el desamparo a los que su política condena a millones de personas en el planeta, incluido su propio territorio.
Cuba seguirá siendo el país, en el que, a pesar de la guerra económica de Estados Unidos, menos niños mueren al nacer, donde se trabaja cada día por elevar los ya importantes niveles de justicia social, inalcanzables todavía para la mayoría de los habitantes del mundo, incluyendo los de Estados Unidos, donde la desigualdad es creciente.
20 de enero de 2012
(Cubaminrex)

Denuncian uso de dinero del Estado español contra Cuba
MADRID, 22 de enero.— Organizaciones españolas de solidaridad con Latinoamérica denunciaron la víspera el uso de dinero público para calumniar a la Revolución cubana, reporta PL.
La denuncia forma parte de Cuba no está sola, una nueva iniciativa para contrarrestar las campañas mediáticas de las grandes transnacionales de la información que desvirtúan la realidad de la Isla.
En esta ocasión los activistas condenaron la utilización de espacios y fondos del Estado español por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, miembro del derechista Partido Popular (PP), para sufragar actividades de grupos anticubanos asentados en la capital española.
Francisco Calderón, miembro de la organización Solidaridad para el Desarrollo y la Paz, refirió que la capital española, después de Miami, es uno de los sitios donde mayor presencia pública tiene la contrarrevolución cubana.
Calderón reveló que la comunidad autónoma de Madrid ha sacado dinero de los fondos de la cooperación al desarrollo para mantener a las organizaciones anticubanas.
Se trata de una conducta vergonzosa y "en consonancia con los intereses de la ultraderecha terrorista cubanoamericana radicada en Estados Unidos", más aún cuando desde el ejecutivo regional y de la nación, encabezado también por el PP, se recortan de manera drástica las prestaciones sociales y laborales, aseguraron los grupos solidarios.
Al intervenir en el acto de lanzamiento de Cuba no está sola, la doctora en ciencias políticas y sociología Ángeles Diez indicó que los ataques contra la mayor de las Antillas agreden también a todos los que piensan que el sistema capitalista no tiene futuro por su incapacidad de garantizar las mínimas condiciones de vida para sus pueblos.
Cuba sigue siendo la enemiga del imperio, porque cualquier sistema que ponga los valores humanos y las necesidades de la gente por encima de los intereses particulares, se convierte en adversario del capitalismo, enfatizó.

La pupila de un cubano en La Higuera
Tengo ahora aquí delante las notas apresuradas que hice en estos días al regreso de Bolivia —de La Higuera y Vallegrande— y del otro lado, en la máquina, las decenas de imágenes tomadas en esas jornadas emocionadas y emocionantes, pequeño compromiso personal con la historia y la memoria, viaje iniciático (como lo llamó en un mensaje Silvio, hermano querido), travesía por senderos de cornisas, estremecimientos de fechas, momentos, fotos, recuerdos. Mucho, mucho más de lo que pueda caber en una crónica casi urgente que debiera ser escrita en esta tarde apacible de Córdoba, antes de que pasen más días o, peor, antes de que las pequeñas exigencias cotidianas de estas dos semanas restantes en la Argentina terminen por anular el espacio de tiempo necesario para escribirla.
Aunque no todos éramos de esa ciudadanía mencionada en el subtítulo de esta crónica, he escrito la pupila de un cubano…, para reivindicar esa frase que agradezco a un amigo, Iroel Sánchez, cuando publicó el pasado mes de noviembre en su blog La pupila insomne los apuntes que le envié sobre la presencia de los indignados estadounidenses y su audaz plan de Occupy Wall Street. Entonces quería continuar con una serie antecedida por la mención de la pupila caribeña en la que contaría otras experiencias realizadas durante un mes en universidades y centros culturales de varios estados por los que transitó la solidaridad con Cuba, la poesía, la memoria, la historia oral. Retomo la idea de compartir estas miradas de la pupila (cubana, caribeña, insomne), ahora en tierras del Sur, que también existe (y ahora existe incluso un poco más).
El pequeño grupo con el que llegué hasta La Higuera la semana pasada, desde Santa Cruz de la Sierra y Vallegrande, estaba integrado por mi compañera María Santucho, el trovador jujeño Eloy López y su compañera Florencia Lance. A él se unió, por imperativos de la transportación, Marcus Luecke, un viajero que llegaba desde Ulm, en el sur de Alemania, para cumplir con un viaje probablemente también iniciático, después de sus visitas a Cuba en años recientes. El viaje hasta La Higuera se realizó en una camioneta de ocho plazas, que allí llaman truffy, muy castigada por los ripios y los serruchos de ese camino serpenteante por el que el chofer boliviano que guiaba (junto a su esposa y su hija pequeña) iba acortando la distancias, al borde de las cornisas, en el vértigo de las curvas imprevisibles. Fue una sorpresa preocupante conocer, en medio del trayecto, que la madrugada anterior había llegado a Vallegrande desde Sucre, en un recorrido de 800 kilómetros, y no había tenido tiempo de dormir cuando le avisaron de este viaje a La Higuera.
El aviso para este viaje se lo había dado Gonzalo, miembro de la Asociación de Guías Turísticos de Vallegrande, a quien habíamos conocido la tarde anterior en el pequeño local de la oficina de turismo en el edificio del Museo Municipal, frente a la plaza central del pueblo. Con Gonzalo visitaríamos al día siguiente de La Higuera los lugares de Vallegrande donde estuvieron los cuerpos y después los restos del Che y sus compañeros: la lavandería del Hospital Señor de Malta y los terrenos del antiguo aeropuerto del pueblo, donde ahora se levanta un mausoleo, construido por Cuba, para mantener la memoria de aquella gesta dramática y formidable.
Pero ahora estábamos encontrando —hilo de la memoria— ya muy cerca de La Higuera, junto al camino, el sitio para la recordación de la vanguardia de la guerrilla abatida en una emboscada cuando se movía por un sendero ubicado más arriba, tratando de “llegar a Jagüey y allí tomar una decisión sobre las mulas y el Médico”, como anota el Che en su Diario el 26 de septiembre. Allí, en un pequeño pedestal, están las fotos y los nombres de los integrantes de la vanguardia: “nuestras bajas han sido muy grandes esta vez; la pérdida más sensible es la de Coco, pero Miguel y Julio eran magníficos luchadores y el valor humano de los tres es imponderable”.
El valor humano: esa categoría, esa noción, nos acompañó durante todo el tiempo. Entrar al pueblito de La Higuera, donde la imagen del Che recibe a los que llegan, fue una forma de recordar también lo que él había escrito en su Diario aquel 26 de septiembre, a muy pocos días de su captura y su asesinato precisamente en una de las humildes edificaciones del pueblo: “Al llegar a la Higuera todo cambió: habían desaparecido los hombres y sólo alguna que otra mujer había”.
Las humildes edificaciones siguen ahí, algunas convertidas ahora en lugares de alojamiento para los visitantes que llegan o en la tienda llamada Tania, donde es posible tomar café o comer algo antes de iniciar el recorrido o antes de regresar, camino abajo, hacia Vallegrande y Santa Cruz. 
La edificación más importante, por supuesto, es la escuelita. Allí se cometió el crimen contra los guerrilleros apresados en la Quebrada del Churo (como reza el nombre en el cartel que indica el camino hacia el lugar del último combate). La escuelita es ahora un solo espacio donde se muestran fotos del Che y donde los que llegan dejan algún recuerdo de su visita: un papelito escrito, un carnet, una foto personal. Un actor que llevó un espectáculo de homenaje al guerrillero y sus compañeros de lucha quiso dejar el uniforme utilizado en la obra, y ahora cuelga allí, sobre la puerta original de la escuelita, que fue desmontada y aparece reclinada en una de las paredes laterales de la edificación. En el otro extremo están los únicos otros elementos originales del lugar: tres pupitres de la escuelita que funcionó allí. Recordé la anécdota leída alguna vez en la que el Che prisionero y herido le señala, desde el suelo, a la joven maestra una errata en el pizarrón. Trampa de la memoria: ¿dónde estará aquel pizarrón?
Otra trampa: los dos pequeños espacios de la escuela se convirtieron en uno con el paso del tiempo. Las dos puertas que daban al exterior se convirtieron en una sola, nueva y central, por la que entramos al espacio donde la memoria nos remite a los testimonios de aquel momento terrible, pero donde no aparecen, ahora, los elementos que harían justicia al patrimonio de la historia y al recuerdo de aquel hecho fatal en el que el valor humano tomó cuerpo en el cuerpo de aquel hombre a punto de alcanzar los cuarenta años de su vida combatiendo y cantando, como nos comentó en aquellos días el poeta.
Nuestra memoria se debate entonces allí entre la inmanencia de aquel hombre humildemente grandioso (la imagen de su rostro mirando a la cámara, con el pelo largo y revuelto por las inclemencias del tiempo y de la selva, con sus harapos gloriosos y con su carabina inutilizada por un proyectil del enemigo); y la situación física actual de aquel sitio al que se accede cuando una mujer del lugar encargada de hacerlo abre con su llave la puerta renovada pero se esconde después cuando siente que la cámara del visitante la incluye en su encuadre. Tenía razón Gonzalo, el guía, cuando me dijo en Vallegrande que el patrimonio histórico de esos sitios sagrados necesitaba preservarse de manera sistemática y creadora.
¿Cómo combinar, cómo acoplar, cómo hacer que convivan ahora —en este minuto de gloria y de rabia, entre los recuerdos de este lugar maravilloso y terrible— el dramatismo devastador de aquellos instantes conocidos a través de los testimonios (las palabras recordadas por alguien, las fotos sobre las paredes del Museo Municipal de Vallegrande) y los contextos físicos que el visitante encuentra, donde la memoria no ha sido conservada como la memoria quisiera?
Creo que la mejor manera de asumirlo es aceptando —y mostrando— la existencia de esas instancias contradictorias.
Las palabras del guerrillero, que anota en el día 26 de septiembre de su agenda alemana convertida en diario de la epopeya: “Coco fue a casa del telegrafista, pues hay teléfono y trajo una comunicación del día 22 en el que el Subprefecto de Valle Grande comunica al corregidor que se tienen noticias de la presencia guerrillera en la zona…”
Y esas mismas palabras escritas hoy sobre una piedra pintada de blanco a la entrada de lo que fue la casa del telegrafista pero donde convive hoy una edificación moderna, recién construida por el empresario francés que compró —a precio de ganga— el terreno y la edificación histórica para instalar esa Guest House/Posada Camping que se anuncia sobre la madera cuidadosamente tallada, con una estrellita mínima en el medio. Al lado, sobre una tabla que quiere ser rústica, se anuncia el Menú del día: Desayuno del guerrillero: mate de coca o café. Pan de la guerrilla / 10 pesos bolivianos.
Más abajo, en la fachada de una de las viejas edificaciones de La Higuera alguien escribió (o gritó) estas palabras que vimos allí (y en una foto del Museo Municipal de Vallegrande): No a la comercialización del Che!
¿Dónde buscar, dónde encontrar entonces los ecos, las consecuencias de aquel sacrificio mayor? Así nos preguntamos —aquel día y en los días siguientes, hasta hoy— los integrantes de este pequeño grupo que realizaba su viaje iniciático a estos territorios (para nosotros sagrados) de la historia americana.
Habrá muchos lugares, sitios, ideas, sentimientos donde buscarlos —y en algunos de ellos seguramente los encontraremos.
Para nosotros esos ecos aparecieron en la realidad actual de nuestro Continente, que es otra: en la naciente y creciente necesidad de integración basada en los imperativos geopolíticos de esta época, pero en los que también podría/puede tener cabida y desarrollarse el valor humano que nos mostraba, como guía, aquel melenudo asmático y magnífico que terminó sus días (pero no) en la escuelita humilde que acabábamos de visitar. La realidad cambiante de nuestro Continente no se logró por el triunfo en aquellos combates que hoy podrán verse con admiración, escepticismo o extrañeza, pero no se hubiera logrado (como no se lograrán las metas futuras a las que muchos aspiramos) sin las enseñanzas creadoras y éticas de aquellos combates.
Y aparecieron también esos ecos en otros signos pequeños, cotidianos, como la conversación con Gonzalo, el guía de turismo, cuyos padres desconfiaron y rechazaron la idea y la presencia de aquel extranjero que llegaba a inmiscuirse, sabe Dios con qué propósitos, en la pacífica modorra de la vida boliviana de los sesenta. El mismo Gonzalo que después trabajó, como joven peón, en las excavaciones de la pista del aeropuerto vallegrandino donde finalmente aparecerían los restos del Che y sus compañeros de lucha, y que después leyó, estudió, hasta tener los conocimientos y la comprensión de aquellos hechos que ahora comparte con los visitantes que llegan para cumplir un viaje iniciático o simplemente para conocer, en el terreno, los escenarios de aquellos acontecimientos históricos.
En otras edificaciones de La Higuera encontramos también la presencia de aquel valor humano. Annia y Hubert, la pareja de médicos cubanos que atienden las instalaciones de salud en el pueblo, contribuyen también, como otros miembros del personal médico cubano en diversas regiones bolivianas, al mantenimiento físico de esos sitios donde quiere conservarse la memoria histórica de aquellos combates y las enseñanzas éticas y humanas que puedan llegar hasta hoy. Conservar los libros de la pequeña Biblioteca Che Guevara, reunir y compartir poemas de autores latinoamericanos en uno de los salones del Alojamiento comunal La Higuera del Che donde residen, o iluminar las piedras que rodean los monumentos que los artistas o el pueblo mismo colocaron en la plaza, son algunas expresiones de aquellas aspiraciones guevarianas que hoy muchas veces inspiran las justas indignaciones de tantos habitantes del planeta.
Semejantes interrogaciones, búsquedas, hallazgos acompañaron nuestro viaje de regreso a Vallegrande, en la misma truffy invencible, a pesar de la lluvia, la neblina y las nubes bajas, en manos del mismo chofer, ahora menos soñoliento, que bordeaba las cornisas huyéndole a las piedras que se desprendían de las paredes de la montaña mientras miraba y disfrutaba la risa de su hijita en el asiento de al lado. Esa noche encontramos, junto a varios integrantes de la brigada médica y diplomáticos cubanos, a otra persona que iba a recorrer, al día siguiente, el camino de Vallegrande a La Higuera.
Era Sareska Pantoja, hija de Orlando —Olo en la Sierra Maestra, Antonio en la guerrilla boliviana—, quien iba a realizar su viaje iniciático: mucho más importante, mucho más definitivo que el nuestro, aunque bordeáramos las mismas cornisas y contempláramos la misma lluvia interminable sobre el parabrisas. Esa noche, en el sitio donde se alojan los médicos cubanos en Vallegrande, hubo anécdotas y cuentos y canciones y recuerdos tristes y repaso de vidas y creo que también algo del valor humano que nos vino acompañando desde La Higuera.

José Martí y sus 159 años de nacimiento
Gustavo Zelaya
El 28 de enero se conmemoran 159 años del nacimiento de José Martí, a pesar de sus 42 años de edad todavía sigue joven y actual ese cubano. Es poco tiempo  el que ha pasado y muchos pretenden ver en ese hombre al delicado poeta, otros lo consideran crítico del arte e inspirador de corrientes literarias. Ciertos admiradores de su figura han pretendido hacer un mito que tendría que estar en los museos o en estatuas. También se puede ver en Martí al político, o al exquisito degustador de comidas, al filósofo, al buen dramaturgo, el de la prosa iluminada o al que denuncia los peligros del imperio norteamericano, pues, todo eso fue Martí. Todos esos momentos se descubre en su obra. Para los especialistas en literatura es complicado ubicarlo  en alguna doctrina de pensamiento, especialmente porque sus propuestas se van elaborando según las exigencias de su vida. Esto se nota en su capacidad de conocer y hacer suyas algunas tesis del naturalismo, del modernismo, del realismo y del liberalismo político, hasta forjar una concepción que superó esas influencias para enlazarlas con la necesidad de construir un Estado y una cultura nacional como base de la identidad nacional.
Ese interés crítico por las distintas ideas se manifestó en Martí en una gran producción en el periodismo, la poesía, la crítica literaria, la novela, el ensayo, el teatro y en la acción política. Por su forma y profundidad se le puede colocar a la altura de los clásicos de la literatura de todos los tiempos. Ese apego al estilo y al contenido de calidad  tenía una función social, en palabas suyas: “Acercarse a la vida –he aquí el objeto de la literatura- ya sea para inspirarse en ella; - ya para reformarla conociéndola”.
Es posible que los fundamentos de su obra se encuentren en la prosa política y en la práctica revolucionaria. Sobre todo es el organizador del Partido Revolucionario Cubano encargado de emprender  la primera independencia cubana. Es decir, es su principal creación política-cultural, su obra más eficaz en donde se fundían la política  con los valores y las aspiraciones más elevadas de la sociedad. Esa síntesis del arte con la política se deja ver cuando afirmó que la literatura debía saber expresar las exigencias sociales del momento, en tal sentido dijo que “hay que llevar sangre nueva a la literatura” para dignificar a los “pobres de la tierra” y desmontar el sistema colonial. Ello se lograría dirigiendo la guerra por el bien de todos y no para obtener privilegios. En palabras suyas: “Con el dolor de toda la patria padecemos, y para el bien de toda la patria edificamos, y no queremos revolución de exclusiones ni de banderías”.
159 años de haber nacido y 117 de su muerte física pero con una actualidad y vigencia que se descubre en su recorrido como pensador y revolucionario enfrentado a dos situaciones: por un lado, participando directamente en la lucha independentista contra el imperio español y, por otro, al saber anticipar los peligros del nuevo poder expansionista norteamericano. Esos dos momentos lo hacen parte de nuestro tiempo en donde existen muchas transformaciones sociales por resolver. Esa circunstancia, entre la independencia y el desarrollo de los Estados Unidos como gran potencia fue vista y asumida por Martí de forma que lo coloca más allá del liberalismo clásico. Es un proceso de maduración de ideas que al inicio ocurre entre 1885 y 1891 cuando conoce la realidad de las ciudades norteamericanos y se pone de lado de los desposeídos. Esa visión directa y compleja le hace pensar en la urgencia de combatir, no sólo al imperio, sino también a sus sirvientes, por ello escribió que había que “impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino… de la anexión de los pueblos de Nuestra América al norte revuelto y brutal que los desprecia… Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas, - y mi honda es la de David”.
 Poco va creando un conjunto de argumentos sobre el ser latinoamericano, distinto del modelo liberal anglosajón al que aspiraban muchos pensadores liberales de la época. Martí insistirá en valorar a la persona y a su tierra, valorar auténticamente a la patria grande y la necesidad de la libertad.
En el ensayo “Nuestra América” Martí enfrenta a los pensadores liberales y les reclama la urgencia de construir la identidad del continente con elementos originales y sin despreciar los aportes de la cultura universal, pero diferenciándose del norte anglosajón que amenazaba a toda la región. Les decía con orgullo y con rabia” “estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque llevan delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan ¡bribones¡ de la madre enferma”. Se opuso también al entreguismo político y cultural y les decía que “El problema de la independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu” para ir edificando un ser superior, auténtico y opuesto al colonizado, pero debía considerarse  la realidad para cambiarla; en tal sentido señalaba: “Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España…. Las levitas son todavía de Francia pero el pensamiento empieza a ser de América”. Las dificultades para erigir una sociedad libre eran  varias y a ellas se les agregaba la actitud servil de los grupos de poder y la arrogancia del nuevo imperio. Según él, la amenaza principal era “el desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor.”  Y para los otros, para los entreguistas que ocultan y son cómplices de la expansión imperial, para ellos “los pueblos han de tener una picota para quien los azuza a odios inútiles, y otra para quien no les dice a tiempo la verdad”.
La noción de la libertad tal vez sea el elemento más constante en los trabajos de José Martí, la pensaba no como algo ideal y absoluto sino como un resultado de la práctica social. Para hacerla realidad debían buscarse en la realidad material qué tipo de valores existían y cómo la cultura podía contribuir en esa indagación. Esa libertad se edificaba en una lucha constante, en un proceso inacabado, conflictivo, o como decía Martí en uno de sus escritos: eran “nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura, como riachuelo de oro natural, que va entre arena y aguas turbias y raíces, o como hierro caldeado, que silba y chispea, o como surtidores candentes”.
El darse cuenta que la existencia  se componía de diversos momentos contradictorios, inseparables, fue haciendo posible esa unidad entre arte y política como partes de la lucha revolucionaria de su pueblo. Este puede ser la obra principal de Martí y pudo ser no como fruto de la inspiración repentina o de sentirse tocado por las musas, fue un proceso coherente que cruza su vida entera dedicada a la independencia cubana.  Tal formación, con arte, política y  dentro del pueblo, sirvió, además, para combatir el colonialismo español, edificar el sentimiento antiimperialista y defender el mestizaje cultural
100 años después de la muerte de Martí, exactamente un 26 de julio  de 1953, se muestra otro aspecto de ese hombre humanísimo, uno de sus legados fundamentales: con Fidel Castro a la cabeza, José Martí surge más vivo que nunca como autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada, el paso inicial de la segunda independencia de América. Renace como el creador de un arte al servicio de la revolución, fundido con la lucha popular y a su servicio con productos artísticos de gran nivel. La herencia martiana es tan potente y va más allá que el uso selectivo de algunas frases, se expresa en los logros culturales de la revolución cubana anticipados por Martí cuando afirmó que “Un pueblo de hombre educados será siempre un pueblo de hombres libres”; supo sospechar que desde la dignidad y la justicia es posible alcanzar niveles superiores de existencia. Si no se entiende la importancia de la lucha de Martí por fusionar el arte con la política y los valores no se puede comprender la realidad de esta Cuba tan modesta en recursos naturales, enfrentada a la guerra económica y propagandística de los Estados Unidos, a ese agresivo bloqueo, que haya podido obtener logros importantes en la educación y la salud, haya  alcanzado reconocidos niveles culturales y deportivos que no sólo son de los cubanos sino que son compartidos con gran parte de los “pobres de la tierra”.
Conociendo la obra de Martí es que podemos entender  la conducta de los profesores cubanos en los países pobres de América y África; el papel de los médicos formados por la revolución por todo el mundo y no por una mera beneficencia sino por la solidaridad gestada por Martí y potenciada por la Revolución, todo ello para que “la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.
26 de enero de 2012

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Remberto Cárdenas Morales