sábado, 26 de febrero de 2011

Voz 56

Voz
La Paz (Bolivia), 26 de febrero de 2011   Año II    No. 56

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio
Índice
El PCC es dirección colectiva que aprobará líneas económicas y sociales
El plan de la OTAN es ocupar Libia
Fidel Castro Ruz
Danza macabra de cinismo
Fidel Castro Ruz
Chávez afirma que Venezuela está fuera de cualquier
recesión y apunta hacia el fortalecimiento económico
TeleSur
Venezuela aboga por la paz y la soberanía en Libia
Cubadebate
VI Brigada Internacional "Primero de Mayo" 2011 “50 Aniversario de la Victoria
de Playa Girón y de la Proclamación del Carácter Socialista de la Revolución Cubana”
Sobre el Comandante de Nuestra América: www.chebolivia.org
De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.
Responsables de esta edición de Voz 56:
Yuri Aguilar Dávalos
y Remberto Cárdenas Morales

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio

El PCC es dirección colectiva que aprobará líneas económicas y sociales
Los “mastodontes” de la noticia siguen en lo suyo ahora que se aproxima el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) y que continúa la discusión de las propuestas que serán aprobadas en aquella reunión partidaria, básicamente, las líneas económicas y sociales de actualización, como las denominan los que dirigen ese debate, y las que después se aplicarán en la Mayor de las Antillas como voluntad del pueblo.
Aquel VI Congreso de los comunistas cubanos apenas refrendarán esas líneas económicas y sociales, dicen unos que predican en contra de la Revolución Cubana. Eso dicen los acostumbrados a ver que en la mayoría de los países del mundo lo fundamental de toda política económica (y social a veces), sólo tiene en cuenta los intereses de las clases dominantes, en tanto que los trabajadores y los pueblos de esos países sólo tienen asegurado, con recortes ahora, el derecho a la protesta. En España, septiembre de 2010, los asalariados, con la simpatía de otros pueblos y de los otros españoles, sostuvieron una huelga de 24 horas, luego de una organización de seis meses y sólo para rechazar una reforma laboral que rebaja salarios y los congela, que aumenta la edad de jubilación y suprime conquistas laborales de los tiempos del Estado benefactor. Ese ejemplo ofrecemos a nuestros lectores porque quizá nos resulte más próximo, entre otras cosas, por la historia y por la crecida cifra de inmigrantes bolivianos en la tierra ibérica.
Entre nosotros, además de poner en duda la efectividad de los debates como aquél que transcurre en Cuba, se descree en los programas políticos y en las líneas de política económica y social porque durante décadas aquí no se aplicaron esos documentos o se los abandonó y también se les cambió cuestiones esenciales.
En Cuba es distinto, los programas del gobierno revolucionario son un mandato de y para todos, y que se ejecuta. Además, allí el PCC es la dirección política real y colectiva por eso, entre otras consideraciones, esa fuerza conductora cuenta con el respaldo de la mayoría de los cubanos. El PCC no suplanta ninguna actividad ni de sus miembros ni de los cubanos sin partido. Aquella organización influye con su ejemplo, pero esa instancia cuenta con una ideología avanzada (el marxismo-leninismo), una organización y métodos de trabajo con y para el pueblo, una conciencia probada en tantos combates contra el imperialismo, fuerzas armadas de sustentación que son el pueblo armado y unos servidores públicos que tienen en cuenta los derechos individuales y colectivos mientras desempeñan sus funciones.
A propósito de los uniformados cubanos, la semana anterior una agencia de noticias circuló por el mundo que el presidente cubano, Raúl Castro Ruz, ha incorporado como ministros, viceministros y secretarios generales a militares, a lo que llamó militarización del gobierno de Raúl Castro.
Aquellas nominaciones, con certeza, fueron consultadas a los mandos de las fuerzas armadas y al menos al Buró Político del PCC. Sin embargo, el despacho de prensa sugiere que en esas designaciones sólo contó la voluntad del presidente Raúl Castro. Aquélla media verdad está destinada a subinformar, con lo que se pretende dañar a Cuba y su revolución.
Más aún: los militares cubanos que ejercen aquellos cargos en el gobierno de su país deben tener no sólo los merecimientos sino también las cualidades suficientes. Allí están porque son destacados dirigentes del PCC y de la sociedad cubana y, a la vez, porque son militares. La militarización es una práctica vista por nosotros, especialmente, en tiempos de dictadura, pero esa realidad nada tiene que ver con que militares cubanos sean promovidos para ejercer cargos en el gobierno que encabeza Raúl Castro.
El PCC es voluntad colectiva, allí confluyen los intereses individuales y colectivos de los cubanos, incluso son los segundos los que se sobreponen porque en la medida en la que se realizan los intereses colectivos se atienden los individuales. Por tanto, no hay contradicciones que sean insalvables entre los intereses individuales y los colectivos, en una sociedad socialista como la cubana.
La palabra de Fidel sobre el PCC, creemos, nos ayudará a entender mejor el papel de aquella concentración de teoría, método y acción revolucionarios, sobre todo respecto de las líneas económicas y sociales que luego de abril se aplicarán en Cuba:
“El partido lo resuelve todo. En él se sintetizan los sueños de todos los revolucionarios a lo largo de nuestra historia; en él se concretan las ideas, los principios y la fuerza de la Revolución; en él desaparecen nuestros individualismos y aprendemos a pensar en términos de colectividad; él es nuestro educador, nuestro maestro, nuestro guía y nuestra conciencia vigilante, cuando nosotros mismos no somos capaces de ver nuestros errores, nuestros defectos y nuestras limitaciones; en él nos sumamos todos y entre todos hacemos de cada uno de nosotros un soldado espartano de la más justa de las causas y de todos juntos un gigante invencible; en él las ideas, las experiencias, el legado de los mártires, la continuidad de la obra, los intereses del pueblo, el porvenir de la patria y los lazos indestructibles con los constructores proletarios de un mundo nuevo en todos los rincones de la Tierra están garantizados.
El partido es hoy el alma de la Revolución cubana”.
(…)
Ese es el PCC que discutirá y aprobará las líneas económicas y sociales entre el 16 y el 19 de abril próximo y que se aplicarán de inmediato en la Isla liberada y socialista. Esa es la organización política de la que habló el Comandante en Jefe en su primer congreso (1975).

El plan de la OTAN es ocupar Libia
(El líder de Revolución Cubana afirma que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días).
El petróleo se convirtió en la principal riqueza en manos de las grandes transnacionales yankis; a través de esa fuente de energía dispusieron de un instrumento que acrecentó considerablemente su poder político en el mundo. Fue su principal arma cuando decidieron liquidar fácilmente a la Revolución Cubana tan pronto se promulgaron las primeras leyes justas y soberanas en nuestra Patria: privarla de petróleo.
Sobre esa fuente de energía se desarrolló la civilización actual. Venezuela fue la nación de este hemisferio que mayor precio pagó. Estados Unidos se hizo dueño de los enormes yacimientos con que la naturaleza dotó a ese hermano país.
Al finalizar la última Guerra Mundial comenzó a extraer de los yacimientos de Irán, así como de los de Arabia Saudita, Iraq y los países árabes situados alrededor de ellos, mayores cantidades de petróleo. Estos pasaron a ser los principales suministradores. El consumo mundial se elevó progresivamente a la fabulosa cifra de aproximadamente 80 millones de barriles diarios, incluidos los que se extraen en el territorio de Estados Unidos, a los que ulteriormente se sumaron el gas, la energía hidráulica y la nuclear. Hasta inicios del siglo XX el carbón había sido la fuente fundamental de energía que hizo posible el desarrollo industrial, antes de que se produjeran miles de millones de automóviles y motores consumidores de combustible líquido.
El derroche del petróleo y el gas está asociado a una de las mayores tragedias, no resuelta en absoluto, que sufre la humanidad: el cambio climático.
Cuando nuestra Revolución surgió, Argelia, Libia y Egipto no eran todavía productores de petróleo, y gran parte de las cuantiosas reservas de Arabia Saudita, Iraq, Irán y los Emiratos Árabes Unidos estaban por descubrirse.
En diciembre de 1951, Libia se convierte en el primer país africano en alcanzar su independencia después de la Segunda Guerra Mundial, en la que su territorio fue escenario de importantes combates entre tropas alemanas y del Reino Unido, que dieron fama a los generales Erwin Rommel y Bernard L. Montgomery.
El 95 % de su territorio es totalmente desértico. La tecnología permitió descubrir importantes yacimientos de petróleo ligero de excelente calidad que hoy alcanzan un millón 800 mil barriles diarios y abundantes depósitos de gas natural. Tal riqueza le permitió alcanzar una perspectiva de vida que alcanza casi los 75 años, y el más alto ingreso per cápita de África. Su riguroso desierto está ubicado sobre un enorme lago de agua fósil, equivalente a más de tres veces la superficie de Cuba, lo cual le ha hecho posible construir una amplia red de conductoras de agua dulce que se extiende por todo el país.
Libia, que tenía un millón de habitantes al alcanzar su independencia, cuenta hoy con algo más de 6 millones.
La Revolución Libia tuvo lugar en el mes de septiembre del año 1969. Su principal dirigente fue Muammar al-Gaddafi, militar de origen beduino, quien en su más temprana juventud se inspiró en las ideas del líder egipcio Gamal Abdel Nasser. Sin duda que muchas de sus decisiones están asociadas a los cambios que se produjeron cuando, al igual que en Egipto, una monarquía débil y corrupta fue derrocada en Libia.
Los habitantes de ese país tienen milenarias tradiciones guerreras. Se dice que los antiguos libios formaron parte del ejército de Aníbal cuando estuvo a punto de liquidar a la Antigua Roma con la fuerza que cruzó los Alpes.
Se podrá estar o no de acuerdo con el Gaddafi. El mundo ha sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira, o una mezcla de hechos de todo tipo que, en medio del caos, se produjeron en Libia. Lo que para mí es absolutamente evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días.
Los que con pérfidas intenciones inventaron la mentira de que Gaddafi se dirigía a Venezuela, igual que lo hicieron en la tarde de ayer domingo 20 de febrero, recibieron hoy una digna respuesta del Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, cuando expresó textualmente que hacía “votos porque el pueblo libio encuentre, en ejercicio de su soberanía, una solución pacífica a sus dificultades, que preserve la integridad del pueblo y la nación Libia, sin la injerencia del imperialismo…”
Por mi parte, no imagino al dirigente libio abandonando el país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan, sean o no falsas en parte o en su totalidad.
Una persona honesta estará siempre contra cualquier injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio.
A la jefatura de esa organización belicista le urge hacerlo. ¡Hay que denunciarlo!
Fidel Castro Ruz
Febrero 21 de 2011

Danza macabra de cinismo
(Tomado de CubaDebate)
La política de saqueo impuesta por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en el Oriente Medio entró en crisis. Esta se desató inevitablemente con el alto costo de los cereales, cuyos efectos se hacen sentir con más fuerza en los países árabes donde a pesar de sus enormes recursos petroleros, la escasez de agua, las áreas desérticas y la pobreza generalizada del pueblo contrastan con los enormes recursos derivados del petróleo que poseen los sectores privilegiados.
Mientras los precios de los alimentos se triplican, las fortunas inmobiliarias y los tesoros de la minoría aristocrática se elevan a millones de millones de dólares.
El mundo arábigo, de cultura y creencia musulmana, se ha visto humillado adicionalmente por la imposición a sangre y fuego de un Estado que no fue capaz de cumplir las obligaciones elementales que le dieron origen, a partir del orden colonial existente hasta fines de la Segunda Guerra Mundial, en virtud del cual las potencias victoriosas crearon la ONU e impusieron el comercio y la economía mundiales.
Gracias a la traición de Mubarak en Camp David el Estado árabe palestino no ha podido existir, pese a los acuerdos de la ONU de noviembre de 1947, e Israel se convirtió en una fuerte potencia nuclear aliada a Estados Unidos y la OTAN.
El Complejo Militar Industrial de Estados Unidos suministró decenas de miles de millones de dólares cada año a Israel y a los propios estados árabes sometidos y humillados por éste.
El genio ha salido de la botella y la OTAN no sabe cómo controlarlo.
Van a tratar de sacarle el máximo provecho a los lamentables sucesos de Libia. Nadie sería capaz de saber en este momento lo que allí está ocurriendo. Todas las cifras y versiones, hasta las más inverosímiles, han sido divulgadas por el imperio a través de los medios masivos, sembrando el caos y la desinformación.
Es evidente que dentro de Libia se desarrolla una guerra civil. ¿Por qué y cómo se desató la misma? ¿Quiénes pagarán las consecuencias? La agencia Reuters, haciéndose eco del criterio de un conocido banco de Japón, el Nomura, expresó que el precio del petróleo podría sobrepasar cualquier límite:
"‘Si Libia y Argelia suspenden la producción petrolera, los precios podrían llegar a un máximo por encima de 220 dólares por barril y la capacidad ociosa de la OPEP sería reducida a 2,1 millones de barriles por día, similar a los niveles vistos durante la guerra del Golfo y cuando los valores tocaron los 147 dólares por barril en el 2008’, aseveró el banco en una nota."
¿Quiénes podrían pagar hoy ese precio? ¿Cuáles serían las consecuencias en medio de la crisis alimentaria?
Los líderes principales de la OTAN están exaltados. El Primer Ministro británico, David Cameron, informó ANSA, " admitió en un discurso en Kuwait que los países occidentales se equivocaron en apoyar gobiernos no democráticos en el mundo árabe." Se le debe felicitar por la franqueza.
Su colega francés Nicolás Sarkozy declaró: "La prolongada represión brutal y sangrienta de la población civil libia es repugnante".
El canciller italiano Franco Frattini declaró "‘creíble’ la cifra de mil muertos en Trípoli [ ] ‘la cifra trágica será un baño de sangre’."
Hillary Clinton declaró: " el ‘baño de sangre’ es ‘completamente inaceptable’ y ‘tiene que parar’ "
Ban Ki-moon habló: "‘Es absolutamente inaceptable el uso de la violencia que hay en el país’."
" ‘el Consejo de Seguridad actuará de acuerdo a lo que decida la comunidad internacional’."
"‘Estamos considerando una serie de opciones’."
Lo que Ban Ki-moon espera realmente es que Obama diga la última palabra.
El Presidente de Estados Unidos habló en la tarde de este miércoles y expresó que la Secretaria de Estado saldría para Europa a fin de acordar con sus aliados de la OTAN las medidas a tomar. En su cara se apreciaba la oportunidad de lidiar con el senador de la extrema derecha de los republicanos John McCain; el senador pro israelita de Connecticut, Joseph Lieberman y los líderes del Tea Party, para garantizar su postulación por el partido demócrata.
Los medios masivos del imperio han preparado el terreno para actuar. Nada tendría de extraño la intervención militar en Libia, con lo cual, además, garantizaría a Europa los casi dos millones de barriles diarios de petróleo ligero, si antes no ocurren sucesos que pongan fin a la jefatura o la vida de Gaddafi.
De cualquier forma, el papel de Obama es bastante complicado. ¿Cuál será la reacción del mundo árabe y musulmán si la sangre en ese país se derrama en abundancia con esa aventura? ¿Detendrá una intervención de la OTAN en Libia la ola revolucionaria desatada en Egipto?
En Iraq se derramó la sangre inocente de más de un millón de ciudadanos árabes, cuando el país fue invadido con falsos pretextos. ¡Misión cumplida! proclamó George W. Bush.
Nadie en el mundo estará nunca de acuerdo con la muerte de civiles indefensos en Libia o cualquier otra parte. Y me pregunto: ¿aplicarán Estados Unidos y la OTAN ese principio a los civiles indefensos que los aviones sin piloto yankis y los soldados de esa organización matan todos los días en Afganistán y Pakistán?
Es una danza macabra de cinismo.
Fidel Castro Ruz
Febrero 23 de 2011
7 y 42 p.m.

Chávez afirma que Venezuela está fuera de cualquier
recesión y apunta hacia el fortalecimiento económico
10:54 am 26 Feb 2011
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ratificó que su país se encuentra fuera de toda recesión económica y avanza hacia el desarrollo de la producción económica y el impulso de la cultura y los valores positivos.
En una alocución transmitida este viernes por la televisora estatal Venezolana de Televisión (VTV), el mandatario resaltó que el índice del Producto Interno Bruto (PIB), aumentó en un 0,6 por ciento en el cuarto trimestre del año pasado, lo que advierte un incremento importante para este 2011.
“Ahora se seguirán tomando medidas para que aquellos sectores que están por debajo de cero salgan a flote y los que ya salieron sigan su crecimiento”, expresó en Consejo de Ministros desde el Palacio de Miraflores, sede de la Presidencia.
En ese sentido, el presidente Chávez llamó a la población a abocarse hacia el trabajo conjunto para impulsar los planes del Estado que apuntan a mantener el crecimiento sostenido de todos los sectores productivos.
El pasado jueves, el ministro para la Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, afirmó ante la Asamblea Nacional que durante el año 2010 el Estado venezolano ha orientado su actuación en la superación de una cultura rentista a través de la transformación de una sociedad basada en el trabajo.
Añadió que dicha situación se ha logrado gracias a dos estrategias puntuales: la plena autonomía sobre el uso de los recursos naturales, y la justa distribución de la renta de esos recursos, mediante una política incluyente.
“Eso se evidencia en los indicadores positivos de desarrollo humano, el cumplimiento de las Metas del Milenio, la seguridad social y el empleo”, puntualizó.
Como parte de los objetivos que persigue el Ejecutivo venezolano en relación al mejoramiento de la calidad de vida, Chávez aprobó la víspera 619 millones de dólares para culminar las obras del sistema Tuy IV que aportará 21 mil litros por segundo a la ciudad de Caracas (capital) en el marco de los planes de obras públicas 2011-2012.
El sistema cumplirá con brindar servicio de agua potable en los barrios de Caracas, especialmente a zonas históricamente excluidas del oeste y suroeste de la capital así como de los Valles del Tuy, en el estado Miranda.
Asimismo, Chávez anunció que en los venideros meses de abril y mayo, el Gobierno realizará una oferta de “alta intensidad” para la adquisición de neveras, cocinas, aires acondicionados y televisores, a precios económicos para el pueblo.
“El objetivo es que cada familia tenga los enseres necesarios del hogar para tener una vida de calidad”, comentó el dignatario en la reunión con los titulares de las carteras.
Adicionalmente, suscribió la transferencia de alrededor de 215 millones de dólares para las gobernaciones del país.
Precisó que del año 2010 quedó un remanente de recursos que serán distribuidos a las regiones más necesitadas del país a través de la vía constitucional.
“Estamos revisando el Plan de Obras Públicas 2010-2012, que ya está en marcha; estamos dispuestos a acelerar todo esto, como el plan de comercio, cómo garantizar el suministro de los bienes y los servicios a los 30 millones que somos ya”, afirmó.
El presidente Chávez recordó la misión de su Gobierno por medio de los planes económicos, como la satisfacción de las necesidades de todos los venezolanos, cuyos logros se consiguen en socialismo a diferencia del capitalismo.
“¿Quien se apodera de los recursos en el capitalismo? Una pequeña minoría. En cambio en el socialismo se distribuyen tomando en cuenta las escalas de las necesidades. Es decir, a más necesidad más recursos para poder lograr, en el corto plazo, la igualdad”, emplazó.
Fuente: TeleSur
Venezuela aboga por la paz y la soberanía en Libia
Fuente: Cubadebate
El Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, durante el cierre de la jornada de comparecencias de los Ministros en la Asamblea Nacional de ese país , se refirió a una “pregunta irónica, poco seria para un problema tan delicado como la situación de Libia”, por lo que recordó a los presentes que se encontraban en la Asamblea Nacional, “no estamos en un show mediático, y por ello no evadiremos hablar del tema”.
Al respecto sostuvo que efectivamente en Libia, se están atravesando momentos difíciles, que no deben ser manipulados por los medios de comunicación, “en manos de occidente y de agencias imperiales que mienten sobre este problema”.
No le deseamos la violencia a ningún pueblo
El Ministro señaló que en el país africano, se están dando “los primeros pasos para un proceso de secesión, muestras igualmente de un proceso de guerra civil compleja, con cantidad de sucesos que luego conoceremos a fondo”.
Ante lo que agregó que “hoy se sabe la realidad de Trípoli, gracias a la presencia de un periodista de Telesur y afortunadamente este pueblo se encuentra normal ante el conflicto”.
En este sentido rechazó el doble rasero de algunas comunidades internacionales ante el conflicto, “quienes exigen investigaciones y castigos (…) por qué no lo exigen esos castigos contra la masacre de iraquíes y los bombardeos en Afganistán y Paquistán”.
Asimismo indicó que se debe analizar el conflicto con objetividad.
Puntualizó que algunas potencias buscan condiciones para justificar invasiones a Libia, “para desgajarla en pedazos y sacar el petróleo”.
"Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad... Haga circular esta información".Rodolfo Walsh

Convocatoria
VI Brigada Internacional "Primero de Mayo" 2011 “50 Aniversario de la Victoria
de Playa Girón y de la Proclamación del Carácter Socialista de la Revolución Cubana”
Estimado (a) Amigo (a):
Recibe un cordial y caluroso saludo en nombre del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos que afectuosamente te Convoca a participar en la VI Edición de la Brigada Internacional de Trabajo Voluntario y de Solidaridad con Cuba, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores. La conmemoración del día de los Trabajadores constituye una tradición de la clase obrera de todo el mundo. En todas las latitudes el proletariado, principal protagonista de la época contemporánea, manifiesta en este día sus intereses y reivindicaciones a través de las más variadas expresiones de la actividad revolucionaria.
En este 2011, por el que transcurre el año 53 de la Revolución cubana, nuestra clase obrera, junto a nuestro pueblo todo, es protagonista principal del reordenamiento al que se enfrenta hoy la economía cubana, cuyo fin último es fortalecer nuestro sistema socialista, haciéndolo más eficiente. Por ello el debate abierto y franco que hoy se lleva a cabo por toda nuestra nación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, a celebrarse en este próximo mes de abril, constituye un ejemplar ejercicio de democracia participativa de nuestro pueblo en la toma de decisiones de su destino, como lo ha venido haciendo hace 53 años, a pesar de las campañas y calumnias de que nuestra Revolución es objeto por los círculos de poder del imperialismo. Este año además, Cuba, América Latina y el mundo, celebran un especial acontecimiento: el 50 Aniversario de la primera gran derrota del imperialismo yanqui en el hemisferio occidental, ocurrida precisamente en las arenas de Playa Girón, momento de nuestra historia antecedido por la proclamación, el 16 de abril de 1961, del carácter socialista de nuestra Revolución. Es por tanto en este contexto histórico, que nuestro Instituto convoca a una nueva edición de la VI Brigada Internacional de Solidaridad con Cuba “Primero de Mayo”.
Como en años anteriores, asistirán amigos y amigas de todo el mundo, quienes compartirán las celebraciones por el Día Internacional de los Trabajadores junto a la clase obrera y el pueblo cubano.
El programa organizado contempla visitas a lugares de interés histórico, económico, cultural y social; conferencias sobre diversos temas de actualidad nacional, con énfasis particular en la lucha por la liberación de nuestros Cinco Héroes, así como el Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba que se realizará después de las actividades centrales por la efemérides del Primero de Mayo.
Las actividades de la brigada se desarrollarán del 25 de abril al 7 de mayo de 2011. La estancia comprende 11 noches en el Campamento Internacional “Julio Antonio Mella" (CIJAM), ubicado en el municipio de Caimito a 45 Kms. de la Ciudad de La Habana y 3 noches en la provincia de Matanzas, justo en los escenarios de la victoria de nuestro pueblo en Playa Girón. El campamento, creado en el año 1972, cuenta con condiciones adecuadas para satisfacer la vida colectiva y las necesidades de los amigos que nos visitan de diferentes partes del mundo.
Las jornadas de trabajo agrícola se realizarán en áreas aledañas al CIJAM y una jornada en la provincia de Matanzas.
Cada brigadista deberá traer 2 fotos (1x1 pulgadas) para el carné que lo acredita como miembro del contingente, así como ropas y zapatos adecuados (camisa manga larga, pantalón largo y calzado de trabajo) para realizar las labores de producción, así como gorra o sombrero para protegerse del sol. La estancia tendrá un costo de 295.00 CUC que incluye alojamiento en habitaciones compartidas hasta para 6 personas en el CIJAM, pensión alimenticia completa, transfer in-out y transportación a todas las actividades del Programa. Las visitas opcionales no se incluyen en el precio del paquete. La estancia en el CIJAM por noche adicional tiene un costo de 10.00 CUC.
La creciente participación en la brigada de un número cada vez mayor de amigos y amigas procedentes de todo el mundo, denota no sólo la motivación por conocer Cuba, sino cómo la solidaridad con la isla se extiende por todo el universo estimulada por el compromiso que despierta la Revolución cubana en su lucha contra el bloqueo impuesto por el imperialismo norteamericano y por nuestro derecho a existir como nación independiente y soberana.
Los miembros de la brigada, una vez inscriptos, asumen el compromiso de cumplir el programa, mantener una conducta apropiada, ser disciplinados y respetar las normas de convivencia.
Mucho nos agradaría poder contar con tu participación en esta VI Edición de la Brigada Internacional de Solidaridad con Cuba, “1 de Mayo”, por lo que te invitamos cordialmente a participar en ella.
Las inscripciones estarán abiertas para los interesados hasta el 20 de abril del 2011. Tanto las confirmaciones de participación como la información sobre la fecha, vuelo y línea aérea en la que tienen previsto su arribo a Cuba, deben ser enviadas al correo deuropa@icap.cu, amistur@amistur.cu y alatina.andinos@icap.cu. También puedes contactarnos en la web www.icap.cu
Contando con tu entusiasta participación junto a nuestro pueblo en esta celebración proletaria en un crucial año de la Revolución Cubana.
¡Te esperamos!
Jesús Bayos Sardiñas
Director Brigada Internacional “1 de Mayo”
Tareas prioritarias del año:
VI Brigada Internacional 1 de mayo que tendrá lugar del 25 de abril al 7 de mayo del 2011
—XVIII Brigada Latinoamericana y Caribeña de Trabajo Voluntario y Solidaridad con Cuba que se realizará del 31 de julio al 14 de agosto en las provincias de Camaguey y Cienfuegos.
VI Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba en México del 6 al 9 de octubre.
VII Coloquio Internacional por la libertad de los Cinco en Holguín (noviembre del 2011)
XI Congreso Nacional del Movimiento Boliviano de Amistad y Solidaridad con Cuba
( Octubre 2011 en Guayacamerín )
Idania Ramos C. Carmona - ICAP

sábado, 19 de febrero de 2011

Voz 55

Voz
La Paz (Bolivia), 19 de febrero de 2011          Año I          No. 55

Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio
Índice
El PCC es la fuerza dirigente del pueblo cubano
Hay que empezar a salvar la humanidad ya
Fidel Castro Ruz
Sequías, inundaciones y alimentos
Paúl Krugman 13/02/2011
Silvio: “Mi suerte histórica está echada”
Democracia y exclusión social:
No se trata de administrar la desigualdad, sino de eliminarla
Osvaldo Martínez
Contra esos tipos hay algo personal
Waldo Albarracín Sánchez
Sobre el Comandante de Nuestra América: www.chebolivia.org
De la Redacción:
Las notas firmadas expresan los criterios de los autores.
Responsables de esta edición de Voz 55: 
Yuri Aguilar Dávalos
y Remberto Cárdenas Morales


Libertad inmediata para los Cinco héroes cubanos, presos políticos del imperio

El PCC es la fuerza dirigente del pueblo cubano
“¿Cuál el la función del partido? Orientar. Orienta en todos los niveles, no gobierna en todos los niveles. Crea la conciencia revolucionaria de las masas, es el engranaje con las masas, educa a las masas en las ideas del socialismo y en las ideas del comunismo, exhorta a las masas al trabajo, al esfuerzo, a defender la Revolución. Divulga las ideas de la Revolución, supervisa, controla, vigila, informa, discute lo que tenga que discutir, pero no tiene las atribuciones de quitar y poner administradores, de quitar y poner funcionarios”. Así definió Fidel al partido marxista-leninista, al partido revolucionario en un discurso de 1962, a tres años de la victoria y cuanto todavía el líder cubano no había fundado, con otros jefes de la Revolución, el actual Partido Comunista de Cuba (1965). Éste que fusionó a dirigentes y militantes del Movimiento 26 de Julio, del Partido Socialista Popular (el segundo Partido Comunista, después del que fundó Julio Antonio Mella), del Directorio Revolucionario “13 de Marzo” y de revolucionarios sin partido.
El PCC que “existe sólo por el pueblo y para el pueblo” realizará su próximo Congreso entre el 16 y el 19 de abril próximo, en La Habana, ocasión en la que sus delegados discutirán y aprobarán las líneas económicas y sociales para una actualización de la economía y de la sociedad socialistas en la Isla. Esas líneas, que siguen en debate entre aquel pueblo hermano, luego de esa aprobación por la más importante reunión de los comunistas cubanos, serán convertidas en políticas públicas destinadas a su aplicación.
Desde la vereda enemiga y sin diferenciar el trigo de la paja, la agencia de noticias de España, Efe, esta semana informó de que esas líneas sugeridas por el actual presidente cubano, Raúl Castro Ruz, serán aprobadas en aquel Congreso del PCC, al que asistirán sólo economistas y quienes entiendan de economía de modo que estén en capacidad de aportar elementos teóricos e ideológicos.
Admitamos, a manera de simple ejercicio, que allí discutirán entre entendidos en economía. El congreso de los comunistas cubanos se llevará a cabo luego de que esas líneas se estudian, discuten y aprueban en miles de reuniones del PCC y en los más distintas instancias de esa organización política y entre todo el pueblo, subrayamos. O sea que aquel pueblo participa en la aprobación de esas políticas para avanzar más aún en la construcción del socialismo, a pesar del bloqueo yanqui que dura más de 50 años. Incluso antes de que entregaran al pueblo esas líneas económicas y sociales; más aún, incluso antes de la redacción de aquéllas, durante más de un año, especialmente expertos, acopiaron información, investigaron, estudiaron y escribieron esas líneas de actualización, como se las denomina. En verdad, en esas líneas no hay nada que se parezca a la improvisación.
Y ni siquiera sugerimos que aquella obra humana reúne sólo virtudes. Sin embargo, confiamos en que esas líneas recogerán los intereses del pueblo cubano y, por extensión, los de los pueblos de Nuestra América.
Desde posiciones del imperio y de la derecha internacional se espera, sin embargo, que los cubanos fracasen en la aplicación de esas líneas y, con esa materialización, los más audaces aguardan el restablecimiento del capitalismo en la Isla indomable.
El PCC que entraña teoría, método y práctica no está dispuesto a promover, en la Mayor de las Antillas, ningún ejercicio o experimento, ni siquiera copiará modelos que pongan en riesgo el socialismo o que le causen dificultades a ese sistema liberador, como han reiterado los dirigentes de aquella sociedad que sigue un curso transformador. Luego del camino recorrido por más de 50 años, los cubanos continúan por un cauce que les garantiza más socialismo del bueno, para decirlo en el lenguaje popular: tan claro y tan convencedor.  
Asimismo, por Cuba se dice, con una inaceptable ligereza, que vive sin democracia. La discusión de aquellas líneas económicas y sociales, sin restricción alguna, es un ejemplo de ejercicio de la democracia, esto es, de participación del pueblo en las decisiones fundamentales, lo que tiene mucho que ver con el trabajo y la vida de la gente porque, en el socialismo, el bienestar de hombres y de mujeres es el objetivo fundamental. Por tanto, esa democracia quiere decir disfrute, por los cubanos, de la riqueza nacional creada por ellos. 
Además de lo dicho por Fidel sobre el partido marxista-leninista, el PCC es teoría revolucionaria en tanto, por ejemplo, ahora se apresta a poner a prueba las líneas económicas y sociales (previa la discusión señalada). El postulado teórico, entre otros, es que aquellas líneas en su aplicación, durante un proceso, darán como resultado una sociedad más socialista o, lo que es lo mismo, éste último será perfeccionado mediante la aplicación de esas líneas.
El PCC también es método, es el mejor instrumento para la materialización de las tareas dichas por Fidel y que transcribimos en el primer párrafo de esta nota.
El partido marxista-leninista de los cubanos, asimismo, es práctica revolucionaria, hace lo que dice. Esa cualidad le concede ventajas a esa organización que dirige al pueblo cubano.
Ése es el instrumento del pueblo cubano que aplica la teoría marxista-leninista y que asume esta teoría como guía para su acción (praxis). A la vez, ejerce aquella teoría como método de interpretación de la sociedad cubana y del mundo. Ese es el instrumento que en la segunda quincena de abril de este año aprobará las líneas económicas y sociales las que, aplicadas, depararán para Cuba, nuestra América y el mundo, una sociedad en la que se pedirá de cada quien según su capacidad y se remunerará a cada quien según su trabajo, en un estado avanzado de su desarrollo, con lo que se espera que el socialismo sea más justo y más humano de lo ya es. Y esto en la realidad, no sólo en el discurso.

Hay que empezar a salvar la humanidad ya
Texto Introductorio del Comandante en Jefe Fidel Castro al debate con los intelectuales realizado el martes 15 de febrero de 2011 en el Palacio de las Convenciones.
Supe que varios intelectuales prestigiosos, y amigos sinceros de Cuba, visitaron nuestra Capital para participar en la XX Feria Internacional del Libro de La Habana.
Esa Feria es una de las modestas cosas buenas que hemos impulsado. Los libros y las ideas que ustedes elaboran y promueven han sido fuentes de aliento y esperanza; gracias a ellos, conocemos lo que vale el injerto del talento y la bondad. Sus nombres se familiarizan y se repiten a lo largo de la vida durante años, que siempre nos parecen breves.
Entre los factores que amenazan al mundo están las guerras. Los científicos  han sido capaces de poner en manos del hombre colosales energías, que han servido entre otras cosas para crear un instrumento autodestructivo y cruel como el arma nuclear.
Los intelectuales pueden quizás prestar un enorme servicio a la humanidad. No se trataría de salvarla en términos de milenios, tal vez ni siquiera en términos de siglos. El problema es que nuestra especie se encuentra ante problemas nuevos, y no aprendió siquiera a sobrevivir.
Si logramos que los intelectuales comprendan el riesgo que estamos viviendo en este momento, en que la respuesta no se puede posponer, tal vez logren persuadir a las criaturas más autosuficientes e incapaces que han existido nunca: nosotros, los políticos.
¿Cómo?
Me correspondió hace casi 20 años la desagradable tarea de advertir al mundo, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que nuestra especie estaba en peligro de extinción.
Lo razoné entonces, aunque el peligro no era inminente como ahora, se me escuchó con atención, aunque tal vez sería mejor decir que con benevolencia.
Hubo aplausos. Un tipo se había percatado de eso. Los súper poderosos allí reunidos se dieron cuenta de que era cierto, pero un problema que ellos, desde luego, se ocuparían de resolver en los siglos que tenían por delante.
La cara sonriente de Bush padre, y la monumental mole del Canciller alemán Helmut Kohl, marchando con rapidez por un ancho pasillo, al frente del grupo después de la foto final, propiciaba la impresión de que nada podía perturbar el feliz sosiego de nuestro espléndido mundo.
Tan tonto como los demás mortales, quedé con la idea de que tal vez había exagerado.
Han pasado sólo 19 años y hoy veo cosas perturbadoras que ya están sucediendo y no admiten dilación alguna.
Más vale parecer locos que serlo y no parecerlo. Si pensamos que estamos ya a un paso del abismo y nuestro cálculo no fuera exacto, ningún daño haríamos a la humanidad. Cuando nos acercamos ya a los 7 mil millones de habitantes, no es cuestión de ponerse a filosofar sobre Malthus y las posibilidades de la soya, el trigo y el maíz genéticamente modificados.
Los norteamericanos, que en eso son los más avanzados, saben bien cual es el tope de sus posibilidades.
Es hora ya de prestar atención a los ecologistas y los científicos como Lester Brown, la máxima autoridad mundial en esa materia y la producción de alimentos.
Pensadores eminentes ven con claridad que el sistema capitalista desarrollado marcha hacia un desastre inevitable. Nadie habría sido capaz de prever las nuevas situaciones que se van creando a lo largo del camino, y en nada se niega sino, por el contrario, se confirman las crisis que nos convirtieron en revolucionarios. Ahora no se trata de la inevitabilidad del cambio de la sociedad, sino del derecho de la especie a una vida diferente por la cual no hemos dejado de luchar.
Ni siquiera entre las religiones que postulan el Apocalipsis, una idea en la que creen muchos, nadie que yo sepa sugirió que sería este milenio y mucho menos este siglo.
He meditado mucho estos días en los sucesos que están teniendo lugar y les ruego hagan lo mismo, sin temor alguno de solicitarles un esfuerzo inútil.
Tengo el hábito de leer cuanto análisis de ecologistas y científicos prestigiosos llega a mis manos.
Ayer, cuando meditaba sobre lo ocurrido en Túnez y Egipto, me llamó la atención un artículo recién publicado de Paul Krugman, escritor renombrado y economista serio, cuyos análisis sobre las medidas de Roosevelt a raíz de la Gran Depresión y la guerra, reflejaban un especial conocimiento de la economía en Estados Unidos y el papel desempeñado por el autor del New Deal. No es marxista ni socialista. Recibió el Premio Nobel de Economía en el año 2008. Vean lo que escribió sobre la crisis de los alimentos, la persona tal vez más autorizada para hacerlo.
Sequías, inundaciones y alimentos
Paúl Krugman 13/02/2011
Estamos en mitad de una crisis alimentaria mundial (la segunda en tres años). Los precios mundiales de los alimentos batieron un récord en enero, impulsados por los enormes aumentos de los precios del trigo, el maíz, el azúcar y los aceites. Estos precios desorbitados sólo han tenido un efecto limitado en la inflación estadounidense, que sigue siendo baja desde un punto de vista histórico, pero están teniendo un impacto brutal para los pobres del mundo, que gastan gran parte o incluso la mayoría de sus ingresos en alimentos básicos.
Las consecuencias de esta crisis alimentaria van mucho más allá de la economía. Después de todo, la gran pregunta acerca de los levantamientos contra los regímenes corruptos y opresivos en Oriente Próximo no es tanto por qué se están produciendo como por qué se están produciendo ahora. Y hay pocas dudas de que el hecho de que el precio de la comida esté por las nubes ha sido un desencadenante importante de la cólera popular.
¿Y qué hay detrás del repunte de los precios? La derecha estadounidense (y la china) culpa a las políticas del dinero fácil de la Reserva Federal, y hay al menos un experto que afirma que hay “sangre en las manos de Bernanke”. Mientras tanto, el presidente francés Nicolas Sarkozy culpa a los especuladores y les acusa de “extorsión y pillaje”.
Pero las pruebas cuentan una historia diferente, mucho más siniestra. Aunque hay varios factores que han contribuido a la drástica subida de los precios de los alimentos, el que realmente sobresale es la medida en que los acontecimientos meteorológicos adversos han alterado la producción agrícola. Y estos acontecimientos meteorológicos adversos son exactamente la clase de cosas que uno esperaría ver a medida que el aumento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero cambie el clima (lo que significa que la actual subida del precio de la comida podría ser sólo el principio).
Ahora bien, hasta cierto punto, el vertiginoso ascenso de los precios de los alimentos forma parte de un encarecimiento general de los productos básicos: los precios de muchas materias primas, que abarcan todo el espectro desde el aluminio hasta el zinc, han estado subiendo rápidamente desde principios de 2009, principalmente debido al acelerado crecimiento industrial en los mercados emergentes.
Pero la relación entre el crecimiento industrial y la demanda está mucho más clara en el caso del cobre, por ejemplo, que en el de los alimentos. Excepto en los países muy pobres, el aumento de la renta no tiene un gran efecto en la cantidad que come la gente.
Es cierto que el crecimiento en algunos países emergentes como China conduce a un aumento del consumo de carne y, por tanto, a un incremento de la demanda de pienso para los animales. También es cierto que las materias primas agrícolas, especialmente el algodón, compiten por la tierra y otros recursos con los cultivos destinados a la alimentación (como también lo hace la producción subvencionada de etanol, que consume muchísimo maíz). De modo que tanto el crecimiento económico como las malas políticas energéticas han contribuido en cierta medida al repentino encarecimiento de la comida.
Aun así, los precios de los alimentos iban a la zaga de los precios de otros productos básicos hasta el verano pasado. Entonces llegó el azote del tiempo.
Fíjense en el caso del trigo, cuyo precio casi se ha duplicado desde el verano. La causa inmediata del repunte del precio del trigo es evidente: la producción mundial ha caído en picada. La mayor parte del declive de dicha producción, según los datos del Departamento de Agricultura de EE.UU., es el reflejo de una drástica bajada en la antigua Unión Soviética. Y sabemos a qué se debe eso: una ola de calor y una sequía sin precedentes, que elevaron las temperaturas de Moscú por encima de los 38 grados por primera vez en la historia.
La ola de calor rusa sólo ha sido uno de los muchos acontecimientos meteorológicos extremos recientes, desde la sequía de Brasil hasta las inundaciones de proporciones bíblicas de Australia, que han mermado la producción mundial de alimentos.
La pregunta, por tanto, pasa a ser qué hay detrás de estas condiciones meteorológicas extremas. Hasta cierto punto, estamos viendo las consecuencias de un fenómeno natural, La Niña, un acontecimiento periódico en el que el agua del Pacífico ecuatorial se enfría más de lo normal. Y los fenómenos de La Niña se han relacionado históricamente con crisis alimentarias mundiales, entre ellas, las crisis de 2007 y 2008.
Pero la historia no termina ahí. No se dejen engañar por la nieve: en conjunto, 2010 está vinculado con 2005 por ser el año más cálido del que se tienen registros, aun cuando nos encontrábamos en un periodo de actividad solar mínima y La Niña fue un factor de enfriamiento durante la segunda mitad del año. Los récords de temperatura no sólo se batieron en Rusia, sino en al menos 19 países, que representan una quinta parte de la superficie terrestre del planeta. Y tanto las sequías como las inundaciones son consecuencias naturales de un mundo que se calienta: las sequías porque hace más calor, las inundaciones porque los océanos más calientes liberan más vapor de agua.
Como siempre, no es posible atribuir ningún acontecimiento meteorológico concreto a los gases de efecto invernadero. Pero el patrón que estamos viendo, con máximos extremos y en general un tiempo extremo que se vuelve mucho más habitual, es justo lo que uno esperaría del cambio climático.
Por supuesto, los sospechosos habituales se pondrán como locos ante las insinuaciones de que el calentamiento global pueda tener algo que ver con la crisis alimentaria; quienes insisten en que Ben Bernanke tiene las manos manchadas de sangre suelen ser más o menos los mismos que insisten en que el consenso científico sobre el clima es el reflejo de una descomunal conspiración de la izquierda.
Pero las pruebas indican, de hecho, que lo que estamos viviendo ahora es un adelanto de la alteración, económica y política, a la que nos enfrentaremos en un mundo recalentado. Y dada nuestra incapacidad para actuar frente a los gases de efecto invernadero, se avecinan muchas más cosas, y mucho peores.
Han pasado casi 19 años de la Cumbre de Río de Janeiro y tenemos el problema delante. Allí estábamos planteando esos problemas, sin imaginarnos que el fin de la especie puede ser dentro de un siglo o de decenios, si antes no se produce una guerra.
El aumento de los precios de los alimentos agravará de inmediato sin ninguna duda la situación política internacional. Si como consecuencia de todo esto se agravan los problemas, me pregunto: ¿debemos ignorarlos?
Me gustaría que sobre este tema se centrara nuestro debate.
La Humanidad hay que empezar a salvarla ya.

Silvio: “Mi suerte histórica está echada”
Lecturas
El necio es una canción rebelde, incluso con lo que defiende. Surgió en un momento extremo, muy definitorio —el derrumbe del campo socialista— y quizá por eso el bosque no deja que se le vean algunos árboles… Sea señora es un poco al revés: una canción francamente autocrítica...
El siguiente es un fragmento de una entrevista colectiva realizada por jóvenes cubanos a Silvio Rodríguez. Por razones de espacio reproducimos una parte del material periodístico.


Rafael González Escalona, David Vázquez Abella, Mónica Rivero, Carlos Manuel Álvarez Cubadebate
La idea de la entrevista nació el día en que un dedo mal puesto en una tecla eliminó el nombre del autor de una crónica dedicada al concierto de Silvio Rodríguez en el barrio habanero de La Hata. “¿Quién es ‘el prófugo de la esperanza’?”, preguntó Silvio, aludiendo al título de la nota periodística. El nombre de Carlos Manuel fue restablecido en la web por uno de sus compañeros, estudiantes de tercer año de Periodismo de la Universidad de La Habana que escriben, publican y arman Cubadebate. ...No sucede algo así por casualidad. Los estudiantes tienen entre 17 y 21 años. Los editores algo más de 40. Las noticias que pescamos, los videos que sugerimos, las fotos que aquí cada uno elige gravitan hacia todas las direcciones e intereses posibles.
Sin embargo, hemos descubierto que hay un puente donde siempre nos encontramos sin que nadie se ponga previamente de acuerdo: la música de Silvio, los ecos que de él llegan, su blog por el que casi todos comenzamos la búsqueda informativa.  “¿Cómo puedes algo así?”, le preguntaba la editora al autor de ‘El necio’ cuando ya estaba desatada la conspiración de la entrevista colectiva. “Pues me saco la lengua todos los días, ante el espejo, y a veces hasta me pego un poco. No te lo recomiendo pero funciona. Quiero decir, como conexión, porque es lo mismo que hacía a los 17. Otra buena es escuchar a Violeta Parra. Bueno, algún día me cuentas de las tuyas…”, reaccionó él.
No hay manera de saber qué tiempo pasan frente al espejo Mónica, Rubén, Rafael, David y Carlos Manuel, pero sí cuánto duró el envío de sus preguntas. En un pestañazo también Cubadebate recibió las respuestas.
Mónica Rivero, estudiante de Periodismo
—¿Qué gana el arte cuando sale de los espacios concebidos para él?
—Hay que tener claro que una cosa es crear espacios para el arte y otra, muy diferente, es condenar el arte a la rigidez de los espacios. Yo creo que el arte, donde quiera que se manifieste, crea su propio espacio y cumple su función.
—¿Dónde y a quién hay que cantarle hoy en Cuba?
—Se puede cantar en la calle, en los parques, en las plazas, en las peñas, en los teatros; se puede cantar en las prisiones, en las escuelas, en los hospitales, en los centros de trabajo, en las unidades militares; se puede cantar cortando las verduras y limpiando la casa. O sea, en casi todas partes, si se desea, se puede cantar. Donde único no hay que cantar es donde moleste. Tenemos que aprender a respetar el silencio ajeno.
—En su opinión, ¿dónde se ubica la frontera entre lo culto y lo popular? ¿Existe tal frontera, o lo describirías de otra forma?
—La buena música no tiene fronteras ni clase preferente. Los conceptos de culto y de popular nacieron de la sostenibilidad económica del arte. La música, como hoy se conoce, empezó a organizarse en el medioevo, subvencionada por las iglesias, donde además se enseñaba. Después, para satisfacción de soberanos y sus cortes, se fueron creando diversas formaciones orquestales. Fue cuando el mecenazgo de la nobleza mantuvo a virtuosos y compositores.
Esto se refleja en la película “Amadeus”, que sin embargo no explica como un genio como Mozart, para tocar en los palacios, tenía que vestir librea y comer en la cocina, con los criados. El ballet y la ópera fueron convirtiéndose en instituciones de élite en la medida en que fueron necesitando mantener compañías de músicos, cantantes, bailarines, escenógrafos, escritores y empleados, lo que sólo podía ser sostenido con altos precios que pagaban los pudientes.
En muchos países estas colosales instituciones han sido asumidas por el Estado, que debe seguir cobrando caro para paliar los enormes gastos que implica el llamado gran arte. De la exclusividad económica surgió la idea de que había un arte culto, protegido, bien pagado, y otro silvestre y popular, menor, que crecía como la verdolaga. Hoy día está claro que puede haber músicos con más formación académica que otros y que, igualmente, hay grandes músicos empíricos. Hoy día está claro que la música sencillamente es buena o es mala. Para mí, Hórowitz era el Tata Güines del piano. Y a Pancho Amat lo considero el Segovia del tres (y cuidado con eso).
—¿Cuánto le debe su obra a las vivencias de su juventud en los barrios de La Habana?


—Supongo que más o menos lo mismo que le debe a mi niñez, al río Arigüanabo, a los montes que envuelven San Antonio. Igualmente le debe mucho a mis años de soledad como recluta; a mis meses de aventura marina con los pescadores y al año que pasé en la guerra de Angola. En esta suerte de bestiario son inexcusables las generosas musas femeninas. La verdad es que la deuda de mi canción es infinita.
Carlos Manuel Álvarez, estudiante de Periodismo
—Cuál es el riesgo, artísticamente hablando, de un disco como Segunda Cita, tan centrado en la realidad nacional. ¿Pudiéramos decir que el éxito o el fracaso de la obra —en términos de trascendencia— depende del éxito o el fracaso de un proyecto social como el cubano?


—Una vez dije que si la Revolución caía, yo caería con ella. Eso lo mantengo porque una parte esencial de mis canciones tuvo una inspiración revolucionaria. Hay que comprender que transcurrí de niño a hombre en la primera década del proceso. Y que casi desde que empecé a cantar lo hice expresando mi realidad, de la que fui partícipe como persona, tratando siempre de no quedarme en lo superficial. Fue mi manera de entender el compromiso con la partecita de mundo que me tocaba y con el resto del planeta, que también se hacía sentir, y mucho. Hay un arco que va desde “Mientras tanto”, donde anuncio cómo va a ser mi canto, hasta “Sea señora”, donde reclamo evolución, sin R, pero consecuente con nuestra Historia. En esa trayectoria mi suerte histórica está echada. Espero que quede algo para mi suerte artística.
—Todo buen poeta es ficticio. Todo buen poeta roza con la ubicuidad. Parece haber un Silvio para cada momento. Un Silvio que tiende la mano a la hora de definiciones amorosas, de definiciones políticas, de definiciones ante el tiempo, ante la muerte. ¿Cómo se definiría el Silvio hombre, el sujeto imperfecto, ante cada uno de estos escollos?
—Whitman decía que se celebraba y se cantaba a sí mismo. Salvando la insondable distancia, yo he conseguido cantarme a mí mismo, pero cuando he tratado de celebrarme ha sido como el aliento en un cristal. Quizá eso explique que tenga pocas canciones hechas desde la plenitud. Hace años solía decir que cuando era feliz no hacía canciones porque el goce no me dejaba. Era cierto. Profundizando un poco podría agregar que hasta sentía pudor de ser feliz, cuando ocurría. En “Pequeña serenata diurna” lo solucioné pidiendo excusas, pero fue un recurso que sólo pude usar una vez, como le pasó a Agatha Christie con “El asesinato de Roger Ackroyd”.
—A través de su blog, muchos jóvenes latinoamericanos han confesado descubrir, por ejemplo, a Villena y a Eliseo Diego. ¿Hubo tal intención desde un inicio; el propósito, digamos, de abrir un espacio en el universo digital para la obra de grandes poetas cubanos? ¿A qué cree Silvio Rodríguez que se deba su vigencia, su popularidad dentro de la juventud hispanoamericana?
—Yo sólo he ido poniendo referencias personales en el blog, textos con los que me identifico. También he solicitado colaboraciones y algunos me han complacido, otros no (al menos todavía). El caso de Rubén y de Eliseo es porque son poetas —personas— que me acompañan desde hace mucho tiempo. El garbo de la poesía de Rubén me dejó resonancias. El susurro revelador de Eliseo me enseñó otro mundo. No son los únicos citados.
También hay cantores de diferentes tiempos y países. Hago enlaces con artículos diversos, unos de actualidad, otros científicos. Pero el curso del blog, su pulso, lo ha ido conformando la participación de personas que he conocido en ese medio, algunos prácticamente anónimos. A veces mi papel ha sido el de un interpretador que acude a las respuestas que le ofrecen su formación y su memoria. Sentir y actuar en sintonía con esa onda colectiva es parte de lo especial que ha tenido Segunda cita.

Democracia y exclusión social:
No se trata de administrar la desigualdad, sino de eliminarla
Osvaldo Martínez*
El tema de la democracia no suele ser abordado por economistas. Sociólogos, politólogos e historiadores son los que frecuentan este tema, aunque es evidente que en el modelo económico tiene el debate sobre la democracia un componente sustantivo. El acceso al empleo es la base principal para disponer de un ingreso y sostener proyectos de vida individual y familiar pues difícilmente se podría participar en la vida política si no hay participación en la vida económica, si se carece de ese punto de partida condicionante de la participación política que es tener medios de vida asegurados por un trabajo estable. El debate sobre la “construcción de ciudadanía” raras veces toma en cuenta la construcción de empleos estables, remunerados y dotados de adecuadas prestaciones sociales, sin los cuales los ciudadanos que deben mover los hilos de la democracia, no son más que excluidos sociales.
Curiosamente, las tendencias que sobre el empleo desarrolla el capitalismo global de nuestros días son claramente excluyentes de aquel empleo estable. El trabajo tiende a devaluarse, fragmentarse y precarizarse siguiendo el dictado del lucro de mercado que subordina y deforma el uso de las nuevas tecnologías de la información, convirtiéndolas en factores devaluadores de la fuerza de trabajo. Estas tendencias dominantes a escala global llevan implícita la pregunta elemental acerca de si con tal devaluación y exclusión del llamado factor trabajo, el debate sobre la democracia —muy sesgado hacia el análisis de la dinámica de partidos, de procedimientos y rituales— carezca cada vez más de base de sustentación y derive hacia una metafísica democrática.
Es necesaria una ojeada a lo que está haciendo el capitalismo global con el trabajo y un recordatorio de la realidad económico-social latinoamericana, para desde allí, plantearnos de nuevo las viejas interrogantes sobre la democracia.
Entre 2002 y 2007 América Latina vivió una cierta época dorada en términos de crecimiento económico gracias a los altos precios de sus exportaciones de productos básicos, lo cual propició un afianzamiento de su perfil primario exportador (reprimarización), pero hizo posible un crecimiento de 26,5%. El ingreso per cápita anual aumentó 18,4% en ese período (Mussi, Afonso, 2008) y permitió que el ingreso anual promedio de un latinoamericano sea de unos 8.700 dólares, algo así como una clase media a nivel mundial.
En 2007, después de ese auspicioso período los pobres alcanzaban no obstante, la cifra de 194 millones, de los cuales 71 millones eran indigentes. En esta extrema categoría se incluían 41 millones de niñas y niños entre 0 y 12 años y 12 millones de adolescentes entre 13 y 19 años.
En las zonas rurales la extrema pobreza se acentúa y afecta al 37% de la población. Entre indígenas y afrodescendientes la extrema pobreza supera entre 1,6 veces (Colombia), hasta 7,8 veces (Paraguay) a la del resto de la población (CEPAL).
La crisis económica global en 2008-2009  impactó a la región y probablemente echará por tierra los avances sociales que aquellos años de altos precios de las commodities trajeron. Por el momento la FAO ha revelado que los avances logrados a paso de hormiga durante 15 años en la reducción del número de hambrientos, fueron borrados ya y que 53 millones de latinoamericanos están desnutridos, incluyendo tres de cada cuatro niños indígenas.
Pero, lo más interesante es el secular problema de la desigualdad en la distribución del ingreso. América Latina no es la región más pobre. Ella es una especie de clase media en esos engañosos promedios mundiales. Pero, lo que nadie discute es que contiene la mayor carga de desigualdad social, de polarización extrema entre riqueza y pobreza.
Se señala que el coeficiente Gini en América Latina supera en dos tercios al de los países de la OCDE. En la región el 20% más pobre recibe menos del 10% del ingreso total, mientras que el 20% más rico se apropia entre 50-60% (CEPAL).
Esta extrema desigualdad es una poco honrosa “marca de fábrica” que acompaña a América Latina, la define como la región de mayor inequidad social en el planeta y tiene una relación de fundamental importancia con el funcionamiento de la democracia, su calidad y aun su misma concepción.
Aunque esa inequidad hunde sus raíces en el pasado colonial y en los procesos de articulación de las economías y sociedades latinoamericanas a los centros del capitalismo mundial en los siglos 19 y 20, las tendencias actuales del capitalismo global tienden a empeorar lo regresivo en la distribución del ingreso, en íntima conexión con la política neoliberal que ha dominado y aun continúa siendo dominante, a pesar de los esfuerzos por encontrar otras fórmulas.
Las tendencias hacia una mayor desigualdad provenientes del capitalismo global
El período de relativa estabilidad, con política keynesiana, sociedad de bienestar y no pocos avances en la legislación y práctica laboral, que vivió el capitalismo aproximadamente entre 1945 y 1975, entró en crisis por una combinación de factores que incluyeron el descenso de la tasa de ganancia del capital productivo debido al aumento de la composición orgánica del capital y la consiguiente incapacidad de la demanda para absorber los resultados de las inversiones en tecnologías. Comenzó a registrarse un excedente de capital en relación con sus posibilidades de inversión rentable en las condiciones productivas de aquella etapa: keynesiana en cuanto a política económica y fordista en cuanto a organización industrial.
El capital excedente buscó salidas alternativas para su colocación rentable y las encontró en la inversión especulativa, en el traslado de dólares hacia Europa (eurodólares), en la canalización de créditos hacia los países del Sur, en especial los latinoamericanos, en los cuales no tardaría en estallar la crisis de la deuda externa (1982), y en el gasto militar ocasionado por la guerra en Viet Nam.
Aquella transferencia masiva hacia el sector financiero en detrimento de la economía real se reflejó en un crecimiento más lento y un aumento del desempleo. Esto a su vez sometió a tensión al estado de bienestar, hizo aumentar el gasto público y comenzaron los desequilibrios en la balanza de pagos, en especial en la de Estados Unidos, hasta derivar en el insostenible desequilibrio que hace funcionar esa economía como una aspiradora que apoya su consumismo en gigantescos déficits fiscales y comerciales que son financiados por el  resto del mundo, en lo que algunos han llamado el equilibrio del terror financiero.
Esos desequilibrios, apenas iniciales en el caso de Estados Unidos en los años 70, fueron enfrentados por lo general, mediante la emisión de moneda, provocando inflación, y finalmente al reunirse el escaso crecimiento con la inflación, el sistema keynesiano-fordista vivió su crisis final marcado por la estanflación.
Quedó abierto el camino para la implantación de la contrarrevolución neoliberal. Ella combinó la centralidad del mercado como árbitro y organizador supremo, con el flujo de capitales cada vez más libres gracias a la desregulación financiera, más abundantes gracias a las crecientes ganancias especulativas y la anulación de la competencia del llamado socialismo real con la desaparición de la Unión Soviética.
Pero, como ha explicado Gilberto Dupas en su excelente artículo “Pobreza, desigualdad y trabajo en el capitalismo global” publicado en la revista Nueva Sociedad 215 (2008), la incorporación de las tecnologías de la información al sistema productivo conformó una economía del conocimiento que impactó el significado de conceptos como valor, capital y trabajo. Si bien el trabajo aumentó en muchos casos su componente de conocimiento, las reglas capitalistas continuaron imponiendo el principio de que a mayor costo del trabajo, menos importancia y respeto hacia éste. Esas mismas tecnologías facilitaron la “flexibilización del trabajo”, esto es, su precarización, informatización y escasa remuneración. Se extiende el “micro-miniempresario” que debe autoabastecer su propia comida, transporte, salud, superación individual, en una peculiar variante de autoexplotación.
Con el conocimiento se han abierto paso dos caras del mismo fenómeno. Por un lado, éste se ha depreciado al multiplicarse casi sin costo como software utilizado por máquinas para aplicar patrones repetidos, masificados. Por otro, el conocimiento para conservar su valor, debe ser escaso y tratar de obtener monopolios —aunque sean fugaces— en la investigación tecnológica privada para facilitar ganancias extraordinarias mientras dure.
Es el caso de las computadoras, pantallas de plasma y teléfonos celulares que son objeto de campañas publicitarias intensas, de modo que se hacen obsoletos a poco tiempo de salir al mercado y en plena capacidad de sus valores de uso. Es un permanente proceso de inutilización de productos que supone  un enorme desperdicio de materias primas y recursos no renovables, una degradación acelerada del medio ambiente y un voraz consumo de energía.
El trabajo, o bien se precariza y fragmenta, o se devalúa aun incorporando conocimiento, o en los casos privilegiados, sirve como base para una “destrucción creativa” schumpenteriana, en la que al incorporar los límites al crecimiento dados por la degradación ambiental y el consumo de energía, la destrucción supera con creces a la creación, al incluirse dentro del proceso global de agresión a las condiciones para la vida humana en el planeta.
Como señala Dupas algunas grandes corporaciones aparecen como prototipos de momentos en la historia del capitalismo. En los años 80 fue el auge de la maquila desplazando actividades industriales hacia la frontera con México en busca de sus bajos salarios. El capital global luchaba en dos frentes contra la tendencia decreciente de la tasa de ganancia: inflando una superestructura especulativa desorbitada cuyo estallido conduciría a la crisis global actual, y rebajando salarios, protección al trabajo, recortando servicios públicos y contaminando el medio ambiente para descargar costos.
Si en algún momento el modelo empresarial fue Ford y General Motors —hoy reducidas a nostálgicos recuerdos y financieramente quebradas— en otro fue Microsoft y ahora el paradigma es Wall Mart, lo que equivale a decir una facturación de 300 mil millones de dólares anuales, más de 100 millones de clientes cada semana, junto a salarios pésimos, explotación descarnada en medio de abusivas e inhumanas condiciones de trabajo.
El modelo neoliberal ha sido de profundo impacto en hacer más desiguales e inequitativas las sociedades latinoamericanas y en degradar el trabajo como fuente de ingreso y actividad creativa y gratificante. Quizás el más grave de todos los problemas del capitalismo global es la poca cantidad y la mala calidad de los empleos que genera. El trabajo fijo, remunerado, “decente” —según la expresión de la OIT— que es definitivo para la participación social, está no sólo en retroceso, sino en franca crisis. Los empleos de largo plazo asegurados, son cada vez más raros y el trabajo recae sobre tareas o etapas de duración limitada.
Anteriormente, los trabajadores mantenían una sólida relación de largo plazo con sus empresas empleadoras y eso facilitaba un cierto ámbito social que amortiguaba la lucha de clases mediante beneficios en salud, educación, jubilación, que moldeaban una sensación de progreso en medio de sociedades que no vacilaban en llamarse a sí mismas sociedades de bienestar. No mucho de esto llegó a América Latina, que todavía en 1980 seguía siendo en lo esencial abastecedora de materias primas mientras que en Estados Unidos y Europa funcionaba aquel bienestar, pero en cambio llegó con toda velocidad el nuevo paradigma en política económica y sus consecuencias sobre el trabajo.
El neoliberalismo ponía su énfasis en la ganancia a corto plazo, más a tono con su predilección por la especulación cortoplacista que por la ganancia industrial más lenta en el tiempo. Esta tendencia encontró en el avance de las tecnologías de información un complemento perfecto para comenzar a precarizar el trabajo. Las vidas laborales comenzaron a vivir una angustia permanente porque como dice Dupas: “El nuevo capital es impaciente. Los inversores buscan la flexibilidad de las empresas en su secuencia de producción para poder alterar los esquemas a voluntad y tercerizar todo lo que sea posible. En este contexto, los empleos se limitan cada vez más a contratos de hasta seis meses, frecuentemente renovados”.[1]
De este modo, el trabajo temporal es el de más rápido crecimiento. La jornada laboral se hace más larga y la depresión provocada por trabajos “flexibilizados” alimenta la propensión al alcoholismo, el divorcio, los problemas de salud, y en especial hace más desigual la distribución del ingreso y se relaciona con otros fenómenos como el incremento de la violencia y la criminalidad. En América Latina la época de oro neoliberal de los años 90 coincidió no por azar, con un aumento de 40% en los homicidios, lo cual convirtió a la región en la segunda con mayor criminalidad mundial, después de África Subsahariana (Banco Mundial, 2008). Son latinoamericanos tres de los cuatro países más violentos del mundo: Colombia, El Salvador y Brasil.
Desigualdad y democracia en América Latina.
El modelo económico y su relación con la democracia.
Parecería una verdad de Perogrullo que el modelo económico influye muy directamente en la democracia o en su sucedáneo “la gobernabilidad democrática”, pero en la región pueden apreciarse dos etapas de diferente apreciación en cuanto a ella.
Como señala Marcos Roitman en su excelente libro “Las razones de la democracia en América Latina”, si durante varias décadas la pregunta que centró la ocupación intelectual fue ¿cómo salir del subdesarrollo?, después de la traumática etapa de las dictaduras militares y la salvaje represión, la pregunta pasó a ser ¿cómo salir de las dictaduras?
La primera pregunta suponía un intento más abarcador de explicar en la historia, la economía, la política y en la cultura como síntesis de todo lo anterior, el modo en que se había conformado la estructura y relaciones de subdesarrollo y dependencia de esta región. Esta pregunta implicaba el debate sobre la salida del subdesarrollo. Se trataba de explicar el subdesarrollo para dejarlo atrás, de identificar los obstáculos al cambio social para superarlos. En ella, la democracia era parte componente inseparable de las reflexiones sobre las formas de dominación económica, política, cultural de las clases dominantes y de proyectos diversos para transformar aquella realidad.
En esta perspectiva de pensamiento que abarca tanto a los teóricos de la dependencia como a los que desde la interpretación de procesos históricos intentaron explicar la realidad regional, o incluso en figuras independientes como Raúl Prebish, la democracia no era un fin en sí mismo, sino un componente orgánico de una interpretación del subdesarrollo y de un proyecto explícito o implícito para salir de aquel estadio.
Después de la dolorosa experiencia de las dictaduras militares, en los años 80 se inicia una etapa en la que la obsesión por salir de las dictaduras se traduce —no sin cierta lógica a partir de las brutales experiencias vividas— en obsesión por reflexionar sobre la democracia como un fin en sí mismo, despejado de contenido socioeconómico, de dominación clasista y vista en términos de la vía para dejar atrás las dictaduras. Según Agustín Cuevas: “se pasó del modo de producción capitalista al modo de producción democrático”.[2]
Este cambio en el modo de reflexionar sobre la democracia implicó exaltar a ésta como un valor abstracto, intemporal, universal, más allá de sociedades concretas, diferentes todas, y capaz de actuar como un valor normativo en sí mismo para todo tiempo y lugar. La democracia dejó de ser parte de una interpretación histórica de sociedades vivas, divididas en clases, sujetas a relaciones de dependencia y escenario de inequidades y dominación social, necesitadas de transformación, siendo la democracia un componente de esa transformación, y respondiendo ella a una pregunta esencial que le otorga su sentido trascendente, esto es, ¿para qué la democracia?, para pasar a ser estudiada y entendida como un valor universal y destacada casi exclusivamente como opción favorable en comparación con las dictaduras precedentes y en algunos casos como justificación de transiciones democráticas que conservaron importantes espacios de protección a los dictadores y dictaduras anteriores.
Una figura tan lúcida como el desaparecido René Zavaleta dice al respecto: “La sociedad civil en esta fase gnoseológica es el solo el objeto de la democracia; pero el sujeto democrático (es un decir) es la clase dominante, o sea su personificación en el Estado racional. La democracia funciona entonces como una astucia de la dictadura. Es el momento no democrático de la democracia (….).  Sostenemos, por tanto, que la separación entre el estado político y la sociedad civiles es el hecho equivalente, en la política, al fetichismo de la mercancía: dentro de la mercancía o igualdad está la plusvalía o desigualdad y dentro de la autonomía del estado-democracia está la dictadura burguesa”.[3]
En otras palabras, se separa la democracia del problema fundamental de la dominación política de las clases dominantes y se convierte ésta en un conjunto de reglas procedimentales, de reglas de juego “neutrales” e iguales para todos, aunque en la abstracción “todos”, se esconda una dosis de desigualdad, exclusión e injusticia social, que desde abajo, desde las bases mismas de la sociedad, reclamen de la democracia no ser simple procedimiento o reglas para cosas tales como alternancia política, respeto a las mayorías, libertad de expresión, sino instrumento de transformación, camino abierto al cambio social.
Concebida como valor universal, abstracto, como conjunto de reglas procedimentales o como ritual democrático, la democracia se desvincula por definición de cualquier proyecto de transformación sociopolítica, pues en su pretendida universalidad e intemporalidad, la transformación sólo podría existir dentro del espacio de valores establecidos por el ritual democrático universal.
De aquí se desprende otro paso: sería difícil plantear críticas sobre el contenido real en términos de justicia social y acceso verdadero al poder político en las democracias existentes si estos cumplen con los procedimientos democráticos. Es el paso de la democracia a algo sutilmente diferente que es la gobernabilidad democrática, más interesada en reproducirse como gobernabilidad que en plantearse el contenido real de la democracia en términos de justicia social y verdadera igualdad.
No parece casual que abunden más las investigaciones sobre la pobreza que sobre la desigualdad, a pesar de ser ésta el talón de Aquiles de las democracias electorales latinoamericanas, pero en la matriz de pensamiento liberal que es la base de las democracias representativas, la desigualdad es aceptable si se cumple la regla de la igualdad de oportunidades “ciudadanas”, pero en la terca realidad la igualdad de oportunidades entre el 20% “más rico” y no menos del 50% “más pobre” de los latinoamericanos es una burla o una estafa.
La gobernabilidad democrática entendida sólo como definición jurídica procedimental tiende a ignorar el sentido de las relaciones sociales bajo el capitalismo globalizado, neoliberal y transnacionalizado que es el real en América Latina. Éste produce explotación, desigualdad, exclusión y virtual negación de la participación, pero las desigualdades quedan legitimadas como consecuencias inevitables de unas reglas del juego basadas en libertades individuales e igualdad formal bajo la categoría neutra de ciudadanos.
El cientista social Hans-Jurgen Burchardt ha hecho un interesante balance de la relación desigualdad-democracia.[4] Y ha concluido que “a casi tres décadas de la recuperación de la democracia, la mayor participación política no se ha traducido en participación social.
Esto plantea nuevas interrogantes a la teoría de la democracia”.
En el mencionado artículo se constata que los déficits democráticos de las democracias son extensos, a tal extremo que se habrían llegado a plantear la existencia de no menos de 550 subtipos de democracias para unos 120 regímenes formalmente democráticos a fines del siglo 20. Pero más allá de la extensa lista de déficits, una de las conclusiones es que “aunque se produzca con cierta regularidad la alternancia entre las élites políticas, la participación es baja y, por lo tanto, no alcanza para controlarlas. Las élites con frecuencia se aíslan de la sociedad y se enquistan en el poder. Esto significa que, contra lo que sostiene la teoría de transición, la celebración de elecciones libres y la existencia de una estructura institucional adecuada no conducen en forma lineal a la democratización política. Los fenómenos detallados anteriormente no serían “dolores de parto” para avanzar en la construcción de la democracia liberal, sino que deben ser entendidos como características de un desarrollo propio”.[5]
Se ha planteado la expresión “ciudadanía de baja intensidad” para caracterizar las democracias latinoamericanas, pero qué es esto sino el reflejo de la extrema desigualdad y las múltiples formas de discriminación que de allí se derivan y se alimentan de un modelo económico excluyente per se y que considera ciudadanos con iguales derechos al opulento  —que entre otros factores reproduce su opulencia en el acceso al conocimiento— y el hambriento que reproduce su hambre en el no acceso al mismo, y esa brecha en América Latina no se está achicando, sino está creciendo (CEPAL, 2007).
Durante tres décadas de democracias electorales no se ha cumplido en la región el supuesto de que a más democracia más justicia —y no sólo justicia en cuanto a derecho, sino justicia social— y a más justicia más democracia. Por el contrario la desigualdad y por ende, la injusticia social creció en esos años.
Vuelve a plantearse la interrogante acerca de la compatibilidad entre una relación social básica capital-trabajo que en esencia produce y reproduce desigualdad y la democracia en tanto no sólo ritual de reglas de procedimiento en instituciones correspondientes, sino entendida ésta como participación, control sobre los gobernantes, transparencia en la gestión pública, verdadera igualdad.
Burchardt llega a la conclusión, desde una posición que no es anticapitalista, que “democracia y mercado no necesariamente tienen efectos sinérgicos: pueden, de hecho, volverse contradictorios”.
Por su parte, James Petras, desde una posición anticapitalista radical, plantea que la democracia es dependiente de la hegemonía y la solidez de la propiedad capitalista y que este sistema tiene una visión instrumental de la democracia, lo cual se ilustra con numerosos ejemplos históricos en los que el capitalismo global, su centro hegemónico (Estados Unidos) ha apoyado dictaduras —como en América Latina— o democracias electorales según coyunturas evaluadas como favorables o desfavorables para los intereses hegemónicos.[6]
El déficit democrático de las democracias liberales latinoamericanas y no sólo latinoamericanas ha inducido a poner énfasis en la relación entre democracia e igualdad social y a incluir algunas dimensiones socioeconómicas que hacen más complejas la ecuación de la teoría liberal, como la capacidad de decisión económica, las oportunidades y las competencias (Sen, 2003).
Pero, no obstante, la teoría liberal ignora que las capacidades de decisión económica, las oportunidades, los talentos no se establecen a partir de libertades individuales formales, sino que están condicionadas por el medio social concreto y que “por tanto, la reducción efectiva de la desigualdad debería producirse no a través de posibilidades individuales o de la democratización en el acceso, sino mediante la promoción económica y el empoderamiento de las comunidades más pobres y los sectores subalternos”.[7]
El ciudadano abstracto e irreal de la teoría liberal es un ser humano que puede tener derechos teóricos, pero necesita hacerlos efectivos, y para eso tiene que poseer recursos que lo hagan capaz de reclamarlos y hacerse escuchar. Los que no tienen recursos, tienen sólo un derecho inalcanzable que no llega a conectar con su vida real. La ciudadanía se hace realidad participativa y derecho operativo sólo a partir de poseer los recursos para poder demandarlos y ejercerlos. La concepción de ciudadanía —hija predilecta del liberalismo doctrinario— no es más que una abstracción vacía o peor aún, el encubrimiento de la desigualdad real bajo el manto de la igualdad formal, sino va acompañada de un reconocimiento de la desigualdad social y de acciones para combatirla.
El debate sobre la calidad de la democracia parece a veces ignorar la verdad elemental de que para garantizar democracia, participación, control de los gobernantes, buen funcionamiento de las instituciones, en suma, verdadera democracia, no basta con que exista igualdad formal de derechos jurídico-políticos y cumplimiento de los procedimientos y rituales democráticos, sino que los actores sociales posean recursos similares, o al menos, que no existan entre ellos las abismales diferencias que hoy caracterizan a la región.
No basta con reconocer la igualdad en el derecho al voto, a la expresión, a la asociación, etc., si las elecciones son competencias mediáticas costosas, si la expresión es monopolizada por las grandes empresas que fabrican opiniones, si la asociación requiere mucho dinero para establecerse y aún más para hacerse escuchar, si la carencia de instrucción elemental bloquea el diálogo político más allá de banalidades propagandísticas, y si el desempleo y la pobreza favorecen el clientelismo y la compra-venta de votos.
Es imprescindible ir más allá de las igualdades y derechos formales, para actuar en la transformación de la exclusión social mediante la promoción del empleo, la efectiva redistribución de la riqueza, el acceso a la educación, a la salud, a la cultura, y esto con mayor intensidad y premura mientras más desfavorecidos, pobres y excluidos sean los grupos sociales de que se trate.
Las famosas “asimetrías de poder” no son más que una expresión académica suavizante para aludir a la enorme injusticia y exclusión social que lastra a las sociedades de la región y mutilan en ellos la democracia, aunque existan multitud de partidos, funcione el parlamento, los tribunales de justicia, etc.
Democracia y gobiernos que proclaman el socialismo del Siglo 21
En años más recientes, la crisis de pobreza, informalidad y desigualdad desatada por el Consenso de Washington en la región, unida a la vaciedad y carencia de inclusión social en las democracias electorales, produjo el hecho político relevante de la victoria electoral y el acceso al gobierno de fuerzas políticas con proyección antineoliberal, un fuerte sentido de nacionalismo democrático-social, políticas de independencia frente a Estados Unidos y fuerte crítica al accionar de sus gobiernos.
En Venezuela, en Bolivia y Ecuador, se proclama el avance hacia el socialismo del siglo 21 a partir de gobiernos elegidos en procesos electorales de la democracia liberal y que se desenvuelven desde entonces dentro de ellas, dentro de sus reglas y límites.
Surgen varias preguntas en relación con este resultado impensable hace apenas una década, cuando el pensamiento único parecía todopoderoso e incapaz de perder elecciones en las estructuras democráticas adaptadas a su conveniencia y en las cuales sus candidatos ganaban invariablemente, llevando al gobierno variantes menores en la aceptación esencial de la liberalización contenida en el Consenso de Washington.
Tan profunda fue la crisis generada por aquella política de modernización subordinada, de “inserción en el mercado mundial” y de ascenso al Primer Mundo, que los votantes desbordaron la apatía por las elecciones y al votar por Chávez, por Evo Morales, por Rafael Correa, reflejaron el rechazo a la demagogia anterior, utilizando el vehículo electoral que había vuelto a funcionar dentro de la matriz neoliberal.
En efecto, ¿podrán estos gobiernos avanzar hacia el socialismo del siglo 21, lo cual supone dejar atrás al capitalismo, actuando dentro de la estructura institucional y jurídica de la democracia liberal? ¿Podrán ellos ir transformando desde adentro esas estructuras dotando sus principios democrático-igualitarios abstractos con contenidos de justicia social que los trasciendan y conviertan en verdaderas democracias participativas?
Estas preguntas trascienden las posibilidades de un breve artículo y requieren respuestas complejas que no serán dadas sólo por la teoría, sino por la unión entre ella y una práctica política que no tiene manuales preestablecidos y debe ser “creación heroica”, nunca “calco y copia”.
Entre otros muchos factores a tener en cuenta en este complejo desafío político y teórico, se encuentra la necesidad de consolidar una base económica compartida (ALBA) que ofrezca el sustento indispensable del proyecto político y permita que estos gobiernos no sean desalojados mediante elecciones en las que las necesidades materiales insatisfechas estimulen una derrota. La crisis económica global actual plantea a estos gobiernos un desafío porque los desgasta en tanto gobiernos debido a los estragos financieros que provoca, pero al mismo tiempo da la posibilidad de enfrentar la crisis protegiendo con prioridad a los más vulnerables y demostrando así la naturaleza diferente de ellos respecto al modo oligárquico tradicional de descargar los efectos de las crisis económicas. Sólo la práctica política de los próximos años podrá responder a esas preguntas, aunque la experiencia de años recientes muestra que estos gobiernos y aún más, el movimiento social de base popular que ellos encarnan, sería capaz de conjugar democracia y justicia social, colocados fuera del capitalismo y trascendiendo la democracia liberal, llenándola de un nuevo contenido participativo y multicultural.
Mientras tanto, llama la atención la crítica a que se les somete, acerca de la pérdida de calidad democrática en ellos, de tendencias autoritarias que estarían manifestándose, aunque se trata de gobiernos elegidos mediante elecciones consideradas democráticas, con la presencia de observadores internacionales, medios de comunicación oligárquicos abiertos y en pleno funcionamiento e incluso un gobierno como el de Chávez que ha batido record en cuanto a elecciones efectuadas y no sólo elecciones, sino plebiscitos con capacidad de revocar al Presidente, los cuales no existen ni han existido en los países que no reciben críticas y que por tanto, estarían cumpliendo a pie juntillas los parámetros democráticos consagrados.
Las críticas se basan en la teoría liberal que prioriza el ritual y los procedimientos y se mantiene dentro de los límites de la ciudadanía abstracta, la igualdad de derechos entre desiguales y la libertad de expresión de los grandes dueños de empresas mediáticas.
Es singular que los gobiernos de izquierda mencionados reciban críticas por diferenciarse de los que siguen el modelo liberal oligárquico y las críticas sean más acres, mientras mayores dosis de inclusión social producen o intentan introducir. Pero, la carencia de inclusión social ha sido precisamente la que ha vaciado la democracia liberal y la ha sumido en reconocidos déficits  que tienen en la indiferencia de los votantes —el partido de mayor votación es la abstención— su síntoma más evidente.
Parecería que la única forma de satisfacer a los críticos de los gobiernos de izquierda es volver estrictamente a la democracia ritual que al fracasar hizo posible la llegada al gobierno de los que ahora critican.
A la comunicación entre gobernantes y gobernados que se establece en las experiencias comunitarias ensayadas por Chávez o en el peculiar modo de comunicación y respeto entre Evo Morales y la población indígena, se las descalifica calificándolos como populismo.
La expresión populismo se identifica como demagogia o en la mejor variante, como reducción de la calidad democrática, tendiente al autoritarismo.
Pero, como señala Burchardt, el populismo puede ayudar a superar crisis sociales mediante la construcción de un imaginario colectivo en torno a nuevos valores, establecer la comunicación entre gobernantes y gobernados que la democracia representativa nunca logró, y actuar como vehículo de una amplia movilización política que ya va haciendo parte de una ampliación de los derechos democráticos.
El populismo, en tanto apelación al “pueblo” no define una orientación política per se, sino solamente el propósito de accionar por definir el bien colectivo, sin que esto implique la opción por un sistema político específico.
Gobiernos militares de la etapa dictatorial fueron tildados de populistas y lo fueron también los gobiernos emergidos de elecciones que aplicaron los ajustes estructurales neoliberales en los 80 y 90, por lo que llamar populistas a los gobiernos de izquierda actuales expresa no sólo un intento de rebajarlos a priori, sino un desconocimiento de la verdadera carga conceptual del llamado populismo.
Más que descalificar a los gobiernos que proclamaron su propósito de construir el socialismo del siglo 21, sería  necesario replantearse el viejo problema de la relación entre libertad de mercado y democracia.
Si la concepción de democracia no incorpora a ella la noción de equidad social, reducción de las desigualdades sociales que hacen de la democracia letra muerta, el bello concepto seguirá siendo un formalismo en tanto igualdad político-jurídica, carente de significado real para los muchos excluidos en la distribución del ingreso.
La democracia no puede limitarse al discurso liberal sobre la igualdad de todos ante la ley y los derechos individuales inalienables, en tanto la libertad de mercado —o los monopolios del mercado— generan exclusión social en la base misma de la pretendida democracia. No basta con la igual político-jurídica, si no va acompañada de la inclusión social, y ésta es incompatible con la abismal desigualdad latinoamericana.
La validez formal del derecho básico de libertad no puede quedar en la declaración solemne, pero intrascendente, sino que debe promover la inclusión de los excluidos, mediante su ascenso intelectual y económico, lo que supone renunciar a entender falsamente la igualdad como una realidad y asumirla como un objetivo prioritario del Estado, sin el cual no tendrá éste verdadera legitimación democrática. Lo anterior implica reconocer que el sistema social engendrador de las desigualdades debe ser transformado, pues no se trata de administrar la desigualdad, sino de eliminarla.
Éste es el núcleo duro, a mi juicio definidor de los proyectos para construir el socialismo del siglo 21. Más que llamar populismo en sentido despectivo a estos proyectos, sería justo entenderlos como proyectos encaminados a encontrar el vital eslabón perdido de la democracia liberal: la justicia social en tanto inclusión de los excluidos y el establecimiento no sólo de una democracia política formal, sino de una democracia participativa, social, con significado real para todos sus actores.
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[2] Agustín Cuevas. “Las democracias restringidas de América Latina”. Planeta. Ecuador. 1988.
[3] René Zavaleta: “Cuatro conceptos de la democracia” en Las masas en noviembre, Librería Editorial Juventud, La Paz, Bolivia, 1983.
Labastida: Los nuevos procesos sociales y la teoría política contemporánea”. Siglo XXI. México. 1986. Pág. 302. Citado por Marcos Roitman.
[4] Hans-Jurgen Burchardt: Desigualdad y democracia. Revista Nueva Sociedad 215. Mayo-junio 2008. Pags. 79-94.
[5] Hans Jurgen Burchardt. Artículo citado. Pág. 81
[6] James Petras: Democracia y capitalismo. Transición democrática o neoautoritarismo.
[7]Hans-Jurgen Burchardt. Artículo citado. Pág. 89.
*El autor de este ensayo, Osvaldo Martínez, es el director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, La Habana, Cuba.

Contra esos tipos hay algo personal
Waldo Albarracín Sánchez
La historia demostró que los intereses políticos siempre se sobreponen a la justicia, consolidándose  la impunidad de ciertos personajes funestos cuya trayectoria  está marcada por el desprecio a la vida, los valores humanos, la aplicación del genocidio y otros crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, resultaron premiados por las instancias de poder y por ende protegidos, quizás justificando con cinismo el criterio vertido públicamente por determinado gobernante del país del norte cuando se refería a Anastasio Somoza, el ex dictador nicaragüense: Sabemos que es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.  
Uno de estos personajes siniestros es Luis Posada Carriles, cuyo nombre probablemente resulte aún desconocido en determinadas regiones, sin embargo, este hombre de 82 años de edad, casi contemporáneo de un colega chileno suyo (Augusto Pinochet), se da el lujo de pavonearnos en el rostro su impunidad, no obstante haber causado la muerte de 73 personas en 1976 al promover un atentado criminal contra un avión cubano que volaba de Caracas, además de colocar explosivos en serie en varios hoteles de La Habana en 1997, precisamente para generar pánico en los turistas que visitaban ese país, logrando incluso el asesinato de un joven italiano, que pagó con su vida las tendencias genocidas de Posada Carriles, éste justifica su acción con el sencillo argumento de que Fabio Di Celmo (la víctima) estaba en el lugar y el momento equivocado, que no fue intencional y que no se podía parar el operativo. Este hombre, vinculado a la CIA entre los años 60 y 70, que posteriormente trabajo para los órganos de Inteligencia en Venezuela, que fue entrenado por el ejército norteamericano en Fort Benning Georgia en 1962, cuya demanda de extradición planteada por las autoridades cubanas y venezolanas a los Estados Unidos, no dio resultados, manifestó en una entrevista periodística que “duerme como un bebé”, queriendo expresar que no tiene ningún cargo de conciencia y que irónicamente hoy está siendo juzgado en los Estados Unidos ante la jueza Kathleen Cardone, no por sus delitos de lesa humanidad, sino por mentir ante las autoridades migratorias, es decir por hechos de mínima cuantía en relación a sus crímenes principales. Es la prueba ostensible de que está siendo premiado por la naturaleza política de sus fechorías.   
Otro personaje siniestro  cuyo nombre también puede resultar desconocido para los pueblos, es el de OMAR SULEIMAN, nombrado el 29 de enero por  Mubarak Vicepresidente de Egipto. Este individuo en determinado momento coqueteó con los regímenes comunistas, recibió entrenamiento militar  de combate en la ex  Unión  Soviética, pero también resultó ser hombre de confianza de la CIA. En 1993 recibió a los presuntos terroristas enviados por Estados Unidos, los hizo desaparecer durante tres meses para someterlos a interrogatorios bajo tortura, convirtió su oficio en toda una especialización, siempre bajo una orientación política. También está implicado en las torturas sufridas por Mandouh Habib, un ciudadano australiano capturado en Pakistán en el 2000, que antes de ser repatriado a su país, estuvo preso en Afganistán y Guantánamo, víctima de las atrocidades que se cometieron en esos campos de concentración.  Suleiman fue considerado como el Jefe de Inteligencia más poderoso del planeta. Los cables de Wikiledks revelan que ya en 2007 en las instancias de poder norteamericanas, se lo valoraba como el sucesor ideal de Mubarak. Con lo que no contaban quienes lo apuntalaban, es con la valiente movilización del pueblo egipcio que provocó la salida no prevista hasta hace poco del dictador y de su principal agente represor. Es de esperar que Suleiman no sea premiado lo mismo que el asesino Posada. Obviamente,  entre estos tipos y yo, hay algo personal.