La Paz (Bolivia), 2 de mayo de 2010 Año I No. 22
El terrorismo del Estado israelí ofende a la humanidad
De sábado a sábado (104)
Remontar la crisis de la Policía Boliviana para organizar otra
Remberto Cárdenas Morales
Lectura bufa
Alejandro Dausá
Reflexiones del compañero Fidel
El imperio y la droga
Fidel Castro Ruz
Reflexiones del compañero Fidel
El imperio y la guerra
Fidel Castro Ruz
Comunicado de prensa del Grupo Un Estado Democrático
Llamamiento desde Gaza a una respuesta global ante los asesinatos en la Flotilla de la Libertad
One Democratic State Group
Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos
¿Hasta cuándo?
Eduardo Galeano
Cuba no está sola
Miguel Bonasso, especial para Granma
La nueva demagogia latinoamericana
Álvaro Cuadra
La proeza de los universitarios de Puerto Rico
Ángel Guerra Cabrera
Memorias del fuego
Guillermo Posada (PRENSA RED)
Dos cosmologías en conflicto
Leonardo Boff
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El terrorismo del Estado israelí ofende a la humanidad
La agresión ordenada por el gobierno de Israel a la flotilla que transportaba ayuda fraterna para los palestinos que viven bloqueados en la Franja de Gaza es una acción con la que el sionismo se mostró, el lunes de esta semana, tal cual es: criminal en grado extremo con lo que una vez más ofende a nuestros pueblos y a la humanidad entera. Esa conducta configura terrorista de Estrado sin atenuantes.
Ese terrorismo del Estado israelí, según datos de los medios de difusión, acabó con la vida de 19 militantes por la paz en el medio oriente y, en particular, en los territorios palestinos ocupados ilegal e ilegítimamente por los sionistas, versión contemporánea del fascismo o del nazifascismo, a juzgar por su comportamiento respecto al pueblo palestino, el que está impedido de contar con su territorio para un Estado palestino con soberanía. Esas ideas y esa política son asumidas por los gobernantes de Israel desde hace 60 años.
Hay heridos. Y los que salieron ilesos del atentado perpetrado por el Ejército de Israel fueron apresados y no pudieron llegar con la solidaridad para los bloqueados en la Franja de Gaza, por lo que tampoco consiguieron romper aquel bloqueo, tal como era otro de los propósitos de los combatientes por la paz, a los que se les impidió, a tiros, la navegación en alta mar. Fueron 600 los detenidos a los que se los liberó como una concesión israelí, para aplacar la resuelta condena mundial al terrorismo promovido por el Estado de Israel.
Son cotidianas las agresiones de los sionistas contra el pueblo palestino, sobre todo, en los territorios ocupados por esa soldadesca: las últimas horas han muerto cinco milicianos palestinos en la Franja de Gaza por disparos del Ejército sionista. Sin embargo, tantos otros crímenes han sido consumados por los sionistas, ante los cuales Estados Unidos es tolerante y, frente a la última agresión, el gobierno de ese país del norte evitó la condena al que inspiró, organizó y ejecutó el crimen, es decir, el Estado de Israel. Aquel crimen demuestra, otra vez, lo que hacen los sionistas para preservar el bloqueo en la Franja de Gaza, para mantener los territorios palentinos ocupados e impedir que los 6.000.000 de palestinos ejerzan sus derechos y su soberanía en territorios que les pertenece los que, no se les debe arrebatar bajo ningún título y menos por la fuerza.
El gobierno boliviano —lo que representa el sentimiento de la mayoría del pueblo— ha condenado aquel crimen de lesa humanidad, pronunciamiento que respaldamos desde este espacio periodístico. Aquella condena, además, la comparten los pueblos del mundo. A esa condena se deben sumar otras medidas que se plantean para cuya materialización debemos emprender campañas destinadas a conseguir: ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, marchas, aplazar o impedir el tráfico de mercancías e inversiones a Israel, denunciar la forma y contenido de los crímenes de los sionistas, así como otras respuestas de nuestros pueblos ante aquel terrorismo de Estado.
Más de una Intifada (alzamiento o insurrección popular) del pueblo palestino, en sus territorios ocupados, han sido reprimidas por el Ejército sionista con el apoyo o el silencio cómplice de los gobiernos de Estados Unidos y, en varios casos, de gobiernos europeos. Los regímenes sionistas (cuyos crímenes ofenden a la humanidad porque constituyen violaciones a los derechos humanos y a normas del derecho internacional), como aliados permanentes de los EE.UU. son los que votan contra Cuba socialista que, por lo que ésta hace, demuestra que en su suelo se satisfacen de manera creciente los derechos humanos, los servicios de salud y de educación son ejemplos emblemáticos de ello, así como la solidaridad cubana ahora se manifiesta mediante una sostenida labor internacionalista desplegada por médicos y profesores suyos en varios países y pueblos del mundo.
La Franja de Gaza enfrenta un bloqueo ordenado por los sionistas de Israel, Cuba resiste el bloqueo yanqui de 50 años. Los hermanos de estos dos países reciben la solidaridad de nuestros pueblos la que es invencible, como lo son las causas de la Franja de Gaza y de los palestinos, y de Cuba y sus hijos.
Allí donde nos encontremos, los activistas bolivianos de la solidaridad con Cuba, debemos emprender acciones que se sumen a la condena a los crímenes sionistas, y que sea en todo el mundo y de todos nuestros pueblos. Sin embargo, aquella condena es insuficiente ante la magnitud de la ofensa sionista a la humanidad toda.
Ahora, una tarea solidaria con los palestinos es conseguir que aquella causa sea asumida por nuestros pueblos y que se convierta en una causa de la humanidad, como lo es a una escala cada vez mayor.
La magnitud de la agresión sionista en aquellos mares (y que, además, es por tierra y por aire) no alcanzará ni olvido ni perdón, como se proclama entre bolivianos y latinoamericanos cuando se violan los derechos humanos en estas tierras.
Los palestinos merecen el apoyo de nuestros pueblos y lo tendrán a diario. Nuestra solidaridad con Palestina continuará invariable aunque aquel cargamento de la ayuda humanitaria a los habitantes de la Franja de Gaza haya sido impedida de llegar a puerto.
El ejemplo de los caídos por los disparos del Ejército israelí nos debe instar a la unidad de largo aliento, a la organización que nos hace falta para enfrentar a los enemigos del pueblo y a la educación política que tanta falta nos hace.
Con una sostenida unidad, con una organización sólida y con una mejor educación política la solidaridad con los hermanos palestinos será más firme y lo será aún más efectiva en la medida en la que aquí, en suelo boliviano, enfrentemos a los enemigos del pueblo palestino: el sionismo y el imperialismo.
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